"Edison no robó a Tesla, eso es distorsionar la historia"

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Vozpópuli - "Edison no robó a Tesla, eso es distorsionar la historia"

La recuperación de la figura de Nikola Tesla como genio e inventor viene acompañada de algunas distorsiones y mentiras sobre su rival Thomas Edison. Charlamos con dos de los historiadores estadounidenses que más saben sobre ambos personajes para aclarar qué hay de verdad en su famosa rivalidad.

Nikola Tesla ha pasado de ser un completo desconocido a ser una especie de superhéroe contemporáneo. Algunas biografías publicadas en los últimos años sobre el inventor lo dibujan como un ser extraordinario capaz de dominar la electricidad y con poderes intelectuales cercanos a lo sobrenatural. Y no falta la figura del supervillano: el perverso Thomas Edison, ocupado en robar patentes ajenas y electrocutar animalitos. Pero algunas de estas ideas están basadas en falsedades o en distorsiones sobre la famosa "guerra de las corrientes", el enfrentamiento a finales del siglo XIX entre los partidarios de la corriente alterna y la corriente continua.

"Durante décadas Tesla fue ignorado y Edison celebrado, y parece que ahora estamos justo al revés", reconoce Bernard Carlson, autor de una de las biografías más completas del inventor serbio. "Pero la idea de que Edison es malo y Tesla es bueno es demasiado simple para ser verdad. Y obedece a la necesidad de encontrar figuras buenas y atractivas en tiempos de crisis".

"La idea de que Edison es malo y Tesla es bueno es demasiado simple para ser verdad".

La primera de las ideas falsas y muy extendidas es que Edison robó a Tesla y no le pagó los 50.000 dólares prometidos por los trabajos que desarrolló para él. "Tesla estaba trabajando para Edison y era una de los empleados mejor pagados", nos cuenta Paul Israel, historiador y director del proyecto que custodia los papeles de Edison. "La historia que Tesla cuenta después es que el superintendente de la compañía de Edison le ofreció el dinero por mejorar el sistema de lámparas de arco, lo que él ciertamente no estaba en condiciones de ofrecer a Tesla y nunca le habría ofrecido el propio Edison", apunta. "No creo que Edison robara a Tesla", añade Carlson. "Eso sobresimplifica una historia mucho más interesante. Es verdad que le pidió que trabajara en un nuevo sistema de iluminación y lo desarrolló. Pero aquel invento nunca se puso en marcha".

Por otro lado, la única fuente de esa historia es la palabra de Tesla, quien explica que le dijeron que se trataba de una broma. "Los documentos que me han llegado a mí dicen que Tesla trabajó en el laboratorio de Edison y se marchó enfadado. Después, contactó con otras gentes de negocio y les convenció para crear otra compañía con aquellas ideas, así que ¿quién estaba robando a quién?".

“Edison no tuvo nada que ver con la electrocución de la elefanta”.

El relato de la "guerra de las corrientes" se suele ilustrar a menudo con una breve y precaria filmación en blanco y neցro en el que una elefanta cae desplomada después de una electrocución. La protagonista del corto es una elefanta del circo de Coney Island llamada Topsy y ejecutada por haber apiolado a tres personas en menos de tres años, entre ellas su cuidador. Al final, la filmación aparece acreditada como obra de la compañía Edison, lo que ha servido para atribuir aquella electrocución al inventor y a incluirlo como otro episodio en la batalla por desacreditar la corriente alterna. "Edison nunca mató a aquel elefante", recalca Carlson. "La grabación es de 1903, hacía mucho que se había terminado la guerra de las corrientes, y Edison lo filmó porque su compañía tenía la patente del cinematógrafo". "Edison no tuvo nada que ver con la electrocución de la elefanta", asegura Israel. "Alguien de la compañía de Edison decidió que sería buena idea filmarlo, como tantos otros eventos, pero él tampoco estaba a cargo de esto".

Por extraño que parezca hoy día, la ejecución de la elefanta con corriente eléctrica se produjo a petición de la sociedad para la protección de los animales de Nueva York, pues en aquel tiempo se consideraba una forma menos cruenta que la alternativa, que era ahorcar al animal. La conexión con Edison viene porque en la década de los 80 uno de sus ex empleados, Herald P. Brown, realizó una serie de demostraciones con animales (sobre todo perros) que ejecutaba con descargas eléctricas ante la prensa para demostrar los efectos de la corriente alterna. Pero Edison no ejecutó a la elefanta ni ésta fue el preludio de la silla eléctrica, que ya se había puesto en marcha años atrás. "Edison no diseñó la silla, como se afirma a menudo", subraya Paul Israel. "Aunque en la cultura de aquel tiempo era la forma menos cruel de ejecución, también para Edison, que después se mostró contrario a la pena de fin".

Entre las distorsiones de la vida de Tesla, algunas proceden de afirmaciones exageradas que él mismo hacía sobre sus propias capacidades. Aseguraba, por ejemplo, que era capaz de partir la Tierra por la mitad o que visualizaba sus inventos hasta el punto de saber cuáles iban a ser los fallos antes de construirlos. "Otros inventores han tenido esta capacidad de visualizar con gran detalle sus invenciones", asegura Carlson, "pero lo que no parece creíble es lo que decía de que podía ver los fallos del dispositivo porque lo ponía a funcionar en su cabeza. Cualquiera que haya construido algo sabe que siempre hay problemas cuando conviertes lo que imaginas en algo real, hay cosas que no sabes hasta que de verdad lo construyes".

“El cambio tecnológico siempre parte de alguna innovación anterior”

La gran reclamación sobre la memoria de Tesla es que Marconi le robó el invento de la radio, y de hecho varios años después un tribunal estadounidense determinó que el italiano había empleado hasta 17 patentes de Tesla para su invento. "No hay pruebas de que Marconi visitara los laboratorios de Tesla, como dicen algunos, lo que parece más probable es que algún ingeniero de Marconi leyera lo que estaba haciendo y se apropiara de las ideas", asegura Carlson. Pero es así como funciona la ingeniería, insiste. "De hecho, la bobina de Tesla es también una versión avanzada de lo que hizo Hertz. Pensamos que el cambio tecnológico hay ideas originales y nuevas que no tienen nada que ver con todo lo anterior y eso no funciona así. No es tanto la idea original como la mejora que puedas hacer y cómo puedes adaptar esa idea a los clientes. En eso era bueno Edison y Tesla no entendía que no bastaba con inventar algo, que había que posicionarlo".

Pongamos a Edison en su lugar

Lo que no parece justo, coinciden los dos historiadores, es minusvalorar la figura de Edison para reivindicar la de Tesla, porque el primero también tuvo un papel fundamental en la historia de la innovación. "Lo que hace a Edison tan importante es que también inventó los laboratorios de investigación y desarrollo de tecnología", explica Israel. "Él era una combinación de inventor y líder de equipo de investigación al mismo tiempo, de modo que algunas veces es muy difícil saber de quién era la idea, pero claramente el principio de cada investigación empezaba con Edison. Él era muy generoso pagando y recompensando a su personal, les daba parte de los beneficios, les ascendía o les ponía al frente de otras empresas. Si llegabas a su laboratorio sabías que el inventor era Edison y no tú, y esto lo reforzaba la ley de patentes de la época, que se cambió décadas después para reconocer las aportaciones de cada uno".

“Edison era una combinación de inventor y líder de equipo de investigación”.

Las ideas de Edison, además de sus decenas de invenciones, cambiaron el mundo y la manera de afrontar los problemas de la innovación. "Edison era muy bueno conceptualizando los problemas que había que resolver", indica Israel. "En el caso de la bombilla, él entendió las características que tenía que tener para formar parte de un sistema comercial más amplio. No solo buscaba el material, sino que diseñaba los experimentos que había que hacer para encontrarlo y la estructura desarrollarlo comercialmente". Y esto era lo que le diferenciaba esencialmente de Tesla, cuyo objetivo era obtener una patente y sacar el beneficio en ese punto del proceso. "Los dos eran muy buenos promotores de sus inventos", resume Israel, "pero Tesla nunca tuvo la paciencia para ver el día a día de su invento. Y eso se explica en el caso de la tecnología de la tras*misión sin cables. Tesla estaba satisfecho con los primeros resultados, y para Edison aquello no habría sido más que el principio de un proceso para convertirlo en algo comercial, habría hecho muchas pruebas, habría puesto a sus equipos a trabajar en ello".

“En el contexto americano”, resume Carlson, “durante muchos años pensábamos que lo importante era conseguir dinero de una idea y sacarle beneficio industrial, y se dejaban de lado la parte visionaria, como en el caso de Tesla. En los últimos diez años, con el declive de la economía, buscamos héroes como Tesla que nos traigan el siguiente gran cambio”. Sin duda Tesla aportó innovaciones tan importantes a la humanidad como el uso de la corriente alterna y los principios por los que funciona la radio, y su figura merece otro lugar en la historia. “Cuando ves la foto del planeta iluminado por la noche, eso se debe a Tesla y a su corriente alterna", asegura su biógrafo, pero su caída en el olvido se debe en parte a sus propias obsesiones y fracasos.

“Tesla se centró mucho más en presentar las posibilidades de la tecnología que las formas prácticas de desarrollarla”

"Tesla era un genio y tenía un plan de negocio, que funcionó la primera vez y la segunda no", asegura Carlson. Su motor de corriente alterna le convirtió en un exitoso inventor, respaldado por mecenas como George Westinghouse, hasta que se centró en diseñar un sistema de energía sin cables. "A diferencia de Marconi, que estaba intentando mandar mensajes, Tesla estaba obsesionado con mandar energía de un lugar a otro", recuerda el historiador. "Y desarrolló muchas ideas fundamentales sobre tras*misión, pero en esto no tuvo éxito. De hecho, trasportar energía sin cables sigue siendo muy difícil hoy día". En su opinión, parte de la gran habilidad de Tesla era su capacidad para comunicar y convertir la ciencia en espectáculo. “Para desarrollar tecnologías revolucionarias necesitas que la gente se entusiasme con esta idea”, asegura. “Él promovía invenciones que no tenían aplicación y generaba ilusiones, contaba historias y visiones de cosas rompedoras. La parte trágica es que se centró mucho más en presentar las posibilidades de la tecnología que en las formas prácticas de desarrollarla”.

“Esto le pasa a muchos inventores”, señala Israel. “En este sentido el modelo de Tesla es mucho más común que el de Edison, ya que quienes inventan algo suelen buscar gente que les ayude a comercializar la patente de lo que han inventado”. Edison hacía las dos cosas y desarrollaba la tecnología de fabricación y la manera de venderle el invento a la gente. “El gran don de Tesla es que era un visionario y nos invitó a ver la tecnología de nuevas maneras, pero Edison era experto en convertir las ideas en productos prácticos y negocios beneficiosos”, resume Carlson. “Y ya sea uno partidario del visionario o del práctico”, concluye, “de lo que no cabe duda es que cualquier economía de éxito necesita a los dos”.
 
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