E. Roca Barea contesta a Lo País y desmiente punto por punto su "ataque".

César Borgia

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27 May 2012
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Elvira Roca Barea contesta a El País: "Hoy cualquier alusión a la leyenda de color puede ser considerada de derechas"
De un texto de Don Edgar Straehle Porras, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña, está sacado casi todo lo que doña Patricia Rodríguez Blanco publica en El País en una página sin precedentes, creo, en la historia del periodismo español. Tengo ese honor.

Doña Patricia Rodríguez Blanco sabe perfectamente en cuántos errores intencionados y tergiversaciones incurre el señor Straehle Porras porque hemos intercambiado correos electrónicos al respecto. Esto, sin embargo, no le ha causado la menor preocupación. Quiere decirse que le consta casi todo lo que viene a continuación.

1. La comparación entre los nazis y los aztecas efectivamente no está en el texto citado de Clendinnen sino en una entrevista de esta autora que puede leerse aquí.

Puede hallarse también en Alon Confino (Foundational Pasts: The Holocaust as Historical Understanding, Cambridge University Press, pág. 129). De manera que tenemos que la comparación entre los aztecas y los nazis no es fruto de mi imaginación sino que también la han hecho otros autores entre ellos la propia Clendinnen.

2. Lutero en la Noche de los Cristales Rotos

Las relaciones del nacionalismo alemán más virulento con Lutero y la iglesia luterana son difíciles de obviar. Incluso en años muy recientes, como puede verse en un cartel de hace poco del partido NPD en Alemania. Es cierto que esta horrible noche fue presentada por las autoridades nazis como una reacción espontánea de la población por el asesinato de Ersnt vom Rath pero no lo fue. Es extraño e inquietante que alguien se haga eco de este argumento a estas alturas. Se trató más bien de una excusa. Y desde luego no es creación mía la asociación de este hecho lamentable con el cumpleaños de Lutero, como se hizo en su época y recientemente, tal y como relata, por ejemplo, Hans Martin Kirn.

3. Propaganda protestante y católica

Olvida señalar El País que en Imperiofobia se está tratando de la zona de Estrasburgo. Resulta evidente que si se amplía esta zona geográfica también se ampliará el número de escritos propagandísticos, tanto protestantes como católicos. Resulta muy obvio.


4. Ejecuciones de Calvino

Calcular el número de muertes que produjo el calvinismo en Ginebra solo puede hacerse por aproximación y varía de unos a otros autores. La mejor forma de hacerse una idea de cómo funcionaba este régimen de terror es el libro de Stephan Zweig titulado Castellio contra Calvino que aparece mencionado en la bibliografía, cosa que El País parece ignorar. Las cifras que se mencionan en Imperiofobia son de esta obra que está citada a pie de página, aunque doña Patricia no lo señala.

5. Los incas, los españoles y el reportaje de La 2

Este es un momento especialmente brillante de doña Patricia Rodríguez Blanco. Puede el lector comprobar en el vídeo que aquí se ofrece que lo que se oyó en esta cadena de televisión española es exactamente lo que se dice en Imperiofobia (pág. 459 de la edición 31). ¿Esto es torpeza o vileza?

6. El trato en las colonias

Que hubiera quejas, discriminaciones o incumplimientos de las leyes no convierte en inexistente el régimen virreinal ni su arquitectura administrativa y jurídica. De la misma manera que las violaciones de una ley no la invalidan. Las cárceles están llenas porque no se cumplen las leyes ni aquí ni en Dinamarca. Y por eso mismo hay policía y jueces en todas partes. Por supuesto que había discriminaciones y ladrones y asesinos. Como ahora.

7. Batallas de Ultramar

La mención a este conflicto no supone cambio alguno para el contenido del texto ni afecta a su sentido. No está desde luego entre las grandes guerras de la época, que es aquello de que se trata, ni puede remotamente compararse con las que se mencionan como grandes conflictos bélicos en los que España se haya visto involucrada. Voy a ayudar a Straehle-doña Patricia con otro gazapo. Se dice en Imperiofobia que a Enrique VIII le sucedió María I, hija de Catalina de Aragón. Pues no es exactamente así. Entre uno y otra fue reina de Inglaterra durante 9 días Juana Grey en 1553. Ambos asuntos, como se ve, son de crucial importancia en el desarrollo argumental de Imperiofobia y su omisión modifica radicalmente el contenido.

8. La reina Isabel y sus persecuciones

Estas son las citas de W. Cobbett que Straehle-doña Patricia parecen no haber leído:

"Cuando uno mira los hechos, cuando uno ve a qué abyecta esclavitud redujo Elizabeth a la nación y, especialmente, cuando ve esta comisión [se refiere a la High Commission creada para perseguir la disidencia religiosa], es imposible para nosotros no reflexionar con vergüenza sobre lo que hemos estado durante tanto tiempo diciendo contra la Inquisición española, que desde su inicio no ha cometido tantas crueldades como esta primera reina protestante cometió en un solo año de los cuarenta y tres de su reinado", pág. 362.

Y hay más: "[Dada la incertidumbre entre la población provocada por la presencia de la Armada] si los católicos hubieran hecho caso a su justo resentimiento, podrían haber incrementado la sensación de peligro; por tanto, la generosidad de su conducta al no hacerlo, hubiera merecido alguna relajación en el cruel trato que habían padecido hasta el momento bajo su cetro de hierro (el de Isabel I).

No se produjo, sin embargo, tal relajación; fueron incluso tratados con todo tipo de bárbara crueldad, sujetos a una inquisición infinitamente más severa que aquella que la de España haya o hubiera tenido jamás, e incluso bajo la mera sospecha de desafección, encarcelados, torturados y no de manera infrecuente condenados a fin", pág. 362.

Y hay más: "Hablemos de las Hogueras de Smithfield [lugar de ejecuciones en Londres que forma parte desde Fox del imaginario protestante]. Hogueras, ciertamente que todos los católicos severamente condenan, pero qué, ¡buen Dios!, fue la fin de aproximadamente doscientas setenta y siete personas, aunque cruel e inmerecida, en relación a los tormentos arriba descritos que se infligieron por más de doscientos años sobre millones y millones de personas, por no hablar de los miles y miles de católicos que fueron durante ese periodo, torturados hasta la fin, asesinados en prisión, colgados, destripados y descuartizados", pág. 362.

Como verá, no se ha torcido ni violentado la información de Cobbett. Al contrario. Más bien se ha pretendido evitar entrar en guerras de cifras de muertos y horrores. Lo dicho en Imperiofobia es suficiente para que quede claro que la intolerancia religiosa no fue en España ni más virulenta ni más cruel que en otros lugares de Europa. Si a alguien interesa que la mayor parte de los españoles siga creyendo esto, que tenga la bondad de explicar sus motivos.

9. Las ejecuciones de la Iglesia anglicana

El título de este apartado es erróneo porque la Iglesia anglicana como tal no ejecutó nunca a nadie. Jamás he afirmado yo tal cosa. Son "titulares" de doña Patricia. En Inglaterra eran los tribunales civiles los encargados de reprimir la disidencia religiosa. Estas son las fuentes. Los datos no son míos:

"Sir James Stephen deduce 'que si el promedio de ejecuciones en cada contado fue de 20 o un poco más que un cuarto del número de sentencias capitales en Devonshire en 1598, esto supondría 800 ejecuciones al año en los 40 condados ingleses', esto es 11.200 en 14 años, contra las de Torquemada (6.024) en el mismo periodo y alguna reducción sobre 264.000 ejecuciones en un periodo de 330 años, la duración de la Inquisición en España contra los 23.112 de Llorente y los 202.244 condenados por este tribunal en este periodo". Esto lo afirma Sydney Smith, clérigo anglicano, apoyándose en los datos de Stephen.

10. Protestantes perseguidos por la Inquisición

No es lo mismo encausado que condenado ni es lo mismo condenado que condenado a fin ni es lo mismo luterano que protestante.

Efectivamente el título está incompleto por error, que será puntualmente subsanado. Schäfer da la cifra de 220 ejecutados, que es la que aparece en mi texto. De hecho doña Patricia tampoco da el título completo que es Protestantismus und der Inquisition im 16. Jahrhunder. Nach den Originalakten in Madrid und Simancas bearbeitet. Y la cifra de 12 ejecutados procede de los martirologios luteranos, en los que no aparecen reconocidos otros mártires protestantes. Habrá que sugerirles que varíen su criterio. Francamente no se acierta a entender qué es lo que quiere señalarse en este punto. Aparte de enredar. Datos mucho más actualizados que los de Schäfer están en Historia de la Inquisición española de Jaime Contreras.

11. Las torturas de la Inquisición

Este es otro momento especialmente ilustrativo de las tergiversaciones de doña Patricia. En los vídeos que se adjuntan puede oírse al profesor Haliczer afirmando exactamente lo que se dice en Imperiofobia. El visionado de la totalidad del documental The Myth of the Spanish Inquisition es muy recomendable ya que en él intervienen numerosos historiadores y por lo tanto es extremadamente difícil de manipular.
12. Propaganda en la Rebelión en Flandes

El señor Straehle-doña Patricia olvidan señalar cuál es el desarrollo argumental en que la cita se inserta y este es el de la propaganda (la guerra de papel) que ha convencido a los habitantes de los Países Bajos, tanto en las clases bajas como en las altas, de que sus impuestos son un abuso. Parker atribuye esto a que están mal informados y no se extraña de que la gente común lo esté puesto que también lo está la gente aristocrática como el conde de Lalaing. Hasta ahí lo que Parker señala. Lo que yo añado es que no se trata de hecho de mera desinformación, sino que esta había sido conscientemente provocada a través de la propaganda orangista. Lo que se elimina con los puntos suspensivos no añade ni quita nada al argumento principal y por esto va en puntos suspensivos. Es más: precisamente esta frase suprimida viene a reforzar la idea desarrollada por Parker y por mí recogida de que las rebeliones en los Países Bajos nacieron de la oligarquía y no fueron populares. Obsérvese que la frase "peor informados representantes de los contribuyentes convocados a los Estados Generales en marzo de 1556" no supone cambio alguno a la exposición de la idea central, que es la influencia de la propaganda en la opinión pública. Ni tampoco la presencia o ausencia de Lalaing, cuya peripecia personal no se trata en el texto.

El señor Straehle-doña Patricia-El País extraen la cita de su contexto y atribuyen la supresión mentada a intenciones imaginadas pero que, con el texto delante de los ojos, no tienen absolutamente nada que ver con el tema que se está tratando, como cualquiera puede comprobar. De hecho la frase puede añadirse y no cambia en nada el sentido de los párrafos.

El error en la fecha ya está corregido.

13. Anticatalanes y antiaragoneses

Como cualquiera puede comprobar, el texto de Arnoldsson trata de los prejuicios anticatalanes y también antivalencianos (las pilinguis valencianas, por ejemplo) y no parece que sea faltar a la verdad considerar ambos englobados bajo la denominación antiaragoneses para referirse a la primera etapa de la hispanofobia. El señor Straehle que es un independentista no nacionalista (pendiente de exégesis) saltó como un resorte ante la posibilidad de que lo catalán quedara anegado e invisible en lo aragonés. Puede que él y doña Patricia-El País consideren que lo catalán engloba también a lo valenciano, pero este es un punto de vista francamente discutible.

14. La alucinación colectiva

El libro de Arnoldsson, que es magnífico, resulta esencial en el estudio de la leyenda de color. Sus planteamientos, sin embargo, no son compartidos al cien por cien por todos. Así Maltby, por ejemplo, rechaza la idea de Arnoldsson de que la leyenda de color se iniciara en Italia y fuera luego copiada en otros lugares de Europa. Maltby insiste que en no debe darse prioridad a unas fuentes sobre otras con el consolador principio de la cronología. Que la leyenda de color no se acabó en la época que Arnoldsson indica es algo que dicen muchos autores, no solo yo. A su pervivencia posterior dedica Powell los capítulos finales de la parte II: Hispanoamérica adopta la leyenda de color y Continuidad hispanofóbica en los Estados Unidos. Esto se publicó mucho antes de que el ayuntamiento de Los Ángeles suprimiera el Columbus Day o fueran destrozadas o decapitadas las estatuas de fray Junípero Serra o López Obrador manifestara su singular sentido de la historia. Para lo mismo tiene también interés la parte III del libro de Powell. También abunda sobre ello García guandoca, que aunque niega la leyenda de color se ocupa de ella, en su La leyenda de color. Historia y opinión en el Capítulo 3 titulado Siglo XIX: nacionalismo y criollismo y el capítulo 4, Siglo XX: entre conmemoraciones y desagravios. Y hay mucho más sobre esto. Muchísimo más, aunque el señor Straehle y doña Patricia parecen ignorarlo con empeño.

Evidentemente cualquier error que pueda haber en Imperiofobia será corregido, lo cual contribuirá a mejorar el libro y en modo alguno cambiará ni su estructura argumental ni su contenido. Es más si todo lo que se señala en El País fuera cierto, y ya hemos visto que no lo es, esto no cambiaría ni un 0,001 por ciento. De manera que es muy de agradecer este empeño en peinar con lupa sus cientos de páginas y referencias bibliográficas.

Los propósitos de toda esta campaña de difamación y desprestigio pueden resumirse en varios puntos, todos ellos interconectados y es importante que la opinión pública los conozca.

1. El asunto de la leyenda de color es de derechas. Obsérvese que esto lo repiten obsesivamente, como un mantra, todos los implicados en la campaña, desde Villacañas a Pérez Reverte. Ello significa que es un objetivo principal. Colocada la hispanofobia en ese campo, por deslizamiento natural, cualquier alusión que haga a la leyenda de color puede ser considerada de derechas. Conservador, de derechas, de derechas, fascista, nacionalcatólico. Ello convierte a este problema histórico en un asunto político de primera magnitud en este momento. Inmediatamente, por miedo a ser considerado de derechas, que es una palabra temida por el español medio como ninguna otra, ya no se aludirá ni a la leyenda de color ni a la hispanofobia. Esto dejará su argumentario libre para ser usado de nuevo cada vez que sea necesario sin que haya respuesta.

Es evidente que la leyenda de color no es asunto ni de derechas ni de izquierdas puesto que existe desde mucho antes de que la derecha o la izquierda tuvieran vida. A esto hay que añadir que aquellos historiadores que han investigado y publicado sobre el particular son extranjeros en su mayoría y que sus trabajos nada tuvieron que ver con el frentismo político. Por otra parte se da la particular circunstancia de que ha sido durante el gobierno de Pedro Sánchez Castejón cuando se han producido las únicas publicaciones con beneplácito oficial relacionadas con este problema: La imagen de la presencia de España en América (1492-1898) en el cine británico-estadounidense, de Esteban Vicente Boisseau, obra premiada por el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles, que es un agente doble y trabaja para la derecha, y España, una historia global, de Luis F. Martínez Montes, que fue presentada por el ministro de Exteriores Josep Borrell, que también debe ser un agente doble. Tendremos entonces que considerar que el gobierno socialista colabora con los conservadores proporcionando argumentos a la derecha.

2. El siguiente objetivo es que cale en la opinión pública que la leyenda de color ya no existe. El propósito es el mismo: dejar en franquía su argumentario para que pueda ser usado a voluntad. La hispanofobia, como explicó Rafael Altamira, otro fascista irredento que murió en el exilio en México en 1951, es una herramienta de guerra, que si no se desactiva puede ser empleada una y otra vez.

3. La campaña tiene otro propósito: aviso a navegantes. A la vista del linchamiento mediático que se ha desatado contra mí y mi trabajo, ya sabe cualquiera que decida escribir sobre la leyenda de color y la hispanofobia o investigar sobre alguna de sus múltiples manifestaciones lo que le va a caer encima, especialmente en el ámbito universitario. Nadie que quiera tener una carrera académica si no exitosa al menos confortable osará meterse en este jardín. De manera que silencio. Sobre todo silencio. Es una forma de intimidación que acobardará a los jóvenes y devolverá la leyenda de color a la situación anterior a la publicación de Imperiofobia: a las catacumbas de algunos investigadores que probablemente tendrán que seguir siendo extranjeros.

4. La publicación de Imperiofobia concitó un extraño acuerdo y lo que parecía un principio de reconciliación de los españoles con su historia. Es por lo tanto esencial para los promotores del frentismo acabar con esto por cualesquiera medios a su alcance, toda vez que es prioritario eliminar todo aquello que pueda provocar acuerdo o consenso en la sociedad española de hoy. Y es particularmente importante que los españoles mantengan una relación conflictiva o atormentada con su historia, porque esto producirá más complejos y una fuente inagotable de conflictos internos que será aprovechada por quienes buscan en estos momentos tensionar la vida pública española en su propio beneficio.

La campaña de desprestigio continuará sin duda. Sin embargo, los Villacañas, Martínez Shaw, Straehle, Pérez Reverte, El País y otros tendrán que bailar solos. Es posible que pronto se publique que quien aparece en el documental The Myth of the Spanish Inquisition no es el profesor Haliczer sino un avatar suyo fabricado por mí o que Imperiofobia es el resultado de haber plagiado un papiro de Oxirrinco. No cuenten con mi participación. Mi tiempo y mi energía no se van a desperdiciar en dar combustible a esta burda y deshonesta maniobra de linchamiento mediático. De otro modo cabe el peligro que anunciaba la vieja fábula:

Peregrinos a la Meca / a la par iban dos árabes / y los perros al camino / les salían a ladrarles / Sin hacerles caso el uno / prosiguió siempre adelante, / pero, airado, el otro, piedras / no cesaba de tirarles. / De la Meca al año justo / regresaba el caminante / y halló al otro todavía / enredado con los canes. / "Pero, infeliz, ¿no comprendes / que hasta el fin de su viaje / nunca llega el que hace caso / de los perros que le ladren?".

Esta campaña me ha refirmado en mi confianza en el futuro. Porque Imperiofobia es solo un libro. Solo un libro de una maestra de pueblo. Como explicó Ilya Prigogine en su teoría del caos, pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un proceso determinan resultados totalmente diferentes. A veces cosas muy grandes dependen de cosas muy pequeñas. El futuro no está escrito y las grandes crisis son también grandes oportunidades.


Elvira Roca Barea contesta a El País: "Hoy cualquier alusión a la leyenda de color puede ser considerada de derechas"
 
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con tenacidad!

Elvira Roca Barea contesta a El País: "Hoy cualquier alusión a la leyenda de color puede ser considerada de derechas"
De un texto de Don Edgar Straehle Porras, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña, está sacado casi todo lo que doña Patricia Rodríguez Blanco publica en El País en una página sin precedentes, creo, en la historia del periodismo español. Tengo ese honor.

Doña Patricia Rodríguez Blanco sabe perfectamente en cuántos errores intencionados y tergiversaciones incurre el señor Straehle Porras porque hemos intercambiado correos electrónicos al respecto. Esto, sin embargo, no le ha causado la menor preocupación. Quiere decirse que le consta casi todo lo que viene a continuación.

1. La comparación entre los nazis y los aztecas efectivamente no está en el texto citado de Clendinnen sino en una entrevista de esta autora que puede leerse aquí.

Puede hallarse también en Alon Confino (Foundational Pasts: The Holocaust as Historical Understanding, Cambridge University Press, pág. 129). De manera que tenemos que la comparación entre los aztecas y los nazis no es fruto de mi imaginación sino que también la han hecho otros autores entre ellos la propia Clendinnen.

2. Lutero en la Noche de los Cristales Rotos

Las relaciones del nacionalismo alemán más virulento con Lutero y la iglesia luterana son difíciles de obviar. Incluso en años muy recientes, como puede verse en un cartel de hace poco del partido NPD en Alemania. Es cierto que esta horrible noche fue presentada por las autoridades nazis como una reacción espontánea de la población por el asesinato de Ersnt vom Rath pero no lo fue. Es extraño e inquietante que alguien se haga eco de este argumento a estas alturas. Se trató más bien de una excusa. Y desde luego no es creación mía la asociación de este hecho lamentable con el cumpleaños de Lutero, como se hizo en su época y recientemente, tal y como relata, por ejemplo, Hans Martin Kirn.

3. Propaganda protestante y católica

Olvida señalar El País que en Imperiofobia se está tratando de la zona de Estrasburgo. Resulta evidente que si se amplía esta zona geográfica también se ampliará el número de escritos propagandísticos, tanto protestantes como católicos. Resulta muy obvio.


4. Ejecuciones de Calvino

Calcular el número de muertes que produjo el calvinismo en Ginebra solo puede hacerse por aproximación y varía de unos a otros autores. La mejor forma de hacerse una idea de cómo funcionaba este régimen de terror es el libro de Stephan Zweig titulado Castellio contra Calvino que aparece mencionado en la bibliografía, cosa que El País parece ignorar. Las cifras que se mencionan en Imperiofobia son de esta obra que está citada a pie de página, aunque doña Patricia no lo señala.

5. Los incas, los españoles y el reportaje de La 2

Este es un momento especialmente brillante de doña Patricia Rodríguez Blanco. Puede el lector comprobar en el vídeo que aquí se ofrece que lo que se oyó en esta cadena de televisión española es exactamente lo que se dice en Imperiofobia (pág. 459 de la edición 31). ¿Esto es torpeza o vileza?

6. El trato en las colonias

Que hubiera quejas, discriminaciones o incumplimientos de las leyes no convierte en inexistente el régimen virreinal ni su arquitectura administrativa y jurídica. De la misma manera que las violaciones de una ley no la invalidan. Las cárceles están llenas porque no se cumplen las leyes ni aquí ni en Dinamarca. Y por eso mismo hay policía y jueces en todas partes. Por supuesto que había discriminaciones y ladrones y asesinos. Como ahora.

7. Batallas de Ultramar

La mención a este conflicto no supone cambio alguno para el contenido del texto ni afecta a su sentido. No está desde luego entre las grandes guerras de la época, que es aquello de que se trata, ni puede remotamente compararse con las que se mencionan como grandes conflictos bélicos en los que España se haya visto involucrada. Voy a ayudar a Straehle-doña Patricia con otro gazapo. Se dice en Imperiofobia que a Enrique VIII le sucedió María I, hija de Catalina de Aragón. Pues no es exactamente así. Entre uno y otra fue reina de Inglaterra durante 9 días Juana Grey en 1553. Ambos asuntos, como se ve, son de crucial importancia en el desarrollo argumental de Imperiofobia y su omisión modifica radicalmente el contenido.

8. La reina Isabel y sus persecuciones

Estas son las citas de W. Cobbett que Straehle-doña Patricia parecen no haber leído:

"Cuando uno mira los hechos, cuando uno ve a qué abyecta esclavitud redujo Elizabeth a la nación y, especialmente, cuando ve esta comisión [se refiere a la High Commission creada para perseguir la disidencia religiosa], es imposible para nosotros no reflexionar con vergüenza sobre lo que hemos estado durante tanto tiempo diciendo contra la Inquisición española, que desde su inicio no ha cometido tantas crueldades como esta primera reina protestante cometió en un solo año de los cuarenta y tres de su reinado", pág. 362.

Y hay más: "[Dada la incertidumbre entre la población provocada por la presencia de la Armada] si los católicos hubieran hecho caso a su justo resentimiento, podrían haber incrementado la sensación de peligro; por tanto, la generosidad de su conducta al no hacerlo, hubiera merecido alguna relajación en el cruel trato que habían padecido hasta el momento bajo su cetro de hierro (el de Isabel I).

No se produjo, sin embargo, tal relajación; fueron incluso tratados con todo tipo de bárbara crueldad, sujetos a una inquisición infinitamente más severa que aquella que la de España haya o hubiera tenido jamás, e incluso bajo la mera sospecha de desafección, encarcelados, torturados y no de manera infrecuente condenados a fin", pág. 362.

Y hay más: "Hablemos de las Hogueras de Smithfield [lugar de ejecuciones en Londres que forma parte desde Fox del imaginario protestante]. Hogueras, ciertamente que todos los católicos severamente condenan, pero qué, ¡buen Dios!, fue la fin de aproximadamente doscientas setenta y siete personas, aunque cruel e inmerecida, en relación a los tormentos arriba descritos que se infligieron por más de doscientos años sobre millones y millones de personas, por no hablar de los miles y miles de católicos que fueron durante ese periodo, torturados hasta la fin, asesinados en prisión, colgados, destripados y descuartizados", pág. 362.

Como verá, no se ha torcido ni violentado la información de Cobbett. Al contrario. Más bien se ha pretendido evitar entrar en guerras de cifras de muertos y horrores. Lo dicho en Imperiofobia es suficiente para que quede claro que la intolerancia religiosa no fue en España ni más virulenta ni más cruel que en otros lugares de Europa. Si a alguien interesa que la mayor parte de los españoles siga creyendo esto, que tenga la bondad de explicar sus motivos.

9. Las ejecuciones de la Iglesia anglicana

El título de este apartado es erróneo porque la Iglesia anglicana como tal no ejecutó nunca a nadie. Jamás he afirmado yo tal cosa. Son "titulares" de doña Patricia. En Inglaterra eran los tribunales civiles los encargados de reprimir la disidencia religiosa. Estas son las fuentes. Los datos no son míos:

"Sir James Stephen deduce 'que si el promedio de ejecuciones en cada contado fue de 20 o un poco más que un cuarto del número de sentencias capitales en Devonshire en 1598, esto supondría 800 ejecuciones al año en los 40 condados ingleses', esto es 11.200 en 14 años, contra las de Torquemada (6.024) en el mismo periodo y alguna reducción sobre 264.000 ejecuciones en un periodo de 330 años, la duración de la Inquisición en España contra los 23.112 de Llorente y los 202.244 condenados por este tribunal en este periodo". Esto lo afirma Sydney Smith, clérigo anglicano, apoyándose en los datos de Stephen.

10. Protestantes perseguidos por la Inquisición

No es lo mismo encausado que condenado ni es lo mismo condenado que condenado a fin ni es lo mismo luterano que protestante.

Efectivamente el título está incompleto por error, que será puntualmente subsanado. Schäfer da la cifra de 220 ejecutados, que es la que aparece en mi texto. De hecho doña Patricia tampoco da el título completo que es Protestantismus und der Inquisition im 16. Jahrhunder. Nach den Originalakten in Madrid und Simancas bearbeitet. Y la cifra de 12 ejecutados procede de los martirologios luteranos, en los que no aparecen reconocidos otros mártires protestantes. Habrá que sugerirles que varíen su criterio. Francamente no se acierta a entender qué es lo que quiere señalarse en este punto. Aparte de enredar. Datos mucho más actualizados que los de Schäfer están en Historia de la Inquisición española de Jaime Contreras.

11. Las torturas de la Inquisición

Este es otro momento especialmente ilustrativo de las tergiversaciones de doña Patricia. En los vídeos que se adjuntan puede oírse al profesor Haliczer afirmando exactamente lo que se dice en Imperiofobia. El visionado de la totalidad del documental The Myth of the Spanish Inquisition es muy recomendable ya que en él intervienen numerosos historiadores y por lo tanto es extremadamente difícil de manipular.
12. Propaganda en la Rebelión en Flandes

El señor Straehle-doña Patricia olvidan señalar cuál es el desarrollo argumental en que la cita se inserta y este es el de la propaganda (la guerra de papel) que ha convencido a los habitantes de los Países Bajos, tanto en las clases bajas como en las altas, de que sus impuestos son un abuso. Parker atribuye esto a que están mal informados y no se extraña de que la gente común lo esté puesto que también lo está la gente aristocrática como el conde de Lalaing. Hasta ahí lo que Parker señala. Lo que yo añado es que no se trata de hecho de mera desinformación, sino que esta había sido conscientemente provocada a través de la propaganda orangista. Lo que se elimina con los puntos suspensivos no añade ni quita nada al argumento principal y por esto va en puntos suspensivos. Es más: precisamente esta frase suprimida viene a reforzar la idea desarrollada por Parker y por mí recogida de que las rebeliones en los Países Bajos nacieron de la oligarquía y no fueron populares. Obsérvese que la frase "peor informados representantes de los contribuyentes convocados a los Estados Generales en marzo de 1556" no supone cambio alguno a la exposición de la idea central, que es la influencia de la propaganda en la opinión pública. Ni tampoco la presencia o ausencia de Lalaing, cuya peripecia personal no se trata en el texto.

El señor Straehle-doña Patricia-El País extraen la cita de su contexto y atribuyen la supresión mentada a intenciones imaginadas pero que, con el texto delante de los ojos, no tienen absolutamente nada que ver con el tema que se está tratando, como cualquiera puede comprobar. De hecho la frase puede añadirse y no cambia en nada el sentido de los párrafos.

El error en la fecha ya está corregido.

13. Anticatalanes y antiaragoneses

Como cualquiera puede comprobar, el texto de Arnoldsson trata de los prejuicios anticatalanes y también antivalencianos (las pilinguis valencianas, por ejemplo) y no parece que sea faltar a la verdad considerar ambos englobados bajo la denominación antiaragoneses para referirse a la primera etapa de la hispanofobia. El señor Straehle que es un independentista no nacionalista (pendiente de exégesis) saltó como un resorte ante la posibilidad de que lo catalán quedara anegado e invisible en lo aragonés. Puede que él y doña Patricia-El País consideren que lo catalán engloba también a lo valenciano, pero este es un punto de vista francamente discutible.

14. La alucinación colectiva

El libro de Arnoldsson, que es magnífico, resulta esencial en el estudio de la leyenda de color. Sus planteamientos, sin embargo, no son compartidos al cien por cien por todos. Así Maltby, por ejemplo, rechaza la idea de Arnoldsson de que la leyenda de color se iniciara en Italia y fuera luego copiada en otros lugares de Europa. Maltby insiste que en no debe darse prioridad a unas fuentes sobre otras con el consolador principio de la cronología. Que la leyenda de color no se acabó en la época que Arnoldsson indica es algo que dicen muchos autores, no solo yo. A su pervivencia posterior dedica Powell los capítulos finales de la parte II: Hispanoamérica adopta la leyenda de color y Continuidad hispanofóbica en los Estados Unidos. Esto se publicó mucho antes de que el ayuntamiento de Los Ángeles suprimiera el Columbus Day o fueran destrozadas o decapitadas las estatuas de fray Junípero Serra o López Obrador manifestara su singular sentido de la historia. Para lo mismo tiene también interés la parte III del libro de Powell. También abunda sobre ello García guandoca, que aunque niega la leyenda de color se ocupa de ella, en su La leyenda de color. Historia y opinión en el Capítulo 3 titulado Siglo XIX: nacionalismo y criollismo y el capítulo 4, Siglo XX: entre conmemoraciones y desagravios. Y hay mucho más sobre esto. Muchísimo más, aunque el señor Straehle y doña Patricia parecen ignorarlo con empeño.

Evidentemente cualquier error que pueda haber en Imperiofobia será corregido, lo cual contribuirá a mejorar el libro y en modo alguno cambiará ni su estructura argumental ni su contenido. Es más si todo lo que se señala en El País fuera cierto, y ya hemos visto que no lo es, esto no cambiaría ni un 0,001 por ciento. De manera que es muy de agradecer este empeño en peinar con lupa sus cientos de páginas y referencias bibliográficas.

Los propósitos de toda esta campaña de difamación y desprestigio pueden resumirse en varios puntos, todos ellos interconectados y es importante que la opinión pública los conozca.

1. El asunto de la leyenda de color es de derechas. Obsérvese que esto lo repiten obsesivamente, como un mantra, todos los implicados en la campaña, desde Villacañas a Pérez Reverte. Ello significa que es un objetivo principal. Colocada la hispanofobia en ese campo, por deslizamiento natural, cualquier alusión que haga a la leyenda de color puede ser considerada de derechas. Conservador, de derechas, de derechas, fascista, nacionalcatólico. Ello convierte a este problema histórico en un asunto político de primera magnitud en este momento. Inmediatamente, por miedo a ser considerado de derechas, que es una palabra temida por el español medio como ninguna otra, ya no se aludirá ni a la leyenda de color ni a la hispanofobia. Esto dejará su argumentario libre para ser usado de nuevo cada vez que sea necesario sin que haya respuesta.

Es evidente que la leyenda de color no es asunto ni de derechas ni de izquierdas puesto que existe desde mucho antes de que la derecha o la izquierda tuvieran vida. A esto hay que añadir que aquellos historiadores que han investigado y publicado sobre el particular son extranjeros en su mayoría y que sus trabajos nada tuvieron que ver con el frentismo político. Por otra parte se da la particular circunstancia de que ha sido durante el gobierno de Pedro Sánchez Castejón cuando se han producido las únicas publicaciones con beneplácito oficial relacionadas con este problema: La imagen de la presencia de España en América (1492-1898) en el cine británico-estadounidense, de Esteban Vicente Boisseau, obra premiada por el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles, que es un agente doble y trabaja para la derecha, y España, una historia global, de Luis F. Martínez Montes, que fue presentada por el ministro de Exteriores Josep Borrell, que también debe ser un agente doble. Tendremos entonces que considerar que el gobierno socialista colabora con los conservadores proporcionando argumentos a la derecha.

2. El siguiente objetivo es que cale en la opinión pública que la leyenda de color ya no existe. El propósito es el mismo: dejar en franquía su argumentario para que pueda ser usado a voluntad. La hispanofobia, como explicó Rafael Altamira, otro fascista irredento que murió en el exilio en México en 1951, es una herramienta de guerra, que si no se desactiva puede ser empleada una y otra vez.

3. La campaña tiene otro propósito: aviso a navegantes. A la vista del linchamiento mediático que se ha desatado contra mí y mi trabajo, ya sabe cualquiera que decida escribir sobre la leyenda de color y la hispanofobia o investigar sobre alguna de sus múltiples manifestaciones lo que le va a caer encima, especialmente en el ámbito universitario. Nadie que quiera tener una carrera académica si no exitosa al menos confortable osará meterse en este jardín. De manera que silencio. Sobre todo silencio. Es una forma de intimidación que acobardará a los jóvenes y devolverá la leyenda de color a la situación anterior a la publicación de Imperiofobia: a las catacumbas de algunos investigadores que probablemente tendrán que seguir siendo extranjeros.

4. La publicación de Imperiofobia concitó un extraño acuerdo y lo que parecía un principio de reconciliación de los españoles con su historia. Es por lo tanto esencial para los promotores del frentismo acabar con esto por cualesquiera medios a su alcance, toda vez que es prioritario eliminar todo aquello que pueda provocar acuerdo o consenso en la sociedad española de hoy. Y es particularmente importante que los españoles mantengan una relación conflictiva o atormentada con su historia, porque esto producirá más complejos y una fuente inagotable de conflictos internos que será aprovechada por quienes buscan en estos momentos tensionar la vida pública española en su propio beneficio.

La campaña de desprestigio continuará sin duda. Sin embargo, los Villacañas, Martínez Shaw, Straehle, Pérez Reverte, El País y otros tendrán que bailar solos. Es posible que pronto se publique que quien aparece en el documental The Myth of the Spanish Inquisition no es el profesor Haliczer sino un avatar suyo fabricado por mí o que Imperiofobia es el resultado de haber plagiado un papiro de Oxirrinco. No cuenten con mi participación. Mi tiempo y mi energía no se van a desperdiciar en dar combustible a esta burda y deshonesta maniobra de linchamiento mediático. De otro modo cabe el peligro que anunciaba la vieja fábula:

Peregrinos a la Meca / a la par iban dos árabes / y los perros al camino / les salían a ladrarles / Sin hacerles caso el uno / prosiguió siempre adelante, / pero, airado, el otro, piedras / no cesaba de tirarles. / De la Meca al año justo / regresaba el caminante / y halló al otro todavía / enredado con los canes. / "Pero, infeliz, ¿no comprendes / que hasta el fin de su viaje / nunca llega el que hace caso / de los perros que le ladren?".

Esta campaña me ha refirmado en mi confianza en el futuro. Porque Imperiofobia es solo un libro. Solo un libro de una maestra de pueblo. Como explicó Ilya Prigogine en su teoría del caos, pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un proceso determinan resultados totalmente diferentes. A veces cosas muy grandes dependen de cosas muy pequeñas. El futuro no está escrito y las grandes crisis son también grandes oportunidades.


Elvira Roca Barea contesta a El País: "Hoy cualquier alusión a la leyenda de color puede ser considerada de derechas"
 
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