quijotismo30
Lonchafinista
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Las principales perlas. El artículo es oro.
Pero ¿en qué consiste esta “nueva imaginación histórica”? Consiste en que el sujeto revolucionario o contestatario esté integrado por cayetanos que van a “puñeterodefender España”, por líderes políticos que acaban siendo gaseados por la Policía Nacional, por trabajadores, por exmilitantes del “partido de la traición” (el PSOE), por jóvenes y ancianos, por hombres y mujeres, por politizados y apolíticos, por el lumpen y por las emperifolladas señoras del barrio de Salamanca, entre otros colectivos.
¿Cuándo hemos asistido en España a una tras*versalidad tan prístina? Cada noche, las ciudades sublevadas congregan a los grupos más diversos, a los tuiteros más “basados” de la derecha y a la gente corriente. La confluencia de Bastión Frontal, Democracia Nacional, Hacer Nación, Falange, Comunión Tradicionalista Carlista, Revuelta, Solidaridad, Frente Obrero y Vanguardia Española es la muestra viva de que, por encima de las diferencias ideológicas y las batallitas virtuales, está la defensa a ultranza de la continuidad histórica de España como comunidad política.
En primer lugar, creo que se trata de un auténtico despertar nacional. El inicio de la reconciliación de las Dos Españas por la vía de los hechos. Dos Españas que no son, como suele decirse, la izquierdista (roja) y la derechista (azul), sino la que estaba dormida y la que, aun despierta, se encontraba narcotizada.
En segundo lugar, por mucho que se empeñen en hacer creer que el tumulto está teledirigido por los partidos políticos, este es un movimiento espontáneo que escapa por completo al control del politburó de turno. El Noviembre Nacional es un movimiento nacional-popular que nace en las calles y se propaga en las redes, de abajo a arriba. En cambio, tanto el movimiento 15-M como el procesismo son estrategias elitistas. La una de “cierre” y la otra de “reemplazo”. Si lo vemos con perspectiva, el 15-M resultó ser más bien una estrategia de las élites europeas de domesticación del descontento ocasionado por la crisis financiera de 2008. Tanto es así que uno de los artífices e ideólogos de tal oleada de protestas (cuyo germen fue Occupy Wall Street), Yanis Varoufakis, pasó de osar “retar” a los ‘hombres de neցro’ de la Troika a impulsar el DiEM25 un movimiento político paneuropeísta y tecnocrático. Aquel “momento populista” resultó ser un bluf y tras el estallido de las llamadas “revoluciones de colores” por todo el globo, aparecieron como setas partidos homólogos a Podemos.
Noviembre Nacional: ¿un cambio cultural en la derecha española?
La derecha española ha dado un giro de 180 grados y está en las calles gritando contra el Rey, la Constitución, la Monarquía, el laicismo afrancesado, la Policía e incluso contra la Unión Europea
www.vozpopuli.com
Pero ¿en qué consiste esta “nueva imaginación histórica”? Consiste en que el sujeto revolucionario o contestatario esté integrado por cayetanos que van a “puñeterodefender España”, por líderes políticos que acaban siendo gaseados por la Policía Nacional, por trabajadores, por exmilitantes del “partido de la traición” (el PSOE), por jóvenes y ancianos, por hombres y mujeres, por politizados y apolíticos, por el lumpen y por las emperifolladas señoras del barrio de Salamanca, entre otros colectivos.
¿Cuándo hemos asistido en España a una tras*versalidad tan prístina? Cada noche, las ciudades sublevadas congregan a los grupos más diversos, a los tuiteros más “basados” de la derecha y a la gente corriente. La confluencia de Bastión Frontal, Democracia Nacional, Hacer Nación, Falange, Comunión Tradicionalista Carlista, Revuelta, Solidaridad, Frente Obrero y Vanguardia Española es la muestra viva de que, por encima de las diferencias ideológicas y las batallitas virtuales, está la defensa a ultranza de la continuidad histórica de España como comunidad política.
En primer lugar, creo que se trata de un auténtico despertar nacional. El inicio de la reconciliación de las Dos Españas por la vía de los hechos. Dos Españas que no son, como suele decirse, la izquierdista (roja) y la derechista (azul), sino la que estaba dormida y la que, aun despierta, se encontraba narcotizada.
En segundo lugar, por mucho que se empeñen en hacer creer que el tumulto está teledirigido por los partidos políticos, este es un movimiento espontáneo que escapa por completo al control del politburó de turno. El Noviembre Nacional es un movimiento nacional-popular que nace en las calles y se propaga en las redes, de abajo a arriba. En cambio, tanto el movimiento 15-M como el procesismo son estrategias elitistas. La una de “cierre” y la otra de “reemplazo”. Si lo vemos con perspectiva, el 15-M resultó ser más bien una estrategia de las élites europeas de domesticación del descontento ocasionado por la crisis financiera de 2008. Tanto es así que uno de los artífices e ideólogos de tal oleada de protestas (cuyo germen fue Occupy Wall Street), Yanis Varoufakis, pasó de osar “retar” a los ‘hombres de neցro’ de la Troika a impulsar el DiEM25 un movimiento político paneuropeísta y tecnocrático. Aquel “momento populista” resultó ser un bluf y tras el estallido de las llamadas “revoluciones de colores” por todo el globo, aparecieron como setas partidos homólogos a Podemos.