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La policía identifica a la joven cuyo cadáver fue abandonado en una calle de Torremolinos
Se trata de una chica de 21 años de nacionalidad noruega que residía en España desde hace aproximadamente un año
La Policía Nacional ha identificado a la joven cuyo cadáver fue abandonado en una calle de Torremolinos con signos de asfixia. Se trata de una chica de 21 años y de nacionalidad noruega.
Los investigadores han comprobado la identidad tras practicar una necrorreseña al cadáver y facilitarla a las autoridades del país nórdico, que han remitido esta semana la respuesta con la confirmación oficial.
Los agentes de Homicidios ya manejaban esa identidad como la más probable y, de hecho, habían peinado la zona de Playamar para mostrar sus imágenes en redes sociales a los vecinos para reconstruir su vida.
Según fuentes cercanas al caso, la víctima se trasladó a España hace un año y residía en Málaga. Por el momento, se desconoce cómo acabó su cadáver en la entrada de una urbanización de Playamar.
El hallazgo del cuerpo se produjo sobre la una y media de la madrugada del 13 de septiembre. Fueron unos jóvenes los que, al volver a casa, se toparon con el cadáver sobre la acera.
En concreto, el cuerpo de la chica estaba junto a un paso de peatones a la entrada de la urbanización Benyamina norte, que está compuesta por dos bloques y que se sitúa en la parte alta de Playamar. Junto a la víctima había un bolso de tela que estaba prácticamente vacío.
El primer aviso del suceso lo recibió la Policía Local de Torremolinos, que envió una patrulla al lugar y alertó a los servicios sanitarios para tratar de reanimar a la joven. El médico del 061 que se desplazó al lugar no pudo hacer nada por su vida y ya a primera vista apreció que podía llevar horas fallecida.
Al tratarse de una fin en la vía pública, y ante la posibilidad de que hubiese mediado violencia, los policías locales avisaron a la comisaría de Torremolinos, que movilizó a los especialistas de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, encargados de investigar los homicidios, entre otros casos.
También se activó la comisión judicial -compuesta por el juez de guardia, el letrado de la Administración de Justicia (LAJ) y el médico forense- para proceder al levantamiento del cadáver, que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.
El cuerpo de la víctima fue trasladado primero al Hospital Clínico Universitario de Málaga para realizarle radiografías que permitan detectar fracturas internas u otros signos de violencia. Tras ello, la funeraria judicial lo llevó al Instituto de Medicina Legal (IML), donde este mismo miércoles por la mañana se le ha practicado la autopsia.
El examen forense ha sido realizado por dos profesionales del Servicio de Patología, tal y como marca el protocolo cuando se trata de muertes violentas donde, además, existe la sospecha de una etiología criminal.
El informe definitivo de la misma queda pendiente de las pruebas químicas, toxicológicas e histopatológicas, que es un estudio al microscopio de las muestras recogidas durante la autopsia.
Las pesquisas policiales apuntan a que la mujer falleció por asfixia, aunque aún no se ha logrado determinar de qué tipo. Aunque una de las hipótesis es que pudo sufrir una fin violenta, tampoco se descarta que pudiera haberse ahogado a causa de una reacción adversa a alguna sustancia.
Lo que los investigadores tienen meridianamente claro es que alguien tuvo que trasladar hasta allí su cadáver, ya que la acera donde se encontró es una zona de paso y la chica podría llevar 10 horas muerta cuando se localizó el cuerpo.
Se trata de una chica de 21 años de nacionalidad noruega que residía en España desde hace aproximadamente un año
La Policía Nacional ha identificado a la joven cuyo cadáver fue abandonado en una calle de Torremolinos con signos de asfixia. Se trata de una chica de 21 años y de nacionalidad noruega.
Los investigadores han comprobado la identidad tras practicar una necrorreseña al cadáver y facilitarla a las autoridades del país nórdico, que han remitido esta semana la respuesta con la confirmación oficial.
Los agentes de Homicidios ya manejaban esa identidad como la más probable y, de hecho, habían peinado la zona de Playamar para mostrar sus imágenes en redes sociales a los vecinos para reconstruir su vida.
Según fuentes cercanas al caso, la víctima se trasladó a España hace un año y residía en Málaga. Por el momento, se desconoce cómo acabó su cadáver en la entrada de una urbanización de Playamar.
El hallazgo del cuerpo se produjo sobre la una y media de la madrugada del 13 de septiembre. Fueron unos jóvenes los que, al volver a casa, se toparon con el cadáver sobre la acera.
En concreto, el cuerpo de la chica estaba junto a un paso de peatones a la entrada de la urbanización Benyamina norte, que está compuesta por dos bloques y que se sitúa en la parte alta de Playamar. Junto a la víctima había un bolso de tela que estaba prácticamente vacío.
El primer aviso del suceso lo recibió la Policía Local de Torremolinos, que envió una patrulla al lugar y alertó a los servicios sanitarios para tratar de reanimar a la joven. El médico del 061 que se desplazó al lugar no pudo hacer nada por su vida y ya a primera vista apreció que podía llevar horas fallecida.
Al tratarse de una fin en la vía pública, y ante la posibilidad de que hubiese mediado violencia, los policías locales avisaron a la comisaría de Torremolinos, que movilizó a los especialistas de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, encargados de investigar los homicidios, entre otros casos.
También se activó la comisión judicial -compuesta por el juez de guardia, el letrado de la Administración de Justicia (LAJ) y el médico forense- para proceder al levantamiento del cadáver, que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.
El cuerpo de la víctima fue trasladado primero al Hospital Clínico Universitario de Málaga para realizarle radiografías que permitan detectar fracturas internas u otros signos de violencia. Tras ello, la funeraria judicial lo llevó al Instituto de Medicina Legal (IML), donde este mismo miércoles por la mañana se le ha practicado la autopsia.
El examen forense ha sido realizado por dos profesionales del Servicio de Patología, tal y como marca el protocolo cuando se trata de muertes violentas donde, además, existe la sospecha de una etiología criminal.
El informe definitivo de la misma queda pendiente de las pruebas químicas, toxicológicas e histopatológicas, que es un estudio al microscopio de las muestras recogidas durante la autopsia.
Las pesquisas policiales apuntan a que la mujer falleció por asfixia, aunque aún no se ha logrado determinar de qué tipo. Aunque una de las hipótesis es que pudo sufrir una fin violenta, tampoco se descarta que pudiera haberse ahogado a causa de una reacción adversa a alguna sustancia.
Lo que los investigadores tienen meridianamente claro es que alguien tuvo que trasladar hasta allí su cadáver, ya que la acera donde se encontró es una zona de paso y la chica podría llevar 10 horas muerta cuando se localizó el cuerpo.
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