Ecoembes, o cómo convertir el reciclaje en un negocio muy lucrativo
Por todos es sabido que la sociedad se mueve por intereses, y muy especialmente por intereses económicos, de manera que nada queda al azar, y es evidente también el hecho de que el mundo del reciclaje es un negocio muy lucrativo, pero, fuera de toda lógica, Ecoembes es el que se encarga de la gestión de residuos con una sustancial diferencia con respecto al resto de empresas que parece estar más bien para disimular que no se trata de un monopolio.
Ecoembes y sus 84 convenios con las Administraciones Públicas
Hay que tener en cuenta que Ecoembes cuenta a día de hoy con un total de 84 convenios que ha establecido con las distintas administraciones públicas, a través de los cuales presta sus servicios alrededor de 46 millones de personas.
Básicamente estamos hablando de una empresa que monopoliza el servicio de basuras, pero no sólo se encargan de la parte orgánica, sino también de la inorgánica y del reciclado.
Ya estuvimos hablando acerca de la estafa del reciclado en España, y es que a estas empresas lo que les interesa es el dinero a final de mes y no otra cosa, de manera que, pese a que nos ofrecen una imagen muy positiva para reciclar y conseguir reutilizar los recursos, disminuyendo a la vez la contaminación, al final, todo esto es una patraña de la que se aprovechan los cuatro gatos de siempre.
Es importante tener en cuenta que dentro de Ecoembes hay varias empresas como Campofrío, Nestlé o Colgate, de manera que podemos observar que, efectivamente, hay muchos intereses relacionados con el reciclaje en España, pero ninguno de ellos está orientado realmente a reciclar y reutilizar.
El reciclaje se ha convertido en un negocio verdaderamente lucrativo del que se aprovechan cuatro gatos
Como muchos ya sabéis, en nuestras calles podemos encontrar distintos contenedores con colores y nomenclaturas que nos ayudan a saber dónde tenemos que tirar los cartones, dónde los plásticos, dónde las pilas, dónde los productos orgánicos y dónde los vidrios.
A primera vista se trata de un proceso muy ecológico y que nos ayuda a reciclar, de manera que las empresas ya reciben todos estos materiales por separado, consiguiendo que el proceso de reciclaje sea mucho más rápido y efectivo.
La verdad que hay detrás de todo esto es que, todas y cada una de las personas que compran cualquier tipo de producto, pagan también por el envase, es decir, esa botella de detergente de plástico que has tirado al contenedor de plásticos en realidad la has pagado, y la estás regalando a la empresa Ecoembes, a la cual, además, se la das ya clasificada.
Esto permite a Ecoembes reducir considerablemente su plantilla de trabajadores, lo que significa ahorrar una gran cantidad de sueldos en personas, ya que se evitan en buena medida el proceso de selección de basuras, y a la vez, les estamos regalando estos productos que ellos directamente venden y obtienen sustanciosos beneficios.
En definitiva, el secreto de poner varios contenedores para reciclar no está en que, de esta forma, se puede reciclar y de la otra no, sino en que la empresa Ecoembes ahorra una gran cantidad de dinero en sueldos y se lleva a calentito todo el producto ya clasificado para conseguir dinero de él.
Por esa razón, separar los productos en función del tipo de material en realidad no es algo que beneficia nuestro medio ambiente, sino al bolsillo de Ecoembes, ya que os avisamos que sigue habiendo personal de selección que se encarga de separar los plásticos, vidrio, cartón y productos orgánicos que se vierten en los contenedores, ya sea por equivocación o porque no hay disponibles en la zona contenedores para el reciclaje.
Lo más triste del asunto es que Ecoembes y todas las empresas que lo conforman, obtienen el favor del Estado en este proceso, haciendo uso de la Policía Local que sanciona a aquellas personas que no se paran la sarama, una auténtica aberración a todas luces porque la Policía Local no está para satisfacer las necesidades de las empresas privadas que ya están siendo favorecidas por parte de los gobiernos, muy especialmente del PSOE y del PP.
En este sentido, tener muy claro que, cuando separéis la sarama y la tiráis a distintos contenedores en función del contenido, en realidad no estáis teniendo un gesto con la naturaleza, sino con estas empresas.
La alternativa de pagar al ciudadano por sus envases
Para evitar esta estafa, hay países como es el caso de Alemania y cada vez más que han decidido poner contenedores inteligentes, de manera que el ciudadano que tira su sarama a uno de estos contenedores, obtiene a cambio una pequeña cantidad de dinero, lo cual motiva a que todo el mundo recicle, y a la vez también se le devuelve el dinero pagado por ese envase.
Es decir, la sociedad participaría mucho más en este proceso de reciclaje, y a la vez recibiéramos la devolución del importe del envase que hemos pagado al comprar el producto, con lo cual, aunque sigue existiendo negocio, al menos el ciudadano obtiene un pequeño rédito y no está regalando lo que ha pagado con el sudor de su frente, y encima a través de un engaño de un supuesto reciclaje que no tiene nada que ver con este proceso de retirada de basuras.
De hecho, este sistema no es precisamente una novedad, sino que en los primeros que lo inventaron fueron una pareja de españoles que consideraron que podía ser un buen método para lograr el reciclaje más efectivo y justo.
Como podéis imaginar, este proyecto fracasó porque a las empresas como es el caso de Ecoembes no les interesaba, y para conseguir que la sociedad se posiciónase a su favor, mintieron diciendo que, para poder utilizar este método, habría que encarecer el producto cuando lo compramos, ya que, al pagar posteriormente por los residuos materiales, este precio habría que incorporarlo al envase en la compra.
Sin embargo, cuando realizamos cualquier tipo de compra, el envase ya lo pagamos, tenedlo por seguro, por lo que es una mentira sin ningún tipo de vergüenza y que, además, está apoyada por el Estado que no duda en utilizar incluso a la Policía Local como peones para qué esta partida del falso reciclaje pueda funcionar correctamente.
Por todos es sabido que la sociedad se mueve por intereses, y muy especialmente por intereses económicos, de manera que nada queda al azar, y es evidente también el hecho de que el mundo del reciclaje es un negocio muy lucrativo, pero, fuera de toda lógica, Ecoembes es el que se encarga de la gestión de residuos con una sustancial diferencia con respecto al resto de empresas que parece estar más bien para disimular que no se trata de un monopolio.
Ecoembes y sus 84 convenios con las Administraciones Públicas
Hay que tener en cuenta que Ecoembes cuenta a día de hoy con un total de 84 convenios que ha establecido con las distintas administraciones públicas, a través de los cuales presta sus servicios alrededor de 46 millones de personas.
Básicamente estamos hablando de una empresa que monopoliza el servicio de basuras, pero no sólo se encargan de la parte orgánica, sino también de la inorgánica y del reciclado.
Ya estuvimos hablando acerca de la estafa del reciclado en España, y es que a estas empresas lo que les interesa es el dinero a final de mes y no otra cosa, de manera que, pese a que nos ofrecen una imagen muy positiva para reciclar y conseguir reutilizar los recursos, disminuyendo a la vez la contaminación, al final, todo esto es una patraña de la que se aprovechan los cuatro gatos de siempre.
Es importante tener en cuenta que dentro de Ecoembes hay varias empresas como Campofrío, Nestlé o Colgate, de manera que podemos observar que, efectivamente, hay muchos intereses relacionados con el reciclaje en España, pero ninguno de ellos está orientado realmente a reciclar y reutilizar.
El reciclaje se ha convertido en un negocio verdaderamente lucrativo del que se aprovechan cuatro gatos
Como muchos ya sabéis, en nuestras calles podemos encontrar distintos contenedores con colores y nomenclaturas que nos ayudan a saber dónde tenemos que tirar los cartones, dónde los plásticos, dónde las pilas, dónde los productos orgánicos y dónde los vidrios.
A primera vista se trata de un proceso muy ecológico y que nos ayuda a reciclar, de manera que las empresas ya reciben todos estos materiales por separado, consiguiendo que el proceso de reciclaje sea mucho más rápido y efectivo.
La verdad que hay detrás de todo esto es que, todas y cada una de las personas que compran cualquier tipo de producto, pagan también por el envase, es decir, esa botella de detergente de plástico que has tirado al contenedor de plásticos en realidad la has pagado, y la estás regalando a la empresa Ecoembes, a la cual, además, se la das ya clasificada.
Esto permite a Ecoembes reducir considerablemente su plantilla de trabajadores, lo que significa ahorrar una gran cantidad de sueldos en personas, ya que se evitan en buena medida el proceso de selección de basuras, y a la vez, les estamos regalando estos productos que ellos directamente venden y obtienen sustanciosos beneficios.
En definitiva, el secreto de poner varios contenedores para reciclar no está en que, de esta forma, se puede reciclar y de la otra no, sino en que la empresa Ecoembes ahorra una gran cantidad de dinero en sueldos y se lleva a calentito todo el producto ya clasificado para conseguir dinero de él.
Por esa razón, separar los productos en función del tipo de material en realidad no es algo que beneficia nuestro medio ambiente, sino al bolsillo de Ecoembes, ya que os avisamos que sigue habiendo personal de selección que se encarga de separar los plásticos, vidrio, cartón y productos orgánicos que se vierten en los contenedores, ya sea por equivocación o porque no hay disponibles en la zona contenedores para el reciclaje.
Lo más triste del asunto es que Ecoembes y todas las empresas que lo conforman, obtienen el favor del Estado en este proceso, haciendo uso de la Policía Local que sanciona a aquellas personas que no se paran la sarama, una auténtica aberración a todas luces porque la Policía Local no está para satisfacer las necesidades de las empresas privadas que ya están siendo favorecidas por parte de los gobiernos, muy especialmente del PSOE y del PP.
En este sentido, tener muy claro que, cuando separéis la sarama y la tiráis a distintos contenedores en función del contenido, en realidad no estáis teniendo un gesto con la naturaleza, sino con estas empresas.
La alternativa de pagar al ciudadano por sus envases
Para evitar esta estafa, hay países como es el caso de Alemania y cada vez más que han decidido poner contenedores inteligentes, de manera que el ciudadano que tira su sarama a uno de estos contenedores, obtiene a cambio una pequeña cantidad de dinero, lo cual motiva a que todo el mundo recicle, y a la vez también se le devuelve el dinero pagado por ese envase.
Es decir, la sociedad participaría mucho más en este proceso de reciclaje, y a la vez recibiéramos la devolución del importe del envase que hemos pagado al comprar el producto, con lo cual, aunque sigue existiendo negocio, al menos el ciudadano obtiene un pequeño rédito y no está regalando lo que ha pagado con el sudor de su frente, y encima a través de un engaño de un supuesto reciclaje que no tiene nada que ver con este proceso de retirada de basuras.
De hecho, este sistema no es precisamente una novedad, sino que en los primeros que lo inventaron fueron una pareja de españoles que consideraron que podía ser un buen método para lograr el reciclaje más efectivo y justo.
Como podéis imaginar, este proyecto fracasó porque a las empresas como es el caso de Ecoembes no les interesaba, y para conseguir que la sociedad se posiciónase a su favor, mintieron diciendo que, para poder utilizar este método, habría que encarecer el producto cuando lo compramos, ya que, al pagar posteriormente por los residuos materiales, este precio habría que incorporarlo al envase en la compra.
Sin embargo, cuando realizamos cualquier tipo de compra, el envase ya lo pagamos, tenedlo por seguro, por lo que es una mentira sin ningún tipo de vergüenza y que, además, está apoyada por el Estado que no duda en utilizar incluso a la Policía Local como peones para qué esta partida del falso reciclaje pueda funcionar correctamente.