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Será en Octubre
Pablo Iglesias ignora a Yolanda Díaz y revuelve a Podemos contra el PSOE por el 'caso Garzón'
El cofundador de Podemos recurre a la estrategia del "bulo" y acusa a Pedro Sánchez de hacerle el juego a la derecha
Alberto Garzón y Pablo Iglesias, en 2017.JAVI MARTÍNEZ
PREMIUM
Aparte de la existencia de las macrogranjas, el ministro Alberto Garzón ha destapado muchas otras cosas. El pecado original de la precipitada formación del Gobierno, el acuerdo que impide al presidente cambiar a los ministros de Unidas Podemos (UP), el desquite de un ministro de segunda fila, el hartazgo del PSOE con los modos políticos de UP, el liderazgo formal de una vicepresidenta, Yolanda Díaz, frente al liderazgo jovenlandesal del partido que aún sigue manteniendo Pablo Iglesias a través de sus muchas colaboraciones en medios de comunicación.
La controversia en torno a las declaraciones de Alberto Garzón ha ido escalando peldaños de tensión en el seno del Gobierno, del PSOE y de Unidas Podemos hasta saldarse con la reclusión simbólica del ministro de Consumo en una especie de celda de castigo.
El presidente y los ministros socialistas han situado a Garzón en el limbo del Consejo de Ministros. Y lo han hecho sin disimulos. Luis Planas, ministro de Agricultura y uno de los políticos más respetados del país, le ha desautorizado con todas las letras. El presidente, Pedro Sánchez, calificó la polémica de "lamentable". La ministra portavoz dijo que el Consejo ha fijado su posición y que el ministro tiene la suya propia.
Yolanda Díaz, la vicepresidenta a quien Pablo Iglesias dejó al cargo de los ministerios de Unidas Podemos, ha pedido -casi suplicado- que se cierre esta polémica y que se cuide la coalición.
Aquí llegamos al principal problema de salud del Gobierno de coalición, que no es otro que la situación interna de Unidas Podemos. El episodio de las macrogranjas ha evidenciado que quien marca la línea de comunicación política -valga la redundancia en este caso- es el fundador y ex líder de Podemos.
A través de sus intervenciones en los medios, como analista y tertuliano, Iglesias ha establecido definitivamente el marco del debate: la polémica de Garzón es un bulo alimentado por la derecha y la extrema derecha, al estilo de lo que hacen Trump y Bolsonaro. Un bulo alentado por los periodistas de derechas -que manejan la agenda mediática, a su juicio- y tan peligroso para la democracia como el que llevó a un grupo de enloquecidos americanos a tomar el Capitolio hace ahora un año. El marco mental del bulo conecta con las batallas culturales de esta época y tiene eco en las redes sociales.
Iglesias censuró al presidente del Gobierno, a los presidentes autonómicos socialistas y a los ministros críticos con Garzón por haberse hecho eco del bulo. En su opinión, Pedro Sánchez y el PSOE han caído en la trampa de la derecha y la extrema derecha.
Éste ha sido el mensaje que todos los dirigentes de UP han replicado una y otra vez en entrevistas en medios y redes sociales. Especialmente explícito se mostró Iglesias en el programa Hora 25 de la Cadena Ser, donde dijo que Sánchez se arrepentirá de dar pábulo a una mentira para atacar al socio de Gobierno. La ex vicepresidenta Carmen alopécico, presente en la tertulia, le respondió: "Pablo, ya no eres el líder de Podemos".
Díaz no dispone del liderazgo sobre los ministros y las ministras de UP, entre otras cosas, porque la vicepresidenta tampoco quiere cargar con la herencia política de Iglesias, tal y como él se la dejó el 4-M después de la derrota electoral madrileña.
Nunca se pudo imaginar Alfonso Fernández Mañueco, el presidente y candidato del PP a las elecciones en Castilla y León, que Unidas Podemos le iba a hacer un regalo tan inesperado para su campaña electoral. Y lo va a explotar hasta el límite, y más allá. Mientras, el PSOE quiere huir como de la peste de los errores de la campaña madrileña del 4-M. Entonces, los socialistas siguieron la estela del marco establecido por Pablo Iglesias -el "fascismo"- para combatir a Isabel Díaz Ayuso.
El campo es un tema sensible que Luis Planas tenía pacificado hasta que llegó Garzón. Pedro Sánchez no puede destituir al ministro de Consumo porque sería darle una patada al avispero de UP con varios líderes y ninguna estabilidad, pero sí ha querido dejarle claro a los electores castellano-leoneses que Garzón no es de los suyos. El 13-F sabremos qué consecuencias electorales tienen una y otra estrategia.
El cofundador de Podemos recurre a la estrategia del "bulo" y acusa a Pedro Sánchez de hacerle el juego a la derecha
Alberto Garzón y Pablo Iglesias, en 2017.JAVI MARTÍNEZ
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- LUCÍA MÉNDEZ
@LuciaMendezEM
Madrid
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- Política Sánchez eleva la presión sobre Garzón ante la imposibilidad de cesar a un ministro de Unidas Podemos
- Política Yolanda Díaz censura al PSOE por dejar solo a Alberto Garzón
Aparte de la existencia de las macrogranjas, el ministro Alberto Garzón ha destapado muchas otras cosas. El pecado original de la precipitada formación del Gobierno, el acuerdo que impide al presidente cambiar a los ministros de Unidas Podemos (UP), el desquite de un ministro de segunda fila, el hartazgo del PSOE con los modos políticos de UP, el liderazgo formal de una vicepresidenta, Yolanda Díaz, frente al liderazgo jovenlandesal del partido que aún sigue manteniendo Pablo Iglesias a través de sus muchas colaboraciones en medios de comunicación.
La controversia en torno a las declaraciones de Alberto Garzón ha ido escalando peldaños de tensión en el seno del Gobierno, del PSOE y de Unidas Podemos hasta saldarse con la reclusión simbólica del ministro de Consumo en una especie de celda de castigo.
El presidente y los ministros socialistas han situado a Garzón en el limbo del Consejo de Ministros. Y lo han hecho sin disimulos. Luis Planas, ministro de Agricultura y uno de los políticos más respetados del país, le ha desautorizado con todas las letras. El presidente, Pedro Sánchez, calificó la polémica de "lamentable". La ministra portavoz dijo que el Consejo ha fijado su posición y que el ministro tiene la suya propia.
Yolanda Díaz, la vicepresidenta a quien Pablo Iglesias dejó al cargo de los ministerios de Unidas Podemos, ha pedido -casi suplicado- que se cierre esta polémica y que se cuide la coalición.
No es tan fácil, porque hay muchas personas que prefieren cuidarse ellas mismas a cuidar de la coalición. Alberto Garzón, sin ir más lejos. Lejos de molestarse por haber sido enviado al limbo, ha visto la posibilidad de levantar cabeza. Desde que irrumpiera Podemos en la escena, nunca el ministro de Consumo ha tenido tanto protagonismo político. Diríase que está disfrutando el momento de encabezar la ola verde.Lejos de molestarse por haber sido enviado al limbo, Garzón ha visto la posibilidad de levantar cabeza
Aquí llegamos al principal problema de salud del Gobierno de coalición, que no es otro que la situación interna de Unidas Podemos. El episodio de las macrogranjas ha evidenciado que quien marca la línea de comunicación política -valga la redundancia en este caso- es el fundador y ex líder de Podemos.
A través de sus intervenciones en los medios, como analista y tertuliano, Iglesias ha establecido definitivamente el marco del debate: la polémica de Garzón es un bulo alimentado por la derecha y la extrema derecha, al estilo de lo que hacen Trump y Bolsonaro. Un bulo alentado por los periodistas de derechas -que manejan la agenda mediática, a su juicio- y tan peligroso para la democracia como el que llevó a un grupo de enloquecidos americanos a tomar el Capitolio hace ahora un año. El marco mental del bulo conecta con las batallas culturales de esta época y tiene eco en las redes sociales.
Iglesias censuró al presidente del Gobierno, a los presidentes autonómicos socialistas y a los ministros críticos con Garzón por haberse hecho eco del bulo. En su opinión, Pedro Sánchez y el PSOE han caído en la trampa de la derecha y la extrema derecha.
Éste ha sido el mensaje que todos los dirigentes de UP han replicado una y otra vez en entrevistas en medios y redes sociales. Especialmente explícito se mostró Iglesias en el programa Hora 25 de la Cadena Ser, donde dijo que Sánchez se arrepentirá de dar pábulo a una mentira para atacar al socio de Gobierno. La ex vicepresidenta Carmen alopécico, presente en la tertulia, le respondió: "Pablo, ya no eres el líder de Podemos".
La petición de Yolanda Díaz de cuidar la coalición cae así en saco roto, precisamente en el espacio político que pretende liderar. Iglesias, constructor del Gobierno de coalición, prefiere cultivar su propio liderazgo de opinión -y su propio criterio de la coalición- antes que ayudar a la vicepresidenta segunda a sobrevivir políticamente para llegar a las elecciones generales como cabeza de cartel de su frente amplio de izquierdas.Díaz no dispone del liderazgo sobre los ministros de UP porque no quiere cargar con la herencia de Iglesias
Díaz no dispone del liderazgo sobre los ministros y las ministras de UP, entre otras cosas, porque la vicepresidenta tampoco quiere cargar con la herencia política de Iglesias, tal y como él se la dejó el 4-M después de la derrota electoral madrileña.
Nunca se pudo imaginar Alfonso Fernández Mañueco, el presidente y candidato del PP a las elecciones en Castilla y León, que Unidas Podemos le iba a hacer un regalo tan inesperado para su campaña electoral. Y lo va a explotar hasta el límite, y más allá. Mientras, el PSOE quiere huir como de la peste de los errores de la campaña madrileña del 4-M. Entonces, los socialistas siguieron la estela del marco establecido por Pablo Iglesias -el "fascismo"- para combatir a Isabel Díaz Ayuso.
El campo es un tema sensible que Luis Planas tenía pacificado hasta que llegó Garzón. Pedro Sánchez no puede destituir al ministro de Consumo porque sería darle una patada al avispero de UP con varios líderes y ninguna estabilidad, pero sí ha querido dejarle claro a los electores castellano-leoneses que Garzón no es de los suyos. El 13-F sabremos qué consecuencias electorales tienen una y otra estrategia.