Clavisto
Será en Octubre
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- 10 Sep 2013
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- "Tú no te acuerdas de mi..."
Le eché un vistazo.
Pues no, aunque sí al otro pimpollo que lo acompañaba y junto al que diez segundos antes había entrado al bar cuando me faltaban treinta para bajar el telón de otro viernes pestoso.
Maldiciéndome por no haber esperado a echar la llave antes de liarme el cigarrillo les puse un par de copas al mismo tiempo que el Inolvidable me revelaba su identidad: un compañero de escuela de un hermano mío que hacía más de 20 años que no venía por el pueblo. Con un par.
Alucinado ante la presencia de semejante fulastre fingí interés por el motivo de su Venida, no sin tardar 0´2 en coscarme de que ya estaba cerca de Borrachera y en pleno centro de Enfarlopada, explosiva mezcla que dentro de la cabeza de un cenutrio de ese calibre puede dar a luz cualquier cosa y ninguna buena.
Y la razón era una cena conmemorativa que habían organizado para su clase de 8º de EGB.
Enternecedor...
Me preguntó por mi hermano, le dije que ya no trabajaba aquí, me preguntó qué hacía, le contesté con evasivas, me pidió su número de teléfono, se lo dí pensando "lo llevas claro", y terminó haciéndome el cuestionario habitual, qué tal me iba, "grrr...", si me había casado, "GRRRRR..." y si tenía hijos, "¡GUAU, GUAU!". Aproveché que fue al water para meterse una loncha y me fui a la esquina contraria con los otros tres clientes que quedaban, de los pocos a los que sinceramente me alegro de ver, una pareja y el ex de ella, gente educada, civilizada, y con quienes puedes beber y hablar a puerta cerrada de la narrativa useña del siglo XX sin temor a ser tomado por enfermo mental.
Pero el Inolvidable no podía permitirlo, el Inolvidable estaba de regreso al pueblo, puesto hasta las cejas, y todos los paletos teníamos que oír su historia aunque a ninguno nos importara una cosa.
Se había casado y se había divorciado, entre medias tuvieron un hijo que ya se hacía caricias y con el que estuvo de juerga durante las últimas Fallas, enseñándole el camino a seguir. Durante años trabajó en Madrid en un bar frecuentado por futbolistas, uno de esos donde van a ser engañados los mismos cazurros que luego protestan si les cobras 40 céntimos por una tapa más y callan sumisos cuando les hacen la clavada del siglo por comer lo que rechazan los chihuahuas de las pilinguis que acompañan a sus hídolos, me enseñó fotos con algunos de ellos, el pimpollo carabinero lo miraba con arrobo: su amigo de la infancia era todo un Personaje. Una de las veces que se fue al water me habló de lo figura que era, lo buen tío, los bemoles que tenía, estuve tentado en decirle que no era más que otro aficionado a las líneas blancas desquiciado y que dejara de seguirle el ritmo con las copas si quería llegar a su casa como el homo sapiens cuando se bajó del árbol, porque ya apenas se le entendía lo que quería decir, es lo que pasa cuando uno de los dos hace trampas con las napias: que la cosa va a la pata coja y la leche está a la vuelta de la esquina.
El Inolvidable salió del cagadero con renovados bríos, la grama debía de ser de primera, tal vez hubiera de haber invitado a un tiro a su pelota, poco a poco iba yaciendo sobre la barra, sus manazas ya no eran suficientemente fuertes para sujetar la cabecita, tan desproporcionada con el resto de su cuerpo de ex-jugador de baloncesto local, nada raro, no sé qué tendrá ese deporte pero muchos de los más estúpidos que he conocido en mi vida lo practicaban con asiduidad, será cosa de la falta de riego, pero el del Inolvidable estaba corriendo las 500 millas de Indianápolis, subiendo del tirón Galibier, la Cruz de Hierro y Alpe d´Huez, escalando el K-2 y bajando en helicóptero para subirlo otra vez...en dos palabras: estaba atacado.
Y entonces se acordó de la astuta de su ex, de como lo arruinó a base de quemar tarjetas de crédito, de porqué tuvo que marcharse a Valencia, "salir de Málaga para meterse en Malagón" pensé, de lo bien que le iba en la tierra de la luz, del amor, de las pastillas y de los dolidos petardos, de la tía con la que estaba, quiso enseñarme una foto pero se le acabó la batería, al teléfono, no a él, claro, aunque podía imaginármela perfectamente, "visto él, vista ella"...
Pero el remate de todos los remates fue cuando nos dijo que si conocíamos "El Buli":
- "El Bulli, querrás decir" me aventuré
- "NO, NO...JAJA...¡¡¡EL BULI!!!, ¡¡¡EL BULI DE MADRID!!!, ¡¡¡EL DEL ADRIÁ ESE!!!"
El Buli de Madrid del Adriá ése...gracias a Dios callamos los cuatro y nos mantuvimos a la expectativa.
- "Pues no..."
- "SÍ, TÍOS...UN SITIO DE querida progenitora...ES EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO...DICEN...PERO YO HE COMIDO EN SITIOS MEJORES...FUIMOS 5 Y NOS COBRARON 3.000 EUROS...LA leche...NO ESTÁ TAN BIEN...CONOZCO SITIOS MEJORES...NO TIENE NADA MÁS QUE NOMBRE...YO TRABAJÉ EN UN RESTAURANTE MEJOR...PERO ESTE TAMBIÉN ERA DE NIVEL...SE NOTABA LA CLASE...ES EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO"
Poco después se fueron mis amigos y se acabó el juego.
- "¡¡¡MAÑANA VENIMOS DESPUÉS DE LA CENA, KUFISTO, CON TU HERMANO...!!!"
Lo llevas claro.
Y lo llevó.
Porque el sábado no apareció ninguno. Y bien que lo agradecí.
Así que el Inolvidable se fue pensando que éramos unos palurdos y nosotros certificando que era uno de los más grandes y completos iluso que habíamos conocido en nuestras vidas. Todavía chisteamos sobre "El Buli de Madrid del Adriá ése".
Y todo por liarme un pito antes de tiempo...
Le eché un vistazo.
Pues no, aunque sí al otro pimpollo que lo acompañaba y junto al que diez segundos antes había entrado al bar cuando me faltaban treinta para bajar el telón de otro viernes pestoso.
Maldiciéndome por no haber esperado a echar la llave antes de liarme el cigarrillo les puse un par de copas al mismo tiempo que el Inolvidable me revelaba su identidad: un compañero de escuela de un hermano mío que hacía más de 20 años que no venía por el pueblo. Con un par.
Alucinado ante la presencia de semejante fulastre fingí interés por el motivo de su Venida, no sin tardar 0´2 en coscarme de que ya estaba cerca de Borrachera y en pleno centro de Enfarlopada, explosiva mezcla que dentro de la cabeza de un cenutrio de ese calibre puede dar a luz cualquier cosa y ninguna buena.
Y la razón era una cena conmemorativa que habían organizado para su clase de 8º de EGB.
Enternecedor...
Me preguntó por mi hermano, le dije que ya no trabajaba aquí, me preguntó qué hacía, le contesté con evasivas, me pidió su número de teléfono, se lo dí pensando "lo llevas claro", y terminó haciéndome el cuestionario habitual, qué tal me iba, "grrr...", si me había casado, "GRRRRR..." y si tenía hijos, "¡GUAU, GUAU!". Aproveché que fue al water para meterse una loncha y me fui a la esquina contraria con los otros tres clientes que quedaban, de los pocos a los que sinceramente me alegro de ver, una pareja y el ex de ella, gente educada, civilizada, y con quienes puedes beber y hablar a puerta cerrada de la narrativa useña del siglo XX sin temor a ser tomado por enfermo mental.
Pero el Inolvidable no podía permitirlo, el Inolvidable estaba de regreso al pueblo, puesto hasta las cejas, y todos los paletos teníamos que oír su historia aunque a ninguno nos importara una cosa.
Se había casado y se había divorciado, entre medias tuvieron un hijo que ya se hacía caricias y con el que estuvo de juerga durante las últimas Fallas, enseñándole el camino a seguir. Durante años trabajó en Madrid en un bar frecuentado por futbolistas, uno de esos donde van a ser engañados los mismos cazurros que luego protestan si les cobras 40 céntimos por una tapa más y callan sumisos cuando les hacen la clavada del siglo por comer lo que rechazan los chihuahuas de las pilinguis que acompañan a sus hídolos, me enseñó fotos con algunos de ellos, el pimpollo carabinero lo miraba con arrobo: su amigo de la infancia era todo un Personaje. Una de las veces que se fue al water me habló de lo figura que era, lo buen tío, los bemoles que tenía, estuve tentado en decirle que no era más que otro aficionado a las líneas blancas desquiciado y que dejara de seguirle el ritmo con las copas si quería llegar a su casa como el homo sapiens cuando se bajó del árbol, porque ya apenas se le entendía lo que quería decir, es lo que pasa cuando uno de los dos hace trampas con las napias: que la cosa va a la pata coja y la leche está a la vuelta de la esquina.
El Inolvidable salió del cagadero con renovados bríos, la grama debía de ser de primera, tal vez hubiera de haber invitado a un tiro a su pelota, poco a poco iba yaciendo sobre la barra, sus manazas ya no eran suficientemente fuertes para sujetar la cabecita, tan desproporcionada con el resto de su cuerpo de ex-jugador de baloncesto local, nada raro, no sé qué tendrá ese deporte pero muchos de los más estúpidos que he conocido en mi vida lo practicaban con asiduidad, será cosa de la falta de riego, pero el del Inolvidable estaba corriendo las 500 millas de Indianápolis, subiendo del tirón Galibier, la Cruz de Hierro y Alpe d´Huez, escalando el K-2 y bajando en helicóptero para subirlo otra vez...en dos palabras: estaba atacado.
Y entonces se acordó de la astuta de su ex, de como lo arruinó a base de quemar tarjetas de crédito, de porqué tuvo que marcharse a Valencia, "salir de Málaga para meterse en Malagón" pensé, de lo bien que le iba en la tierra de la luz, del amor, de las pastillas y de los dolidos petardos, de la tía con la que estaba, quiso enseñarme una foto pero se le acabó la batería, al teléfono, no a él, claro, aunque podía imaginármela perfectamente, "visto él, vista ella"...
Pero el remate de todos los remates fue cuando nos dijo que si conocíamos "El Buli":
- "El Bulli, querrás decir" me aventuré
- "NO, NO...JAJA...¡¡¡EL BULI!!!, ¡¡¡EL BULI DE MADRID!!!, ¡¡¡EL DEL ADRIÁ ESE!!!"
El Buli de Madrid del Adriá ése...gracias a Dios callamos los cuatro y nos mantuvimos a la expectativa.
- "Pues no..."
- "SÍ, TÍOS...UN SITIO DE querida progenitora...ES EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO...DICEN...PERO YO HE COMIDO EN SITIOS MEJORES...FUIMOS 5 Y NOS COBRARON 3.000 EUROS...LA leche...NO ESTÁ TAN BIEN...CONOZCO SITIOS MEJORES...NO TIENE NADA MÁS QUE NOMBRE...YO TRABAJÉ EN UN RESTAURANTE MEJOR...PERO ESTE TAMBIÉN ERA DE NIVEL...SE NOTABA LA CLASE...ES EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO"
Poco después se fueron mis amigos y se acabó el juego.
- "¡¡¡MAÑANA VENIMOS DESPUÉS DE LA CENA, KUFISTO, CON TU HERMANO...!!!"
Lo llevas claro.
Y lo llevó.
Porque el sábado no apareció ninguno. Y bien que lo agradecí.
Así que el Inolvidable se fue pensando que éramos unos palurdos y nosotros certificando que era uno de los más grandes y completos iluso que habíamos conocido en nuestras vidas. Todavía chisteamos sobre "El Buli de Madrid del Adriá ése".
Y todo por liarme un pito antes de tiempo...