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El calentamiento global será maravilloso para Rusia
Ayudará a abrir su ruta marítima del norte, impulsar su agricultura y ayudar a descubrir más minerales y petróleo para la extracción.
Esos rusos molestos
Jonathan Jacobsonhace 4 horas 156 4
A medida que el aumento de la temperatura derrita los icebergs, no solo se podrá acceder a esos recursos, sino que, como dijo el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo en mayo, “las reducciones constantes en el hielo marino están abriendo nuevos pasillos y nuevas oportunidades para el comercio. Esto podría reducir el tiempo necesario para viajar entre Asia y Occidente hasta en 20 días. Las rutas marítimas del Ártico podrían convertirse en los canales de Suez y Panamá del siglo XXI ”.
Un informe de 2014 de un comité de la ONU encontró que aproximadamente el 80 por ciento del comercio mundial se realiza a través del tras*porte marítimo, y que el Canal de Suez sigue siendo la principal ruta comercial marítima entre Europa y Asia Oriental. Sin embargo, el uso generalizado de la ruta del noreste en el Océano Ártico para el envío reducirá la distancia entre Europa y el Lejano Oriente en un tercio. Además, la ruta del noroeste en el Océano Ártico acortará la distancia entre Asia y América del Norte en casi un 20 por ciento, creando una alternativa al Canal de Panamá. Los principales beneficiarios de estos desarrollos serán los países con puertos en el Mar del Norte y el Mar Báltico, en particular, Rusia.
Un estudio examinó un escenario extremo: rutas marítimas árticas operativas durante todo el año. Predijo que aproximadamente dos tercios del comercio que pasa por el Canal de Suez se desviaría a las nuevas rutas de envío . En cualquier caso, el derretimiento de los icebergs del Ártico abrirá cada vez más rutas comerciales desde las costas del norte de Rusia hasta el este de Asia, con grandes implicaciones para el comercio mundial. Es fácil imaginar que una gran proporción de las exportaciones chinas a Europa se envíen a través de Rusia. Esto también facilitaría a Rusia el envío de sus propios productos, dando a Moscú una ventaja sobre los competidores occidentales.
Una bendición para China
Los icebergs se están derritiendo. En mayo pasado, se midieron temperaturas de 29 grados centígrados en el Océano Ártico, 17 grados más que el promedio de verano en esa región. Junio de 2019 fue el mes más caluroso desde que comenzó el registro de temperaturas en 1880, antes de que llegara julio y rompiera ese récord, por lo que la tendencia es clara: el clima de la Tierra está cambiando al ritmo más rápido desde los albores de la humanidad. Incluso si todos los países del mundo hicieran un cambio completo a las energías renovables, todavía habría un aumento de temperatura de 1.5 grados. A la luz de esto, muchos investigadores creen que para 2024 la reducción en la cantidad de hielo en el Océano Ártico permitirá la libre circulación de barcos que tras*porten solo equipos livianos para romper el hielo.
No sorprende entonces que en mayo, en Finlandia, en una reunión del Consejo Ártico, un organismo intergubernamental de ocho países, Pompeo describió el desastre ambiental que se desarrolla cerca del Polo Norte como "una arena de poder y competencia global" por la gran cantidad de recursos. incluyendo gas natural, petróleo, minerales y peces. Parece que todos están lanzando miradas codiciosas al océano de hielo que desaparece. Junto con una creciente presencia militar en la región por parte de los Estados Unidos, Canadá y Francia, incluso los chinos esperan poner un pie en la puerta del Ártico mientras crean su ruta contemporánea de seda, su Iniciativa Belt and Road, y sus barcos tienen visto en la región.
"Hemos visto que el hielo en el Círculo Polar Ártico se está derritiendo, y los envíos comerciales ya están utilizando el paso del noreste", dice Arne Bardalen, del Instituto Noruego de Investigación de Bioeconomía, un experto en agricultura, seguridad nutricional y cambio climático que sirve como asesor especial de varios comités gubernamentales.
"A medida que el cambio climático continúa", señala Bardalen, "se estima que habrá períodos crecientes durante los cuales el envío comercial podría pasar por ese pasaje. China, por ejemplo, está muy interesada en estas posibilidades, que podrían abrir nuevas rutas comerciales y de tras*porte a los mercados europeos. Creo que esto tendrá importantes consecuencias para el comercio mundial; los costos de tras*porte se reducirán y la disponibilidad, y por lo tanto la competitividad, de productos de China, por ejemplo, aumentará ".
Ese desarrollo, agrega, "también tendrá impactos geopolíticos, por supuesto, ya que cada vez más países buscarán involucrarse en el Ártico, algo que los miembros del Consejo del Ártico están siguiendo de cerca".
Rusia, con el Polo Norte en su patio trastero, está trabajando para lograr un escenario comercial global de este tipo junto con los chinos y, en algunos casos, en cooperación con ellos. En 2017, por primera vez, un petrolero ruso atravesó el Océano Ártico sin necesidad de rompehielos. Rusia ya ha reforzado su presencia civil en la región, y su presencia militar ha alcanzado un nivel no visto desde la Guerra Fría. Las bases del ejército abandonadas después del colapso de la Unión Soviética han sido renovadas y renovadas; Según el Ministerio de Defensa de Rusia, se han construido 475 nuevas instalaciones militares en el área desde 2012. Recientemente se estableció una nueva brigada polar, y en abril pasado el periódico Izvestia informó que para fines de 2020, el sistema de defensa aérea más avanzado de Rusia, el El sistema de misiles S-400 se desplegará a lo largo de las costas del Océano Ártico y en varias islas de la región.
En abril, un mes antes de la convocatoria del Consejo Ártico, el Foro Ártico Internacional, un organismo dominado por Rusia compuesto por representantes de varios gobiernos, científicos, figuras empresariales y grupos internacionales, se reunió en San Petersburgo con los primeros ministros de Suecia y Noruega. y los presidentes de Finlandia e Islandia presentes. En el evento, el presidente ruso, Vladimir pilinguin, anunció una nueva estrategia para el desarrollo de la región. Ya este año, anunció el despliegue de tres rompehielos de propulsión nuclear allí. Según fuentes oficiales en Moscú, se ofrecerán exenciones de impuestos a quienes inviertan en el área, se construirá un nuevo puerto cerca de la terminal de gas natural en Sabetta, en la costa rusa del Océano Ártico, y se conectará una línea de ferrocarril que puerto al interior.
Todo esto es parte de un esquema ruso más grande diseñado para desafiar el mapa comercial global, ya que está siendo elaborado a través de decisiones políticas de Occidente, encabezado por los Estados Unidos. pilinguin no tiene la cantidad de recursos que posee su vecino de la superpotencia al este, pero el conejo en su sombrero se está calentando globalmente. Más allá de las nuevas rutas comerciales que podrían abrirse, Rusia también se beneficiará de otra manera del calentamiento del planeta: la accesibilidad a la tierra para la producción agrícola.
Un informe de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura descubrió que para 2050, la producción agrícola en Europa occidental puede disminuir en un 2,9 por ciento y en la India en un 2,6 por ciento desde los niveles de 2018. Al mismo tiempo, se espera que el aumento de las temperaturas aumente la producción agrícola en Rusia en un 0,9 por ciento.
Como dice George Rapsominikis, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y uno de los autores del informe: "En países templados como Rusia y las regiones donde se encuentran la mayoría de los países desarrollados, el clima más cálido puede tener un efecto positivo en los rendimientos de los cultivos".
El sesenta por ciento de la energía alimentaria en todo el mundo proviene de uno de los tres granos: maíz, trigo y arroz (que también son los tres cultivos más cultivados), mientras que un cuarto, la soja, es la fuente de proteínas para aproximadamente el 65 por ciento de todos Rapsominikis explica que los animales de granja del planeta. Dado que se prevé que la producción agrícola en países relativamente "fríos", como Rusia, aumente , es probable que la centralización del comercio de los productos básicos se agudice. "Esperaríamos que los países que están gravemente afectados por el cambio climático tengan que aumentar sus importaciones, y eso podría afectar sus economías", agrega.
Como señala Bardalen, "el riesgo en la concentración agrícola es que los principales exportadores pueden utilizar la alimentación y la agricultura como una herramienta política y estratégica en conflictos políticos y guerras comerciales".
Conquista por cultivos
Mientras tanto, Moscú está preparando activamente el terreno para el futuro. Según Stephen Wegren, un experto en agricultura rusa que enseña en el departamento de ciencias políticas de la Universidad Metodista del Sur en Dallas, los rusos se encuentran ahora en una "coyuntura crítica". Su liderazgo afirma que han "alcanzado la seguridad alimentaria y la autosuficiencia: No producen todos los productos alimenticios que consumen, pero consumen más de sus propios alimentos que nunca. Ahora su política ha evolucionado para incluir las exportaciones de alimentos. Quieren convertirse en uno de los principales exportadores de alimentos del mundo, una superpotencia agrícola ".
Aparentemente, con más de 1.2 millones de kilómetros cuadrados de tierra cultivable, Rusia debería ser una "superpotencia agrícola". A principios del siglo XX, por ejemplo, era el mayor exportador mundial de trigo. Sin embargo, los intentos de varios líderes soviéticos de introducir una agricultura colectiva generalizada resultaron ineficientes. La Unión Soviética se enorgullecía de su independencia alimentaria, pero eso se logró a pesar de la baja producción agrícola y la muy poca diversidad alimentaria para la población. En la década de 1970, las fallas agrícolas obligaron a la Unión Soviética a importar granos.
“Comencé a ir a la Unión Soviética a fines de la década de 1980”, recuerda el profesor Wegren, “y en ese momento la teoría realmente no se ajustaba a la realidad. Minimizaron el comercio con Occidente, pero eso no significaba ser completamente autosuficientes. Sin embargo, el pobre desempeño del sector agrícola obligó a comprar cereales y maíz occidentales ”.
Tras el colapso del bloque soviético, la cantidad de tierra cultivable utilizada para fines agrícolas en territorio ruso cayó de 900,000 kilómetros cuadrados a poco más de 730,000 kilómetros cuadrados. Los nuevos empresarios del país prefirieron invertir su tiempo y dinero en la perforación de petróleo y gas. Las granjas estatales de la era soviética fueron desmanteladas, y pocos propietarios privados tenían suficiente capital para comprar equipos modernos que les permitieran competir en el mercado abierto. En cambio, muchos de ellos emigraron a Moscú y otras ciudades en busca de un nuevo empleo y una nueva forma de vida.
“Debe señalarse que ningún otro país del mundo intentó democratizar e instalar el capitalismo al mismo tiempo. Rusia estaba intentando algo muy único, y podemos decir que tal vez no tuvieron mucho éxito ", dice Wegren.
“Entonces pilinguin entró en escena. A partir de 2000, él centralizó el poder del gobierno federal y el estado. Los precios del petróleo comenzaron a subir, por lo que tenía dinero para hacer cosas, como ofrecer subsidios y crear un programa de revitalización financiera que cancelara las deudas y multas para las granjas, lo que les quitó una gran carga de encima. Creó un banco agrícola, un sistema de crédito. Escribió leyes sobre hipotecas de tierras, como una forma de recaudar capital , por lo que, básicamente, tenía un entorno económico completamente diferente para trabajar ".
A pesar del apoyo de su gobierno, a los agricultores rusos inicialmente les resultó difícil satisfacer las nuevas demandas, y el embargo económico que siguió a la anexión de Crimea impulsó aún más la inflación local. Pero ahora parecía que la apuesta de pilinguin había valido la pena. A pesar de que la economía rusa entró en recesión dos años después de que se impusieron las sanciones, el gobierno redujo las importaciones de alimentos en un 40 por ciento entre 2013 y 2015.
El mes pasado, en el Foro Económico Rusia-África celebrado en Sochi, pilinguin declaró con orgullo que su país exportaba a África "más alimentos que armas". De hecho, mientras que en 2010 los productos agrícolas generaron ingresos de $ 9 mil millones, en 2018, el presidente anunciado, las exportaciones agrícolas ascendieron a $ 20 mil millones y este año llegarían a $ 25 mil millones.
“pilinguin ha encargado al sector agrícola la tarea de alcanzar $ 45 mil millones en exportaciones de alimentos para 2024 . Si lo logran, esto los colocaría entre los 10 principales exportadores mundiales ”, dice Wegren. Pero incluso entonces, señala, la brecha entre Rusia y Estados Unidos, que encabeza la lista, seguirá siendo sustancial. Está de acuerdo en que es importante, sin embargo, considerar el tipo de cultivos. De hecho, los granos, principalmente el trigo, representan el 60 por ciento de los ingresos por exportaciones agrícolas de Rusia. En 2017, Rusia pasó a Estados Unidos para convertirse en el mayor exportador mundial de trigo, un título que Rusia retuvo también el año pasado.
Mientras tanto, no hay indicios de que los rusos tengan la intención de descansar en sus laureles. Este año, Moscú asignó unos 300 mil millones de rublos ($ 4,74 mil millones) en fondos del gobierno a la agricultura, incluidos 40 mil millones para el desarrollo de los mercados de exportación. De 2019 a 2024, entre 300 mil millones y 350 mil millones de rublos se destinarán a proyectos que fomenten tales exportaciones. A medida que la agricultura rusa continúa aumentando, el miedo a las repercusiones está aumentando rápidamente. Como señala Wegren: "No hay absolutamente ninguna duda de que, a medida que aumente la producción agrícola de Rusia y aumente su condición de exportador, estarán más inclinados a usar los alimentos como un instrumento de política exterior, lo que significa que los usarán para intentar para obligar a otros estados a hacer su oferta ".
Según datos oficiales rusos, en 2017 el estado exportó alimentos y productos agrícolas a más de 159 países de todo el mundo. En particular, Moscú ha puesto su mirada en los mercados de Asia oriental y Oriente Medio. Sus empresas agrícolas aumentaron la producción de soja de 650,000 toneladas en 2007 a 3.6 millones de toneladas un año después. Los acuerdos comerciales agrícolas se han firmado en los últimos años no solo con China sino también con países como Japón, Vietnam y Mongolia. El primero importa más de 95 millones de toneladas de soja al año; Estados Unidos representaba más de un tercio de eso antes del inicio reciente de una guerra comercial entre los dos países. Moscú no puede suministrar esa cantidad en su totalidad, pero se complace en ayudar a llenar el vacío e incluso en arrendar extensas tierras de cultivo a corporaciones chinas.
Sin embargo, no todo es rosas. Rusia, que aceptó los términos del Acuerdo de París sobre el cambio climático solo a fines de septiembre, en realidad se está volviendo más cálido 2.5 veces más rápido que el promedio mundial , lo que naturalmente conlleva muchas desventajas. Un informe de 2018 del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Rusia declaró que el país enfrenta un "apocalipsis climático". Ya ha habido un aumento perceptible en la cantidad de incendios, tormentas, sequías e inundaciones en gran parte del país.
"La apertura de las rutas marítimas del Ártico podría tener beneficios a corto plazo, pero una vez que tenga un comercio más frecuente a través de esos mares, calentará el agua y los barcos que pasen generarán emisiones de gas (el envío es en realidad una gran fuente de emisiones) causando una gran contaminación del aire ", dice Elisa Lanzi de la sede de la OCDE en París. Como economista de alto nivel en la organización, con más de una década de experiencia en su unidad ambiental, Lanzi agrega que aunque Rusia tendrá más tierras para la agricultura, "el hecho de que no haya nieve en el suelo también puede significar que ciertas [congeladas previamente ] los bichito podrían propagarse nuevamente. No todo lo que parece positivo, incluso a corto plazo, es realmente así ”.
Pero incluso según Lanzi y sus colegas de la OCDE, no podemos ignorar que el calentamiento global conducirá a muchos cambios en el comercio mundial. Y como están las cosas ahora, es muy posible que pilinguin pueda tras*formar a Rusia nuevamente en una superpotencia simplemente vendiendo trigo, sin siquiera tener que recurrir a la fuerza militar.
Ayudará a abrir su ruta marítima del norte, impulsar su agricultura y ayudar a descubrir más minerales y petróleo para la extracción.
Esos rusos molestos
Jonathan Jacobsonhace 4 horas 156 4
Norilsk espera que el cambio climático no sea un engaño
La crisis climática se está convirtiendo gradualmente en un hecho de la vida. Enormes extensiones de tierra en todo el mundo se están volviendo áridas, las poblaciones humanas están siendo impulsadas a migrar, especies enteras se están extinguiendo y los fenómenos naturales extremos están ocurriendo con mayor frecuencia. Los científicos y los líderes políticos están profundamente preocupados por el peligro que se avecina para la continuación de la vida en la Tierra. [¿Dramático mucho?] Pero otros tienen una opinión diferente sobre los desarrollos. Creen que cada crisis es una oportunidad, y de hecho, para Rusia, la crisis climática constituye una oportunidad de oro.
A medida que el aumento de la temperatura derrita los icebergs, no solo se podrá acceder a esos recursos, sino que, como dijo el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo en mayo, “las reducciones constantes en el hielo marino están abriendo nuevos pasillos y nuevas oportunidades para el comercio. Esto podría reducir el tiempo necesario para viajar entre Asia y Occidente hasta en 20 días. Las rutas marítimas del Ártico podrían convertirse en los canales de Suez y Panamá del siglo XXI ”.
Un informe de 2014 de un comité de la ONU encontró que aproximadamente el 80 por ciento del comercio mundial se realiza a través del tras*porte marítimo, y que el Canal de Suez sigue siendo la principal ruta comercial marítima entre Europa y Asia Oriental. Sin embargo, el uso generalizado de la ruta del noreste en el Océano Ártico para el envío reducirá la distancia entre Europa y el Lejano Oriente en un tercio. Además, la ruta del noroeste en el Océano Ártico acortará la distancia entre Asia y América del Norte en casi un 20 por ciento, creando una alternativa al Canal de Panamá. Los principales beneficiarios de estos desarrollos serán los países con puertos en el Mar del Norte y el Mar Báltico, en particular, Rusia.
Un estudio examinó un escenario extremo: rutas marítimas árticas operativas durante todo el año. Predijo que aproximadamente dos tercios del comercio que pasa por el Canal de Suez se desviaría a las nuevas rutas de envío . En cualquier caso, el derretimiento de los icebergs del Ártico abrirá cada vez más rutas comerciales desde las costas del norte de Rusia hasta el este de Asia, con grandes implicaciones para el comercio mundial. Es fácil imaginar que una gran proporción de las exportaciones chinas a Europa se envíen a través de Rusia. Esto también facilitaría a Rusia el envío de sus propios productos, dando a Moscú una ventaja sobre los competidores occidentales.
Una bendición para China
Los icebergs se están derritiendo. En mayo pasado, se midieron temperaturas de 29 grados centígrados en el Océano Ártico, 17 grados más que el promedio de verano en esa región. Junio de 2019 fue el mes más caluroso desde que comenzó el registro de temperaturas en 1880, antes de que llegara julio y rompiera ese récord, por lo que la tendencia es clara: el clima de la Tierra está cambiando al ritmo más rápido desde los albores de la humanidad. Incluso si todos los países del mundo hicieran un cambio completo a las energías renovables, todavía habría un aumento de temperatura de 1.5 grados. A la luz de esto, muchos investigadores creen que para 2024 la reducción en la cantidad de hielo en el Océano Ártico permitirá la libre circulación de barcos que tras*porten solo equipos livianos para romper el hielo.
No sorprende entonces que en mayo, en Finlandia, en una reunión del Consejo Ártico, un organismo intergubernamental de ocho países, Pompeo describió el desastre ambiental que se desarrolla cerca del Polo Norte como "una arena de poder y competencia global" por la gran cantidad de recursos. incluyendo gas natural, petróleo, minerales y peces. Parece que todos están lanzando miradas codiciosas al océano de hielo que desaparece. Junto con una creciente presencia militar en la región por parte de los Estados Unidos, Canadá y Francia, incluso los chinos esperan poner un pie en la puerta del Ártico mientras crean su ruta contemporánea de seda, su Iniciativa Belt and Road, y sus barcos tienen visto en la región.
"Hemos visto que el hielo en el Círculo Polar Ártico se está derritiendo, y los envíos comerciales ya están utilizando el paso del noreste", dice Arne Bardalen, del Instituto Noruego de Investigación de Bioeconomía, un experto en agricultura, seguridad nutricional y cambio climático que sirve como asesor especial de varios comités gubernamentales.
"A medida que el cambio climático continúa", señala Bardalen, "se estima que habrá períodos crecientes durante los cuales el envío comercial podría pasar por ese pasaje. China, por ejemplo, está muy interesada en estas posibilidades, que podrían abrir nuevas rutas comerciales y de tras*porte a los mercados europeos. Creo que esto tendrá importantes consecuencias para el comercio mundial; los costos de tras*porte se reducirán y la disponibilidad, y por lo tanto la competitividad, de productos de China, por ejemplo, aumentará ".
Ese desarrollo, agrega, "también tendrá impactos geopolíticos, por supuesto, ya que cada vez más países buscarán involucrarse en el Ártico, algo que los miembros del Consejo del Ártico están siguiendo de cerca".
Rusia, con el Polo Norte en su patio trastero, está trabajando para lograr un escenario comercial global de este tipo junto con los chinos y, en algunos casos, en cooperación con ellos. En 2017, por primera vez, un petrolero ruso atravesó el Océano Ártico sin necesidad de rompehielos. Rusia ya ha reforzado su presencia civil en la región, y su presencia militar ha alcanzado un nivel no visto desde la Guerra Fría. Las bases del ejército abandonadas después del colapso de la Unión Soviética han sido renovadas y renovadas; Según el Ministerio de Defensa de Rusia, se han construido 475 nuevas instalaciones militares en el área desde 2012. Recientemente se estableció una nueva brigada polar, y en abril pasado el periódico Izvestia informó que para fines de 2020, el sistema de defensa aérea más avanzado de Rusia, el El sistema de misiles S-400 se desplegará a lo largo de las costas del Océano Ártico y en varias islas de la región.
En abril, un mes antes de la convocatoria del Consejo Ártico, el Foro Ártico Internacional, un organismo dominado por Rusia compuesto por representantes de varios gobiernos, científicos, figuras empresariales y grupos internacionales, se reunió en San Petersburgo con los primeros ministros de Suecia y Noruega. y los presidentes de Finlandia e Islandia presentes. En el evento, el presidente ruso, Vladimir pilinguin, anunció una nueva estrategia para el desarrollo de la región. Ya este año, anunció el despliegue de tres rompehielos de propulsión nuclear allí. Según fuentes oficiales en Moscú, se ofrecerán exenciones de impuestos a quienes inviertan en el área, se construirá un nuevo puerto cerca de la terminal de gas natural en Sabetta, en la costa rusa del Océano Ártico, y se conectará una línea de ferrocarril que puerto al interior.
Todo esto es parte de un esquema ruso más grande diseñado para desafiar el mapa comercial global, ya que está siendo elaborado a través de decisiones políticas de Occidente, encabezado por los Estados Unidos. pilinguin no tiene la cantidad de recursos que posee su vecino de la superpotencia al este, pero el conejo en su sombrero se está calentando globalmente. Más allá de las nuevas rutas comerciales que podrían abrirse, Rusia también se beneficiará de otra manera del calentamiento del planeta: la accesibilidad a la tierra para la producción agrícola.
Un informe de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura descubrió que para 2050, la producción agrícola en Europa occidental puede disminuir en un 2,9 por ciento y en la India en un 2,6 por ciento desde los niveles de 2018. Al mismo tiempo, se espera que el aumento de las temperaturas aumente la producción agrícola en Rusia en un 0,9 por ciento.
Como dice George Rapsominikis, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y uno de los autores del informe: "En países templados como Rusia y las regiones donde se encuentran la mayoría de los países desarrollados, el clima más cálido puede tener un efecto positivo en los rendimientos de los cultivos".
El sesenta por ciento de la energía alimentaria en todo el mundo proviene de uno de los tres granos: maíz, trigo y arroz (que también son los tres cultivos más cultivados), mientras que un cuarto, la soja, es la fuente de proteínas para aproximadamente el 65 por ciento de todos Rapsominikis explica que los animales de granja del planeta. Dado que se prevé que la producción agrícola en países relativamente "fríos", como Rusia, aumente , es probable que la centralización del comercio de los productos básicos se agudice. "Esperaríamos que los países que están gravemente afectados por el cambio climático tengan que aumentar sus importaciones, y eso podría afectar sus economías", agrega.
Como señala Bardalen, "el riesgo en la concentración agrícola es que los principales exportadores pueden utilizar la alimentación y la agricultura como una herramienta política y estratégica en conflictos políticos y guerras comerciales".
Conquista por cultivos
Mientras tanto, Moscú está preparando activamente el terreno para el futuro. Según Stephen Wegren, un experto en agricultura rusa que enseña en el departamento de ciencias políticas de la Universidad Metodista del Sur en Dallas, los rusos se encuentran ahora en una "coyuntura crítica". Su liderazgo afirma que han "alcanzado la seguridad alimentaria y la autosuficiencia: No producen todos los productos alimenticios que consumen, pero consumen más de sus propios alimentos que nunca. Ahora su política ha evolucionado para incluir las exportaciones de alimentos. Quieren convertirse en uno de los principales exportadores de alimentos del mundo, una superpotencia agrícola ".
Aparentemente, con más de 1.2 millones de kilómetros cuadrados de tierra cultivable, Rusia debería ser una "superpotencia agrícola". A principios del siglo XX, por ejemplo, era el mayor exportador mundial de trigo. Sin embargo, los intentos de varios líderes soviéticos de introducir una agricultura colectiva generalizada resultaron ineficientes. La Unión Soviética se enorgullecía de su independencia alimentaria, pero eso se logró a pesar de la baja producción agrícola y la muy poca diversidad alimentaria para la población. En la década de 1970, las fallas agrícolas obligaron a la Unión Soviética a importar granos.
“Comencé a ir a la Unión Soviética a fines de la década de 1980”, recuerda el profesor Wegren, “y en ese momento la teoría realmente no se ajustaba a la realidad. Minimizaron el comercio con Occidente, pero eso no significaba ser completamente autosuficientes. Sin embargo, el pobre desempeño del sector agrícola obligó a comprar cereales y maíz occidentales ”.
Tras el colapso del bloque soviético, la cantidad de tierra cultivable utilizada para fines agrícolas en territorio ruso cayó de 900,000 kilómetros cuadrados a poco más de 730,000 kilómetros cuadrados. Los nuevos empresarios del país prefirieron invertir su tiempo y dinero en la perforación de petróleo y gas. Las granjas estatales de la era soviética fueron desmanteladas, y pocos propietarios privados tenían suficiente capital para comprar equipos modernos que les permitieran competir en el mercado abierto. En cambio, muchos de ellos emigraron a Moscú y otras ciudades en busca de un nuevo empleo y una nueva forma de vida.
“Debe señalarse que ningún otro país del mundo intentó democratizar e instalar el capitalismo al mismo tiempo. Rusia estaba intentando algo muy único, y podemos decir que tal vez no tuvieron mucho éxito ", dice Wegren.
“Entonces pilinguin entró en escena. A partir de 2000, él centralizó el poder del gobierno federal y el estado. Los precios del petróleo comenzaron a subir, por lo que tenía dinero para hacer cosas, como ofrecer subsidios y crear un programa de revitalización financiera que cancelara las deudas y multas para las granjas, lo que les quitó una gran carga de encima. Creó un banco agrícola, un sistema de crédito. Escribió leyes sobre hipotecas de tierras, como una forma de recaudar capital , por lo que, básicamente, tenía un entorno económico completamente diferente para trabajar ".
A pesar del apoyo de su gobierno, a los agricultores rusos inicialmente les resultó difícil satisfacer las nuevas demandas, y el embargo económico que siguió a la anexión de Crimea impulsó aún más la inflación local. Pero ahora parecía que la apuesta de pilinguin había valido la pena. A pesar de que la economía rusa entró en recesión dos años después de que se impusieron las sanciones, el gobierno redujo las importaciones de alimentos en un 40 por ciento entre 2013 y 2015.
El mes pasado, en el Foro Económico Rusia-África celebrado en Sochi, pilinguin declaró con orgullo que su país exportaba a África "más alimentos que armas". De hecho, mientras que en 2010 los productos agrícolas generaron ingresos de $ 9 mil millones, en 2018, el presidente anunciado, las exportaciones agrícolas ascendieron a $ 20 mil millones y este año llegarían a $ 25 mil millones.
“pilinguin ha encargado al sector agrícola la tarea de alcanzar $ 45 mil millones en exportaciones de alimentos para 2024 . Si lo logran, esto los colocaría entre los 10 principales exportadores mundiales ”, dice Wegren. Pero incluso entonces, señala, la brecha entre Rusia y Estados Unidos, que encabeza la lista, seguirá siendo sustancial. Está de acuerdo en que es importante, sin embargo, considerar el tipo de cultivos. De hecho, los granos, principalmente el trigo, representan el 60 por ciento de los ingresos por exportaciones agrícolas de Rusia. En 2017, Rusia pasó a Estados Unidos para convertirse en el mayor exportador mundial de trigo, un título que Rusia retuvo también el año pasado.
Mientras tanto, no hay indicios de que los rusos tengan la intención de descansar en sus laureles. Este año, Moscú asignó unos 300 mil millones de rublos ($ 4,74 mil millones) en fondos del gobierno a la agricultura, incluidos 40 mil millones para el desarrollo de los mercados de exportación. De 2019 a 2024, entre 300 mil millones y 350 mil millones de rublos se destinarán a proyectos que fomenten tales exportaciones. A medida que la agricultura rusa continúa aumentando, el miedo a las repercusiones está aumentando rápidamente. Como señala Wegren: "No hay absolutamente ninguna duda de que, a medida que aumente la producción agrícola de Rusia y aumente su condición de exportador, estarán más inclinados a usar los alimentos como un instrumento de política exterior, lo que significa que los usarán para intentar para obligar a otros estados a hacer su oferta ".
Según datos oficiales rusos, en 2017 el estado exportó alimentos y productos agrícolas a más de 159 países de todo el mundo. En particular, Moscú ha puesto su mirada en los mercados de Asia oriental y Oriente Medio. Sus empresas agrícolas aumentaron la producción de soja de 650,000 toneladas en 2007 a 3.6 millones de toneladas un año después. Los acuerdos comerciales agrícolas se han firmado en los últimos años no solo con China sino también con países como Japón, Vietnam y Mongolia. El primero importa más de 95 millones de toneladas de soja al año; Estados Unidos representaba más de un tercio de eso antes del inicio reciente de una guerra comercial entre los dos países. Moscú no puede suministrar esa cantidad en su totalidad, pero se complace en ayudar a llenar el vacío e incluso en arrendar extensas tierras de cultivo a corporaciones chinas.
Sin embargo, no todo es rosas. Rusia, que aceptó los términos del Acuerdo de París sobre el cambio climático solo a fines de septiembre, en realidad se está volviendo más cálido 2.5 veces más rápido que el promedio mundial , lo que naturalmente conlleva muchas desventajas. Un informe de 2018 del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Rusia declaró que el país enfrenta un "apocalipsis climático". Ya ha habido un aumento perceptible en la cantidad de incendios, tormentas, sequías e inundaciones en gran parte del país.
"La apertura de las rutas marítimas del Ártico podría tener beneficios a corto plazo, pero una vez que tenga un comercio más frecuente a través de esos mares, calentará el agua y los barcos que pasen generarán emisiones de gas (el envío es en realidad una gran fuente de emisiones) causando una gran contaminación del aire ", dice Elisa Lanzi de la sede de la OCDE en París. Como economista de alto nivel en la organización, con más de una década de experiencia en su unidad ambiental, Lanzi agrega que aunque Rusia tendrá más tierras para la agricultura, "el hecho de que no haya nieve en el suelo también puede significar que ciertas [congeladas previamente ] los bichito podrían propagarse nuevamente. No todo lo que parece positivo, incluso a corto plazo, es realmente así ”.
Pero incluso según Lanzi y sus colegas de la OCDE, no podemos ignorar que el calentamiento global conducirá a muchos cambios en el comercio mundial. Y como están las cosas ahora, es muy posible que pilinguin pueda tras*formar a Rusia nuevamente en una superpotencia simplemente vendiendo trigo, sin siquiera tener que recurrir a la fuerza militar.
