El "espía dormido" de jovenlandia en las listas de Puigdemont

Dr Polux

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En el país de las ninfas
Se hace llamar Samir, lleva 29 años en Cataluña y se presenta como futuro alcalde por el PDeCat. Estos días viajó a Bruselas a rendir pleitesía a Puigdemont. "Trabaja para jovenlandia", nos dicen.

Hace dos semanas, a las 21.45 horas del martes 26 de marzo, llegó el primer mensaje de texto: «Se llama Fouad y ahora está en el partido de Puigdemont. Está bien relacionado y nos pasa información. Porque ningún candidato de origen jovenlandés, que esté en algún partido político de España, se presenta a unas elecciones sin el visto bueno de jovenlandia». Este mensaje, que se envió desde Rabat a Barcelona, salió del móvil de un agente de la DGED, el servicio de espionaje exterior jovenlandés. «Nos interesa conocer los movimientos que hay dentro del independentismo», añadía en una segunda misiva.

La persona a la que se hace referencia es Fouad El Jebli Bhioui. Aunque él se presenta con el nombre de Samir, como siempre le ha llamado su progenitora. Es candidato del PDeCAT en Canovellas, una localidad de casi 16.000 habitantes a 32 kilómetros de Barcelona. Samir va como cabeza de lista para las municipales del partido, registrado allí como Junts per Canovelles. Ya fue de número 5 en las listas de la antigua Convergència i Unió (CIU) en 2005.


«Acabo de regresar de Bruselas», dice por teléfono Samir. El pasado miércoles volvió a Barcelona después de una reunión con Carles Puigdemont en la capital belga. No volvió a responder a Crónica después de saber que le íbamos a preguntar por sus vinculaciones con el reino de Mohamed VI.
«Sí, trabaja para jovenlandia. Se ha ido introduciendo poco a poco en el entorno de los líderes sociales marroquíes promocionados por Estados Unidos que pasan información a la DGED», cuenta una asesora y analista en Cataluña para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. «Para ganarse la confianza de los políticos independentistas hizo una trampa: la Policía Nacional lo entrevistó varias veces y lo tanteó ofreciéndole ser su informador. Samir lo grabó todo y se lo mandó a un grupo de agentes de los Mossos d'Esquadra cercanos a los partidos independentistas. Con eso quiso mostrar su lealtad al movimiento separatista. Después, cuando ya se había ganado su confianza, se convirtió en un informador útil, pero para jovenlandia».

Mustapha es el nombre en clave de un ex agente de Inteligencia jovenlandés que lleva meses siguiendo el ascenso político de Samir El Jebli. Lo define como un «espía dormido», inactivo pero infiltrado, que tiene como interlocutor con Rabat a un agente de la DGED que trabaja en el Consulado de jovenlandia en Barcelona. «En el Consulado siempre hay un agente de la DGED identificado como tal, y el Gobierno español lo sabe. Pero también hay otro agente infiltrado entre los cuatro vicecónsules, que es un oficial importante. A él le llegan las informaciones y las envía a jovenlandia», asegura Mustapha.
«Despertarán a El Jebli el día en el que haya alguna cosa sobre el tema de la independencia de interés vital para el Majzén (el Estado jovenlandés). En abril de 2019 a lo mejor no les sirve para nada, pero en un futuro seguramente sí. El hecho de que jovenlandia tenga a alguien en el PDeCAT se debe a que el régimen quiere conocer todos los movimientos del independentismo, incluso para obtener información que pueda utilizar en un futuro contra España», dice. «A los socialistas ya los tienen controlados a través del diputado Mohamed Chaib. Y ahora quieren tener alguien dentro de la órbita de Puigdemont y de su círculo más cercano».

El ex agente jovenlandés menciona el caso de Mohamed Chaib Akhdim, que llegó a sentarse en el Congreso de los Diputados. Ocurrió el pasado junio, cuando sustituyó a la diputada Meritxell Batet, a la que Sánchez pidió exclusividad como ministra para dirigir Política Territorial. Chaib, que nació en Tánger, siempre se ha autoproclamado «hijo de la inmi gración jovenlandés en Cataluña», aunque un ex diplomático del reino alauí lo definió hace unos meses como «honorable corresponsal» y destacó sus fuertes vínculos con los servicios secretos marroquíes.

AMENAZAS Y CAPTACIONES
Precisamente, hace cinco años, Samir El Jebli declaró ante el Grupo I del Crimen Organizado de la Policía Nacional de Cataluña que Chaib y Yasser Faris, el cónsul en Barcelona, le habían estado amenazando después de que se negara a colaborar «en distintos asuntos» con el ahora diputado socialista.
«Siempre que el declarante (Samir) iba al despacho del Sr. Faris, éste se encontraba acompañado por Belay (seudónimo), jefe de los servicios secretos marroquíes. Tanto Faris como Belay comenzaron a hablarle de patriotismo, comentándole sus colaboración en anteriores actos, como las manifestaciones a favor del Sáhara jovenlandés. Ahora le decían que su deber es trabajar para Chaib», reza el informe de la declaración en la Jefatura Superior de Policía de Cataluña.
«A raíz de su negativa a colaborar, empiezan las amenazas. Le dicen que van a cortar toda su relación con jovenlandia, que tenga cuidado porque le pueden secuestrar cuando quieran», continúa la nota, que añade que estas amenazas se las hace un hombre llamado Nourdinne (presidente de la asociación Unió Germans del Món), amigo del cónsul y de Chaib.

Pero en su declaración a la Policía, Samir insiste en que él se negó a colaborar con los servicios secretos marroquíes pese a que las amenazas continuaban. «La presión ha llegado a tal punto que una cortesana confesó a Samir que Chaib y un hombre llamado Mohamed Idrissi la habían enviado para hacerle fotos y luego denunciarle por intento de violación», continúa el informe, en el que Samir insiste en que cuatro hombres de los servicios secretos marroquíes lo seguían a todos lados desde hace meses y que le habían dicho que «no podrá volver a jovenlandia y que le podría pasar algo cuando vaya con el coche por la carretera».
Los que conocen este caso cuentan que Samir, al final, «sucumbió a las presiones». En parte gracias a su amigo Nourdinne Ziani, el que era presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña hasta que fue deportado a jovenlandia en 2013, después de que el CNI le acusara de ser un agente de la DGED y de poner en peligro la seguridad nacional.


«El espía Ziani se pasó de frenada. Tuvo acceso al dinero y tocó una tecla que no se puede pulsar, que es la financiación de ciertos colectivos salafistas. Ahora Ziani está en jovenlandia, cubierto económicamente por los bancos marroquíes a los que ayudó en su día a instalarse en España y a que los clientes abrieran allí sus cuentas», explica un investigador vinculado al CNI que ha estado años trabajando en el norte de África. «Samir El Jebli estaba muy vinculado a Ziani. Fue él quién lo captó después de que empezaran las presiones. Y ahora Ziani trabaja en el ministerio de Asuntos Religiosos y Samir le sigue pasando información».
Samir nació en la ciudad jovenlandés de Larache hace 40 años yllegó a Cataluña en 1990. Ha sido vicepresidente de la Federación de Entidades Culturales Catalanas de Origen jovenlandés, (Feccom). «Un proyecto que emprendieron Chaib y Ziani para repartirse la influencia de jovenlandia en Cataluña. Uno iba a controlar el ámbito cultural y el otro el religioso. Pero Chaib empezó a protestar porque Ziani le quitaba protagonismo. Tanto que desde la Unión de Comunidades Islámicas dicen que Chaib estaba tras la expulsión de Ziani a jovenlandia porque también trabajaba con el CNI», afirma un ex diplomático jovenlandés.

Samir también denunció ante la Policía que el diputado socialista usaba la Feccom para otros fines. Dice que Chaib pedía subvenciones al Estado que luego desviaba hacia otras entidades que también dirigía. Y que lo mismo hacía con el dinero que recibía de jovenlandia. «Chaib nunca ha dejado de pasar información a jovenlandia. Y Samir es un perfil de informante más bajo», sostiene la asesora policial en Cataluña.

Pero J., un contacto del CNI en Madrid experto en terrorismo, tiene claro el motivo por el que a jovenlandia le puede interesar tener a alguien infiltrado al lado de Puigemont: «A los que mandan en Rabat no les interesa que Cataluña consiga la independencia. No lo quieren ni lo aceptan porque es un discurso que puede salpicarles en la cuestión del Sáhara. Además, el independentismo catalán ha intentado vincularse con el activismo del movimiento rifeño. Otra cosa es que a una corriente islámica que está en los servicios secretos y dentro del Gobierno jovenlandés le interese mucho una desestabilización de España».

El "espía dormido" de jovenlandia en las listas de Puigdemont
 
Hay que tener mucho cuidado con estos jovenlandeses de cosa...

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