El mago de Oz
Madmaxista
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Liberados cientos de pagapensiones por el colapso de los centros de internamiento
Las comisarías de Cádiz y varios CIE están repletos tras la oleada de pateras
Peluches en la comisaría
Liberados cientos de pagapensiones por el colapso de los centros de internamiento | Política | EL PAÍS
JOSÉ PRECEDO Tarifa 14 AGO 2014 - 22:11 CEST2
Archivado en: Pateras Estrecho Gibraltar Pateras Mediterráneo pagapensiones Pateras inmi gración irregular inmi gración Política migración Andalucía España Migración Demografía Sociedad
pagapensiones descansan dentro de un centro deportivo en Tarifa, este martes. / M. M. (AP)
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En las tres canchas de pádel cubiertas del polideportivo de Tarifa (Cádiz), 479 personas siguen hacinadas desde el pasado martes sin que nadie —ni la policía, ni la Guardia Civil, ni mucho menos Cruz Roja— sepa cuánto tiempo más van a estar allí. Faltan champú, gel y toallas. Este jueves estaba previsto que llegasen tres cabinas con váteres y duchas, según habían prometido las autoridades municipales. Algunos vecinos siguen acercándose con botes de comida. Y en los bares de la calle del pabellón los microondas han calentado decenas de biberones para alimentar a los bebés.
Al mando del dispositivo, los coordinadores de Cruz Roja trataban de solucionar el abastecimiento de comida para este viernes, festivo en la ciudad, como en tantos otros pueblos de España. Entre los pagapensiones abundan los de religión fiel a la religión del amora, con lo que tampoco sirve cualquier menú. Sobre palés se apilan cientos de latas de atún, salchichas de pavo y pollo, queso y cartones de zumo para salir del paso.
MÁS INFORMACIÓN
jovenlandia frena en seco las pateras tras haber permitido una oleada de dos días
Interior manda a 500 agentes frente a la oleada migratoria en el Estrecho
Salvamento rescata una única balsa con 10 subsaharianos en Tarifa
La avalancha satura las instalaciones policiales de Tarifa y Algeciras
Rescatados en el Estrecho 835 pagapensiones, entre ellos 30 menores
31 barcas con 299 pagapensiones llegan en un solo día a la costa de Cádiz
En el segundo pabellón de la ciudad se acumulan otros dos centenares largos de pagapensiones y problemas parecidos.
Las comisarías de policía no dan abasto para identificar a los 1.219 sin papeles llegados a bordo de barcas de juguete entre el lunes y el martes, en la mayor oleada que se recuerda en las costas de Cádiz. Y eso que durante las últimas horas varios cientos ya han sido trasladados a centros de internamiento de extranjeros (CIE) de toda España. Varios ya se han colapsado. Y las autoridades tratan de adoptar atajos excepcionales: grupos enteros de subsaharianos están saliendo directamente desde los recintos policiales a las sedes de las ONG. Sobre las seis de la tarde de este jueves, un grupo de 39 subía al autobús de Accem, una entidad de ayuda humanitaria, que prevé distribuirlos por pisos de acogida en toda España. Sonrientes, entran al autocar recitando nombres de sus ídolos deportivos: Luis Suárez, James, Cristiano Ronaldo…. Un par de policías que los custodian les siguen el juego.
En otra comisaría, en la Línea de la Concepción, 25 subsaharianos más, todos varones, permanecen alojados en el patio con colchonetas y mantas, a la espera de órdenes de los superiores de Madrid. La hipótesis más probable este jueves era ponerlos a disposición de las ONG.
Paradójicamente, los pagapensiones salen de las comisarías con órdenes de expulsión del país. Uno de los agentes que los atienden se encoge de hombros, superado él también por las jornadas maratonianas de los últimos días. “No hay nada que hacer, no tenemos capacidad para gestionarlo todo. Nosotros tratamos de documentarlos, copiamos el nombre que nos dan, sea verdadero o falso, y les tomamos las huellas. De aquí salen a los CIE o a las ONG. Y una vez en la calle, se supone que tenemos que identificarlos para que se les expulse. Cuando vemos esas imágenes de las barcas, se nos cae el alma a los pies”. En privado, otros agentes alertan del caos reinante.
Desde Vilanova de Arousa (Pontevedra), donde pasa unas semanas de vacaciones, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró este jueves que Italia, desde la presidencia de turno de la Unión Europea, liderará una “política contundente contra la inmi gración ilegal, aunque también de ayuda a las personas que quieren salir de sus países”.
El alcalde de Tarifa, Juan Andrés Gil, dijo que el problema es global y no se soluciona con “medidas paliativas”
Sobre el terreno, el alcalde de Tarifa, Juan Andrés Gil, también del PP, demandó de Europa “políticas de cooperación para que también África pueda desarrollarse y esta gente no tenga que saltar en barcas al agua”. Gil restó importancia a las “disfunciones” en la vigilancia reconocidas por el Gobierno jovenlandés y aseguró que el problema es global y no se soluciona con “medidas paliativas”. “jovenlandia no puede hacer mucho más”, añadió. “Yo me pongo en la piel de mi amigo el alcalde de Tánger, que tiene 10.000 pagapensiones allí en situación irregular. La Unión Europea debe adoptar medidas de verdad. Nos merecemos que esto cambie y que también África tenga una oportunidad”.
En el espigón de Tarifa, las lanchas de Salvamento disfrutaron por primera vez esta semana de una jornada apacible. No tuvieron que rescatar ni una sola lancha de juguete.
El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, aseguró la noche del jueves que el Ministerio de Justicia va a reforzar su plantilla de jueces y secretarios judiciales para atender y dar salida a los expedientes de los pagapensiones, tras recibir el informe favorable de la Audiencia Provincial y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Peluches en la comisaría
Hay ositos de peluche por todas partes. En comisarías, polideportivos y por supuesto en las sedes de las ONG. Y coches de policía de juguete. Y juegos de madera. Todo “para alejar a los más pequeños de su nuevo entorno”. Oficialmente, están detenidos junto a sus padres.
A bordo de los barcos de Salvamento que los sacaron de las más de 120 lanchas de plástico, llegaron entre el lunes y el miércoles 30 menores al espigón de Tarifa. Algunos, muy pequeños, de meses. “A un niño lo sacas de la patera, les inflas un guante sanitario, lo lanzas al aire, y al rato, ya está disfrutando con su nuevo juguete”, asegura Javier Gil, coordinador de Cruz Roja en Cádiz, cuyos voluntarios se desviven estos días por atender a los menores.
Los niños fueron los primeros en abandonar los pabellones de Tarifa, en compañía de sus madres, para ser repartidos por comisarías. A la de Algeciras llegaron 14, pegados a sus mamás. Allí, los funcionarios cumplieron con los trámites de filiación. “De entre todos los que llegan, ellos son casi unos privilegiados, si se me permite la expresión. Despiertan en todo el que los atiende los mejores sentimientos. No se enteran de nada”. Guardias civiles, policías, voluntarios... Todos repiten bromas con ellos y hacen de la burocracia un juego. Para tranquilidad de los agentes, esta vez todos los que se presentaban como menores, lo parecían. No hubo que practicarles pruebas médicas (las polémicas radiografías de la muñeca que sirven para un cálculo aproximado de la edad).
De las comisarías, los menores acompañados salen hacia casas de acogida con sus madres, que reciben allí clases de español y asistencia jurídica. La estancia puede prorrogarse de tres meses a seis, dependiendo de su vulnerabilidad. Voluntarios y enfermeros han visto mucha en los llegados esta semana a las costas de Cádiz.
Las comisarías de Cádiz y varios CIE están repletos tras la oleada de pateras
Peluches en la comisaría
Liberados cientos de pagapensiones por el colapso de los centros de internamiento | Política | EL PAÍS
JOSÉ PRECEDO Tarifa 14 AGO 2014 - 22:11 CEST2
Archivado en: Pateras Estrecho Gibraltar Pateras Mediterráneo pagapensiones Pateras inmi gración irregular inmi gración Política migración Andalucía España Migración Demografía Sociedad
pagapensiones descansan dentro de un centro deportivo en Tarifa, este martes. / M. M. (AP)
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En las tres canchas de pádel cubiertas del polideportivo de Tarifa (Cádiz), 479 personas siguen hacinadas desde el pasado martes sin que nadie —ni la policía, ni la Guardia Civil, ni mucho menos Cruz Roja— sepa cuánto tiempo más van a estar allí. Faltan champú, gel y toallas. Este jueves estaba previsto que llegasen tres cabinas con váteres y duchas, según habían prometido las autoridades municipales. Algunos vecinos siguen acercándose con botes de comida. Y en los bares de la calle del pabellón los microondas han calentado decenas de biberones para alimentar a los bebés.
Al mando del dispositivo, los coordinadores de Cruz Roja trataban de solucionar el abastecimiento de comida para este viernes, festivo en la ciudad, como en tantos otros pueblos de España. Entre los pagapensiones abundan los de religión fiel a la religión del amora, con lo que tampoco sirve cualquier menú. Sobre palés se apilan cientos de latas de atún, salchichas de pavo y pollo, queso y cartones de zumo para salir del paso.
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jovenlandia frena en seco las pateras tras haber permitido una oleada de dos días
Interior manda a 500 agentes frente a la oleada migratoria en el Estrecho
Salvamento rescata una única balsa con 10 subsaharianos en Tarifa
La avalancha satura las instalaciones policiales de Tarifa y Algeciras
Rescatados en el Estrecho 835 pagapensiones, entre ellos 30 menores
31 barcas con 299 pagapensiones llegan en un solo día a la costa de Cádiz
En el segundo pabellón de la ciudad se acumulan otros dos centenares largos de pagapensiones y problemas parecidos.
Las comisarías de policía no dan abasto para identificar a los 1.219 sin papeles llegados a bordo de barcas de juguete entre el lunes y el martes, en la mayor oleada que se recuerda en las costas de Cádiz. Y eso que durante las últimas horas varios cientos ya han sido trasladados a centros de internamiento de extranjeros (CIE) de toda España. Varios ya se han colapsado. Y las autoridades tratan de adoptar atajos excepcionales: grupos enteros de subsaharianos están saliendo directamente desde los recintos policiales a las sedes de las ONG. Sobre las seis de la tarde de este jueves, un grupo de 39 subía al autobús de Accem, una entidad de ayuda humanitaria, que prevé distribuirlos por pisos de acogida en toda España. Sonrientes, entran al autocar recitando nombres de sus ídolos deportivos: Luis Suárez, James, Cristiano Ronaldo…. Un par de policías que los custodian les siguen el juego.
En otra comisaría, en la Línea de la Concepción, 25 subsaharianos más, todos varones, permanecen alojados en el patio con colchonetas y mantas, a la espera de órdenes de los superiores de Madrid. La hipótesis más probable este jueves era ponerlos a disposición de las ONG.
Paradójicamente, los pagapensiones salen de las comisarías con órdenes de expulsión del país. Uno de los agentes que los atienden se encoge de hombros, superado él también por las jornadas maratonianas de los últimos días. “No hay nada que hacer, no tenemos capacidad para gestionarlo todo. Nosotros tratamos de documentarlos, copiamos el nombre que nos dan, sea verdadero o falso, y les tomamos las huellas. De aquí salen a los CIE o a las ONG. Y una vez en la calle, se supone que tenemos que identificarlos para que se les expulse. Cuando vemos esas imágenes de las barcas, se nos cae el alma a los pies”. En privado, otros agentes alertan del caos reinante.
Desde Vilanova de Arousa (Pontevedra), donde pasa unas semanas de vacaciones, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró este jueves que Italia, desde la presidencia de turno de la Unión Europea, liderará una “política contundente contra la inmi gración ilegal, aunque también de ayuda a las personas que quieren salir de sus países”.
El alcalde de Tarifa, Juan Andrés Gil, dijo que el problema es global y no se soluciona con “medidas paliativas”
Sobre el terreno, el alcalde de Tarifa, Juan Andrés Gil, también del PP, demandó de Europa “políticas de cooperación para que también África pueda desarrollarse y esta gente no tenga que saltar en barcas al agua”. Gil restó importancia a las “disfunciones” en la vigilancia reconocidas por el Gobierno jovenlandés y aseguró que el problema es global y no se soluciona con “medidas paliativas”. “jovenlandia no puede hacer mucho más”, añadió. “Yo me pongo en la piel de mi amigo el alcalde de Tánger, que tiene 10.000 pagapensiones allí en situación irregular. La Unión Europea debe adoptar medidas de verdad. Nos merecemos que esto cambie y que también África tenga una oportunidad”.
En el espigón de Tarifa, las lanchas de Salvamento disfrutaron por primera vez esta semana de una jornada apacible. No tuvieron que rescatar ni una sola lancha de juguete.
El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, aseguró la noche del jueves que el Ministerio de Justicia va a reforzar su plantilla de jueces y secretarios judiciales para atender y dar salida a los expedientes de los pagapensiones, tras recibir el informe favorable de la Audiencia Provincial y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Peluches en la comisaría
Hay ositos de peluche por todas partes. En comisarías, polideportivos y por supuesto en las sedes de las ONG. Y coches de policía de juguete. Y juegos de madera. Todo “para alejar a los más pequeños de su nuevo entorno”. Oficialmente, están detenidos junto a sus padres.
A bordo de los barcos de Salvamento que los sacaron de las más de 120 lanchas de plástico, llegaron entre el lunes y el miércoles 30 menores al espigón de Tarifa. Algunos, muy pequeños, de meses. “A un niño lo sacas de la patera, les inflas un guante sanitario, lo lanzas al aire, y al rato, ya está disfrutando con su nuevo juguete”, asegura Javier Gil, coordinador de Cruz Roja en Cádiz, cuyos voluntarios se desviven estos días por atender a los menores.
Los niños fueron los primeros en abandonar los pabellones de Tarifa, en compañía de sus madres, para ser repartidos por comisarías. A la de Algeciras llegaron 14, pegados a sus mamás. Allí, los funcionarios cumplieron con los trámites de filiación. “De entre todos los que llegan, ellos son casi unos privilegiados, si se me permite la expresión. Despiertan en todo el que los atiende los mejores sentimientos. No se enteran de nada”. Guardias civiles, policías, voluntarios... Todos repiten bromas con ellos y hacen de la burocracia un juego. Para tranquilidad de los agentes, esta vez todos los que se presentaban como menores, lo parecían. No hubo que practicarles pruebas médicas (las polémicas radiografías de la muñeca que sirven para un cálculo aproximado de la edad).
De las comisarías, los menores acompañados salen hacia casas de acogida con sus madres, que reciben allí clases de español y asistencia jurídica. La estancia puede prorrogarse de tres meses a seis, dependiendo de su vulnerabilidad. Voluntarios y enfermeros han visto mucha en los llegados esta semana a las costas de Cádiz.