Chuck Norris
Madmaxista
Dos meses de lucha para darse de baja en Telefónica
Un cliente sigue 'amarrado' a la compañía pese a realizar mil trámites//"Esto es kafkiano"
DARÍO CASAL SANTIAGO
Si Kafka viviera en la actualidad a buen seguro podría sacar del horno otra inquietante novela basada en las situaciones absolutamente besugos y surrealistas que padecen miles de consumidores cuando quieren cambiarse de compañía telefónica. Y es que, como suelen decir muchos veteranos que vivieron el espíritu del 68, "queríamos cambiar el mundo y ahora resulta que ni siquiera somos capaces de cambiar de proveedor de telefonía". Esto es lo que le ha ocurrido, le está ocurriendo, a un compostelano que lleva ya dos meses luchando, de momento sin éxito, para lograr algo tan aparentemente sencillo como es darse de baja en Telefónica y firmar un contrato con Jazztel. El caso es que un trámite que en teoría no debería llevar más de quince minutos se ha convertido en una carrera plagada de obstáculos y no apta para cardíacos, como asegura este sufrido vecino tras haber realizado infinidad de trámites, quejas y recursos a todos los niveles, llegando incluso hasta el Ministerio de Industria.
El proceso kafkiano para este vecino comenzó a comienzos de agosto, fechas en la que solicitó la portabilidad de Telefónica a Jazztel para acogerse a una oferta que le supondría un ahorro mensual, al menos durante el primer año de contrato, de unos 40 euros mensuales solo en lo tocante a la tarifa del teléfono fijo e Internet. Tras realizar ese primer trámite, el 9 de agosto recibió una comunicación por parte de Jazztel según la cual Telefónica había denegado la portabilidad por tener la línea suspendida, "hecho que era totalmente falso". Para demostrar dicha falsedad, el cliente llamó desde su propio teléfono fijo al número 1004 (de Telefónica), donde volvieron a comentarle que tenía la línea suspendida por falta de pago, respondiendo el afectado que eso era totalmente imposible por dos razones tan obvias como contundentes. La primera, es que nunca había devuelto un recibo de Telefónica, y la segunda, todavía más evidente, que si tuviera suspendido el servicio no podría estar llamando desde su propia casa ni tener Internet operativo.
Pese a esgrimir tales razones, el cliente volvió a solicitar la portabilidad hasta seis veces, recibiendo siempre la negativa por respuesta, aunque ya no por la razón esgrimida al principio (tener la línea suspendida por supuesto falta de pago), sino porque seguramente en Jazztel no querían brindarle sus servicios, "lo cual es totalmente absurdo". Harto de aguantar dicha situación y completamente desesperado, el 1 de septiembre el afectado decidió pasar a la acción por la vía burocrática. Su primera visita fue a la Oficina del Consumidor de la Xunta en Santiago, donde le informaron que lo mejor que podía hacer era cursar una queja contra la compañía y adjuntar, junto al escrito que presentase en Consumo, el número de reclamación que le asignase Telefónica. Su sorpresa fue mayúscula, sin embargo, al comprobar que Telefónica se negaba a tramitarle la citada reclamación por no tener considerada como tal, dentro de su sistema, la planteada por el cliente.
local@elcorreogallego.es
LA ESPERA CONTINÚA, Y CONTINÚA...
••• Tras recibir la negativa de reclamación por parte de Telefónica, el cliente comenta que "tuve que explicarles que me importaba un comino si mi queja figuraba en su catálogo o no y que el derecho a reclamar no puede ser negado a nadie", pero al final la compañía le denegó esta petición. A pesar de no conseguir dicho documento, el mismo 1 de septiembre presentó la reclamación en la Xunta y el día 8 procedió a reclamar ante el Ministerio de Industria. También se puso en contacto con Jazztel para que le enviasen constancia documental del rechazo de Telefónica, cosa que hicieron el 12 de septiembre. Un día después, Industria le comunicó el registro de su reclamación y la petición de informe a Telefónica. tras*curridos otros diez días, el afectado sigue a la espera... ¿Pasarán otros dos meses?
Dos meses de lucha para darse de baja en Telefónica
Un cliente sigue 'amarrado' a la compañía pese a realizar mil trámites//"Esto es kafkiano"
DARÍO CASAL SANTIAGO
Si Kafka viviera en la actualidad a buen seguro podría sacar del horno otra inquietante novela basada en las situaciones absolutamente besugos y surrealistas que padecen miles de consumidores cuando quieren cambiarse de compañía telefónica. Y es que, como suelen decir muchos veteranos que vivieron el espíritu del 68, "queríamos cambiar el mundo y ahora resulta que ni siquiera somos capaces de cambiar de proveedor de telefonía". Esto es lo que le ha ocurrido, le está ocurriendo, a un compostelano que lleva ya dos meses luchando, de momento sin éxito, para lograr algo tan aparentemente sencillo como es darse de baja en Telefónica y firmar un contrato con Jazztel. El caso es que un trámite que en teoría no debería llevar más de quince minutos se ha convertido en una carrera plagada de obstáculos y no apta para cardíacos, como asegura este sufrido vecino tras haber realizado infinidad de trámites, quejas y recursos a todos los niveles, llegando incluso hasta el Ministerio de Industria.
El proceso kafkiano para este vecino comenzó a comienzos de agosto, fechas en la que solicitó la portabilidad de Telefónica a Jazztel para acogerse a una oferta que le supondría un ahorro mensual, al menos durante el primer año de contrato, de unos 40 euros mensuales solo en lo tocante a la tarifa del teléfono fijo e Internet. Tras realizar ese primer trámite, el 9 de agosto recibió una comunicación por parte de Jazztel según la cual Telefónica había denegado la portabilidad por tener la línea suspendida, "hecho que era totalmente falso". Para demostrar dicha falsedad, el cliente llamó desde su propio teléfono fijo al número 1004 (de Telefónica), donde volvieron a comentarle que tenía la línea suspendida por falta de pago, respondiendo el afectado que eso era totalmente imposible por dos razones tan obvias como contundentes. La primera, es que nunca había devuelto un recibo de Telefónica, y la segunda, todavía más evidente, que si tuviera suspendido el servicio no podría estar llamando desde su propia casa ni tener Internet operativo.
Pese a esgrimir tales razones, el cliente volvió a solicitar la portabilidad hasta seis veces, recibiendo siempre la negativa por respuesta, aunque ya no por la razón esgrimida al principio (tener la línea suspendida por supuesto falta de pago), sino porque seguramente en Jazztel no querían brindarle sus servicios, "lo cual es totalmente absurdo". Harto de aguantar dicha situación y completamente desesperado, el 1 de septiembre el afectado decidió pasar a la acción por la vía burocrática. Su primera visita fue a la Oficina del Consumidor de la Xunta en Santiago, donde le informaron que lo mejor que podía hacer era cursar una queja contra la compañía y adjuntar, junto al escrito que presentase en Consumo, el número de reclamación que le asignase Telefónica. Su sorpresa fue mayúscula, sin embargo, al comprobar que Telefónica se negaba a tramitarle la citada reclamación por no tener considerada como tal, dentro de su sistema, la planteada por el cliente.
local@elcorreogallego.es
LA ESPERA CONTINÚA, Y CONTINÚA...
••• Tras recibir la negativa de reclamación por parte de Telefónica, el cliente comenta que "tuve que explicarles que me importaba un comino si mi queja figuraba en su catálogo o no y que el derecho a reclamar no puede ser negado a nadie", pero al final la compañía le denegó esta petición. A pesar de no conseguir dicho documento, el mismo 1 de septiembre presentó la reclamación en la Xunta y el día 8 procedió a reclamar ante el Ministerio de Industria. También se puso en contacto con Jazztel para que le enviasen constancia documental del rechazo de Telefónica, cosa que hicieron el 12 de septiembre. Un día después, Industria le comunicó el registro de su reclamación y la petición de informe a Telefónica. tras*curridos otros diez días, el afectado sigue a la espera... ¿Pasarán otros dos meses?
Dos meses de lucha para darse de baja en Telefónica
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