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Madmaxista
El Congreso del PSOE y el mundo feliz de Zapatero
Congreso PSOE, Zapatero
@Jesús Cacho - 07/07/2008
Ha sido el Congreso de Un mundo feliz, hecho a mayor gloria de un tipo que, sin el menor atisbo de contestación en el PSOE, parece cada día más un extraterrestre, alguien que no vive en el mundo, totalmente ajeno a las dificultades del momento. En el Brave New World de ZP, muy evolucionado sobre el que Huxley nos legó de los años treinta del siglo pasado, todo el mundo es feliz, porque el dinero cae del cielo como el maná y no es producto del trabajo del hombre, ni de los avances de la técnica, ni de los logros del talento humano. La sociedad de ZP ha superado toda clase de trabas y barreras. Es la sociedad perfecta. Una sociedad evolucionada. La utopía hecha realidad. Un mundo nuevo donde las gentes pueden dedicar su tiempo a avanzar por el camino de la hermandad, la igualdad y la paz universal.
En la sociedad alegre y confiada de Zapatero los españoles son felices, porque nadie conoce la enfermedad ni es víctima de la pobreza. Toda desgracia ha sido erradicada. No hay crisis, porque los ciclos económicos han sido proscritos vía Real Decreto y, como en el Jardín de las Delicias del Bosco, se vive en la eterna primavera del crecimiento constante. Naturalmente, en la sociedad de Zapatero todos piensan lo mismo. Todo el mundo es rematadamente progre, todos de izquierdas. Y si bien es cierto que no hay lugar para la tristeza, tampoco lo hay para la discrepancia. Uniformidad a palo seco. Fin de la diversidad. Cualquiera referencia al antiguo sistema de valores susceptible de causar dolor, preocupación o simplemente dar que pensar, ha sido eliminado: fuera, pues, la familia tradicional, la diversidad cultural, la religión, las costumbres, la Historia, incluso la filosofía... Es el Mundo Feliz de Zapatero.
Un Congreso a mayor gloria del leonés, a la medida del extraterrestre que nos Gobierna. Casi una mascarada. Y aquí podríamos poner punto final a la presente historia, porque la cosa no da para más. Pero eso es precisamente lo grave. Ahí le duele. Porque resulta cuando menos sorprendente que, en las actuales circunstancias que vive el país, cuando España enfila una etapa de estanflación que puede durar años, con lo que eso significa en términos de empeoramiento de las condiciones de vida colectivas, el Congreso del partido que desde marzo de 2004 ejerce tareas de Gobierno se dedique a hablar de la ampliación de los límites legales del aborto, de la supresión de los símbolos religiosos de los espacios públicos y de la eutanasia, es decir, del sesso de los ángeles, estando como estamos, repito, con el agua de la crisis más arriba ya de la cintura. Una gravísima irresponsabilidad, en suma, por parte del partido del Gobierno y del presidente que nos gobierna.
Todo lo que de economía ha hablado Zapatero en este Congreso ha consistido en recomendar a los delegados socialistas “consumir más...”. A nadie en el PSOE parece preocuparle el papel de España en un mundo globalizado y crecientemente competitivo. ¿Cómo vamos a seguir creando riqueza, asunto esencial para poder repartirla después, querido José Luis? Tampoco se ha hablado del otro gran polo de problemas del momento español, el de una soberanía nacional discutida y rechazada por unos partidos nacionalistas que juegan abiertamente, sin tapujos, a la disgregación de España. ¿Se ha enviado a los españoles algún mensaje de esperanza que, partiendo de la defensa del pasado compartido, plantee un horizonte de convivencia para la España plural? Tampoco de regeneración democrática, y es que el PSOE parece sentirse cómodo con la España que ha hecho almoneda de la división de poderes del Estado de Derecho clásico. Con la Justicia domesticada, y los medios de comunicación mayoritariamente controlados, el Mundo Feliz de ZP navega viento en popa hacia el Poder Único.
Congreso, pues, para el autobombo. Aquelarre estéril y vacío de contenido. A imagen y semejanza de su líder máximo, el PSOE ha eludido cualquier contraste crítico con la realidad, empezando por la de una crisis galopante que ya solo niega el propio Presidente del Gobierno. Todo el poder en manos de nuestro Zapatero remendón. Y toda su acción política orientada hacía esa gigantesca operación de “ingeniería social” que busca el cambio radical en las formas de comportamiento de una de las sociedades más antiguas del mundo, cambio en las creencias, en las costumbres, en las pautas de conducta, en el sistema de valores... Todo lo que sea menester en procura de ese Mundo Feliz que nos promete la sonrisa radical de ZP, donde nunca jamás nadie volverá a sentir sangre, sudor ni lágrimas.
Congreso PSOE, Zapatero
@Jesús Cacho - 07/07/2008
Ha sido el Congreso de Un mundo feliz, hecho a mayor gloria de un tipo que, sin el menor atisbo de contestación en el PSOE, parece cada día más un extraterrestre, alguien que no vive en el mundo, totalmente ajeno a las dificultades del momento. En el Brave New World de ZP, muy evolucionado sobre el que Huxley nos legó de los años treinta del siglo pasado, todo el mundo es feliz, porque el dinero cae del cielo como el maná y no es producto del trabajo del hombre, ni de los avances de la técnica, ni de los logros del talento humano. La sociedad de ZP ha superado toda clase de trabas y barreras. Es la sociedad perfecta. Una sociedad evolucionada. La utopía hecha realidad. Un mundo nuevo donde las gentes pueden dedicar su tiempo a avanzar por el camino de la hermandad, la igualdad y la paz universal.
En la sociedad alegre y confiada de Zapatero los españoles son felices, porque nadie conoce la enfermedad ni es víctima de la pobreza. Toda desgracia ha sido erradicada. No hay crisis, porque los ciclos económicos han sido proscritos vía Real Decreto y, como en el Jardín de las Delicias del Bosco, se vive en la eterna primavera del crecimiento constante. Naturalmente, en la sociedad de Zapatero todos piensan lo mismo. Todo el mundo es rematadamente progre, todos de izquierdas. Y si bien es cierto que no hay lugar para la tristeza, tampoco lo hay para la discrepancia. Uniformidad a palo seco. Fin de la diversidad. Cualquiera referencia al antiguo sistema de valores susceptible de causar dolor, preocupación o simplemente dar que pensar, ha sido eliminado: fuera, pues, la familia tradicional, la diversidad cultural, la religión, las costumbres, la Historia, incluso la filosofía... Es el Mundo Feliz de Zapatero.
Un Congreso a mayor gloria del leonés, a la medida del extraterrestre que nos Gobierna. Casi una mascarada. Y aquí podríamos poner punto final a la presente historia, porque la cosa no da para más. Pero eso es precisamente lo grave. Ahí le duele. Porque resulta cuando menos sorprendente que, en las actuales circunstancias que vive el país, cuando España enfila una etapa de estanflación que puede durar años, con lo que eso significa en términos de empeoramiento de las condiciones de vida colectivas, el Congreso del partido que desde marzo de 2004 ejerce tareas de Gobierno se dedique a hablar de la ampliación de los límites legales del aborto, de la supresión de los símbolos religiosos de los espacios públicos y de la eutanasia, es decir, del sesso de los ángeles, estando como estamos, repito, con el agua de la crisis más arriba ya de la cintura. Una gravísima irresponsabilidad, en suma, por parte del partido del Gobierno y del presidente que nos gobierna.
Todo lo que de economía ha hablado Zapatero en este Congreso ha consistido en recomendar a los delegados socialistas “consumir más...”. A nadie en el PSOE parece preocuparle el papel de España en un mundo globalizado y crecientemente competitivo. ¿Cómo vamos a seguir creando riqueza, asunto esencial para poder repartirla después, querido José Luis? Tampoco se ha hablado del otro gran polo de problemas del momento español, el de una soberanía nacional discutida y rechazada por unos partidos nacionalistas que juegan abiertamente, sin tapujos, a la disgregación de España. ¿Se ha enviado a los españoles algún mensaje de esperanza que, partiendo de la defensa del pasado compartido, plantee un horizonte de convivencia para la España plural? Tampoco de regeneración democrática, y es que el PSOE parece sentirse cómodo con la España que ha hecho almoneda de la división de poderes del Estado de Derecho clásico. Con la Justicia domesticada, y los medios de comunicación mayoritariamente controlados, el Mundo Feliz de ZP navega viento en popa hacia el Poder Único.
Congreso, pues, para el autobombo. Aquelarre estéril y vacío de contenido. A imagen y semejanza de su líder máximo, el PSOE ha eludido cualquier contraste crítico con la realidad, empezando por la de una crisis galopante que ya solo niega el propio Presidente del Gobierno. Todo el poder en manos de nuestro Zapatero remendón. Y toda su acción política orientada hacía esa gigantesca operación de “ingeniería social” que busca el cambio radical en las formas de comportamiento de una de las sociedades más antiguas del mundo, cambio en las creencias, en las costumbres, en las pautas de conducta, en el sistema de valores... Todo lo que sea menester en procura de ese Mundo Feliz que nos promete la sonrisa radical de ZP, donde nunca jamás nadie volverá a sentir sangre, sudor ni lágrimas.