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Madmaxista
“Me distrae el ruido de los bolígrafos y el balcón de María”, dijo en clase el pasado febrero Luciano Méndez, profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). El comentario le costará dos meses de suspensión de empleo y sueldo, como resultado del expediente disciplinario abierto por la institución académica a instancias de un grupo de alumnos, entre ellos la destinataria de su comentario, que presentaron una denuncia ante el decanato.
Interrumpen en sujetador una clase del profesor de la USC acusado de machismo
Nunca negó Méndez el comentario que se le atribuye. Lejos de ello, y tras el revuelo que se organizó con la denuncia del caso, el profesor emitió un comunicado en el que señalaba que hay determinadas vestimentas de los alumnos que considera “absolutamente inapropiadas para asistir a una clase de matemáticas”. “O bien cambiamos las reglas de juego, o bien se modifican los patrones sensuales en los que somos educados, o si no va a seguir alterándome un balcón excesivo”, insistió. Su sanción es la misma que la USC impuso en 2014 a otro profesor de Magisterio por expresiones homófobas en el aula.
El comentario de Luciano Méndez del pasado febrero provocó una fuerte discusión con la alumna, a la que llegó a amenazar con una bofetada. También de eso se disculpaba Méndez, aunque a su manera. Era una respuesta no a que le llamara machista, puntualizó, sino a que le llamara “machista poco agradable”. Y en otro comunicado posterior, insistió en que no es sexista. “Me da igual que sea hombre o mujer el que se exhibe, la única diferencia es que a mí me distrae más la piel femenina que la masculina”. Y añadía: “La testosterona es una hormona complicada, puede ser una aliada que estimule o motive y puede ser también el peor de los enemigos, que haga al varón más vulnerable y débil. Controlarla, manejarla en beneficio propio es labor de toda una vida”.
Las críticas del profesor al balcón de la alumna provocaron un gran revuelo en la Universidad
Las críticas del profesor al balcón de la alumna provocaron un gran revuelo en la Universidad. El mismo día que se anunció la apertura del expediente disciplinario, un grupo de estudiantes acudieron a una clase de Méndez y se quitaron las camisetas para mostrar sus pechos, en los que escribieron frases como “Antes frívola que machista”, “Te reeducamos en balde”, “Excesivo es tu machismo” o “ardor de estomago y vergüenza en la USC”. “¿Mi piel masculina no te gusta?”, llevaba escrito un alumno. El profesor contestó, según afirmaron los jóvenes, todos ellos estudiantes del máster de Género e Igualdad, que prefería “mirar las berzas” de sus compañeras, a las que advirtió de que las leyendas escritas sobre su piel impedían el lucimiento de sus “virtudes femeninas”, comentarios que, precisó después, realizó en tono lúdico.
Varias personas apoyan a Sergio Pajares a la puerta del juzgado. (EFE)
Varias personas apoyan a Sergio Pajares a la puerta del juzgado. (EFE)
La sanción a Luciano Méndez se conoce cuando el Consello de Gobierno de la Universidad de Santiago está a punto de debatir el borrador de protocolo de prevención y actuación frente al acoso sensual y al acoso por razón de sesso, orientación sensual e identidad de género. La propuesta establece un plazo de tres meses para presentar las denuncias y que se formule por escrito por el afectado o su representante. La comisión se reunirá en un plazo de siete días desde la denuncia para decidir sobre su admisión y estará habilitada para solicitar medidas cautelares. De concluirse la existencia de acoso, se realizará un informe y la Secretaría Xeral decidirá sobre la apertura de expediente o informar a la Fiscalía.
El caso de Sergio Pajares
El de Luciano Méndez no es el único caso de machismo que ha sacudido las universidades gallegas en los últimos meses. En la de Vigo fue muy sonado el del funcionario directivo Sergio Pajares, que acabó ante el juez junto con la propia universidad por bombardear con mensajes supuestamente jocosos y sexistas a los 25.000 suscriptores de una cuenta de correo institucional. Mensajes como estos: “Feministas oraterronas me amenazan por correo electrónico. Bien, pero primero que me limpien la casa”; “Ya sé que soy un estropeado machista; no me lo restreguéis”, o “Quien me toque los huevones queda invitado a abrevar de un cubo oxidado un delicioso combinado de Fairy con sosa cáustica en un sótano que tengo insonorizado al efecto”.
Tres profesores presentaron la denuncia, pero el juez absolvió a Pajares y a la Universidad de Vigo. El funcionario se refirió a los docentes que lo denunciaron con los calificativos de “cortesanas”, “antiestéticas e petulantes”, “bacteria fecal” o “subespecie de sabandija con síndrome de Down”. Eran abundantes sus burlas a las mujeres que ocupaban cargos académicos y a las actividades relacionadas con la igualdad. “¡Hala, Rita, a coger la escoba y a volar!”, se lee en un correo. O: “¡Pórtate bien! Recoge las muñecas y la cocinita, y después tal vez te lea el cuento de 'La bella durmiente”. Y en otro: “Eminencias, una duda lingüística: ¿por qué cereza es femenino si tiene regazo?”.
El Rectorado defendió a Pajares por entender que puede ampararse en la libertad de expresión, extremo con el que coincidió el juez al archivar el caso. Pajares llevaba desde 2006 con sus mensajes y sus bromas, entre ellas una parodia que subió a YouTube en la que se comprometía a “enseñar las tetillas” si le apoyaban para ser proclamado rector.
Noticias de Galicia: El balcón de María le cuesta dos meses de empleo y sueldo a un profesor gallego Galicia
Recordemos... enseñar balcón hasta que se te vean los pelos del shishi, es un libertad de expresion reflejada en la vestimenta.
Decir que eso te distrae... una ofensa que no debe de cubrirse con la libertad de expresion...
Interrumpen en sujetador una clase del profesor de la USC acusado de machismo
Nunca negó Méndez el comentario que se le atribuye. Lejos de ello, y tras el revuelo que se organizó con la denuncia del caso, el profesor emitió un comunicado en el que señalaba que hay determinadas vestimentas de los alumnos que considera “absolutamente inapropiadas para asistir a una clase de matemáticas”. “O bien cambiamos las reglas de juego, o bien se modifican los patrones sensuales en los que somos educados, o si no va a seguir alterándome un balcón excesivo”, insistió. Su sanción es la misma que la USC impuso en 2014 a otro profesor de Magisterio por expresiones homófobas en el aula.
El comentario de Luciano Méndez del pasado febrero provocó una fuerte discusión con la alumna, a la que llegó a amenazar con una bofetada. También de eso se disculpaba Méndez, aunque a su manera. Era una respuesta no a que le llamara machista, puntualizó, sino a que le llamara “machista poco agradable”. Y en otro comunicado posterior, insistió en que no es sexista. “Me da igual que sea hombre o mujer el que se exhibe, la única diferencia es que a mí me distrae más la piel femenina que la masculina”. Y añadía: “La testosterona es una hormona complicada, puede ser una aliada que estimule o motive y puede ser también el peor de los enemigos, que haga al varón más vulnerable y débil. Controlarla, manejarla en beneficio propio es labor de toda una vida”.
Las críticas del profesor al balcón de la alumna provocaron un gran revuelo en la Universidad
Las críticas del profesor al balcón de la alumna provocaron un gran revuelo en la Universidad. El mismo día que se anunció la apertura del expediente disciplinario, un grupo de estudiantes acudieron a una clase de Méndez y se quitaron las camisetas para mostrar sus pechos, en los que escribieron frases como “Antes frívola que machista”, “Te reeducamos en balde”, “Excesivo es tu machismo” o “ardor de estomago y vergüenza en la USC”. “¿Mi piel masculina no te gusta?”, llevaba escrito un alumno. El profesor contestó, según afirmaron los jóvenes, todos ellos estudiantes del máster de Género e Igualdad, que prefería “mirar las berzas” de sus compañeras, a las que advirtió de que las leyendas escritas sobre su piel impedían el lucimiento de sus “virtudes femeninas”, comentarios que, precisó después, realizó en tono lúdico.
Varias personas apoyan a Sergio Pajares a la puerta del juzgado. (EFE)
Varias personas apoyan a Sergio Pajares a la puerta del juzgado. (EFE)
La sanción a Luciano Méndez se conoce cuando el Consello de Gobierno de la Universidad de Santiago está a punto de debatir el borrador de protocolo de prevención y actuación frente al acoso sensual y al acoso por razón de sesso, orientación sensual e identidad de género. La propuesta establece un plazo de tres meses para presentar las denuncias y que se formule por escrito por el afectado o su representante. La comisión se reunirá en un plazo de siete días desde la denuncia para decidir sobre su admisión y estará habilitada para solicitar medidas cautelares. De concluirse la existencia de acoso, se realizará un informe y la Secretaría Xeral decidirá sobre la apertura de expediente o informar a la Fiscalía.
El caso de Sergio Pajares
El de Luciano Méndez no es el único caso de machismo que ha sacudido las universidades gallegas en los últimos meses. En la de Vigo fue muy sonado el del funcionario directivo Sergio Pajares, que acabó ante el juez junto con la propia universidad por bombardear con mensajes supuestamente jocosos y sexistas a los 25.000 suscriptores de una cuenta de correo institucional. Mensajes como estos: “Feministas oraterronas me amenazan por correo electrónico. Bien, pero primero que me limpien la casa”; “Ya sé que soy un estropeado machista; no me lo restreguéis”, o “Quien me toque los huevones queda invitado a abrevar de un cubo oxidado un delicioso combinado de Fairy con sosa cáustica en un sótano que tengo insonorizado al efecto”.
Tres profesores presentaron la denuncia, pero el juez absolvió a Pajares y a la Universidad de Vigo. El funcionario se refirió a los docentes que lo denunciaron con los calificativos de “cortesanas”, “antiestéticas e petulantes”, “bacteria fecal” o “subespecie de sabandija con síndrome de Down”. Eran abundantes sus burlas a las mujeres que ocupaban cargos académicos y a las actividades relacionadas con la igualdad. “¡Hala, Rita, a coger la escoba y a volar!”, se lee en un correo. O: “¡Pórtate bien! Recoge las muñecas y la cocinita, y después tal vez te lea el cuento de 'La bella durmiente”. Y en otro: “Eminencias, una duda lingüística: ¿por qué cereza es femenino si tiene regazo?”.
El Rectorado defendió a Pajares por entender que puede ampararse en la libertad de expresión, extremo con el que coincidió el juez al archivar el caso. Pajares llevaba desde 2006 con sus mensajes y sus bromas, entre ellas una parodia que subió a YouTube en la que se comprometía a “enseñar las tetillas” si le apoyaban para ser proclamado rector.
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