peste bubónica
Madmaxista
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Me pregunto qué pensaran Poblanco y otros de la misma cuerda sobre este artículo de Jordi Mota, el artículo con el que abandonó su militancia Nacional Socialista.
TRADICION E IDENTIDAD: "DESPEDIDA Y CIERRE" por Jorge Mota
TRADICION E IDENTIDAD: "DESPEDIDA Y CIERRE" por Jorge Mota
Despedida y Cierre.
Ramón Bau tuvo la amabilidad de organizar mi última conferencia política en la cual ya manifesté que, aunque circunstancias especiales podían determinarme a pronunciar alguna otra, las posibilidades eran muy escasas y así podía considerarse con bastante probabilidad que ésa era mi última conferencia política. Han pasado unos pocos años y ahora de nuevo Ramón Bau me brinda la posibilidad de publicar mi último artículo político y, de la misma manera que ya dije en mi conferencia, dejo abierto, más que una puerta, un simple ventanuco, y podría volver a escribir de temas políticos si las cosas cambiasen mucho, mucho. La verdad, no lo creo.
Hace algún tiempo determiné que escribiría artículos para cualquier revista o publicación que me lo solicitase, lo mismo fuese el “New York Times” o “Bajo la Tiranía”, pero se ha dado el caso de que los grandes rotativos no han mostrado el más mínimo interés en mis colaboraciones literarias y sí en cambio las revistas a base de fotocopias y de tirajes cortos y más cortos todavía.
En “Bajo la Tiranía” he leído trabajos estimables y otros de dudoso gusto, -más de los primeros que de los segundos-, pero ha llegado un momento en mi vida en que me he vuelto más exigente y me produce cierto malestar que mis modestas colaboraciones, más llenas de idealismo que de talento literario, vayan en compañía de determinados trabajos cuya lectura me solivianta.
Y ahí tenemos el caso del titulado “Holocausto 11″ y que apareció en la revista Nº 37, en la cual yo escribí unas palabras sobre la Navidad, con un propósito fraternal y conciliador.
En el aludido artículo “Holocausto 11″ se indica que está sacado de la publicación Boletín de Noticias NS del NSDAP-AO, lo cual quiere acreditarlo como una publicación representativa del nacionalsocialismo, pero evidentemente en la revista “Der Auslanddeutsche”, que vendría a ser la equivalente de la que se edita actualmente, publicada en el III Reich, no hubiesen permitido nunca un artículo de esta naturaleza.
Los NS actuales, sean AO o NO, no tienen ninguna relación, ni la más ligera y lejana con el nacionalsocialismo histórico. Los actuales NS AO o NO, se limitan, una y otra vez a temas raciales, judíos, conspiraciones y mandangas, pero de arte, naturaleza, religión, cultura, socialismo… nada de nada.
Adolf Hitler disponía de enormes cantidades acumuladas de neurogases que podría haber usado como “traca final” llevándose por delante unos cuantos millones de europeos de todos los países en liza, pero prefirió la derrota y la fin que convertirse en un ángel -más bien diablo- exterminador. La única ocasión en que los gases convencionales fueron utilizados por los rusos en el frente del Este, se apresuró a comunicar los soviéticos al Alto Mando Alemán que se había tratado de un error.
Los kamikazes japoneses se lanzaban contra buques de guerra poderosamente armados y lo mismo podrían hacer los actuales pilotos suicidas islámicos y probablemente con muchas opciones de éxito a juzgar por el enfrentamiento de los pilotos argentinos frente a sofisticados buques ingleses en la guerra de las Malvinas. Sin apenas ninguna duda un ataque suicida sorpresa, contra un portaviones en vez de contra edificios civiles, habría tenido las mismas posibilidades de éxito y podría haber sido encuadrado como una acción bélica. Evidentemente los kamikazes japoneses habrían logrado más víctimas -con menos probabilidades de ser derribados- si en vez de atacar acorazados se hubiesen lanzado contra una catedral durante la misa de 12, pero curiosamente no lo hicieron. Es la diferencia entre un héroe y un criminal.
El jefe de los kamikazes se estrelló contra una montaña una vez concluida la guerra para que nadie pensase que su vida valía más que las de los hombres que enviaba a la fin. No se puede hablar del 11 de septiembre con esa indiferencia y ese lenguaje barriobajero de racista de película de serie B.
Ya está bien de conspiración judía. Ya está bien de demagogia barata. El mundo está lleno de individuos impresentables altos, rubios y con ojos azules y por más que busquemos no encontraremos detrás ningún judío oculto. Son ellos suficientemente poco apreciables para hacer todo tipo de acciones inmorales sin ayuda de nadie.
¿A quién hemos de preferir? ¿A un viajero honrado que trabaja y tiene su familia a la que educa en sus tradiciones o a un individuo alto, rubio con ojos azules, varias veces divorciado, director de una multinacional bancaria, accionista principal de un consorcio internacional de fabricantes de armas químicas que tiene la casa llena de electrodomésticos y sus cuentas bancarias llenas de dinero sucio?
Cualquier persona normal pensaría que es éste es un planteamiento demagógico pues induce claramente a hacer una elección, pero esa persona normal no sabe que hay personas, no tan normales, que elegirían al blanco porque es blanco y creo que entre los lectores de “Bajo la Tiranía” habrá algunos de esos, aunque espero que no muchos. No es la raza blanca, sino la Cultura Occidental lo que nos confiere la coherencia.
Pero al margen de unas u otras opiniones al respecto lo fundamental es dejar claro que el actual nacionalsocialismo no tiene nada que ver, ni de manera lejana, con el del III Reich y ello lo voy a demostrar rápidamente.
Pido a los lectores de “Bajo la Tiranía” que citen los nombres -sin necesidad de ir a localizarlos en libros o diccionarios- de cinco escultores, cinco arquitectos, cinco pintores, cinco músicos, cantantes, actores de cine, películas no políticas, poetas, escenógrafos, directores de orquesta, personajes vinculados al mundo del trabajo, mujeres vinculadas al nacionalsocialismo, deportistas… etc., etc. del III Reich.
Hitler sabía las respuestas, el Dr. Göbbels igualmente y yo también, sin necesidad, se entiende, de ir a buscarlas, ni siquiera de meditar, pero dudo mucho que entre los lectores de “Bajo la Tiranía” haya uno solo capaz de contestar esa pregunta. Y evidentemente entre los lectores del Boletín del NSDAP~AO, puedo asegurar que ni uno (1).
Y esos señores, que así por las buenas y sin sentir la más mínima vergüenza, se erigen en representantes del nacionalsocialismo, son los responsables de que todos esos nombres a los que se referían las preguntas permanezcan desconocidos, pues para los enemigos del nacionalsocialismo sí eran nacionalsocialistas, pero para los actuales NS no lo son pues ni saben que existen. Parece que en la actualidad una persona es nacionalsocialista cuando ella misma dice que lo es. Cualquier revista pone una cruz gamada en su portada e inmediatamente se la considera nacionalsocialista y todos los grupúsculos NS del mundo la anuncian, la promocionan, la comentan e incluso se suscriben a ella.
Creo poder afirmar que yo fui la primera persona en España que se declaró nacionalsocialista. El motivo de mi sugestión hacia dicha ideología política provenía de la lectura de diversos textos propagandísticos editados en el III Reich.
Los que más que sugestionaron fueron cuatro ***etos titulados “El Campesino en la Gran Alemania”, “La Belleza del Trabajo en Alemania”, “El Servicio del Trabajo de las Muchachas Alemanas” y “La labor del partido en pro de los alemanes”. Posteriormente conocí otros textos, pero fueron fundamentalmente esos cuatro los que me convencieron de mi ideología nacionalsocialista, lo cual acabé de comprobar a través de la lectura de las revistas de propaganda alemana editadas en español, especialmente “Signal” y “Aspa”, tratándose en ellas todo tipo de temas pero donde era verdaderamente raro encontrar algo sobre judíos o raza o SS que ahora parece ser lo único que preocupa a los que se proclaman nacionalsocialistas hoy.
Fundamentalmente la propaganda del III Reich se basaba en el socialismo, el NSDAP era un movimiento fundamentalmente socialista -sobre lo que ya insistí en un artículo publicado en estas mismas páginas-, y cuyo principal objetivo era crear una comunidad popular lo cual logró evidentemente, pero ahora el tema parece haber desaparecido de la propaganda de los que se autoproclaman nacionalsocialistas en la actualidad.
Pero incluso aunque se editase un volumen de 10.000 páginas sobre ello, aunque se dediquen algunos artículos al tema, lo preocupante es que a los actuales nacionalsocialistas, -que lo son en base a lo que la propaganda contraria quiere que sean-, no les interesa el tema.
Y así las empresas de trabajo temporal, la explotación a la que son sometidos muchos pagapensiones, la progresiva destrucción de la legislación social europea lograda después de muchos años de lucha, facilitando el despido, creando inseguridad laboral, reduciendo el seguro de desempleo, aumentando las cuotas pero reduciendo los servicios etc., etc. todo eso pasa absolutamente desapercibido en la propaganda nacionalsocialista actual que parece exclusivamente preocupada en hablar de lo que figura en los titulares de los periódicos, aunque eso sí, para decir lo contrario por simple antagonismo.
En general los “nazis” actuales manifestarán casi siempre actitudes contrarias a lo que les parece que defiende el Sistema, pero cuando la prensa internacional dice: “Los nazis son únicamente antijudíos”, los nazis de todo el mundo se apresuran a ser exclusivamente antijudíos, cuando dice “son racistas patateros”, los nazis corren a ser racistas patateros. La prensa puede hacer pensar a los actuales nazis lo que le dé la gana y si en grandes titulares, películas, programas de televisión, etc. se dice que los nazis eran socialistas, pasado mañana todos los nazis serán socialistas convencidos.
Solo hay una excepción. La prensa dice que los nazis son violentos y la verdad es que no es así excepto en contadísimas ocasiones, aunque estoy tentado a creer que ello es debido más a cobardía que a convicción, pues violentos de boquilla, que celebran muertes y atentados, sí creo que debe haber.
Como decía Gracián, -aplicándolo a los nazis actuales-, son orates todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.
Aunque esa otra mitad, o quizás la mitad de esa mitad, lucha con idealismo, espiritualidad, sacrificio y entrega para intentar que las cosas sean de otra manera.
No quiero con esto pretender que no existe un “problema judío”. Yo me sugestioné por el nacionalsocialismo debido a su política socialista, pero luego también conocí y estudié el problema judío. Leyendo “La Francia Judía”, uno tiene la sensación de una conspiración judía en la que todos los miembros de la misma eran judíos, (aunque no todos los judíos fuesen miembros de la misma.) En la época del III Reich me dio la sensación de que ya no era lo mismo. Había, eso sí, una preponderancia de judíos en la prensa, bolsa y determinados sectores pero ya no me parecía que “todos” lo eran. Había muchos “arios puros” que también participaban del negocio.
Actualmente me parece que los judíos son minoría y que los “arios puros” son los que dirigen y organizan mayoritariamente esa campaña de decadencia cultural y así, si bien a principios del siglo XX el arte decadente se hallaba bastante dominado por judíos, en la actualidad únicamente aparece uno por aquí otro por allí, pero en cambio, hay multitud de “arios” poco apreciables que son los más representativos. Podríamos parodiar a Calderón diciendo: “Por la concomitancia estoy tan diestro, que puedo dar lección a mi maestro”.
Por otro lado encontramos entre los judíos notables personalidades, algunas de ellas de gran entidad como son los casos de mi director de cine preferido Max Ophuls o del escritor de cuentos Felix Salten (autor de Bambi entre otros) las obras de los cuales son de gran calidad. Tenemos multitud de judíos en el mundo de la música unos simpáticos y otros antipáticos, pero todos ellos responsables en gran medida de la difusión de la cultura occidental (ahí tenemos a Mahler o Mendelssohn, entre los compositores o a Solti, Bruno Walter, Baremboim, Herman Levi, etc. entre los directores, incluido Levine que me cae bastante mal pero que hace las cosas bastante bien… Tenemos también varios escritores revisionistas de origen judío, quizás únicamente media docena pero en cambio no conozco ni un nacionalsocialista que se haya preocupado de defender a los judíos o a una parte de ellos, de la campaña antijudía clásica de los nacionalsocialistas de post-guerra o incluso de la de la época del III Reich que como la película “El Judío Eterno” es auténtica cosa poco buena.
No resulta coherente limitarse a estar a favor de los que están en contra de los judíos.
En el tema Israel/Palestinos evidentemente la razón está -o estaba- de parte de los palestinos. La solución ideal a la indudable necesidad de un hogar para los judíos hubiese sido la solución Madagascar propuesta por el III Reich, pero ahora ya no puede volverse atrás la historia cuando miles de personas han nacido en Israel y no son otra cosa que israelíes. Cuando se creó el Estado de Israel los judíos hacía dos mil años que no vivían en él, ahora sin embargo llevan ya medio siglo, hay que buscar otras soluciones, pero desde luego dedicarse a enviar suicidas a los supermercados no es la mejor manera de acreditarse como los que tienen la razón.
Yo conocí al hijo del Gran Muftí de Jerusalén y era una persona muy afable y sencilla que no creo que hubiese aprobado esta forma de luchar matando indiscriminadamente. No todos los palestinos aprueban esa forma de lucha como no todos los judíos aprueban las represalias vengativas, pero lamentablemente las bombas tienen más eco en la prensa que las palabras. Yo puedo entender el caso de una persona que desesperada cometa cualquier locura, pero cuando se trata de algo organizado no hay otra forma de verlo que como una monstruosidad.
Hay algunas personas que ven con simpatía que un suicida cause la fin de 10 personas en un autobús israelí como los hay para los que la destrucción de las torres gemelas les parece una acción bélica de primer orden y digna de aplauso, y sin embargo ahí murieron miles de personas de todas las ideologías, nacionalidades, razas y creencias. ¿Puede eso tener justificación?
Si la justificación se halla en que Estados Unidos apoya a Israel, dado que España apoya a Estados Unidos deberíamos aceptar como muy natural que los integristas árabes lanzasen una consigna diciendo: “mate un español” y pidiesen a todos los árabes que hay en España se matasen a ancianitas que salen de misa, a niños que van al colegio, o a excursionistas solitarios, etc., etc. Con esto no necesitarían ni suicidas y podrían apiolar un montón de gente inocente cada día. ¿Estarían de acuerdo los lectores de “Bajo la Tiranía” con algo así?
Probablemente ni uno y eso se explica por aquel refrán catalán/castellano que dice: “De tuyas a mías cuantas m’en fotaries”. “Que maten a quince mil americanos está muy bien, que maten a mi vecino de arriba está muy mal, y que me maten a mí simplemente porque soy español y mi gobierno apoya a los Estados Unidos, eso es horrendo”.
¿No deberíamos juzgar las cosas desde la óptica de la jovenlandesal y no dejarnos llevan por un repruebo absurdo y propio de gente marginal?
Sería comprensible que alguien defendiese a Bin Laden por considerarlo inocente, pero por desgracia todos los textos u opiniones que he escuchado a favor de Bin Laden lo apoyan por considerarlo el responsable de los ataques suicidas y no por haber sido erigido como posible “cabeza de turco” del tema. Hoy día -debo repetirlo- el nacionalsocialismo no tiene nada que ver con el del III Reich y la única manera de clarificar muestras ideas es leer la propaganda editada en el III Reich, especialmente la que se editó en español y formarnos nuestra propia idea.
Los libros editados por camaradas con posterioridad a la II Guerra Mundial deben ser tomados con ciertas reservas pues he detectado numerosos casos de manipulación, como suprimir una nota que favorecería al cristianismo en el libro de Darré, suprimir cuatro páginas de la edición “completa” de “Mi Lucha” donde se atacaba al paganismo, inventarse la mitad del discurso de Göbbels del 19 de abril de 1945 para incluir una serie de “profecías” que nunca mencionó, inventarse una sensacional noticia en el “New York Times” sobre tema revisionista que resultó ser falsa, etc., etc.
Si leemos la revista “Aspa” [N.d.E.: nada que ver con el sitio web chileno de nombre similar] o “Signal”, ahí tenemos el pensamiento nacionalsocialista.
Yo puedo afirmar que estoy de acuerdo con el 90 por ciento de lo que se publicaba en dichas revistas y que en cambio estoy en desacuerdo en el 90 por ciento de lo que se publica en las revistas NS actuales, en las cuales junto a los temas estrellas judíos, razas, SS, también están los ataques al cristianismo y la defensa del paganismo que tampoco podemos encontrar por ninguna parte en la propaganda del III Reich en español.
Yo me sugestioné por el nacionalsocialismo debido a su política socialista que me pareció absolutamente innovadora, y para que los lectores de “Bajo La Tiranía” puedan tener una ligera idea, voy a resumir algunos de los aspectos que me sugestionaron, todos ellos sacado de textos del III Reich en español. Repito: no son ideas mías en absoluto.
La propaganda socialista alemana enaltecía al obrero, pero no pretendía destacar a aquel trabajador que había llegado a millonario, tal como siempre se presenta en el ideal americano del hombre que se hace a sí mismo. En el III Reich se enaltecía al obrero que seguía siéndolo y no al que había logrado dejar de serlo.
En vez de fiestas salsicheras con litronas como se organizan hoy para el inculto populacho, el III Reich construyó barcos de lujo exclusivamente para obreros en los cuales todos los camarotes eran lujosos, pero iguales, incluidos los de la tripulación.
Hace 10 años no había zonas peatonales en España. Hace 30 no las había en Europa, pero el III Reich, hace más de 60 años ya habían programado hacer carreteras de circunvalación y hacer posible pasear por los pueblos y aldeas. Hoy tenemos en todo el mundo zonas peatonales gracias al Dr. Robert Ley.
Todavía hoy es posible escuchar ocasionalmente que a un mismo trabajo ha de corresponder un mismo sueldo, independientemente de que se trate de hombres o mujeres. Esto está hoy aceptado por todos, pero desde poco después de llegar al poder ya lo puso en práctica el nacionalsocialismo que tenía en gran consideración a las mujeres pues ellas trabajaban en las fábricas y luego en casa. Por ello las protegía y les tenía prohibidos los trabajos nocturnos y facilitaba las medias jornadas y las sustituciones por jóvenes del Servicio del Trabajo que permitían más vocaciones a las mujeres.
Un objetivo fundamental de la política socialista del III Reich era reducir el tiempo de traslado desde la vivienda al puesto de trabajo, pues cuanto menor era el tiempo empleado más tiempo libre tenía el trabajador y su familia. Hoy parece que se pretenda exactamente lo contrario. Se trata de que los habitantes de Sabadell vayan a trabajar a Barcelona y los de Barcelona a Sabadell. El tiempo libre es en la actualidad un enemigo, hay que hacer masters, cursillos, pluriempleo, estudiar idiomas… para evitar el tiempo libre, que era lo fundamental en la política social del III Reich.
Y para que el obrero pudiera ocupar ese tiempo libre se abrían los museos a las 7 de la tarde ya que antes del III Reich, como sigue ocurriendo ahora, los museos tienen los mismos horarios de trabajo. En el III Reich era diferente.
Y como el socialismo del III Reich quería ante todo que el pueblo alemán se relacionase entre sí, una de las primeras medidas tomadas fue reducir el franqueo de correo y las tarifas telefónicas.
Otro objetivo de la política socialista del III Reich era fomentar el regreso al campo que la revolución industrial había despoblado. ¡Y se consiguió! Y para ello se construyeron miles de colonias con pequeñas viviendas en armonía con el paisaje y con un pequeño jardín donde cultivar plantas y tener animales. ¡Y eso en plena época de crisis!
Pero como lo fundamental era que el hombre se hallase en contacto con la naturaleza se construyeron -y programaron- miles de caminos para paseantes, para coches y para bicicletas, discurriendo por lugares distintos aunque fuesen al mismo lugar. Esto todavía puede verse hoy en Alemania. También se lo deben al Dr. Ley. Pero como si llenamos el bosque de gente éste pierde su encanto, uno de los objetivos fundamentales era tener suficientes como para evitar la masificación.
Etc., etc.
Hay que tener en cuenta que toda esta política social tenía lugar en plena época de crisis y pobreza y pese a ello se programaba ya un futuro esplendoroso, jovial y luminoso.
El que todo ese espíritu y esa propaganda sea olvidada y despreciada por los nacionalsocialistas actuales, es algo lamentable y que me entristece enormemente.
Por ello creo que ya no puedo hacer más. Me doy por vencido. Me rindo. He sido derrotado. Mis enemigos metieron mi cuerpo entre rejas, mis “camaradas” han encerrado mi alma en un oscuro sótano, pestilente e insalubre. He agotado mis fuerzas. Me veo incapaz de convencer a nadie.
El nacionalsocialismo es ahora cualquier cosa, pero desde mis 11 años hasta hoy sigo pensando que el nacionalsocialismo es el más grande y bello movimiento socialista de la historia, el único que ha sido capaz de crear una auténtica comunidad popular, unida por una misma forma de sentir y pensar.
No me interesan las conspiraciones ****o-masónicas, ni las Órdenes mágicas, ni los índices craneales, ni el coleccionismo chapístico sobre la SS, ni la Tierra hueca, ni las cabezas ídem, y estoy harto de los ataques y burlas a mi amada Cataluña (2) incluso por parte de buenos camaradas influidos por la ideología falangista, lo cual digo sin ánimo de crítica ya que el falangismo es una ideología nacionalista española pero el nacionalsocialismo no tiene porque serlo, y estos ataques a Cataluña me han molestado especialmente ya que yo nunca he dicho -ni diré nada negativo sobre ninguna región o nación de mi amada cultura.
Estoy cansado, agotado de tanta puerilidad, vulgaridad y banalidad. El nacionalsocialismo es, ha sido y debería ser un gran movimiento socialista obrero. Si en la actualidad nadie lo entiende no puedo hacer nada, los títulos de mis únicos dos libros políticos lo dejan muy claro: “Hacia un Socialismo europeo” y “Nuestro Socialismo”.
Hitler murió con 56 años. Yo me retiro a esa misma edad. Él hizo la gran revolución socialista y yo he hecho el ridículo. A cada cual según su capacidad.
Notas
(1) Todo el mundo sabe que el atleta neցro americano Jesse Owens fue el máximo triunfador de los Juegos Olímpicos de 1936, y sin embargo nadie sabe -y debo reconocer honestamente que yo tampoco- el nombre del atleta alemán al que batió en algunas de las pruebas y que quedó segundo. Ésa es una prueba evidente de la fuerte influencia que tiene la propaganda del sistema incluso de las personas que creemos no vernos afectados.
Pero podríamos citar multitud de casos que ignoramos como los motivos que llevaron a dimitir a ministros como Hugenberg, Elts-Rübenach o Walter Darré por discrepancias políticas, o los casos de políticos como Gürtner, Otto Meissner o Schwerin von Krosik que fueron ministros en gobiernos anteriores al III Reich y lo continuaron siendo después, y en el caso de von Krosik incluso en el último gobierno Dönitz, pero tenemos también los casos de los líderes obreros nacionalsocialistas Spangenberg, Starke, Adam, Schmeer, Engen, Schumann de los que no sabemos nada, pero incluso las injusticias se producen dentro de hombres de la SS como su último jefe Karl Hanke totalmente olvidado o el último ministro del interior, Paul Giesler -hermano del arquitecto-, que se suicidé en unión de su esposa.
Etc. etc, (2) Voy a citar un ejemplo muy ilustrativo al respecto.
Después de la fin de Franco se intentaba fomentar el uso del catalán a través de un texto propagandístico que decía: “En catalán, por favor”. Algunos miembros de Cedade propusieron hacer una campaña de propaganda con el texto: “En catalán y basta”. En general la gente de fuera de Cataluña no entiende el problema, pues siendo todos los catalanes bilingües no se entiende la razón por la que se insiste en utilizar únicamente el catalán.
A este respecto siempre he dicho a los que tal piensan que si en el futuro se impusiese en Europa el inglés por idioma oficial, eso no justificaría hacer desaparecer el español. Pues ese es el mismo caso de Cataluña.
Cuando se pronuncia una conferencia, -y esto me ha ocurrido a mí en más de una ocasión- casi siempre hay en la sala una persona que no entiende o entiende mal el catalán y como los idiomas -como dice mi buen y catalanista amigo Joaquín Bochaca- son básicamente para entendernos, se habla en castellano para facilitar la comprensión a esa única persona de la sala que no lo entiende. Esto hace que exista una tendencia a reducir el uso del catalán y por ello es conveniente y saludable estimularlo. Sin embargo el texto aludido podía ser mal entendido por los castellanos parlantes y pensar que era una imposición, un desprecio hacia ellos.
Por este motivo yo personalmente exigí que si se hacía el tal adhesivo se hiciesen también en gallego y vasco, actitud acorde con la postura regionalista de Cedade que fue la primera en utilizar en España, al menos desde después de la guerra las banderas regionales.
Como no resultaba posible hacer una propaganda con los mismos textos en castellano, pues el sentido sería otro, yo determiné buscar un texto “castellanista” que se editaría junto a los demás. Así pues la prevista propaganda catalana que sola hubiera podido suponer algo despreciativo hacia otras zonas, con esos otros añadidos se convertía en algo totalmente positivo y representativo del regionalismo que siempre defendimos.
Ahora sin embargo, un cuarto de siglo después, se han reeditado aquellos adhesivos “castellanistas”, pero si bien yo en aquella época, como catalán y catalanista, pensé en Castilla, en Galicia, en el País Vasco etc. como corresponde al sentido que siempre he tenido de enaltecer y admirar la variedad de tradiciones e idiomas de nuestra cultura, ahora, cuando se despierta el “castellanismo” se olvidan de las otras regiones, pero yo nunca me olvidé de ellas.
Que un castellano sea “castellanista” o un catalán “catalanista” es algo fácil y hasta lógico. La actitud realmente nacionalsocialista y que ha sido siempre la mía y la que yo siempre he propugnado, es la de ser “catalanista”, “castellanista”, “galleguista” o exactamente lo mismo en cuanto a Escocia, Tirol, Estiria o cualquier otra zona de nuestra cultura occidental. Un punto fundamental del programa nacionalsocialista era “el interés común antes que el propio”, si nos limitamos a defender nuestros particulares intereses olvidando los de toda la comunidad cultural occidental, acabaremos cazando moscas.
El amor hacia nuestra propia nacionalidad debe hacernos comprender el que los otros sienten por las suyas. El regionalismo tiene que contribuir a evitar los enfrentamientos que fomentó, en el pasado, el nacionalismo exacerbado de las distintas naciones europeas.
(*) Jorge Mota: Inició su vida política a los 15 años, en 1962. Su objetivo fue la organización de una entidad que con carácter europeísta, representara y se hiciera portavoz del sentir de la juventud española. A los diecinueve años, tras varios fallidos intentos, y en unión con otras personas, creó CEDADE, “Círculo español de amigos de Europa”, permaneciendo como Jefe de la Sección Juvenil hasta el cambio de junta de 1970, en que es nombrado presidente, al frente de un nuevo equipo de una media de edad de 26 años, frente a los 45 de la junta saliente. A partir de entonces, la actividad de CEDADE creció, traspasando las fronteras de España, y tras*formándose en el principal referente de post guerra del Nacionalsocialismo de habla castellana. En esa época Jorge Mota no poseía títulos ni cargos de importancia, trabajando en obras manuales y administrativas en diversas empresas, dedicando especial atención al conocimiento del problema obrero. Su verdadera vocación, aparte de la política, es el Arte, por el cual siente gran afición: música, poesía y artes plásticas son sus disciplinas favoritas. Partidario de la formación integral del individuo, Mota da al deporte gran importancia, habiendo practicado judo, esgrima, tiro, montañismo y ciclismo. Posteriormente a la disolución de CEDADE, colaboró esporádicamente en publicaciones españolas y extranjeras sobre temas artísticos y políticos (N.d.E.: Reescrito de “Hacia un Socialismo Europeo”).
Jordi Mota.