Ejquelosfajsistassonellos
Resignado ante la victoria de los malvados en Esp.
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Voy a tras*cribir un discurso de Hitler. Creo que es importante que se lea lo que decía y lo que los alemanes escucharon. Fuera bueno o malo. No creo que mi opinion sea importante, pero la primera vez que escuché hablar de "un gobierno mundial" fue de un discurso suyo cuando yo aun era adolescente, mucho antes de que en internet se pusiera de moda entre grupos de todo tipo .
De la II Guerra Mundial, y aunque yo no sea nancy, sino cristiano, considero que es deber jovenlandesal saber que ocurrió realmente en esa época, y entender la ideología igual que se conoce la democrática o la comunista.
Me parece muy duras las palabras contra los judíos (aunque las dejaré tal cual en el discurso), y considero que aunque fuera real que sean sus enemigos (puede que sí o que no) ese repruebo se debería ir contra el traidor, no contra un enemigo. Me recuerda al español nacionalpagafantas que odia a los jovenlandeses y luego se va de copas con quien los trae. Creo que al fin y al cabo es un tema mas individual que de pertenencia. Uno puede colaborar con los suyos o traicionarlos. No tanto si eres alubio*, jovenlandés o aleman.
Obviamente , tambien como cristiano no me gusta que use a Dios para intereses políticos.
No obstante, sí que le reconozco que ha sido el ultimo defensor de Europa. A partir de 1945, ya solo somos esclavos del poder y así seguirá siendo. Nos han quitado la humanidad y cada vez nos parecemos mas a animales (satisfaccion de instintos, principalmente el sensual, no-creacion de vinculos entre personas, intereses solo materialistas, perdida de propiedad privada y libertades humanas, y ahora la burla del confinamiento y los cubrebocas)
Un detalle interesante es la ideologia "Socialismo Nacional" que los izquierdistas dicen que es de derecha, y los de derecha que son de izquierda. Lo que pretendía es crear una comunidad nacional donde el dinero no marcara las clases sociales. Quería eliminar las clases sociales sin destruir la produccion nacional. Por ejemplo, creando organizaciones paramilitares entre los chavales, para que el hijo del industrial y el hijo del obrero fueran disciplinados conjuntamente, y de este modo no crear lucha de clases como el marxismo. A su vez, que el dinero no pudiera determinar la politica del país, sino los valores historicos.
Dejaré tal cual. Va a ser la primera y ultima vez probablemente que puedas leer un discurso de Hitler sin censura. Tal cual. Con su vision geopolitica, con su vision de la sociedad, con el repruebo extremo a los alubio*s con las mismas palabras que los escucharon los alemanes de la época.
Pues aqui teneis
(30 de enero de 1944 - 11º Aniversario de la toma de poder)
**********
"En este 5º año de guerra, la mayor de cuantas registra la Historia, nadie puede ignorar las causas y, con ellas, el sentido y finalidad de la actual contienda. La época en que aun podía creerse que el conflicto actual no era sino una querella desencadenada en Europa por Inglaterra para reducir el Continente a la impotencia con objeto de mantener el equilibrio de fuerzas en beneficio del Imperio británico, hace ya tiempo que pasó. Los que, a partir de 1936, excitaban desde Londres a la guerra, se han convertido hoy de promotores en promovidos. Cualquiera que sea el fin de esta lucha, Inglaterra ha terminado, para siempre, de desempeñar su papel en el Continente. Ya no estriba hoy el problema en saber si en la guerra actual puede ser o no establecido el antiguo equilibrio de fuerzas. Hoy consiste en ver en quien recaerá la primacía en Europa, al término de esta lucha. Y o bien la gran familia de los pueblos europeos estará representada por el más fuerte de los Estados, o lo será por el coloso bolchevique. El primer caso sólo será posible si Alemania triunfa en esta lucha, en la que no combate solamente en defensa de la propia nación, sino en la de toda Europa. Si esto no sucediera, la victoria recaería sobre la Rusia soviética. Las observaciones divulgadas por ciertos periódicos británicos, según las cuales después de la eventual derrota de Alemania, Rusia no tendría ya razón alguna para proseguir su penetración en Europa, y se contentaría , por consiguiente, con la educación, esto es, con el exterminio del pueblo alemán, constituye una apreciación judía tan destinada a mentecatos, como aquella otra según la cual aun antes de que esta guerra termine, Inglaterra habrá asumido, sin más ni más, la dirección en una nueva lucha contra la Union Sovietica.
En primer lugar, el vencedor de esta conflagración internacional no se dejará dictar sus objetivos por los periodistas británicos; y en segundo lugar , en caso de una victoria del bolchevismo, los tristes restos de Europa no estarían en condiciones de luchar bajo el mando inglés contra el coloso europeo-asiático, y ello tanto menos cuanto solo un cerebro hueco puede creer que a tal lucha pudiera acompañar el éxito. Sabe además todo europeo que, caso de producirse aquella situación, al pequeño resto de Estados occidentales solo cabría el honor, que hoy gozan las tropas imperiales de canadienses, australianos, neozelandeses, sudafricanos, etc. de pagar, con carácter exclusivo, todo el tributo de sangre necesario para el mantenimiento de la dominación inglesa y para preservar las vidas de los ciudadanos británicos
No hay más que un hecho seguro, y es que en esta lucha no habrá más que un solo vencedor, y que este no puede ser sino Alemania o la Union Soviética. La Victoria de Alemania significaría la conservación de Europa; la victoria rusa, su aniquilamiento. Esto es tan evidente que incluso todo inglés que no haya perdido totalmente la razón tiene que comprenderlo así. Y si, a pesar de todo, se sigue allí obrando con hipocresía típicamente inglesa , como si las cosas pudieran suceder de modo distinto, es porque en Londres los delincuentes responsables de la guerra no ven ya la menor posibilidad de escaparse de las redes que ellos mismos tejieron, y porque los judíos, que les mueven cual si fueran marionetas, tampoco les permiten, en política interior, desandar el camino recorrido. Por ello, el problema que se plantea no es el de si después de la guerra la Gran Bretaña y los Estados Unidos querrán o podrán combatir al bolchevismo, sino, a lo sumo, el de si serán capaces de defenderse contra el bolchevismo de sus propios países.
Lo que Europa puede esperar, en realidad, de las promesas británicas de ayuda, nos lo dice claramente la actitud anglonorteamericana frente a Polonia, Finlandia, los Estados bálticos y, en general, frente a todo el Sudeste europeo.
Con unas promesas de ayuda, formuladas sin conciencia a Polonia, se empujó a ese Estado a una guerra con Alemania. Con la falaz afirmación de tener que preservar de Alemania a otros Estados, se impusieron a estos pactos de asistencia, y con idénticas frases mendaces se abandona y sacrifica hoy a estas y otras naciones. Y estos pueblos son sacrificados quizá no porque éste sea el deseo de todos y cada uno de los ingleses, sino porque Inglaterra es ya incapaz de impedir esta evolución. Y no solo por esto, sino porque, además , la Gran Bretaña no está en situación de poder realizar, con éxito, frente a su oposición minada por el bolchevismo, una política distinta. Por lo demás, todo Estado que, como Inglaterra, se ha entregado una vez al judaísmo, sucumbirá víctima de esta peste, salvo que en el último momento arroje lejos de sí tan nocivas bacterias. La confianza en una colaboración pacífica o incluso en una armonía con estos fermentos judaicos de descomposición nacional, es tan ilusoria como creer que el cuerpo humano es capaz, a la larga, de asimilar los bacilos de la peste. El problema de la salvación de los Estados europeos y, por tanto, el de la salvación de Europa, es por un problema que solo puede ser resuelto por el pueblo socialnacionalista alemán, por su ejército y por los Estados aliados con él. Pero si el Reich se derrumbara, ningún otro Estado de Europa sería capaz de oponer eficaz resistencia a la nueva oleada turística de los hunos.
Y esto se sabe en el Kremlin. De aquí que en caso de una victoria rusa - y ya por razones de precaución con vistas al futuro - el destino de Alemania no sería otro que su completo exterminio por el bolchevismo
Y este es también el objetivo declarado del judaísmo internacional. Lo mismo da, por tanto, que los propugnadores judíos de tales propósitos estén en Inglaterra o en Norteamérica, que deambulen por los distintos Estados europeos, o que dirijan las cosas desde su central de Moscú. Tambien es indiferente el que los hombres de Estado europeos o extraeuropeos vean, o no quieran ver, esta realidad: como también carece de importancia el que en uno o en otro país se piense poder arrancar el veneno, mediante zalemas y adulaciones, a estas bacterias judías.
Si Alemania no triunfara, el destino de los países del norte, del centro y del sur de Europa quedaría decidido en pocos meses. Poco después correspondería el turno a los países occidentales. Diez años más tarde, el más civilizado de los Continentes habría perdido los rasgos esenciales de su vida. Su imagen actual, tan querida, producto de una evolución de dos milenios y medio, quedaría para siempre extinguida; desaparecerían los pueblos como exponentes de esta cultura, y los más destacados representantes de la dirección espiritual de estas naciones vagarían o serían confinados en los bosques o pantanos de Siberia, a no ser que sucumbieran de un tiro en la nunca y, mientras tanto, el asolador alubio* Ahasvero podría celebrar la destrucción de Europa en una segunda y triunfal fiesta del Purim.
El que el pueblo alemám sea hoy capaz de llevar adelante esta lucha decisiva de la que depende su destino y el de todo el Continente europeo, ha: de agradecerlo a la voluntad divina, que hace ahora 11 años permitió al Socialnacionalismo, tras larga lucha por el Poder, alcanzar victoriosamente su objetivo.
Sin el 30 de enero de 1933 , y sin la revolución Socialnacionalista, sin su gigantesca labor de depuración y reconstrucción interiores, no existiría hoy en Europa ningún factor capaz de hacer frente al coloso bolchevique. La Alemania de entonces estaba tan enferma y debilitada por la creciente infección judía que no siendo ni siquiera capaz de terminar con el peligro bolchevique en el propio territorio, mucho menos lo hubiera sido para dominarlo en el exterior.
Pues lo mismo que en otros países la ruina económica provocada por el judaísmo, el paro de muchos millones de ciudadanos alemanes, el aniquilamiento de la clase campesina y la destrucción de las industrias sólo constituían parte de la preparación sistemática de un proyectado derrumbamiento nacional. Fue este apoyado por el mantenimiento de un Estado de clases que había perdido todo sentido solo eficaz para convertir en repruebo la sana razón de las masas populares con objeto de servirse de ellas como instrumento propicio para la revolución bolchevique. Movilizados los hombres, como esclavos proletarios, podía confiarse en que pronto se les privaría de la inteligencia nacional para ser rebajados a la condición definitiva de coolí. Mas aun suponiendo que este proceso de la revolución bolchevique no hubiera triunfado totalmente en Alemania, el Estado alemán, con su Constitución democrática de Weimar, solo hubiera constituido un ridículo fenomeno indefenso, frente a las grandes tareas político-universales del presente.
Para hallarse preparado para tal tarea era menester que encontrasen su solución no solo problemas de dominio político, sino, y sobre todo, los de índole social y económica.
Puesto que hace once años el Socialnacionalismo empezó sin demora la realización de su programa, consiguió constituir todavía a tiempo el Estado que en el interior, por su fuerza , y tambien en el exterior, por su autoridad, fuese capaz de cumplir aquella misión europea que en la antigüedad desempeñaron Grecia contra los persas y Roma contra los cartagineses, y que en siglos posteriores llevó a cabo el Occidente, oponiendose a las irrupciones del Este.
En 1933 se presentaban , pues, cuatro primordiales cometidos de cuya realización dependía no solo el futuro del Reich, sino la salvación de Europa e , incluso, tal vez, de toda la civilización humana.
Primero. Era menester que, con la solución de los problemas sociales, el Reich volviera a recobrar la perdida paz interior. Lo que equivale a decir que los elementos de escisión de clases -la burguesía y el proletariado - debían ser eliminados en todas sus múltiples manifestaciones externas, para reemplazarlos por una comunidad nacional. El llamamiento hecho al buen sentido debía ser complementado con la enérgica eliminación de los elementos que de mala fe se oponían en todos los campos
Segundo. La unificación político-social del pueblo debía ser completada con la político-nacional, o sea, que en lugar de un Reich desgarrado no solo políticamente, sino también desde el punto de vista de la organización estatal, había que constituir un Estado unitario Socialnacionalista, con una organización y una dirección que pudiesen ser adecuadas para oponerse y resistir eficazmente incluso los mas rudos ataques y las pruebas mas duras que el futuro le deparase.
Tercero. El Estado unitario, cimentado nacional y políticamente, tenía la misión de crear inmediatamente el ejército que por su orientación espiritual, su actitud jovenlandesal, su potencia numérica y sus elementos bélicos fuese un instrumento capaz de llenar los cometidos de la propia defensa. Una vez que los demás Estados rechazaron todas las propuestas hechas por Alemania para la limitación de los armamentos, el Reich, se vio, como es natural, obligado a organizar convenientemente el suyo propio
Cuarto. Para poder garantizar con probabilidades de éxito su existencia europea, era necesaria la reunión de todos aquellos países habitados por alemanes y de los que desde hace mas de un milenio representan territorios que forman un conjunto con el Reich aleman, indispensables etnográfica y económicamente para su existencia; es decir, para su defensa militar y política.
Solo la realizacion de todas estas tareas podía dar como resultado un Estado interior y exteriormente capacitado para dirigir las luchas empeñadas en su propia defensa y por la conservación de la familia de los pueblos de Europa.
Verdad es que cuando, hace ahora hace once años, el Movimiento Socialnacionalista consiguió el Poder tras una prolongada lucha por procedimientos legales, habían sido creadas ya previamente grandes premisas para la acertada solución de estos problemas.
La comunidad del pueblo alemán habia encontrado su realización en el mismo movimiento Socialnacionalista, por lo que no fue el Estado el que le dio forma a aquel en el decurso de los años sucesivos , sino que fue el Movimiento el que modeló al Estado. Por encima de cuantas cosas grandes fueron llevadas desde entonces a la práctica, a la cabeza de las realizaciones de la revolución Socialnacionalista figura, sin duda alguna la organización de la comunidad nacional alemana, la tras*formación tan cautelosa como perseverante, del anterior Estado de clases sociales, en un nuevo organismo socialista, en un Estado popular.
(Sigue en el mensaje 2)
De la II Guerra Mundial, y aunque yo no sea nancy, sino cristiano, considero que es deber jovenlandesal saber que ocurrió realmente en esa época, y entender la ideología igual que se conoce la democrática o la comunista.
Me parece muy duras las palabras contra los judíos (aunque las dejaré tal cual en el discurso), y considero que aunque fuera real que sean sus enemigos (puede que sí o que no) ese repruebo se debería ir contra el traidor, no contra un enemigo. Me recuerda al español nacionalpagafantas que odia a los jovenlandeses y luego se va de copas con quien los trae. Creo que al fin y al cabo es un tema mas individual que de pertenencia. Uno puede colaborar con los suyos o traicionarlos. No tanto si eres alubio*, jovenlandés o aleman.
Obviamente , tambien como cristiano no me gusta que use a Dios para intereses políticos.
No obstante, sí que le reconozco que ha sido el ultimo defensor de Europa. A partir de 1945, ya solo somos esclavos del poder y así seguirá siendo. Nos han quitado la humanidad y cada vez nos parecemos mas a animales (satisfaccion de instintos, principalmente el sensual, no-creacion de vinculos entre personas, intereses solo materialistas, perdida de propiedad privada y libertades humanas, y ahora la burla del confinamiento y los cubrebocas)
Un detalle interesante es la ideologia "Socialismo Nacional" que los izquierdistas dicen que es de derecha, y los de derecha que son de izquierda. Lo que pretendía es crear una comunidad nacional donde el dinero no marcara las clases sociales. Quería eliminar las clases sociales sin destruir la produccion nacional. Por ejemplo, creando organizaciones paramilitares entre los chavales, para que el hijo del industrial y el hijo del obrero fueran disciplinados conjuntamente, y de este modo no crear lucha de clases como el marxismo. A su vez, que el dinero no pudiera determinar la politica del país, sino los valores historicos.
Dejaré tal cual. Va a ser la primera y ultima vez probablemente que puedas leer un discurso de Hitler sin censura. Tal cual. Con su vision geopolitica, con su vision de la sociedad, con el repruebo extremo a los alubio*s con las mismas palabras que los escucharon los alemanes de la época.
Pues aqui teneis
(30 de enero de 1944 - 11º Aniversario de la toma de poder)
**********
"En este 5º año de guerra, la mayor de cuantas registra la Historia, nadie puede ignorar las causas y, con ellas, el sentido y finalidad de la actual contienda. La época en que aun podía creerse que el conflicto actual no era sino una querella desencadenada en Europa por Inglaterra para reducir el Continente a la impotencia con objeto de mantener el equilibrio de fuerzas en beneficio del Imperio británico, hace ya tiempo que pasó. Los que, a partir de 1936, excitaban desde Londres a la guerra, se han convertido hoy de promotores en promovidos. Cualquiera que sea el fin de esta lucha, Inglaterra ha terminado, para siempre, de desempeñar su papel en el Continente. Ya no estriba hoy el problema en saber si en la guerra actual puede ser o no establecido el antiguo equilibrio de fuerzas. Hoy consiste en ver en quien recaerá la primacía en Europa, al término de esta lucha. Y o bien la gran familia de los pueblos europeos estará representada por el más fuerte de los Estados, o lo será por el coloso bolchevique. El primer caso sólo será posible si Alemania triunfa en esta lucha, en la que no combate solamente en defensa de la propia nación, sino en la de toda Europa. Si esto no sucediera, la victoria recaería sobre la Rusia soviética. Las observaciones divulgadas por ciertos periódicos británicos, según las cuales después de la eventual derrota de Alemania, Rusia no tendría ya razón alguna para proseguir su penetración en Europa, y se contentaría , por consiguiente, con la educación, esto es, con el exterminio del pueblo alemán, constituye una apreciación judía tan destinada a mentecatos, como aquella otra según la cual aun antes de que esta guerra termine, Inglaterra habrá asumido, sin más ni más, la dirección en una nueva lucha contra la Union Sovietica.
En primer lugar, el vencedor de esta conflagración internacional no se dejará dictar sus objetivos por los periodistas británicos; y en segundo lugar , en caso de una victoria del bolchevismo, los tristes restos de Europa no estarían en condiciones de luchar bajo el mando inglés contra el coloso europeo-asiático, y ello tanto menos cuanto solo un cerebro hueco puede creer que a tal lucha pudiera acompañar el éxito. Sabe además todo europeo que, caso de producirse aquella situación, al pequeño resto de Estados occidentales solo cabría el honor, que hoy gozan las tropas imperiales de canadienses, australianos, neozelandeses, sudafricanos, etc. de pagar, con carácter exclusivo, todo el tributo de sangre necesario para el mantenimiento de la dominación inglesa y para preservar las vidas de los ciudadanos británicos
No hay más que un hecho seguro, y es que en esta lucha no habrá más que un solo vencedor, y que este no puede ser sino Alemania o la Union Soviética. La Victoria de Alemania significaría la conservación de Europa; la victoria rusa, su aniquilamiento. Esto es tan evidente que incluso todo inglés que no haya perdido totalmente la razón tiene que comprenderlo así. Y si, a pesar de todo, se sigue allí obrando con hipocresía típicamente inglesa , como si las cosas pudieran suceder de modo distinto, es porque en Londres los delincuentes responsables de la guerra no ven ya la menor posibilidad de escaparse de las redes que ellos mismos tejieron, y porque los judíos, que les mueven cual si fueran marionetas, tampoco les permiten, en política interior, desandar el camino recorrido. Por ello, el problema que se plantea no es el de si después de la guerra la Gran Bretaña y los Estados Unidos querrán o podrán combatir al bolchevismo, sino, a lo sumo, el de si serán capaces de defenderse contra el bolchevismo de sus propios países.
Lo que Europa puede esperar, en realidad, de las promesas británicas de ayuda, nos lo dice claramente la actitud anglonorteamericana frente a Polonia, Finlandia, los Estados bálticos y, en general, frente a todo el Sudeste europeo.
Con unas promesas de ayuda, formuladas sin conciencia a Polonia, se empujó a ese Estado a una guerra con Alemania. Con la falaz afirmación de tener que preservar de Alemania a otros Estados, se impusieron a estos pactos de asistencia, y con idénticas frases mendaces se abandona y sacrifica hoy a estas y otras naciones. Y estos pueblos son sacrificados quizá no porque éste sea el deseo de todos y cada uno de los ingleses, sino porque Inglaterra es ya incapaz de impedir esta evolución. Y no solo por esto, sino porque, además , la Gran Bretaña no está en situación de poder realizar, con éxito, frente a su oposición minada por el bolchevismo, una política distinta. Por lo demás, todo Estado que, como Inglaterra, se ha entregado una vez al judaísmo, sucumbirá víctima de esta peste, salvo que en el último momento arroje lejos de sí tan nocivas bacterias. La confianza en una colaboración pacífica o incluso en una armonía con estos fermentos judaicos de descomposición nacional, es tan ilusoria como creer que el cuerpo humano es capaz, a la larga, de asimilar los bacilos de la peste. El problema de la salvación de los Estados europeos y, por tanto, el de la salvación de Europa, es por un problema que solo puede ser resuelto por el pueblo socialnacionalista alemán, por su ejército y por los Estados aliados con él. Pero si el Reich se derrumbara, ningún otro Estado de Europa sería capaz de oponer eficaz resistencia a la nueva oleada turística de los hunos.
Y esto se sabe en el Kremlin. De aquí que en caso de una victoria rusa - y ya por razones de precaución con vistas al futuro - el destino de Alemania no sería otro que su completo exterminio por el bolchevismo
Y este es también el objetivo declarado del judaísmo internacional. Lo mismo da, por tanto, que los propugnadores judíos de tales propósitos estén en Inglaterra o en Norteamérica, que deambulen por los distintos Estados europeos, o que dirijan las cosas desde su central de Moscú. Tambien es indiferente el que los hombres de Estado europeos o extraeuropeos vean, o no quieran ver, esta realidad: como también carece de importancia el que en uno o en otro país se piense poder arrancar el veneno, mediante zalemas y adulaciones, a estas bacterias judías.
Si Alemania no triunfara, el destino de los países del norte, del centro y del sur de Europa quedaría decidido en pocos meses. Poco después correspondería el turno a los países occidentales. Diez años más tarde, el más civilizado de los Continentes habría perdido los rasgos esenciales de su vida. Su imagen actual, tan querida, producto de una evolución de dos milenios y medio, quedaría para siempre extinguida; desaparecerían los pueblos como exponentes de esta cultura, y los más destacados representantes de la dirección espiritual de estas naciones vagarían o serían confinados en los bosques o pantanos de Siberia, a no ser que sucumbieran de un tiro en la nunca y, mientras tanto, el asolador alubio* Ahasvero podría celebrar la destrucción de Europa en una segunda y triunfal fiesta del Purim.
El que el pueblo alemám sea hoy capaz de llevar adelante esta lucha decisiva de la que depende su destino y el de todo el Continente europeo, ha: de agradecerlo a la voluntad divina, que hace ahora 11 años permitió al Socialnacionalismo, tras larga lucha por el Poder, alcanzar victoriosamente su objetivo.
Sin el 30 de enero de 1933 , y sin la revolución Socialnacionalista, sin su gigantesca labor de depuración y reconstrucción interiores, no existiría hoy en Europa ningún factor capaz de hacer frente al coloso bolchevique. La Alemania de entonces estaba tan enferma y debilitada por la creciente infección judía que no siendo ni siquiera capaz de terminar con el peligro bolchevique en el propio territorio, mucho menos lo hubiera sido para dominarlo en el exterior.
Pues lo mismo que en otros países la ruina económica provocada por el judaísmo, el paro de muchos millones de ciudadanos alemanes, el aniquilamiento de la clase campesina y la destrucción de las industrias sólo constituían parte de la preparación sistemática de un proyectado derrumbamiento nacional. Fue este apoyado por el mantenimiento de un Estado de clases que había perdido todo sentido solo eficaz para convertir en repruebo la sana razón de las masas populares con objeto de servirse de ellas como instrumento propicio para la revolución bolchevique. Movilizados los hombres, como esclavos proletarios, podía confiarse en que pronto se les privaría de la inteligencia nacional para ser rebajados a la condición definitiva de coolí. Mas aun suponiendo que este proceso de la revolución bolchevique no hubiera triunfado totalmente en Alemania, el Estado alemán, con su Constitución democrática de Weimar, solo hubiera constituido un ridículo fenomeno indefenso, frente a las grandes tareas político-universales del presente.
Para hallarse preparado para tal tarea era menester que encontrasen su solución no solo problemas de dominio político, sino, y sobre todo, los de índole social y económica.
Puesto que hace once años el Socialnacionalismo empezó sin demora la realización de su programa, consiguió constituir todavía a tiempo el Estado que en el interior, por su fuerza , y tambien en el exterior, por su autoridad, fuese capaz de cumplir aquella misión europea que en la antigüedad desempeñaron Grecia contra los persas y Roma contra los cartagineses, y que en siglos posteriores llevó a cabo el Occidente, oponiendose a las irrupciones del Este.
En 1933 se presentaban , pues, cuatro primordiales cometidos de cuya realización dependía no solo el futuro del Reich, sino la salvación de Europa e , incluso, tal vez, de toda la civilización humana.
Primero. Era menester que, con la solución de los problemas sociales, el Reich volviera a recobrar la perdida paz interior. Lo que equivale a decir que los elementos de escisión de clases -la burguesía y el proletariado - debían ser eliminados en todas sus múltiples manifestaciones externas, para reemplazarlos por una comunidad nacional. El llamamiento hecho al buen sentido debía ser complementado con la enérgica eliminación de los elementos que de mala fe se oponían en todos los campos
Segundo. La unificación político-social del pueblo debía ser completada con la político-nacional, o sea, que en lugar de un Reich desgarrado no solo políticamente, sino también desde el punto de vista de la organización estatal, había que constituir un Estado unitario Socialnacionalista, con una organización y una dirección que pudiesen ser adecuadas para oponerse y resistir eficazmente incluso los mas rudos ataques y las pruebas mas duras que el futuro le deparase.
Tercero. El Estado unitario, cimentado nacional y políticamente, tenía la misión de crear inmediatamente el ejército que por su orientación espiritual, su actitud jovenlandesal, su potencia numérica y sus elementos bélicos fuese un instrumento capaz de llenar los cometidos de la propia defensa. Una vez que los demás Estados rechazaron todas las propuestas hechas por Alemania para la limitación de los armamentos, el Reich, se vio, como es natural, obligado a organizar convenientemente el suyo propio
Cuarto. Para poder garantizar con probabilidades de éxito su existencia europea, era necesaria la reunión de todos aquellos países habitados por alemanes y de los que desde hace mas de un milenio representan territorios que forman un conjunto con el Reich aleman, indispensables etnográfica y económicamente para su existencia; es decir, para su defensa militar y política.
Solo la realizacion de todas estas tareas podía dar como resultado un Estado interior y exteriormente capacitado para dirigir las luchas empeñadas en su propia defensa y por la conservación de la familia de los pueblos de Europa.
Verdad es que cuando, hace ahora hace once años, el Movimiento Socialnacionalista consiguió el Poder tras una prolongada lucha por procedimientos legales, habían sido creadas ya previamente grandes premisas para la acertada solución de estos problemas.
La comunidad del pueblo alemán habia encontrado su realización en el mismo movimiento Socialnacionalista, por lo que no fue el Estado el que le dio forma a aquel en el decurso de los años sucesivos , sino que fue el Movimiento el que modeló al Estado. Por encima de cuantas cosas grandes fueron llevadas desde entonces a la práctica, a la cabeza de las realizaciones de la revolución Socialnacionalista figura, sin duda alguna la organización de la comunidad nacional alemana, la tras*formación tan cautelosa como perseverante, del anterior Estado de clases sociales, en un nuevo organismo socialista, en un Estado popular.
(Sigue en el mensaje 2)
