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Ayanta Barilli, la ‘novia’ empoderada de Federico
28/06/2019 Redaccion Comunicación, Destacados RAMBLALIBRE
Federico Jiménez Losantos con Ayanta Barilli. /Foto: lamoscamediática.com.
Don Enrique de Diego.
Tenía lugar la Feria del Libro y en casetas separadas firmaban ejemplares César Vidal y Ayanta (Sánchez) Barilli. Ésta, hoy rutilante finalista del Premio Planeta 2018, no sabemos por qué motivo pues se trata de un Premio trucado, había publicado un recopilatorio de las cartas de amor del concurso radiofónico de la COPE, “Un año de amor”, que publicó gracias a las intensas e interesadas gestiones de Federico Jiménez Losantos, su apasionado mentor. Avanzando por la larga cola, una señora se plantó ante César Vidal y le estampó: “le traigo estos libros para que me los dedique. Ya he estado en la caseta donde está la novia de don Federico para que también me dedicara el suyo”. Los testigos presenciales de la escena relatan que César Vidal hizo como si no hubiera escuchado.
¿Sabía algo la ignota señora que César Vidal ignorara? No, por supuesto. Todo el mundo en Es.Radio y Libertad Digital está al cabo de la calle de que entre Federico Jiménez Losantos, 66 años, y Ayanta Barilli(49) –hija del conocido pornógrafo Fernando Sánchez Dragó y la fallecida profesora de historia y filosofía Caterina Barilli– hay una relación muy especial. Javier Rubio, el amigo desde la juventud pasando por la Universidad, fundador y facedor de Libertad Digital, había avisado a varios dentro de la empresa que hablar del tema de Ayanta con Federico era muy peligroso y que lo mejor era no abordarlo. Un secreto a voces.
Losantos entrega a Ayanta la cabeza de su amigo de toda la vida Javier Rubio.
Javier Rubio no sabía hasta qué punto el empoderamiento de Ayanta Barilli podía tener consecuencias letales para quien se cruzara en su camino. El sensato y templado Rubio puesto al frente de la luego fracasada operación de la televisión de Libertad Digital –cinco concesiones de TDT por parte de Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes– tuvo la osadía de rechazar la oferta imperiosa de Ayanta Barilli de tener programa propio, con una elevada retribución. Javier Rubio pagó muy cara su negativa. Su viejo amigo lo fulminó en un ataque de complejo jupiterino. Lo echó sin dirigirle la palabra ni darle explicación alguna. Años después Javier Rubio aún seguía sin comprender lo sucedido y resumía, en una entrevista con Periodista Digital, que con él, Losantos se había portado “como un cabrón”. La razón fue que, como Salomé con San Juan Bautista, Ayanta bailó para Losantos y pidió la cabeza de Javier Rubio en una bandeja de plata y Federico, como Herodes, cumplimentó el pedido sin rechistar.
En propiedad, la ignota lectora que situaba a Ayanta Barilli como ‘novia’ de Losantos hacía uso de una perversión semántica, pues de ser cierta su apreciación Federico Jiménez Losantos y Ayanta Barilli serían, lisa y llanamente, amantes y durante mucho tiempo, pues la hija del pornógrafo Sánchez Dragó –acaba de dirigir una película pronográfica protagonizada por su nueva pareja cenital- entró a colaborar con Federico Jiménez Losantos en 2001 en el programa La Linterna.
El hecho de que el ateo Losantos pudiera haber mantenido un adulterio con su colaboradora preferida en la cadena confesional católica, propiedad de los obispos, es muy literaria, pero también entraña lecciones jovenlandesales. No es cuestión privada porque ha tenido consecuencias en las vidas personales de otras personas y en el ambiente de toda una empresa como Es.Radio. En términos profesionales, la gente no le tenía el menor respeto, pero la temían y la temen y nadie se atrevía ni se atreve a hablar de ella y menos a criticarla. Se trata de una relación preferencial, con consecuencias, a lo largo del tiempo, consolidada. De hecho, consta que algunas personas del equipo de Federico Jiménez Losantos prefirieron quedarse en COPE, cuando la salida del turolense, para no tener que soportarla. Los más avispados han buscado la simpatía de la empoderada Ayanta para medrar, como un técnico de sonido que fue consiguiendo beneficios y privilegios que no tenía nadie más en su trabajo porque a Ayanta el gustaba, la caía bien.
Poder omnímodo sin cargo orgánico
Ayanta ejerce raro, raro- un poder omnímodo en Es.Radio sin tener ningún cargo orgánico, que sólo se explica por su influencia directa cerca de Losantos; ha tenido un trato económico de privilegio ordenado por Federico. Es preciso poner en la balanza, considerar que Federico Jiménez Losantos se ha situado en la posición de un “guía social” que establece criterios jovenlandesales, que emite juicios mediante un código jovenlandesal en el que se acusa y se persigue a la gente si Losantos considera que mienten o engañan. Losantos no es un periodista, no busca la noticia, no investiga, no contrasta hechos, su posición es la de una especie de telepredicador, aunque de un tipo muy excéntrico, pues no está constreñido por ningún código jovenlandesal tras*cendente ni por ninguna religión revelada. Incluso Losantos dicta unos extraños anatemas y, a veces, admoniza a personas concretas, de manera pública, a través del micrófono, advirtiendo de que “te vas a condenar”, quizás recuerdo de su lejana educación católica como monaguillo en Orihuela del Tremedal o quizás desquicie, pues son muchos los que sólo se explican aspectos de la conducta del turolense por intensos y cada vez más agudizados desequilibrios mentales. La sola idea de que Federico Jiménez Losantos, tan estricto en denunciar la mentira cuando la detecta en los demás, según su entender, haya llevado una doble vida de mentira y adulterio resulta inquietante. Se trataría de un caso extremo de incoherencia que implicaría una total deslegitimación.
Federico Jiménez Losantos con su esposa, María Prado.
Dormitorio y despacho independientes con su esposa, María Prado
En fechas recientes, en marzo de 2018, Losantos ha desvelado con cierto impudor detalles íntimos de su relación conyugal con su esposa María Prado. “Siempre hemos tenido cada uno nuestros horarios, nuestro dormitorio y nuestro despacho independientes, es la única forma de sobrevivir”. El dramaturgo Henrik Ibsen contó, antes de casarse, a un amigo que “su esposa, si alguna vez la tenía, tendría que vivir en otro piso y se verían únicamente en las comidas”. Ibsen era un solitario militante y contumaz. Matrimonió con Suzannah Thorensen, hija del deán de Bergen, tras dos años de frío noviazgo, y cumplió su promesa: todos los apartamentos de Ibsen tenían una característica poco habitual: parecían estar divididos en dos mitades, con el marido y la mujer disponiendo su propia fortaleza para las operaciones defensivas y ofensivas que se desarrollaban entre ambos.
Federico Jiménez Losantos no es Ibsen, desde luego, y esos dormitorios y despachos independientes en su casa del Barrio de Salamanca se justifican y explican por los extraños horarios ora nocturnos –La Linterna– ora matinales –La Mañana– que la funcionaria María Prado, con horarios rutinarios, no puede seguir, pero a los que sí está acostumbrada por supuesto Ayanta Barilli, cuyos dos programas Es.Amor y Es.sesso han sido para personas de horarios desordenados. Es decir, no es preciso pensar que Federico Jiménez Losantos y María Prado tienen problemas psicoconyugales ni acuerdos de matrimonio abierto para entender ese distanciamiento de los cuerpos que el turolense ha hecho público.
Losantos ha escanciado algunas gotas de romanticismo respecto a sus inicios en común. “Nos conocimos siendo estudiantes hace más de 40 años. Yo la vi en el patio de la Universidad y me costó meses que saliera conmigo. Siempre nos hemos respetado”. Esa coletilla final de “siempre nos hemos respetado” suena fría y distante, y algo de eso exhuma la descripción panegírica de María Prado: “es una mujer muy equilibrada, muy cuidadosa, educada, de una familia socialista pero católica, y ha criado a mis hijos estupendamente bien”. Recuerda un poco a aquello de Juan Carlos sobre Sofía de Grecia, cuando se refirió a ella como “una profesional”.
Losantos, un telepredicador de un biotipo muy excéntrico
Federico miente mucho. Sobre su biografía cualquier dato ha de ser cotejado cuidadosamente porque tiende a fabular. Contó mentiras, auténticas milongas, para animar a la gente a invertir en Libertad Digital SA, cuya contabilidad es un laberinto de tejemanejes y de cuya última ampliación de capitales -1,5 millones de euros restringida a los accionistas- nada se sabe. Tanto como no soporta las mentiras ajenas hasta llegar al histrionismo –“Pedrooooo…. Pedrooooo….Pedro. ¡Estás mintiendo! Pedroooo, tedax Pedro, nos están engañando. Te han engañado tanto que nos engañas a todos. Pedro, Pedro, Pedro, pero ¡cómo mientes! Te vas a condenar. Yo quiero un juez que detenga a todos los tíos que se dedicaron a poner pruebas falsas para hacernos creer que esto ha sido un atentado islamista”– se autoconcede a sí mismo una amplia indulgencia, una ostentosa manga ancha en mentir cuando le conviene, cuando está en juego su interés personal. Es un telepredicador de un biotipo muy excéntrico.
Federico, un liberal adicto a parasitar de lo público
También es un liberal de un biotipo excéntrico y, en muchos aspectos, abiertamente contradictorio. Defensor a ultranza de las virtudes de lo privado, denostador impenitente de los horrores del Estado, Losantos siempre anda buscando favores y prebendas parasitando de lo público como el más fervoroso adorador de Leviatán. En la primera ampliación de capitales de Libertad Digital –lo de ampliar capitales para conseguir liquidez se ha convertido en la mala costumbre de un pésimo empresario y un mendaz estafador jovenlandesal- consiguió más de 400.000 euros de la caja B del Partido Popular, delito que se ha de dirimir pronto en los tribunales, aunque bien pudo Losantos dejar hacer a Alberto Recarte.
En la historia de la corrupción española, Libertad Digital ya ocupa, por méritos propios, un lugar en el frontispicio de la cloaca. Dice la sentencia del caso Gürtel: “En el año 2005, también de la misma ‘Caja B’, sustrajo 149.600 euros, de los que, de acuerdo con su mujer [la de Bárcenas], Rosalía Iglesias, destinó a 149.000 euros a pagar unos inmuebles adquiridos por el matrimonio. En esta ocasión, el apoderamiento de los fondos de la ‘Caja B’, tuvo lugar mediante la compra de acciones de Libertad Digital, S. A., de manera que Luis Bárcenas, de acuerdo con su propia esposa, entregó a esta, extraídos de dicha caja, los 149.600 €, de los que dispuso el 29/10/2004 para adquirir 1.360 acciones de esa sociedad, que puso a nombre de Rosalía Iglesias. Compradas las acciones a su nombre, posteriormente las vende esta, el 15/03/2005, a Francisco Yáñez, por 149.600 euros, que no se reingresan al PP, sino que se queda con ellos el matrimonio, ingresándolos, mediante dos imposiciones que hace la propia Rosalía una el 16/03/2005, por importe de 74.000 euros, y otra el 21/03/2005, por importe de 75.600 euros, en su propia cuenta corriente, abierta en Caja Madrid”.
En total, el pellizco que te ingresaron fue superior a los 400.000 euros, porque compraron acciones Paco Yáñez, Alberto Dorrego, abogado de la trama Gürtel, y Álvaro Lapuerta, que en paz descanse. Por si esto no fuera poco latrocinio, el liberal excéntrico de Losantos dio un pelotazo de la friolera de 3 millones de euros por las 5 licencias de TDT que le dio gratuitamente Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes. Ha recibido concesiones de radio y a quien no se las concede le acusa de prevaricación y con desparpajo de sablista el 6 de enero de 2019, al tiempo que aconsejaba a Vox entregarse a Bonillamostraba el que debe ser el objetivo prioritario del nuevo equipo de la Junta de Andalucía: darle a él licencias.
Con liberales como Federico, sobran socialdemócratas e incluso comunistas.
Losantos es, en teoría, partidario de la mano invisible de Adam Smith, pero en la práctica es adicto a la mano mangoneadora y prebendaría del poder político y tampoco se olvida de la famiglia. Eduardo Zaplana, hoy inquilino de Picassent, colocó a la hermana de Federico, Encarna Jiménez Losantos como directora de Comunicación y Desarrollo del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), en la etapa más de color de Consuelo Ciscar, imputada en el Juzgado de Instrucción número 21 por sobrecostes en obras, revalorización de piezas de su propiedad y por dedicarse a potenciar, con cargo al erario público, a su hijo. Encarna publicó un libro “¿Cómo enseñar un Museo?”, dentro de la Colección “Documentos del IVAM”, es decir, que la edición la pagó el sufrido contribuyente. Muy liberal, voto a bríos.
María Prado no puede quejarse: está colocada en la Comunidad de Madrid por Esperanza Aguirre
La diferencia de horarios, que le resulta tan conveniente a Losantos para mantener su independencia, con su esposa María Prado se explica por el hecho de que Federico ha colocado a su esposa de funcionaria en la Comunidad de Madrid por el favoritismo de la sita Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes. Así que no se ven, pero todos los meses aumenta la cuenta familiar. María Prado no puede quejarse. La magnanimidad de la liberal Esperanza no se queda ahí en este entorno. Un hermanastro de Ayanta Barilli,hijo del vetusto pornógrafo Fernando Sánchez Dragó, que andaba dando tumbos, despistado, sin oficio ni beneficio, también fue colocado en la Comunidad de Madrid por Esperanza. Con el dinero de otros, hacen fiesta los devotos…liberales de pacotilla.
Pero, ¿quién es realmente Ayanta Barilli? ¿Qué méritos la adornan para haber alcanzado el favor deFederico Jiménez Losantos, con la misma eficacia e influencia que la nariz de Cleopatra sobre Marco Antonio? En la próxima entrega de “El crepúsculo de Losantos”. Muy pronto.
Ayanta Barilli, la ‘novia’ empoderada de Federico - Rambla Libre
28/06/2019 Redaccion Comunicación, Destacados RAMBLALIBRE
Federico Jiménez Losantos con Ayanta Barilli. /Foto: lamoscamediática.com.
Don Enrique de Diego.
Tenía lugar la Feria del Libro y en casetas separadas firmaban ejemplares César Vidal y Ayanta (Sánchez) Barilli. Ésta, hoy rutilante finalista del Premio Planeta 2018, no sabemos por qué motivo pues se trata de un Premio trucado, había publicado un recopilatorio de las cartas de amor del concurso radiofónico de la COPE, “Un año de amor”, que publicó gracias a las intensas e interesadas gestiones de Federico Jiménez Losantos, su apasionado mentor. Avanzando por la larga cola, una señora se plantó ante César Vidal y le estampó: “le traigo estos libros para que me los dedique. Ya he estado en la caseta donde está la novia de don Federico para que también me dedicara el suyo”. Los testigos presenciales de la escena relatan que César Vidal hizo como si no hubiera escuchado.
¿Sabía algo la ignota señora que César Vidal ignorara? No, por supuesto. Todo el mundo en Es.Radio y Libertad Digital está al cabo de la calle de que entre Federico Jiménez Losantos, 66 años, y Ayanta Barilli(49) –hija del conocido pornógrafo Fernando Sánchez Dragó y la fallecida profesora de historia y filosofía Caterina Barilli– hay una relación muy especial. Javier Rubio, el amigo desde la juventud pasando por la Universidad, fundador y facedor de Libertad Digital, había avisado a varios dentro de la empresa que hablar del tema de Ayanta con Federico era muy peligroso y que lo mejor era no abordarlo. Un secreto a voces.
Losantos entrega a Ayanta la cabeza de su amigo de toda la vida Javier Rubio.
Javier Rubio no sabía hasta qué punto el empoderamiento de Ayanta Barilli podía tener consecuencias letales para quien se cruzara en su camino. El sensato y templado Rubio puesto al frente de la luego fracasada operación de la televisión de Libertad Digital –cinco concesiones de TDT por parte de Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes– tuvo la osadía de rechazar la oferta imperiosa de Ayanta Barilli de tener programa propio, con una elevada retribución. Javier Rubio pagó muy cara su negativa. Su viejo amigo lo fulminó en un ataque de complejo jupiterino. Lo echó sin dirigirle la palabra ni darle explicación alguna. Años después Javier Rubio aún seguía sin comprender lo sucedido y resumía, en una entrevista con Periodista Digital, que con él, Losantos se había portado “como un cabrón”. La razón fue que, como Salomé con San Juan Bautista, Ayanta bailó para Losantos y pidió la cabeza de Javier Rubio en una bandeja de plata y Federico, como Herodes, cumplimentó el pedido sin rechistar.
En propiedad, la ignota lectora que situaba a Ayanta Barilli como ‘novia’ de Losantos hacía uso de una perversión semántica, pues de ser cierta su apreciación Federico Jiménez Losantos y Ayanta Barilli serían, lisa y llanamente, amantes y durante mucho tiempo, pues la hija del pornógrafo Sánchez Dragó –acaba de dirigir una película pronográfica protagonizada por su nueva pareja cenital- entró a colaborar con Federico Jiménez Losantos en 2001 en el programa La Linterna.
El hecho de que el ateo Losantos pudiera haber mantenido un adulterio con su colaboradora preferida en la cadena confesional católica, propiedad de los obispos, es muy literaria, pero también entraña lecciones jovenlandesales. No es cuestión privada porque ha tenido consecuencias en las vidas personales de otras personas y en el ambiente de toda una empresa como Es.Radio. En términos profesionales, la gente no le tenía el menor respeto, pero la temían y la temen y nadie se atrevía ni se atreve a hablar de ella y menos a criticarla. Se trata de una relación preferencial, con consecuencias, a lo largo del tiempo, consolidada. De hecho, consta que algunas personas del equipo de Federico Jiménez Losantos prefirieron quedarse en COPE, cuando la salida del turolense, para no tener que soportarla. Los más avispados han buscado la simpatía de la empoderada Ayanta para medrar, como un técnico de sonido que fue consiguiendo beneficios y privilegios que no tenía nadie más en su trabajo porque a Ayanta el gustaba, la caía bien.
Poder omnímodo sin cargo orgánico
Ayanta ejerce raro, raro- un poder omnímodo en Es.Radio sin tener ningún cargo orgánico, que sólo se explica por su influencia directa cerca de Losantos; ha tenido un trato económico de privilegio ordenado por Federico. Es preciso poner en la balanza, considerar que Federico Jiménez Losantos se ha situado en la posición de un “guía social” que establece criterios jovenlandesales, que emite juicios mediante un código jovenlandesal en el que se acusa y se persigue a la gente si Losantos considera que mienten o engañan. Losantos no es un periodista, no busca la noticia, no investiga, no contrasta hechos, su posición es la de una especie de telepredicador, aunque de un tipo muy excéntrico, pues no está constreñido por ningún código jovenlandesal tras*cendente ni por ninguna religión revelada. Incluso Losantos dicta unos extraños anatemas y, a veces, admoniza a personas concretas, de manera pública, a través del micrófono, advirtiendo de que “te vas a condenar”, quizás recuerdo de su lejana educación católica como monaguillo en Orihuela del Tremedal o quizás desquicie, pues son muchos los que sólo se explican aspectos de la conducta del turolense por intensos y cada vez más agudizados desequilibrios mentales. La sola idea de que Federico Jiménez Losantos, tan estricto en denunciar la mentira cuando la detecta en los demás, según su entender, haya llevado una doble vida de mentira y adulterio resulta inquietante. Se trataría de un caso extremo de incoherencia que implicaría una total deslegitimación.
Federico Jiménez Losantos con su esposa, María Prado.
Dormitorio y despacho independientes con su esposa, María Prado
En fechas recientes, en marzo de 2018, Losantos ha desvelado con cierto impudor detalles íntimos de su relación conyugal con su esposa María Prado. “Siempre hemos tenido cada uno nuestros horarios, nuestro dormitorio y nuestro despacho independientes, es la única forma de sobrevivir”. El dramaturgo Henrik Ibsen contó, antes de casarse, a un amigo que “su esposa, si alguna vez la tenía, tendría que vivir en otro piso y se verían únicamente en las comidas”. Ibsen era un solitario militante y contumaz. Matrimonió con Suzannah Thorensen, hija del deán de Bergen, tras dos años de frío noviazgo, y cumplió su promesa: todos los apartamentos de Ibsen tenían una característica poco habitual: parecían estar divididos en dos mitades, con el marido y la mujer disponiendo su propia fortaleza para las operaciones defensivas y ofensivas que se desarrollaban entre ambos.
Federico Jiménez Losantos no es Ibsen, desde luego, y esos dormitorios y despachos independientes en su casa del Barrio de Salamanca se justifican y explican por los extraños horarios ora nocturnos –La Linterna– ora matinales –La Mañana– que la funcionaria María Prado, con horarios rutinarios, no puede seguir, pero a los que sí está acostumbrada por supuesto Ayanta Barilli, cuyos dos programas Es.Amor y Es.sesso han sido para personas de horarios desordenados. Es decir, no es preciso pensar que Federico Jiménez Losantos y María Prado tienen problemas psicoconyugales ni acuerdos de matrimonio abierto para entender ese distanciamiento de los cuerpos que el turolense ha hecho público.
Losantos ha escanciado algunas gotas de romanticismo respecto a sus inicios en común. “Nos conocimos siendo estudiantes hace más de 40 años. Yo la vi en el patio de la Universidad y me costó meses que saliera conmigo. Siempre nos hemos respetado”. Esa coletilla final de “siempre nos hemos respetado” suena fría y distante, y algo de eso exhuma la descripción panegírica de María Prado: “es una mujer muy equilibrada, muy cuidadosa, educada, de una familia socialista pero católica, y ha criado a mis hijos estupendamente bien”. Recuerda un poco a aquello de Juan Carlos sobre Sofía de Grecia, cuando se refirió a ella como “una profesional”.
Losantos, un telepredicador de un biotipo muy excéntrico
Federico miente mucho. Sobre su biografía cualquier dato ha de ser cotejado cuidadosamente porque tiende a fabular. Contó mentiras, auténticas milongas, para animar a la gente a invertir en Libertad Digital SA, cuya contabilidad es un laberinto de tejemanejes y de cuya última ampliación de capitales -1,5 millones de euros restringida a los accionistas- nada se sabe. Tanto como no soporta las mentiras ajenas hasta llegar al histrionismo –“Pedrooooo…. Pedrooooo….Pedro. ¡Estás mintiendo! Pedroooo, tedax Pedro, nos están engañando. Te han engañado tanto que nos engañas a todos. Pedro, Pedro, Pedro, pero ¡cómo mientes! Te vas a condenar. Yo quiero un juez que detenga a todos los tíos que se dedicaron a poner pruebas falsas para hacernos creer que esto ha sido un atentado islamista”– se autoconcede a sí mismo una amplia indulgencia, una ostentosa manga ancha en mentir cuando le conviene, cuando está en juego su interés personal. Es un telepredicador de un biotipo muy excéntrico.
Federico, un liberal adicto a parasitar de lo público
También es un liberal de un biotipo excéntrico y, en muchos aspectos, abiertamente contradictorio. Defensor a ultranza de las virtudes de lo privado, denostador impenitente de los horrores del Estado, Losantos siempre anda buscando favores y prebendas parasitando de lo público como el más fervoroso adorador de Leviatán. En la primera ampliación de capitales de Libertad Digital –lo de ampliar capitales para conseguir liquidez se ha convertido en la mala costumbre de un pésimo empresario y un mendaz estafador jovenlandesal- consiguió más de 400.000 euros de la caja B del Partido Popular, delito que se ha de dirimir pronto en los tribunales, aunque bien pudo Losantos dejar hacer a Alberto Recarte.
En la historia de la corrupción española, Libertad Digital ya ocupa, por méritos propios, un lugar en el frontispicio de la cloaca. Dice la sentencia del caso Gürtel: “En el año 2005, también de la misma ‘Caja B’, sustrajo 149.600 euros, de los que, de acuerdo con su mujer [la de Bárcenas], Rosalía Iglesias, destinó a 149.000 euros a pagar unos inmuebles adquiridos por el matrimonio. En esta ocasión, el apoderamiento de los fondos de la ‘Caja B’, tuvo lugar mediante la compra de acciones de Libertad Digital, S. A., de manera que Luis Bárcenas, de acuerdo con su propia esposa, entregó a esta, extraídos de dicha caja, los 149.600 €, de los que dispuso el 29/10/2004 para adquirir 1.360 acciones de esa sociedad, que puso a nombre de Rosalía Iglesias. Compradas las acciones a su nombre, posteriormente las vende esta, el 15/03/2005, a Francisco Yáñez, por 149.600 euros, que no se reingresan al PP, sino que se queda con ellos el matrimonio, ingresándolos, mediante dos imposiciones que hace la propia Rosalía una el 16/03/2005, por importe de 74.000 euros, y otra el 21/03/2005, por importe de 75.600 euros, en su propia cuenta corriente, abierta en Caja Madrid”.
En total, el pellizco que te ingresaron fue superior a los 400.000 euros, porque compraron acciones Paco Yáñez, Alberto Dorrego, abogado de la trama Gürtel, y Álvaro Lapuerta, que en paz descanse. Por si esto no fuera poco latrocinio, el liberal excéntrico de Losantos dio un pelotazo de la friolera de 3 millones de euros por las 5 licencias de TDT que le dio gratuitamente Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes. Ha recibido concesiones de radio y a quien no se las concede le acusa de prevaricación y con desparpajo de sablista el 6 de enero de 2019, al tiempo que aconsejaba a Vox entregarse a Bonillamostraba el que debe ser el objetivo prioritario del nuevo equipo de la Junta de Andalucía: darle a él licencias.
Con liberales como Federico, sobran socialdemócratas e incluso comunistas.
Losantos es, en teoría, partidario de la mano invisible de Adam Smith, pero en la práctica es adicto a la mano mangoneadora y prebendaría del poder político y tampoco se olvida de la famiglia. Eduardo Zaplana, hoy inquilino de Picassent, colocó a la hermana de Federico, Encarna Jiménez Losantos como directora de Comunicación y Desarrollo del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), en la etapa más de color de Consuelo Ciscar, imputada en el Juzgado de Instrucción número 21 por sobrecostes en obras, revalorización de piezas de su propiedad y por dedicarse a potenciar, con cargo al erario público, a su hijo. Encarna publicó un libro “¿Cómo enseñar un Museo?”, dentro de la Colección “Documentos del IVAM”, es decir, que la edición la pagó el sufrido contribuyente. Muy liberal, voto a bríos.
María Prado no puede quejarse: está colocada en la Comunidad de Madrid por Esperanza Aguirre
La diferencia de horarios, que le resulta tan conveniente a Losantos para mantener su independencia, con su esposa María Prado se explica por el hecho de que Federico ha colocado a su esposa de funcionaria en la Comunidad de Madrid por el favoritismo de la sita Esperanza Aguirre Gil de Biedma y de las Mercedes. Así que no se ven, pero todos los meses aumenta la cuenta familiar. María Prado no puede quejarse. La magnanimidad de la liberal Esperanza no se queda ahí en este entorno. Un hermanastro de Ayanta Barilli,hijo del vetusto pornógrafo Fernando Sánchez Dragó, que andaba dando tumbos, despistado, sin oficio ni beneficio, también fue colocado en la Comunidad de Madrid por Esperanza. Con el dinero de otros, hacen fiesta los devotos…liberales de pacotilla.
Pero, ¿quién es realmente Ayanta Barilli? ¿Qué méritos la adornan para haber alcanzado el favor deFederico Jiménez Losantos, con la misma eficacia e influencia que la nariz de Cleopatra sobre Marco Antonio? En la próxima entrega de “El crepúsculo de Losantos”. Muy pronto.
Ayanta Barilli, la ‘novia’ empoderada de Federico - Rambla Libre
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