La Guardia Civil ha detenido a cuatro integrantes de un grupo de sicarios colombianos, tres hombres y una mujer, que intentaron asesinar a un empresario en Puçol. Uno de los individuos disparó con una pistola a la víctima cuando se disponía a entrar en su empresa, otro conducía la motocicleta desde la que su acompañante abrió fuego, un tercero les dio cobertura desde un vehículo y la mujer ocultó el arma de fuego en Sollana.
El intento de asesinato tuvo lugar en diciembre de 2022 en el polígono de Puçol. La víctima declaró que aparcó su coche cerca de su empresa, y justo en el instante que abría la puerta de su vehículo para bajarse, dos hombres que circulaban en una motocicleta pararon a su altura, y sin mediar palabra, uno de ellos le apuntó con una pistola.
El sicario realizó un primer disparo, que no llegó a alcanzar la cabeza de la víctima por escasos centímetros, y cuando el individuo se disponía a disparar por segunda vez, el empresario pisó el acelerador y logró escapar con su vehículo. El intento de asesinato fue grabado por una cámara de vigilancia de una empresa.
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La Guardia Civil acudió con urgencia al lugar, realizó una inspección y encontró un casquillo "de munición metálica, percusión anular y calibre 22", según informaron fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia. El proyectil de plomo estaba deformado tras el impacto, pero fue recogido y trasladado para su análisis al laboratorio del Departamento de Balística del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil Valencia.
El Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Puçol asumió una doble investigación para identificar y detener a los dos individuos, así como para esclarecer el móvil del intento de asesinato. Los agentes también lograron localizar la motocicleta usada por el grupo criminal de sicarios colombianos, y averiguaron que estaban asentados en las provincias de Valencia y Girona. Uno de los tres hombres y la mujer que ocultó la pistola fueron arrestados en Sollana. Las otras dos detenciones tuvieron lugar en Girona.
Tras reconstruir los movimientos de los sospechosos, los guardias civiles comprobaron que el grupo criminal vigiló a la víctima y su entorno de forma esporádica durante tres meses para preparar el asesinato. Los delincuentes averiguaron los hábitos del empresario y reconocieron los alrededores de la empresa y accesos al polígono para elegir el lugar donde dispararían a la víctima y la hora: las seis de la madrugada. También prepararon la huida, pero no eran sicarios expertos y dejaron muchas pistas.
El equipo investigador centró también sus pesquisas en la localización del arma e identificaron a una mujer, que era la encargada de dar cobertura a la organización criminal en la ocultación de la pistola. Esta persona "recibía pagos periódicos a través de un intermediario por medio de una aplicación de tras*ferencias inmediatas", según informaron las mismas fuentes de la Guardia Civil.
El grupo de sicarios iba a cobrar 30.000 euros por el asesinato. Los delincuentes recibieron 15.000 euros como adelanto, pero no cobraron el resto al no haber culminado el crimen. La Guardia Civil continúa las investigaciones para identificar a la persona que encargó el asesinato, pero los detenidos no han colaborado. La víctima tampoco ha aportado datos que arrojen luz sobre la autoría de este crimen fallido. El empresario carece de antdeclaró que desconoce quién quiere acabar con su vida.
Tras el primer intento de asesinato, el grupo desarticulado tenía previsto cometer el crimen este verano para cobrar el resto del dinero (otros 15.000 euros), pero uno de los integrantes estaba convaleciente por una reciente operación médica. Por esta razón, el cabecilla de la banda había buscado un sicario sustituto que iba a viajar desde Colombia.
Ante la inminente amenaza de un nuevo atentado contra la vida del empresario, cuya protección fue primordial para los investigadores, la Guardia Civil detuvo a todos los implicados. Los agentes realizaron cinco registros en domicilios, dos en la localidad de Sollana y tres en Figueres (Girona), donde intervinieron dos pistolas municionadas (una de ellas con silenciador), una tarjeta de visita con la dirección y teléfono de la empresa de la víctima, un plano de la localidad de Puçol y la motocicleta y el turismo empleados en el intento de asesinato.
Los detenidos, todos de nacionalidad colombiana, tienen entre 24 y 63 años de edad. La Guardia Civil atribuye a los tres hombres un delito de asesinato en grado de tentativa, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas, mientras que la mujer está acusada de los delitos de pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas.
Tras recibir el atestado policial, el magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Massamagrell decretó el ingreso en prisión provisional de los tres individuos que intentaron asesinar al empresario. La mujer fue puesta en libertad, aunque con medidas cautelares de obligado cumplimiento, según informaron las mismas fuentes.
www.levante-emv.com
nuestros hermanos cobrisos
llaman a sicarios para que vengan desde su país se los carguen y se piren
menudo sitio poco agradable
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El sicario realizó un primer disparo, que no llegó a alcanzar la cabeza de la víctima por escasos centímetros, y cuando el individuo se disponía a disparar por segunda vez, el empresario pisó el acelerador y logró escapar con su vehículo. El intento de asesinato fue grabado por una cámara de vigilancia de una empresa.
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Tras reconstruir los movimientos de los sospechosos, los guardias civiles comprobaron que el grupo criminal vigiló a la víctima y su entorno de forma esporádica durante tres meses para preparar el asesinato. Los delincuentes averiguaron los hábitos del empresario y reconocieron los alrededores de la empresa y accesos al polígono para elegir el lugar donde dispararían a la víctima y la hora: las seis de la madrugada. También prepararon la huida, pero no eran sicarios expertos y dejaron muchas pistas.
El equipo investigador centró también sus pesquisas en la localización del arma e identificaron a una mujer, que era la encargada de dar cobertura a la organización criminal en la ocultación de la pistola. Esta persona "recibía pagos periódicos a través de un intermediario por medio de una aplicación de tras*ferencias inmediatas", según informaron las mismas fuentes de la Guardia Civil.
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Los detenidos, todos de nacionalidad colombiana, tienen entre 24 y 63 años de edad. La Guardia Civil atribuye a los tres hombres un delito de asesinato en grado de tentativa, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas, mientras que la mujer está acusada de los delitos de pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas.
Tras recibir el atestado policial, el magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Massamagrell decretó el ingreso en prisión provisional de los tres individuos que intentaron asesinar al empresario. La mujer fue puesta en libertad, aunque con medidas cautelares de obligado cumplimiento, según informaron las mismas fuentes.
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