El día que España no quiso juzgar a Puigdemont

Y no solo fue un día, fueron dos.

El gran problema de todo el lío que estamos teniendo en estos momentos procede sin lugar a dudas de las decisiones que se tomaron en su día en los puestos de alta política y de altas esferas en la justicia. El 1-O no podía quedar sin castigo. Las penas debían ser ejemplares y tanto jueces como gobierno estaban de acuerdo que no importaba forzar la máquina si los resultados eran los buscados.

En esto, que Puchi y algunos más hacen su jugada; salen de España y fuerzan a que cualquier decisión sobre ellos sea tutelada por poderes fuera del alcance de los poderes españoles. El terreno elegido para la contienda es Belgica, país con fuerte contenido de fuerzas regionalistas y que no vería con buenos ojos que a colegas de su misma ideología fueran arrastrados por el barro y poco menos que puestos a los pies de los caballos. Y entre euro-órdenes de extradición y recursos de abogados llega el día del 5 de diciembre del 2017 y España retira la euro-orden sin esperar a que el día 14 de ese mes un tribunal de Bruselas se pronuncie sobre ellas.

Y aquí se acabó el primer intento de extradición. La excusa que se puso por parte de magistratura y gobierno es que Belgica por su situación interna jamás daría luz verde a la euro-orden tal como estaba redactada y pidiendo lo que pedía.

Pero el destino daría otra oportunidad, el 26 de marzo de 2018. Puchi atraviesa Alemania en su vuelta desde Dinamarca y allí es detenido al activar de nuevo España la euro-orden.
En Alemania ya se jugaba en otra liga; es un país donde los grupos regionalistas no son problemáticos, es junto con Francia uno de los dos grandes pilares de Europa y aquí el gobierno se decide a dar la batalla.
Pasan los días y claro, lo dicho a principio del hilo, en España se quiere forzar la máquina del escarnio, pero en Alemania los hechos descritos por la euro-orden no dan para empapelar a Puchi por todo lo que se pide. Las autoridades judiciales dicen que si, que por malversación de fondos públicos hay base pero que por sedición que nones.


Ya os podéis hacer una idea del panorama que se les presentaba a jueces y políticos. Al mismo tiempo que los palanganeros eran juzgados por la máxima, al jefazo solo podían juzgarlo por la mínima y encima por una decisión tutelada, nada menos que por Alemania, que indirectamente dejaba el resto de procesos como una vendeta de España.

Y así llegamos al día 20 del julio del 2018 donde el juez Llarena retira la orden para no caer en el ridículo de la situación creada.

Puchi podía haber sido juzgado, Puchi podía haber sido condenado, pero como medio en serio medio en broma dije a conocidos hace años y como adelanté en julio de este año, veremos a Puchi en el balcón de la Generalitat diciendo eso de "ya soc aqui" y cobrando por lo bajini los sueldos de todos estos años de "exilio"