Unión Europea - Derechos de emisiones de CO2:
Todo acerca de los derechos de emisión de CO2 y por qué se están disparando de precio
Existe un consenso global manifestado en el Acuerdo de París que ha fijado un marco global que busca combatir el cambio climático y manteniendo el...
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Madrid, 25 sep (EFE).- El encarecimiento de los derechos de emisión que pagan los grandes consumidores energéticos por emitir cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera es uno de los principales responsables directos de la escalada que registra el precio de la luz desde hace meses.
La subida de estos derechos, que en solo un año han duplicado su precio hasta los 60 euros por tonelada de CO2, está provocando que los costes de las grandes plantas energéticas sean cada vez más altos, una situación que termina repercutiendo en la factura final de los consumidores domésticos.
¿Pero qué son exactamente los derechos de emisión que pagan las grandes compañías para poder emitir CO2, cómo funcionan y cuál es su fin último?.
UN PERMISO PARA "CONTAMINAR".
En 2005, con la intención de alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones acordados en el marco del Protocolo de Kioto, la Unión Europea (UE) creó el primer régimen internacional de comercio de derechos de emisión del mundo, que hoy es el principal mercado de carbono a nivel global.
"Simplificando mucho, los derechos de emisión son un coste que tienen que pagar aquellas empresas que emiten CO2. Realmente es un papel que la UE asigna a cada país, una cantidad de derechos de emisiones, que éstos a su vez asignan en subastas públicas donde cualquier generador puede comprarlo", explica a EFE el socio de la consultora Ingebau, Joaquín Giráldez.
Este sistema limita las emisiones contaminantes de casi 11.000 instalaciones de gran consumo de energía (centrales eléctricas y plantas industriales) y de las cerca de 500 compañías aéreas que operan entre todos los países de la UE, más Islandia, Liechtenstein y Noruega, lo que equivale aproximadamente al 40 % del total de las emisiones de estos países. En España son cerca de mil instalaciones y 30 operadores aéreos.
El mercado funciona con un límite máximo fijado por la UE de algunos gases que pueden emitir las instalaciones afectadas y que se va reduciendo progresivamente (un 2,2 % como máximo al año desde 2021) para conseguir disminuir las emisiones totales.
Es decir, cada año se reparten menos derechos, por lo que las empresas se ven obligadas a contaminar menos o a tener que acudir a subastas de derechos que, ante la mayor demanda y la menor oferta, cada vez son más caros.
ASIGNACIÓN GRATUITA O SUBASTAS
Hay dos métodos para recibir estos derechos de emisión: por asignación gratuita o a través de subastas que organiza cada país acogido a este mecanismo.
Aunque el proceso de asignación gratuita seguirá aplicándose, las subastas cada vez tendrán más peso (en 2020 se acercaban al 60 % de los derechos de emisión), salvo en aquellos sectores que corren el riesgo de verse afectados por la conocida como "fuga de carbono", al ver aumentados sus costes de producción.
Por ejemplo, en el periodo 2013-2020, las compañías aéreas recibieron la mayoría de sus derechos de emisión de forma gratuita, mientras que el sector eléctrico tiene que acudir a las subastas para.
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La subida de estos derechos, que en solo un año han duplicado su precio hasta los 60 euros por tonelada de CO2, está provocando que los costes de las grandes plantas energéticas sean cada vez más altos, una situación que termina repercutiendo en la factura final de los consumidores domésticos.
¿Pero qué son exactamente los derechos de emisión que pagan las grandes compañías para poder emitir CO2, cómo funcionan y cuál es su fin último?.
UN PERMISO PARA "CONTAMINAR".
En 2005, con la intención de alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones acordados en el marco del Protocolo de Kioto, la Unión Europea (UE) creó el primer régimen internacional de comercio de derechos de emisión del mundo, que hoy es el principal mercado de carbono a nivel global.
"Simplificando mucho, los derechos de emisión son un coste que tienen que pagar aquellas empresas que emiten CO2. Realmente es un papel que la UE asigna a cada país, una cantidad de derechos de emisiones, que éstos a su vez asignan en subastas públicas donde cualquier generador puede comprarlo", explica a EFE el socio de la consultora Ingebau, Joaquín Giráldez.
Este sistema limita las emisiones contaminantes de casi 11.000 instalaciones de gran consumo de energía (centrales eléctricas y plantas industriales) y de las cerca de 500 compañías aéreas que operan entre todos los países de la UE, más Islandia, Liechtenstein y Noruega, lo que equivale aproximadamente al 40 % del total de las emisiones de estos países. En España son cerca de mil instalaciones y 30 operadores aéreos.
El mercado funciona con un límite máximo fijado por la UE de algunos gases que pueden emitir las instalaciones afectadas y que se va reduciendo progresivamente (un 2,2 % como máximo al año desde 2021) para conseguir disminuir las emisiones totales.
Es decir, cada año se reparten menos derechos, por lo que las empresas se ven obligadas a contaminar menos o a tener que acudir a subastas de derechos que, ante la mayor demanda y la menor oferta, cada vez son más caros.
ASIGNACIÓN GRATUITA O SUBASTAS
Hay dos métodos para recibir estos derechos de emisión: por asignación gratuita o a través de subastas que organiza cada país acogido a este mecanismo.
Aunque el proceso de asignación gratuita seguirá aplicándose, las subastas cada vez tendrán más peso (en 2020 se acercaban al 60 % de los derechos de emisión), salvo en aquellos sectores que corren el riesgo de verse afectados por la conocida como "fuga de carbono", al ver aumentados sus costes de producción.
Por ejemplo, en el periodo 2013-2020, las compañías aéreas recibieron la mayoría de sus derechos de emisión de forma gratuita, mientras que el sector eléctrico tiene que acudir a las subastas para.
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La escalada de los derechos de CO₂ calienta la factura eléctrica europea
El precio por tonelada emitida ronda ya los 55 euros, un récord desde que hay datos, pero los especialistas creen que aún no ha tocado techo
elpais.com
El precio por tonelada emitida ronda ya los 55 euros, un récord desde que hay datos, pero los especialistas creen que aún no ha tocado techo.
El encarecimiento de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂), que esta semana han llegado a superar los 55 euros por tonelada —el máximo desde la creación de este mercado, hace 16 años—, está dejando tras de sí un reguero de abruptas subidas en el precio de la electricidad a lo largo y ancho de Europa. Uno de los ejemplos más evidentes es el de España, donde en un abril nada atípico —sin grandes picos de demanda ni baja oferta prolongada— el recibo de la luz sufrió la mayor escalada desde que hay registros: un 46% más que en el mismo mes del año pasado, en pleno estado de alarma para frenar la expansión del cobi19. Pero no es ni mucho menos el único.
En el caso español, el precio lo determina el último megavatio (MWh) que entra en el mercado, y ese suele proceder —casi siempre— de las centrales de ciclo combinado. Al estar sujetas a este impuesto (están alimentadas por gas), eso eleva el precio total al que se suministra electricidad a particulares y empresas, indistintamente de su procedencia. Primero entran en el mercado las energías más baratas, que suelen ser las renovables (eólica, solar e hidroeléctrica), después lo hace la nuclear y, por último, el ciclo combinado y el carbón, que suelen ser las últimas en entrar y, por tanto, las que determinan ese precio marginal que acaba rigiendo sobre el resto de tecnologías.
“El coste de los derechos de carbono que las empresas generadoras deben comprar pasa al consumidor vía los precios de la electricidad”, refrenda Tom Lord, jefe de trading de la firma especializada Redshaw Advisors. “Así que, a medida que el precio del carbono sube, los precios también subirán”, sintetiza. Según los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el principal factor detrás del aumento de la inflación en las economías avanzadas en los últimos meses ha sido el encarecimiento de la energía, con la electricidad a la cabeza.
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La luz impulsa los precios, pero el riesgo de que inflación se desboque es bajo: las claves del IPC
El aumento del coste de la vida en abril, del 2,2%, se explica por la carestía de electricidad y carburantes. La inflación subyacente, que arroja una imagen más fiel, cae al 0%
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“Sobre todo, porque está subiendo el precio del CO2″, responde Natalia Fabra, catedrática de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid especializada en temas energéticos. “Después de que Europa haya elevado la ambición de reducir las emisiones, se ha más que duplicado. En abril del año pasado una tonelada costaba, de media, 20 euros, y ahora estamos en 45. Esto sube el precio del mercado eléctrico minorista y mayorista”. A diferencia de en enero, con Filomena, el gas “no está especialmente caro” y el precio mayorista del mercado español, que luego se traspasa a la factura de la luz de los hogares y las empresas, está “en niveles rara vez vistos”.
Sin embargo, dice Fabra, la culpa no la tiene la UE por haber provocado un encarecimiento de los derechos de emisión. “Eso está bien; la aberración es que las centrales de ciclo combinado (gas), prácticamente las únicas que emiten CO2, son las que marcan el precio. El Gobierno tiene que decir algo al respecto: es un beneficio caído del cielo para las eléctricas”, critica.
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El recibo de la luz registró en abril la mayor subida de la historia, un 46%
El aumento en el precio de la electricidad ha sido el factor clave detrás de la escalada de la inflación en abril, la más alta en dos años y medio
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El efecto comparación (base, en la jerga económica) es especialmente importante en este fuerte aumento interanual: en el análisis publicado este viernes, Facua recuerda que en abril de 2020 —en pleno confinamiento— el kWh tuvo el precio más bajo en 16 años (durante todo 2004 se fijó en 9,95 céntimos). Pero el elevado precio del kWh este abril ha sido consecuencia, fundamentalmente, de los máximos históricos que ha alcanzado el precio del CO₂ en Europa, que sigue siendo determinante para la configuración de las tarifas en el mercado mayorista español, explica la organización de consumidores.
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El CO2 en el cambio climático | La Cumbre del Clima en EL PAÍS
Así se acumula en la atmósfera el CO2, el principal gas de efecto invernadero que está causando la crisis climática
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