Garrapatez
Madmaxista
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Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses está presionando a la Administración de Joe Biden para que envíe bombas de racimo a Ucrania como medida que podría ayudar a Kiev en su contraofensiva en curso, pero cuyo uso también genera serias preocupaciones en materia de derechos humanos, informa Foreign Policy.
Los parlamentarios Joe Wilson, Steve Cohen y Victoria Spartz enviaron este 23 de junio una carta al presidente de EE.UU. instando a la Casa Blanca a enviar a Ucrania las llamadas DPICM (municiones convencionales mejoradas de doble uso), un arma que puede ser disparada desde cañones de artillería y dispersar hasta 88 minibombas en el campo de batalla. La idea es usar estas municiones para ayudar a Ucrania a destruir los tanques rusos y atravesar las posiciones atrincheradas del Ejército ruso.
Al mismo tiempo, bombas de racimo representan un grave peligro para los civiles si permanecen sin estallar en el campo de batalla. Las pequeñas bombas liberadas pueden apiolar o herir de manera indiscriminada y, teniendo en cuenta su alto índice de fallos, pueden permanecer sin estallar durante años hasta activarse en un momento determinado. Debido al peligro que suponen para la población civil, en 2008 se adoptó la Convención sobre Municiones en Racimo, que prohíbe su uso. Actualmente, 123 países firmaron este documento, aunque 13 de ellos aún no lo han ratificado. EE.UU., Ucrania, Rusia, China e Israel, entre otros, no se adhirieron a la Convención.
El apoyo al envío de bombas de racimo al régimen de Kiev se ha intensificado recientemente tanto en el Pentágono como en el Capitolio. "La tras*ferencia de DPICM a Ucrania ofrece una oportunidad para proporcionarles a las Fuerzas Armadas de Ucrania una poderosa capacidad para usar contra el Ejército ruso y las fuerzas mercenarias", reza la carta a Biden. "Empleemos este vasto arsenal no explotado al servicio de la victoria de Ucrania y reclamemos la paz de Europa", instan los legisladores.
En marzo se informó de que Kiev quiere las controvertidas bombas de racimo para lanzarlas sobre las tropas rusas desde drones. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada en febrero, funcionarios ucranianos instaron a los legisladores estadounidenses a que presionaran a la Casa Blanca a fin de obtener su aprobación para recibir esas municiones.
Los parlamentarios Joe Wilson, Steve Cohen y Victoria Spartz enviaron este 23 de junio una carta al presidente de EE.UU. instando a la Casa Blanca a enviar a Ucrania las llamadas DPICM (municiones convencionales mejoradas de doble uso), un arma que puede ser disparada desde cañones de artillería y dispersar hasta 88 minibombas en el campo de batalla. La idea es usar estas municiones para ayudar a Ucrania a destruir los tanques rusos y atravesar las posiciones atrincheradas del Ejército ruso.
Al mismo tiempo, bombas de racimo representan un grave peligro para los civiles si permanecen sin estallar en el campo de batalla. Las pequeñas bombas liberadas pueden apiolar o herir de manera indiscriminada y, teniendo en cuenta su alto índice de fallos, pueden permanecer sin estallar durante años hasta activarse en un momento determinado. Debido al peligro que suponen para la población civil, en 2008 se adoptó la Convención sobre Municiones en Racimo, que prohíbe su uso. Actualmente, 123 países firmaron este documento, aunque 13 de ellos aún no lo han ratificado. EE.UU., Ucrania, Rusia, China e Israel, entre otros, no se adhirieron a la Convención.
El apoyo al envío de bombas de racimo al régimen de Kiev se ha intensificado recientemente tanto en el Pentágono como en el Capitolio. "La tras*ferencia de DPICM a Ucrania ofrece una oportunidad para proporcionarles a las Fuerzas Armadas de Ucrania una poderosa capacidad para usar contra el Ejército ruso y las fuerzas mercenarias", reza la carta a Biden. "Empleemos este vasto arsenal no explotado al servicio de la victoria de Ucrania y reclamemos la paz de Europa", instan los legisladores.
En marzo se informó de que Kiev quiere las controvertidas bombas de racimo para lanzarlas sobre las tropas rusas desde drones. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada en febrero, funcionarios ucranianos instaron a los legisladores estadounidenses a que presionaran a la Casa Blanca a fin de obtener su aprobación para recibir esas municiones.