roygbiv
Madmaxista
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He tenido la oportunidad de cenar esta noche con la encargada, amiga de mi señora, de uno de los locales de Telepizza, a la que he aprovechado para interrogar a fondo acerca de la situación de la empresa. Me ha asegurado que entre los empleados es básicamente vox pópuli todo lo que voy a proceder a relatar, y que puede resumirse en que es cuestionable la supervivencia de Telepizza en los próximos cinco o diez años.
Al parecer, Telepizza contrajo considerables préstamos, a fin de expandirse, justo en el pico de la burbuja. Todo salió mal, no sorprendentemente, y la principal prioridad de la empresa ahora mismo —sin luda liderada por las más brillantes mentes de nuestra era— está siendo la de quemar las naves con tal de hacer frente a dichos pagos. Todo vale con tal de conseguir liquidez, y eso incluye recortes de personal y en calidad de los materiales. ¿El resultado? El que era de esperar, por supuesto:
1. Me ha hablado de esperas, causadas por la falta crónica de personal (de 16:00 a 20:00, por ejemplo, hay en el local un único empleado) para entregas a domicilio de hasta hora y media, lo que a la segunda vez no consigue sino que hasta la clientela más fiel se mueva a la competencia.
2. A esto se añade la ocurrencia de ofrecer pizzas a un euro por internet, o 3x2 exceptuando las barbacoa, o dos pizzas a catorce euros excepto si es jueves o martes, o locas ofertas similares, aparentemente aleatorias y que consiguen, en sus palabras, que "el cliente entre en la tienda sin saber cuándo va a costarle la pizza". La combinación de ofertas, promociones y descuentos es tal que el mismo producto varía su precio de un día para otro. Un motivo más para la decepción entre la (ya escasa) clientela.
3. A lo mencionado en el punto anterior se añade que las ofertas lonchafinistas (especialmente esa de la pizza por un euro) atraen a, bueno, una clase de clientela en absoluto fiel. Aquellos dispuestos a hacer cola durante tres horas para conseguir pizza a un euro (verídico) están ahí exclusivamente por eso, no van a pedir jamás la de veinte y se moverán a la competencia el día que haya una oferta mejor. Mientras tanto, los clientes que sí pagan sus veinte euros por una pizza se ven obligados a aguantar tiempos de espera de hora u hora y media. Muchos terminan no volviendo.
4. Los días de promoción la caja puede aumentar de 600 a 5000 euros, según me ha dicho, pero los costes de producción de las pizzas de oferta son del 80% del precio final. Añadiendo alquiler, salarios y demás costes, realmente cada una de estas ventas supone una pérdida.
5. Lo peor: los últimos ascensos a encargado se están haciendo con contratos temporales de obra y servicio —obviamente en fraude, a poco que se sepa de derecho laboral—. Estos son los oficiales de tropa de los que se espera que lideren a las legiones telepizzeras a la victoria, elevando la jovenlandesal de los demás empleados y consiguiendo que hasta el último hombre se entregue en cuerpo y alma a la empresa.
¿Tiene alguien más datos acerca de Telepizza?
Al parecer, Telepizza contrajo considerables préstamos, a fin de expandirse, justo en el pico de la burbuja. Todo salió mal, no sorprendentemente, y la principal prioridad de la empresa ahora mismo —sin luda liderada por las más brillantes mentes de nuestra era— está siendo la de quemar las naves con tal de hacer frente a dichos pagos. Todo vale con tal de conseguir liquidez, y eso incluye recortes de personal y en calidad de los materiales. ¿El resultado? El que era de esperar, por supuesto:
1. Me ha hablado de esperas, causadas por la falta crónica de personal (de 16:00 a 20:00, por ejemplo, hay en el local un único empleado) para entregas a domicilio de hasta hora y media, lo que a la segunda vez no consigue sino que hasta la clientela más fiel se mueva a la competencia.
2. A esto se añade la ocurrencia de ofrecer pizzas a un euro por internet, o 3x2 exceptuando las barbacoa, o dos pizzas a catorce euros excepto si es jueves o martes, o locas ofertas similares, aparentemente aleatorias y que consiguen, en sus palabras, que "el cliente entre en la tienda sin saber cuándo va a costarle la pizza". La combinación de ofertas, promociones y descuentos es tal que el mismo producto varía su precio de un día para otro. Un motivo más para la decepción entre la (ya escasa) clientela.
3. A lo mencionado en el punto anterior se añade que las ofertas lonchafinistas (especialmente esa de la pizza por un euro) atraen a, bueno, una clase de clientela en absoluto fiel. Aquellos dispuestos a hacer cola durante tres horas para conseguir pizza a un euro (verídico) están ahí exclusivamente por eso, no van a pedir jamás la de veinte y se moverán a la competencia el día que haya una oferta mejor. Mientras tanto, los clientes que sí pagan sus veinte euros por una pizza se ven obligados a aguantar tiempos de espera de hora u hora y media. Muchos terminan no volviendo.
4. Los días de promoción la caja puede aumentar de 600 a 5000 euros, según me ha dicho, pero los costes de producción de las pizzas de oferta son del 80% del precio final. Añadiendo alquiler, salarios y demás costes, realmente cada una de estas ventas supone una pérdida.
5. Lo peor: los últimos ascensos a encargado se están haciendo con contratos temporales de obra y servicio —obviamente en fraude, a poco que se sepa de derecho laboral—. Estos son los oficiales de tropa de los que se espera que lideren a las legiones telepizzeras a la victoria, elevando la jovenlandesal de los demás empleados y consiguiendo que hasta el último hombre se entregue en cuerpo y alma a la empresa.
¿Tiene alguien más datos acerca de Telepizza?
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