El bueno de Credo...

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"...y entonces el Maestro me preguntó que hasta dónde estaba dispuesto a llegar para adquirir el Conocimiento...le contesté que haría lo que fuera necesario...Él salió de la choza y al rato regresó con la mano de un muerto...me dijo que la comiera...yo la cociné y me la comí..."

Bueno...he escuchado historias y he visto cosas, pero debo confesar que ésta me sorprendió.

El tipo que la contaba era un viejo negrazo del África, un "zangoma" o algo así, un brujo, vamos, un gurú, un tío extraño...un Genio en palabras de David Icke, es más, "el Genio más Grande que he conocido en toda mi vida", según anuncia en la presentación del documental, seis horas en versión original, yo me ví la subtitulada, un par de ellas, quedé con ganas de más, tendré que esperar a que alguien termine el trabajo.

Y a las próximas vacaciones.

He tenido unos días, no muchos, no me he ido a ningún sitio, me he quedado aquí, terminé tan quemao, tan hasta la platano, que lo único que me apetecía era descansar, no pisar un maldito bar y dar algún que otro paseo, así que eso es lo que hice. Eso y ver alguna que otra cosa por la Red, cosas extravagantes, delirantes, es lo que pasa cuando tu vida es un telediario: que miras las de otros para olvidar la tuya.

Al David Icke éste ya lo conocía de antes, es un inglés que fue portero de fútbol hasta que a los treinta años conoció a no sé quién y desde entonces se dedica a viajar por el mundo, charlatanear a otros colgaos como él y divulgar las paranoias de los más variados frikis que pueblan el planeta. Según su teoría estamos gobernados por una raza de lagartos extraterrestres entre los que incluye a todas las familias reales, banqueros, políticos, empresarios...en fin, el equipo habitual.

Pero de Credo Mutwa yo no sabía una fruta cosa hasta ahora.

Sentado sobre unos almohadones y con una colorida sábana por fondo en la que aparece en lugar preferente el careto del Jefe de los Lagartos que nos subyugan, el bueno de Credo responde a las preguntas del entrevistador, aunque más bien se trata de un monólogo en el que recuerda su infancia, su Iniciación y cuenta algunas buenas historias aderezadas, como no podía ser de otra forma, por continuos anatemas hacia el "hombre blanco".

Nos revela que cuando los lagartos del espacio exterior llegaron a África nuestros antepasados tenían los dos sexos, se comunicaban mentalmente y cuando tenían hambre sólo tenían que mirar al animal deseado para que éste se pusiera a sus pies y se dejara apiolar. Entonces llegaron ésos y les dijeron que si les servían harían dioses de ellos, aceptaron y se abrió el melón.

Lo primero fue que les obligaron a entrar en una de las dos cuevas elegibles: quien entraba por una salía convertido en hombre y quien escogía la otra en mujer. No le gustó mucho al personal, según nos cuenta Credo; los hombres miraban con ardor de estomago los dos bultos de ellas y éstas ni os cuento al ver esa especie de serpiente que a ellos le colgaba entre las piernas. No tuvieron mucho tiempo para arrepentirse porque en 0´2 los pusieron a currar como esclavos para extraer los minerales que los lagartos necesitan para sobrevivir.

La lagarta preferida del Rey se apiadó de nuestros antepasados, y viendo lo triste de su existencia les enseñó a amar, con lo que la producción de minerales tuvo un considerable bajón. Al darse cuenta el Rey Lagarto de lo que estaba pasando cogió a su astuta favorita y le arrancó la cabeza no sin antes echarle mil maldiciones, después hizo que las hembras humanas se quedaran preñadas y ésto no le gustó mucho al sector masculino, las caricias no eran lo mismo, así que uno de ellos le plantó cara y durante la lucha le cercenó el regazo Real, el Rey Lagarto se volvió loco, se comió su cabeza y tuvo que cortarle la platano a un semejante para seguir funcionando. Tampoco para él era lo mismo, perdería sensibilidad, así que todo el mundo continuó para delante pero bastante más encabronaos.

Y así seguimos.

Otra buena historia fue cuando un colega lo llamó para que fuera a su país para ver algo increíble. El bueno de Credo hizo el petate y para allá que se fue, llegó a la choza de su amigo y junto con la mujer preferida de éste bajaron a un hoyo cercano donde le dió a comer algo que sabía como a metal. Lo comieron, subieron para arriba, se metieron en la casa y estuvieron una semana más p´allá que p´acá, con fiebre, diarrea, palpitaciones...el pobre Credo creía que se moría. Al cabo del cuarto día preguntó a su amigo por lo que habían comido, "la carne de un dios" le respondió, al parecer se trataba de uno de esos lagartos, le dijo que se tranquilizara, que si había sobrevivido a los dos primeros días estaba salvado, que aguantara...tenían tal picor que se desollaron vivos de tanto rascarse, terminaron meándose unos a otros a ver si se les pasaba, el bueno de Credo incluso da a entender que se embadurnaron con cosa, en fin, un desastre...pero pasó, de todo se sale. En el camino de regreso a su patria se dió cuenta de que todos sus sentidos se habían agudizado, se sentía más fuerte, todo un super-hombre, a fin de cuentas se habían comido a un dios, ¡qué menos!...

Un año después lo abdujeron.

Estaba por el campo, cerca de unas montañas, cuando una niebla rosa lo envolvió. Al recobrar la consciencia se dió cuenta que estaba tumbado en una mesa, paralizado aunque no tenía ninguna atadura, unos extraños seres empezaron a hurgarle, le hicieron pasar las de Caín, cuando uno fue a echarle mano al nabo no pudo contenerse y le meó encima, el lagarto retrocedió, entonces llegó una lagarta híbrida y lo montó, Credo dice que la tipa no mostraba ninguna emoción, Credo siempre fue un ingenuo, cuando terminó de ordeñarle lo dejaron ir, "desde entonces soy bisexual" confiesa con timidez.

Hay muchas más buenas historias, es un artista contándolas, pero de la información vital que iba a revelar al planeta no puedo deciros nada que no sepáis: que hay que ser bueno y hacer el bien.


Iba a irme a la cama cuando ví un enlace a una breve entrevista que el mismo Icke le hizo poco después, sentí curiosidad por el título ("Credo necesita vuestra ayuda") y la pinché.

Algo le había pasado, no era el mismo hombre tranquilo y bonachón, se le veía de mala leche, de muy mala leche...

le habían guindao su collar y su bastón. Un marrón.

Un joven había estado atosigándolo durante días con que lo acompañara a Swazilandia para su Iniciación, Credo le daba largas pero el tío cansino no cedía, hasta que lo mandó a tomar por ojo ciego y le dijo que se olvidara de él.

Poco después recibió una llamada del joven dicidiéndole que había llegado a su destino pero que era necesaria su presencia para no sé qué historia, el bueno de Credo picó, agarró su bastón mágico, su collar mágico y pilló un tren hasta ese país bautizado por Groucho. Pero allí la cosa no fue de risa...le torturaron hasta arrancarle sus tesoros y no lo mataron porque Credo demostró que por algo es un "zangoma", un hombre santo, les dijo cosas que no podía saber, los acojonó y le dejaron ir, pero eso sí, sin sus milenarias reliquias.

Que un tío capaz de comerse la mano de un muerto, la carne de un dios y amarse a una extraterrestre, pierda lo más querido, lo más importante, aquello de lo que ha sido depositario durante toda su vida en las zarpas de cuatro negratas drojados es para perder la cabeza.


Asi que ya sabéis, si tenéis alguna información os pido por favor que se la hagáis llegar, el pobre Credo está en las últimas y no quiere irse de éste perro mundo sin saber donde están sus apichusques, cualquiera se presenta ante el Gran Jefe diciendo que ha perdido el material...


¡Ay, Credo! ¡PERO QUIÉN TE MANDARÍA COMERTE ÉSA MANO!


 
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