Sr. del Cojon
SOCIAL-PAGAFANTAS.
http://****************/discurso-de-viktor-orban-en-el-dia-de-la-revolucion-hungara/
Gran discurso de Viktor Orban. Europa necesita Caudillo asi.
Viva el pueblo hungaro.
Viva Hungria.
Queridos amigos que estáis aquí celebrando esta ocasión, damas y caballeros
De acuerdo a las leyes de las matemáticas, si multiplicamos dos números negativos, el producto siempre es un número positivo. Ésta es una verdad que es dificil de asumir. Si traducimos esta extraña certeza al idioma de la Historia, las líneas principales del pasado de Hungría se nos revelarán subitamente. Casi todas nuestras luchas revolucionarias por la libertad han dado un resultado negativo; derrota y represión a las víctimas. Pero de alguna forma de todo esto ha salido un resultado positivo; supervivencia, nación y libertad. Éste es un auténtico misterio que recordamos en cada una de nuestras fiestas nacionales.
Damas y caballeros
En 1955 las fuerzas de ocupación soviéticas se retiraron de Austria. Para entonces ya llevábamos 10 años de ocupación por parte de la Unión Soviética. En Hungría, la intimidación, la tiranía, las deportaciones y la lógica del mundo soviético eran lo que determinaba el orden de nuestras vidas. Todo el mundo sentía que si las cosas continuaran así, bajo la opresión comunista, entonces nuestra cultura, la cultura cristiana de Hungría que muchas generaciones habían contribuido a crear durante más de un milenio, desaparecería desintegrada, reducida a átomos en el vacío. El pronóstico era catastrófico. En menos de medio siglo habíamos sido derrotados dos veces, habíamos perdido dos tercios del territorio de Hungría y a los millones de húngaros que vivían ahí y ahora nos amenazaba la aniquilación cultural también, en el centro de la Hungría Histórica. Por naturaleza los húngaros no son dados al juego ni a las apuestas, no les gusta correr riesgos en su país y no se largan fácilmente a correr aventuras con dudosas recompensas. Si es necesario, pueden librar batallas contra toda esperanza pero prefieren tener al heroísmo y al sentido común a la vez de su lado. Los luchadores por la libertad de 1956 tomaron una decisión racional; los soviéticos se habían marchado de Austria, los comunistas húngaros se estaban matando entre sí y Occidente nos animaba y nos prometía ayuda. La cruz de la moneda era la posibilidad de ser aniquilados, la cara, una oportunidad irrepetible. Había que intentarlo y eso es lo que se hizo. Lo hicieron de la única forma que saben los húngaros, con valentía desafiando a la fin y dejando de lado sus propias nimiedades y con el corazón en la mano. Lo hicieron así mostrando el sentido de unidad que había ocupado nuestra tierra desde siempre, como en el sitio de Belgrado y con la nobleza de intenciones de 1848. ¡Gloria a los héroes!
Damas y caballeros
Con el paso de cada año, nos vamos alejando de aquel tiempo de 1956 y entre nosotros cada vez son menos los que participaron y fueron testigos de aquellos eventos. Hemos tenido que decir adiós a muchos veteranos con los que celebramos la ocasión este día del año pasado. Los chicos de Pest se convirtieron en abuelos y los plantones en Ülloi, cuyas hojas respiraron el humo de Corvin köz, han crecido hasta ser árboles majestuosos. Pero nos hemos juntado cada año desde entonces, sin importar el tiempo que hiciera y así será cada 23 de Octubre mientras haya húngaros sobre la Tierra. Faludy lo expresó bien cuando dijo que para nosotros 1956 no es un recuerdo ni historia, sino nuestra carne y nuestra sangre. Tras la revolución de 1956 Hungría siguió siendo una dictadura comunista durante 34 años. Uno necesita vivir y vivimos como pudimos. No fue hace tanto y lo recordamos; cielo gris, malos compromisos, pretensiones, falsedad, ocultación, miradas esquivas, corazones cerrados y desconfianza. La crudeza del día a día en una dictadura generalmente destruye la dignidad humana e incluso tras su final, lo que tiende a quedar es un sentimiento de vacuidad, de debilidad y mediocridad. Nosotros los húngaros nos hemos liberado de eso; los luchadores del 56 nos liberaron de eso. Estamos agradecidos de que nuestra herencia no sea la memoria de medio siglo de gris y falta de espíritu. Lo que hemos recibido para seguir nuestro camino no es la debilidad humana y la discordia, sino el ejemplo del coraje, el heroísmo y la grandeza. Sólo así fue posible, incluso bajo la opresión comunista, que nosotros los húngaros estuviéramos orgullosos de nuestra patria.
Damas y caballeros
Nosotros los húngaros podemos ser más demacrados que nadie, nosotros los húngaros podemos superar a cualquiera en el noble arte de quejarse y nosotros los húngaros podemos lamentarnos por nosotros mismos más sinceramente que cualquier otro. Somos los antiguos maestros de proclamar la completa desesperanza y desmoralización. Incluso nuestro propio himno nacional contiene la línea “Pero la libertad no florece en la sangre derramada de los muertos“. Y con todo aquí estamos, once siglos desde que llegáramos a nuestra tierra, los supervivientes de los las invasiones y los invasores. Muchos trataron de acabar con nosotros, los poderosos emperadores del Sacro Imperio, los poderosos khanes de Mongolia, los aún más poderosos sultanes del Imperio Otomano y finalmente, los más poderosos de todos, los soviéticos. Y de algún modo hemos conseguido seguir aquí, en medio de un mar eslavo y germánico. ¿Qué es esto sino una historia de éxito? Damas y caballeros, estás son las matemáticas de la historia de Hungría; la multiplicación de tantos momentos negativos que al final sale positivo.
Queridos amigos
El misterio de la supervivencia de Hungría es inexplicable. El origen de estos milagros está oculto al inquisitivo ojo humano, pero el corazón puede intuir algo. En algún lugar, entre las razones de la supervivencia de los húngaros, vamos a encontrar el heroísmo húngaro imperecedero. Defender el castillo de Eger, Dobó respondiendo a las amenazas de los sitiadores enseñándoles su propio ataúd neցro como símbolo de estar listo para morir en combate. Herido en la pierna, Szondy continuó luchando hasta el final. Zríny prestó su elegancia ceremonial al liderar la carga final desde el castilo de Szigetvár. “¡Larga vida a la patria!” gritó el primer ministro de Hungría cuando se enfrentó al pelotón de fusilamiento. Y aquí están, los chicos de Pest, nacidos en los años 30, en su adolescencia y primera juventud, que en sus vidas sólo habían tenido guerra, ventanas oscurecidas, espanto, noches de angustia, caballos muertos en las calles, refugios antiaéreos y el sitio de Budapest. Y tras la guerra, los soviéticos ocupan, y sólo quedan las ruinas de una ciudad sembrada de bombas y agujeros de bala. Era un país, su patria, que aún tenía que darles algo bueno, una nación que sólo podía darle una porción de su sufrimiento. Pero con el primer rayo de luz pensaron que su país podía ser libre, la primera vez que su nación podía quitarse la camisa de fuerza, la primera esperanza tenue de que Hungría podría ser otra vez un país húngaro, y supieron qué hacer y respondieron a la llamada sin pensárselo dos veces. Los chicos de Pest, que nunca habían recibido nada de su país pero dieron todo lo que tenían. No puede haber duda de que su lugar está en el panteón de los héroes de Hungría.
Damas y caballeros
Cuando tras casi medio siglo de ocupación soviética y opresión comunista recuperamos nuestra libertad y pudimos expulsar de nuestros pulmones el aire viciado del mundo de los camaradas comunistas, pensamos que por fin volvíamos a casa. Hungría había sido parte de la Europa Cristiana durante 1000 años. Somos Europa porque hemos seguido siendo europeos incluso después de que nos vendieran en Yalta y que en 1956 nos abandonaran a nuestra suerte. Tras la retirada soviética sentimos que encontrábamos la calma y que finalmente nuestra historia, cultura y situación en la política mundial se alineaban. Pudimos otra vez tener un sitio en Europa, una familia de naciones libres, que es la cuna de la Cristiandad, la conciencia nacional y la dignidad humana. Todo sonaba muy bien. Ni en nuestros peores sueños pudimos imaginar que un día, 29 años más tarde de la liberación de las naciones ocupadas, tras la caída del Muro de Berlín y la reunificación de un continente europeo brutalmente dividido, las naciones de Europa incluída Hungría estaríamos afrontando desafíos no vistos desde hace mucho. Ni en nuestros peores sueños pudimos haber imaginado que Europa estaría en peligro no por amenazas externas, no por las ambiciones americanas o rusas, sino por sí misma. ¿Quién podría haber pensado que el continente más exitoso de la Tierra, que ha creado la cultura más impresionante, las tecnologías más avanzadas, las mejores escuelas y las mejores condiciones de vida que la humanidad haya visto nunca, estaría en pocos años deslizándose por una pendiente hasta el borde del abismo?
Damas y caballeros
Los europeos hemos nacido de los hijos e hijas de las naciones. Cuando un europeo viene a este mundo, es alemán, italiano, francés, polaco o húngaro. Éste es el orden de la Historia y la Naturaleza. Cuando un niño pequeño empieza a hablar, dice sus primeras palabras en polaco, croata, sueco, inglés o húngaro. Por eso Europa es distinta a otros continentes. Europa es tierra de naciones y no una mezcla de todo. ¿Quién podría pensar que las ideas imperialistas, que han dejado a Europa en ruinas una y otra vez, podrían reaparecer? ¿Quién hubiera dicho que otros pretenderían decirnos quién tiene que vivir con nosotros en nuestro propio país? ¿Quién hubiera imaginado que Hungría o Polonia serían atacadas mediante falsedades o amenazas como las que se le están haciendo a Rumanía o Eslovaquia e incluso Italia?
Damas y caballeros
La grandeza de Europa, su fuerza y su gloria, han venido de naciones que competían y cooperaban las unas con las otras. Naciones que han respetado los derechos de los demás y protegido los intereses de sus ciudadanos, somos capaces de trabajar juntos y compartir los beneficios de la paz, el crecimiento y la seguridad. La pasión en los corazones de los patriotas ha inspirado el sacrificio, el altruismo, los descubrimientos científicos y maravillosas obras de arte. Hace década y media ésta era nuestra Europa, una Europa de naciones, a la que los húngaros nos uníamos. Aceptamos la invitación de Helmut Kohl y Jacques Chirac, no las conquistas de Bonaparte o el III Reich. Nosotros los húngaros hemos sufrido suficiente bajo los imperios. Todos y cada uno de ellos han querido convertirnos en buenos súdbitos. No han entendido que tenemos una patria y que esa patria tiene hijos e hijas, no súdbitos. Desde entonces quizá hayan aprendido que los húngaros vemos venir de lejos las pretensiones imperialistas y tarde o temprano sus gobernantes son expulsados o algo peor.
Damas y caballeros
Europa ha sido apartada del buen camino no por naciones fuertes sino por designios imperialistas. Experimentos y experimentadores construyendo imperios fueron la causa principal de las monstruosas guerras del siglo XX, un océano de sufrimiento, y la reiterada devastación de Europa. El Nacionalsocialismo y el Internacionalsocialismo, el Fascismo y el Comunismo perseguían todos los sueños imperiales; conceptos supranacionales, nuevos tipos humanos creados en laboratorios, beneficios comerciales de una escala sin precedentes y sobre todo el dominio imperial del mundo para garantizar todo esto. Ésta ha sido, y parece que sigue siéndolo, la gran tentación que hay en las almas de los poderosos en Europa. Hoy en Bruselas tocan marcha imperial otra vez. Esto es cierto, aunque esta vez sea una música diferente de la anterior. Hoy no se busca conquistar por la fuerza de las armas. Somos muy conscientes de que Bruselas no es Constantinopla ni Moscú, ni el Berlín imperial, ni siquiera Viena. Nada ha sido conquistado desde Bruselas, sólo administra sus colonias. Nosotros, en todo caso, nunca hemos sido colonia o colonizadores, nunca le hemos quitado su tierra a nadie y nunca le vamos a dar la nuestra a otro.
Queridos amigos que estáis aquí celebrando esta ocasión, damas y caballeros
En Bruselas mandan hoy los que quieren reemplazar una alianza de naciones libres por un Imperio Europeo, un imperio liderado no por los líderes electos de cada nación, sino por los burócratas de Bruselas. Los creyentes en el Imperio Europeo también gobiernan varios países de Europa hoy. Por eso sabemos qué “Mundo feliz” será si les dejamos a ellos la tarea; la aparición de un número cada vez mayor de hombres en edad militar llegando de otros continentes y culturas, cambiará sin remedio las ciudades de Europa a su propia imagen y semejanza, convirtiendo lentamente a los europeos nativos en una minoría. El terror será parte de la vida cotidiana en las grandes ciudades, la manipulación política una realidad del día a día justificada por el gobierno de la ley y el estado de derecho. Y la libertad de expresión y prensa sólo llegará a ser la libertad de permitir hacerse eco de sus ideas.
Damas y caballeros
Aquellos que quieren fundir la Unión Europea para convertirla en un Imperio Europeo, son todos, sin excepción, partidarios de la inmi gración. Han hecho de la admisión de pagapensiones el requisito para ser europeo y pretenden que todo país y nación se haga multicultural sin demoras. Ahora podemos ver como han dejado deliberadamente de utilizar su enorme capacidad militar y policial y como han dejado de defender Europa de las masas de pagapensiones. Si fuímos capaces de hacerlo, ellos podrían haberlo hecho también. Lo que faltaba no era la capacidad sino la voluntad. Incluso hoy, la vanguardia de Bruselas y otros líderes que se oponen a los estados nación, ven la inmi gración como una oportunidad, una buena ocasión. Lo ven como una oportunidad de reemplazar la Unión Europea de estados nacionales por un imperio multicultural de población mestiza; una Europa sin estados nación, una élite separada de sus raices nacionales, una alianza con los poderes multininacionales, una coalición con los especuladores financieros. Eso sería el Paraíso para George Soros.
Damas y caballeros
Aún es Octubre y todos en Europa están pensando ya en Mayo. En Mayo las elecciones al Parlamento Europeo determinarán el rumbo que tome Europa. Los pueblos de Europa han de elegir su futuro. Nosotros tampoco debemos quedarnos callados. Si el resonar de las trompetas duda, no nos podemos quedar atrás en la causa más cierta e importante. Por tanto debemos responder a la llamada y pasar el mensaje a aquellos que creen en una Europa de las naciones. Debemos desplegar la bandera de una Europa libre y fuerte. Elijamos la independencia y la cooperación de las naciones antes que el globalismo. Rechacemos la idea de globalismo y en su lugar apoyemos la cultura del patriotismo. El mundo puede ser más rico y la humanidad puede ser mejor si la Tierra está poblada por un mundo de naciones diversas. Creemos que todo país es especial, único a su manera, y puede ser un faro que ilumine su parte del planeta. Eso es lo que creímos en 1956 y por eso nos alzamos. Amamos nuestra cultura, que sostiene y protege nuestra libertad. Creemos en familias fuertes, miramos a nuestra propia historia y tradiciones como algo maravilloso, celebramos a nuestros héroes y por encima de todo, amamos a nuestro país. No queremos entregarlo y no lo entregaremos por aceptar un imperio o un dominio mundial sobre nosotros. No queremos borrar nuestros sentimientos nacionales sino que queremos fomentarlos y liberarlos para poder dar rienda suelta a las capacidades y talentos del pueblo húngaro. La historia nos enseña que en los países soberanos reina la libertad, la democracia es duradera y la paz prevalece.
Queridos amigos, damas y caballeros
Pensemos en los luchadores por la libertad del 56. Recordemos a los chicos de Pest. Escojamos un futuro de patriotismo y orgullo nacional
¡Adelante húngaros, adelante Hungría!
http://****************/discurso-de-viktor-orban-en-el-dia-de-la-revolucion-hungara/
Gran discurso de Viktor Orban. Europa necesita Caudillo asi.
Viva el pueblo hungaro.
Viva Hungria.
Queridos amigos que estáis aquí celebrando esta ocasión, damas y caballeros
De acuerdo a las leyes de las matemáticas, si multiplicamos dos números negativos, el producto siempre es un número positivo. Ésta es una verdad que es dificil de asumir. Si traducimos esta extraña certeza al idioma de la Historia, las líneas principales del pasado de Hungría se nos revelarán subitamente. Casi todas nuestras luchas revolucionarias por la libertad han dado un resultado negativo; derrota y represión a las víctimas. Pero de alguna forma de todo esto ha salido un resultado positivo; supervivencia, nación y libertad. Éste es un auténtico misterio que recordamos en cada una de nuestras fiestas nacionales.
Damas y caballeros
En 1955 las fuerzas de ocupación soviéticas se retiraron de Austria. Para entonces ya llevábamos 10 años de ocupación por parte de la Unión Soviética. En Hungría, la intimidación, la tiranía, las deportaciones y la lógica del mundo soviético eran lo que determinaba el orden de nuestras vidas. Todo el mundo sentía que si las cosas continuaran así, bajo la opresión comunista, entonces nuestra cultura, la cultura cristiana de Hungría que muchas generaciones habían contribuido a crear durante más de un milenio, desaparecería desintegrada, reducida a átomos en el vacío. El pronóstico era catastrófico. En menos de medio siglo habíamos sido derrotados dos veces, habíamos perdido dos tercios del territorio de Hungría y a los millones de húngaros que vivían ahí y ahora nos amenazaba la aniquilación cultural también, en el centro de la Hungría Histórica. Por naturaleza los húngaros no son dados al juego ni a las apuestas, no les gusta correr riesgos en su país y no se largan fácilmente a correr aventuras con dudosas recompensas. Si es necesario, pueden librar batallas contra toda esperanza pero prefieren tener al heroísmo y al sentido común a la vez de su lado. Los luchadores por la libertad de 1956 tomaron una decisión racional; los soviéticos se habían marchado de Austria, los comunistas húngaros se estaban matando entre sí y Occidente nos animaba y nos prometía ayuda. La cruz de la moneda era la posibilidad de ser aniquilados, la cara, una oportunidad irrepetible. Había que intentarlo y eso es lo que se hizo. Lo hicieron de la única forma que saben los húngaros, con valentía desafiando a la fin y dejando de lado sus propias nimiedades y con el corazón en la mano. Lo hicieron así mostrando el sentido de unidad que había ocupado nuestra tierra desde siempre, como en el sitio de Belgrado y con la nobleza de intenciones de 1848. ¡Gloria a los héroes!
Damas y caballeros
Con el paso de cada año, nos vamos alejando de aquel tiempo de 1956 y entre nosotros cada vez son menos los que participaron y fueron testigos de aquellos eventos. Hemos tenido que decir adiós a muchos veteranos con los que celebramos la ocasión este día del año pasado. Los chicos de Pest se convirtieron en abuelos y los plantones en Ülloi, cuyas hojas respiraron el humo de Corvin köz, han crecido hasta ser árboles majestuosos. Pero nos hemos juntado cada año desde entonces, sin importar el tiempo que hiciera y así será cada 23 de Octubre mientras haya húngaros sobre la Tierra. Faludy lo expresó bien cuando dijo que para nosotros 1956 no es un recuerdo ni historia, sino nuestra carne y nuestra sangre. Tras la revolución de 1956 Hungría siguió siendo una dictadura comunista durante 34 años. Uno necesita vivir y vivimos como pudimos. No fue hace tanto y lo recordamos; cielo gris, malos compromisos, pretensiones, falsedad, ocultación, miradas esquivas, corazones cerrados y desconfianza. La crudeza del día a día en una dictadura generalmente destruye la dignidad humana e incluso tras su final, lo que tiende a quedar es un sentimiento de vacuidad, de debilidad y mediocridad. Nosotros los húngaros nos hemos liberado de eso; los luchadores del 56 nos liberaron de eso. Estamos agradecidos de que nuestra herencia no sea la memoria de medio siglo de gris y falta de espíritu. Lo que hemos recibido para seguir nuestro camino no es la debilidad humana y la discordia, sino el ejemplo del coraje, el heroísmo y la grandeza. Sólo así fue posible, incluso bajo la opresión comunista, que nosotros los húngaros estuviéramos orgullosos de nuestra patria.
Damas y caballeros
Nosotros los húngaros podemos ser más demacrados que nadie, nosotros los húngaros podemos superar a cualquiera en el noble arte de quejarse y nosotros los húngaros podemos lamentarnos por nosotros mismos más sinceramente que cualquier otro. Somos los antiguos maestros de proclamar la completa desesperanza y desmoralización. Incluso nuestro propio himno nacional contiene la línea “Pero la libertad no florece en la sangre derramada de los muertos“. Y con todo aquí estamos, once siglos desde que llegáramos a nuestra tierra, los supervivientes de los las invasiones y los invasores. Muchos trataron de acabar con nosotros, los poderosos emperadores del Sacro Imperio, los poderosos khanes de Mongolia, los aún más poderosos sultanes del Imperio Otomano y finalmente, los más poderosos de todos, los soviéticos. Y de algún modo hemos conseguido seguir aquí, en medio de un mar eslavo y germánico. ¿Qué es esto sino una historia de éxito? Damas y caballeros, estás son las matemáticas de la historia de Hungría; la multiplicación de tantos momentos negativos que al final sale positivo.
Queridos amigos
El misterio de la supervivencia de Hungría es inexplicable. El origen de estos milagros está oculto al inquisitivo ojo humano, pero el corazón puede intuir algo. En algún lugar, entre las razones de la supervivencia de los húngaros, vamos a encontrar el heroísmo húngaro imperecedero. Defender el castillo de Eger, Dobó respondiendo a las amenazas de los sitiadores enseñándoles su propio ataúd neցro como símbolo de estar listo para morir en combate. Herido en la pierna, Szondy continuó luchando hasta el final. Zríny prestó su elegancia ceremonial al liderar la carga final desde el castilo de Szigetvár. “¡Larga vida a la patria!” gritó el primer ministro de Hungría cuando se enfrentó al pelotón de fusilamiento. Y aquí están, los chicos de Pest, nacidos en los años 30, en su adolescencia y primera juventud, que en sus vidas sólo habían tenido guerra, ventanas oscurecidas, espanto, noches de angustia, caballos muertos en las calles, refugios antiaéreos y el sitio de Budapest. Y tras la guerra, los soviéticos ocupan, y sólo quedan las ruinas de una ciudad sembrada de bombas y agujeros de bala. Era un país, su patria, que aún tenía que darles algo bueno, una nación que sólo podía darle una porción de su sufrimiento. Pero con el primer rayo de luz pensaron que su país podía ser libre, la primera vez que su nación podía quitarse la camisa de fuerza, la primera esperanza tenue de que Hungría podría ser otra vez un país húngaro, y supieron qué hacer y respondieron a la llamada sin pensárselo dos veces. Los chicos de Pest, que nunca habían recibido nada de su país pero dieron todo lo que tenían. No puede haber duda de que su lugar está en el panteón de los héroes de Hungría.
Damas y caballeros
Cuando tras casi medio siglo de ocupación soviética y opresión comunista recuperamos nuestra libertad y pudimos expulsar de nuestros pulmones el aire viciado del mundo de los camaradas comunistas, pensamos que por fin volvíamos a casa. Hungría había sido parte de la Europa Cristiana durante 1000 años. Somos Europa porque hemos seguido siendo europeos incluso después de que nos vendieran en Yalta y que en 1956 nos abandonaran a nuestra suerte. Tras la retirada soviética sentimos que encontrábamos la calma y que finalmente nuestra historia, cultura y situación en la política mundial se alineaban. Pudimos otra vez tener un sitio en Europa, una familia de naciones libres, que es la cuna de la Cristiandad, la conciencia nacional y la dignidad humana. Todo sonaba muy bien. Ni en nuestros peores sueños pudimos imaginar que un día, 29 años más tarde de la liberación de las naciones ocupadas, tras la caída del Muro de Berlín y la reunificación de un continente europeo brutalmente dividido, las naciones de Europa incluída Hungría estaríamos afrontando desafíos no vistos desde hace mucho. Ni en nuestros peores sueños pudimos haber imaginado que Europa estaría en peligro no por amenazas externas, no por las ambiciones americanas o rusas, sino por sí misma. ¿Quién podría haber pensado que el continente más exitoso de la Tierra, que ha creado la cultura más impresionante, las tecnologías más avanzadas, las mejores escuelas y las mejores condiciones de vida que la humanidad haya visto nunca, estaría en pocos años deslizándose por una pendiente hasta el borde del abismo?
Damas y caballeros
Los europeos hemos nacido de los hijos e hijas de las naciones. Cuando un europeo viene a este mundo, es alemán, italiano, francés, polaco o húngaro. Éste es el orden de la Historia y la Naturaleza. Cuando un niño pequeño empieza a hablar, dice sus primeras palabras en polaco, croata, sueco, inglés o húngaro. Por eso Europa es distinta a otros continentes. Europa es tierra de naciones y no una mezcla de todo. ¿Quién podría pensar que las ideas imperialistas, que han dejado a Europa en ruinas una y otra vez, podrían reaparecer? ¿Quién hubiera dicho que otros pretenderían decirnos quién tiene que vivir con nosotros en nuestro propio país? ¿Quién hubiera imaginado que Hungría o Polonia serían atacadas mediante falsedades o amenazas como las que se le están haciendo a Rumanía o Eslovaquia e incluso Italia?
Damas y caballeros
La grandeza de Europa, su fuerza y su gloria, han venido de naciones que competían y cooperaban las unas con las otras. Naciones que han respetado los derechos de los demás y protegido los intereses de sus ciudadanos, somos capaces de trabajar juntos y compartir los beneficios de la paz, el crecimiento y la seguridad. La pasión en los corazones de los patriotas ha inspirado el sacrificio, el altruismo, los descubrimientos científicos y maravillosas obras de arte. Hace década y media ésta era nuestra Europa, una Europa de naciones, a la que los húngaros nos uníamos. Aceptamos la invitación de Helmut Kohl y Jacques Chirac, no las conquistas de Bonaparte o el III Reich. Nosotros los húngaros hemos sufrido suficiente bajo los imperios. Todos y cada uno de ellos han querido convertirnos en buenos súdbitos. No han entendido que tenemos una patria y que esa patria tiene hijos e hijas, no súdbitos. Desde entonces quizá hayan aprendido que los húngaros vemos venir de lejos las pretensiones imperialistas y tarde o temprano sus gobernantes son expulsados o algo peor.
Damas y caballeros
Europa ha sido apartada del buen camino no por naciones fuertes sino por designios imperialistas. Experimentos y experimentadores construyendo imperios fueron la causa principal de las monstruosas guerras del siglo XX, un océano de sufrimiento, y la reiterada devastación de Europa. El Nacionalsocialismo y el Internacionalsocialismo, el Fascismo y el Comunismo perseguían todos los sueños imperiales; conceptos supranacionales, nuevos tipos humanos creados en laboratorios, beneficios comerciales de una escala sin precedentes y sobre todo el dominio imperial del mundo para garantizar todo esto. Ésta ha sido, y parece que sigue siéndolo, la gran tentación que hay en las almas de los poderosos en Europa. Hoy en Bruselas tocan marcha imperial otra vez. Esto es cierto, aunque esta vez sea una música diferente de la anterior. Hoy no se busca conquistar por la fuerza de las armas. Somos muy conscientes de que Bruselas no es Constantinopla ni Moscú, ni el Berlín imperial, ni siquiera Viena. Nada ha sido conquistado desde Bruselas, sólo administra sus colonias. Nosotros, en todo caso, nunca hemos sido colonia o colonizadores, nunca le hemos quitado su tierra a nadie y nunca le vamos a dar la nuestra a otro.
Queridos amigos que estáis aquí celebrando esta ocasión, damas y caballeros
En Bruselas mandan hoy los que quieren reemplazar una alianza de naciones libres por un Imperio Europeo, un imperio liderado no por los líderes electos de cada nación, sino por los burócratas de Bruselas. Los creyentes en el Imperio Europeo también gobiernan varios países de Europa hoy. Por eso sabemos qué “Mundo feliz” será si les dejamos a ellos la tarea; la aparición de un número cada vez mayor de hombres en edad militar llegando de otros continentes y culturas, cambiará sin remedio las ciudades de Europa a su propia imagen y semejanza, convirtiendo lentamente a los europeos nativos en una minoría. El terror será parte de la vida cotidiana en las grandes ciudades, la manipulación política una realidad del día a día justificada por el gobierno de la ley y el estado de derecho. Y la libertad de expresión y prensa sólo llegará a ser la libertad de permitir hacerse eco de sus ideas.
Damas y caballeros
Aquellos que quieren fundir la Unión Europea para convertirla en un Imperio Europeo, son todos, sin excepción, partidarios de la inmi gración. Han hecho de la admisión de pagapensiones el requisito para ser europeo y pretenden que todo país y nación se haga multicultural sin demoras. Ahora podemos ver como han dejado deliberadamente de utilizar su enorme capacidad militar y policial y como han dejado de defender Europa de las masas de pagapensiones. Si fuímos capaces de hacerlo, ellos podrían haberlo hecho también. Lo que faltaba no era la capacidad sino la voluntad. Incluso hoy, la vanguardia de Bruselas y otros líderes que se oponen a los estados nación, ven la inmi gración como una oportunidad, una buena ocasión. Lo ven como una oportunidad de reemplazar la Unión Europea de estados nacionales por un imperio multicultural de población mestiza; una Europa sin estados nación, una élite separada de sus raices nacionales, una alianza con los poderes multininacionales, una coalición con los especuladores financieros. Eso sería el Paraíso para George Soros.
Damas y caballeros
Aún es Octubre y todos en Europa están pensando ya en Mayo. En Mayo las elecciones al Parlamento Europeo determinarán el rumbo que tome Europa. Los pueblos de Europa han de elegir su futuro. Nosotros tampoco debemos quedarnos callados. Si el resonar de las trompetas duda, no nos podemos quedar atrás en la causa más cierta e importante. Por tanto debemos responder a la llamada y pasar el mensaje a aquellos que creen en una Europa de las naciones. Debemos desplegar la bandera de una Europa libre y fuerte. Elijamos la independencia y la cooperación de las naciones antes que el globalismo. Rechacemos la idea de globalismo y en su lugar apoyemos la cultura del patriotismo. El mundo puede ser más rico y la humanidad puede ser mejor si la Tierra está poblada por un mundo de naciones diversas. Creemos que todo país es especial, único a su manera, y puede ser un faro que ilumine su parte del planeta. Eso es lo que creímos en 1956 y por eso nos alzamos. Amamos nuestra cultura, que sostiene y protege nuestra libertad. Creemos en familias fuertes, miramos a nuestra propia historia y tradiciones como algo maravilloso, celebramos a nuestros héroes y por encima de todo, amamos a nuestro país. No queremos entregarlo y no lo entregaremos por aceptar un imperio o un dominio mundial sobre nosotros. No queremos borrar nuestros sentimientos nacionales sino que queremos fomentarlos y liberarlos para poder dar rienda suelta a las capacidades y talentos del pueblo húngaro. La historia nos enseña que en los países soberanos reina la libertad, la democracia es duradera y la paz prevalece.
Queridos amigos, damas y caballeros
Pensemos en los luchadores por la libertad del 56. Recordemos a los chicos de Pest. Escojamos un futuro de patriotismo y orgullo nacional
¡Adelante húngaros, adelante Hungría!
http://****************/discurso-de-viktor-orban-en-el-dia-de-la-revolucion-hungara/