El comedor de Cáritas ya reparte el doble de menús que hace seis meses
Las parroquias ourensanas reciben 10 familias nuevas al mes: el 99% necesita ayuda para pagar el alquiler o la calefacción
www.laregion.es
Las parroquias ourensanas reciben 10 familias nuevas al mes: el 99% necesita ayuda para pagar el alquiler o la calefacción
El invierno se vuelve cada vez más duro para los cerca de 9.000 usuarios que atiende Cáritas Diocesana de Ourense al año. Tanto que ya estiman que, a estas alturas del 2022, se está cerca de doblar las atenciones que hubo en las parroquias el pasado ejercicio.
La crisis del el bichito, la guerra de Ucrania y el alza de precios disparan la demanda de auxilio de los colectivos más vulnerables de la provincia. Un derecho básico como la alimentación es inasumible para cerca de 1.000 personas al año que pasan por el comedor social de la ciudad. La situación es extrema: “En abril repartíamos 200 menús, estamos pasando de los 400. Es una gran barbaridad”, admite José Ángel Mirón, delegado de Acción Caritativa y Social (Cáritas).
Las parroquias también notan el incremento de usuarios nuevos: aumentan los repartos de alimentos y enseres como ropa de abrigo o calzado, pero también se pagan cada vez más facturas. “El 99% de usuarios de las parroquias ya necesitan que paguemos facturas de luz o calefacción”, añade Mirón. A cada parroquia de Cáritas Diocesana de Ourense llegan, de media, unas 10 familias nuevas al mes solicitando ayuda. Una situación que se da, según Mirón, “desde hace aproximadamente un mes y medio”.
La crisis de otros países también hace crecer la llegada de pagapensiones a las Cáritas, especialmente de Venezuela y Cuba. “Ahora estamos notando mucho una gran avalancha de venezolanos desde el verano”, apunta. En general, la estimación de 10 familias nuevas al mes (nacionales y extranjeros) se repite en todas las parroquias. “En Santa Eufemia tenemos 10 familias nuevas en un mes y en barrios grandes como A Ponte o Sagrado Corazón también notan el fuerte incremento. Pero, sobre todo, donde se nota es en el comedor social y en las atenciones a pago de suministros por el encarecimiento de la energía”, explica José Ángel Mirón.
La mayoría de familias que busca ayuda en las parroquias ya no solo lo hace para el tradicional reparto de alimentos (que también se ha incrementado en Ourense a pesar del encarecimiento de los productos), sino porque no pueden hacer frente a los gastos de calefacción, agua, luz o alquiler. “Si antes eran facturas de 120, ahora pagamos de 160 euros. Ahora llega el invierno y se notan muchísimo las peticiones de ayuda”, apunta el delegado de Cáritas.
El incremento del coste de los alquileres en Ourense también destapa una vieja realidad: los pisos compartidos por varias familias porque, de otro modo, no podrían pagarse un techo. “Estamos viendo un aumento de los mal llamados ‘pisos patera’ o alquiler por habitaciones. Es muy llamativo cuando nos llegan los informes sociales y aparecen personas que no son familiares y están todos empadronados en la misma vivienda. Es la necesidad. Muchos no pueden trabajar o tienen trabajos precarios por hora”, destaca Mirón.
Desde Cáritas Diocesana de Ourense estiman que “es posible que se haya duplicado el número de usuarios respecto al año pasado”. En la memoria de 2021, Cáritas Diocesana de Ourense atendió a 9.139 personas, la mitad en la atención directa y cercana que hacen las parroquias (4.871), cerca de mil en los programas de acogida integral y empleo, otras mil en el ropero y casi 900 en el comedor social. Si se han doblado ya las cifras del ejercicio anterior implica que 20.000 residentes de la provincia necesitan ayuda urgente para cubrir necesidades básicas como el alimento.
Los ourensanos, según Cáritas Diocesana, no han bajado la guardia ante este drama social que parece acrecentarse. Pero toda ayuda suma. “Los que colaboran con la Iglesia siguen siendo muy generosos a pesar de la crisis”, valora Mirón. La ayuda más útil es la económica, para que las parroquias puedan gestionar la compra de alimentos, el pago de suministros y otras necesidades de los usuarios. Diez familias al mes están tocando por primera vez la puerta de la parroquia en Ourense porque no pueden llegar a fin de mes en condiciones dignas.
