cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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El facultativo trabajaba en el área de vigilancia de salud laboral y fue apartado del servicio hace medio año
El acusado realizó tocamientos íntimos a las agentes, que dicen haberse sentido desatendidas por Interior
La Generalitat ha entonado el mea culpa por no haber atajado antes los presuntos abusos sensuales que cometía un médico del departamento de Interior durante sus exploraciones a agentes femeninos de los Mossos d’Esquadra. Una policía lo denunció en febrero del 2020, aunque en aquella ocasión, cuando Miquel Buch era el conseller, se adoptaron medidas cautelares que ahora se consideran insuficientes.
El médico siguió en su cargo, con la única obligación de estar acompañado por una enfermera cuando atendiera a mujeres. Ello no impidió que otras dos policías lo denunciaran por aprovecharse de su bata blanca para propasarse con ellas. Las denuncias de estas dos últimas agentes se han presentado este año, pero también se remontan al 2019. Las tres policías han lamentado haberse sentido solas.
Una mossa se banderilla contra la el bichito
LV
Fuentes del departamento no han lanzado pelotas fuera y reconocen que si las víctimas no se han sentido acompañadas es “porque ha sido así”. Las citadas fuentes reconocen que hasta julio del 2021, es decir, un mes después de la formación del nuevo Govern no se activó la defensa jurídica de la primera víctima. Habían pasado por esta área dos consellers, el citado Buch y Miquel Sàmper, sin que se diera el paso.
El equipo del actual conseller, Joan Ignasi Elena, consideró que las medidas disciplinarias puestas en marcha hasta entonces “eran del todo insuficientes” y abrió un primer expediente disciplinario contra el denunciado el pasado noviembre, al tiempo que se le prohibió expresamente que visitara a pacientes de sesso femenino. A raíz de la segunda denuncia (aún vendría una tercera), el conseller Elena fue todavía más allá.
Los consellers Buch, Sàmper y Elena
LV
Una vez trascendió el segundo caso, el acusado fue suspendido de empleo y sueldo, una medida muy poco habitual en la Administración en casos en los que no hay una sentencia firme. Además, se han revisado los mecanismos de actuación en casos semejantes y se han instalado buzones donde otras posibles víctimas puedan denunciar acosos, agresiones o vejaciones sensuales de forma anónima.
La gota que colmó el vaso fue la tercera denuncia. En cuanto se presentó, el acusado fue detenido. Se trata de un médico de unos 60 años que trabajaba para el departamento de Interior desde el 2017. Fue puesto a disposición judicial y ha quedado en libertad con cargos, mientras se instruye el caso. Se enfrenta a un delito de abusos, con una pena agravada por su condición que podría acarrearle entre cuatro y diez años de guandoca.
Interior ha aprovechado la difusión de la detención para admitir la necesidad de “mejorar los errores” del pasado. Las instituciones, han declarado sus portavoces, están obligadas “a actuar de forma proactiva contra las violencias machistas”. No se descarta que el detenido abusara de otras pacientes en anteriores destinos. Si se atrevió a hacer lo que hizo con mujeres policía, ¿qué más pudo hacer con otras mujeres en el anonimato de una consulta?
Muy bien no estaba de la azotea si las acusaciones son ciertas. Tenía buen trabajo y bien considerado para tirar su vida de esa manera.
El acusado realizó tocamientos íntimos a las agentes, que dicen haberse sentido desatendidas por Interior
La Generalitat ha entonado el mea culpa por no haber atajado antes los presuntos abusos sensuales que cometía un médico del departamento de Interior durante sus exploraciones a agentes femeninos de los Mossos d’Esquadra. Una policía lo denunció en febrero del 2020, aunque en aquella ocasión, cuando Miquel Buch era el conseller, se adoptaron medidas cautelares que ahora se consideran insuficientes.
El médico siguió en su cargo, con la única obligación de estar acompañado por una enfermera cuando atendiera a mujeres. Ello no impidió que otras dos policías lo denunciaran por aprovecharse de su bata blanca para propasarse con ellas. Las denuncias de estas dos últimas agentes se han presentado este año, pero también se remontan al 2019. Las tres policías han lamentado haberse sentido solas.
Una mossa se banderilla contra la el bichito
LV
Fuentes del departamento no han lanzado pelotas fuera y reconocen que si las víctimas no se han sentido acompañadas es “porque ha sido así”. Las citadas fuentes reconocen que hasta julio del 2021, es decir, un mes después de la formación del nuevo Govern no se activó la defensa jurídica de la primera víctima. Habían pasado por esta área dos consellers, el citado Buch y Miquel Sàmper, sin que se diera el paso.
El equipo del actual conseller, Joan Ignasi Elena, consideró que las medidas disciplinarias puestas en marcha hasta entonces “eran del todo insuficientes” y abrió un primer expediente disciplinario contra el denunciado el pasado noviembre, al tiempo que se le prohibió expresamente que visitara a pacientes de sesso femenino. A raíz de la segunda denuncia (aún vendría una tercera), el conseller Elena fue todavía más allá.
Los consellers Buch, Sàmper y Elena
LV
Una vez trascendió el segundo caso, el acusado fue suspendido de empleo y sueldo, una medida muy poco habitual en la Administración en casos en los que no hay una sentencia firme. Además, se han revisado los mecanismos de actuación en casos semejantes y se han instalado buzones donde otras posibles víctimas puedan denunciar acosos, agresiones o vejaciones sensuales de forma anónima.
La gota que colmó el vaso fue la tercera denuncia. En cuanto se presentó, el acusado fue detenido. Se trata de un médico de unos 60 años que trabajaba para el departamento de Interior desde el 2017. Fue puesto a disposición judicial y ha quedado en libertad con cargos, mientras se instruye el caso. Se enfrenta a un delito de abusos, con una pena agravada por su condición que podría acarrearle entre cuatro y diez años de guandoca.
Interior ha aprovechado la difusión de la detención para admitir la necesidad de “mejorar los errores” del pasado. Las instituciones, han declarado sus portavoces, están obligadas “a actuar de forma proactiva contra las violencias machistas”. No se descarta que el detenido abusara de otras pacientes en anteriores destinos. Si se atrevió a hacer lo que hizo con mujeres policía, ¿qué más pudo hacer con otras mujeres en el anonimato de una consulta?
https://www.lavanguardia.com/suceso...ido-medico-interior-abuso-sensual-mossos.html
Muy bien no estaba de la azotea si las acusaciones son ciertas. Tenía buen trabajo y bien considerado para tirar su vida de esa manera.
