Allanacerros
Madmaxista
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La democracia actual es la menos mala de las dictaduras, y digo dictadura porque podíamos definir la democracia, tal y como hoy funciona, como aquella dictadura en la que los aspirantes a dictadores se hacer votar por el pueblo. La participación del ciudadano acaba en la urna, en el momento que introduce su voto.
La gran bondad de la democracia actual, es que establece unas reglas claras y pacíficas para que todos aquellos que se han marcado como objetivo de su vida alcanzar el poder, tengan opción de obtenerlo de una manera pacífica. Esta regla y no otra, ha hecho que las democracias puedan vivir unos años de prosperidad sin guerras entre ellas.
La dictadura clásica tendía a aumentar su poder iniciando guerras contra sus vecinos. En la democracia, el riesgo está en la división interna, personas que no pueden alcanzar el poder dentro de una nación buscan algún hecho diferencial para dividir y obtener el poder en un determinado territorio.
Para que la democracia tienda a dejar de ser un sistema dictatorial, en la que en cortos periodos de tiempo los dictadores se someten a la elección por los ciudadanos, habría que introducir novedades como las siguientes.
1) Con los medios informáticos que hay, el voto debía realizarse a través de una firma electrónica de manera que el ciudadano pueda retirar su voto cuando el partido a quien votó, actúa de manera contraria al compromiso que estableció en la campaña electoral. De esta manera , cualquier ciudadano, podría retirar su voto al gobierno y dárselo a la oposición, o bien hacerlo en sentido contrario, de manera que el gobierno, si lo hace bien, vaya incrementado el apoyo de la ciudadanía. Por debajo de un nivel de apoyo al gobierno, deberían convocarse nuevas elecciones.
2) Se debe tener en cuenta el NO VOTO. El sistema actual es perverso, porque el número de diputados es independientemente del apoyo de los ciudadanos. El número de diputados, o puestos a cubrir, son los mismos si vota un 10% de los convocados, como si vota un 90%. Deberían quedar escaños libres, de manera que los políticos luchasen por ganar esos puestos. Cuando el resultado es el mismo, independientemente que se haga bien o se haga mal, no motiva. De esta manera, al menos todos los políticos tendrían un objetivo común: que participase el mayor número de ciudadanos.
La gran bondad de la democracia actual, es que establece unas reglas claras y pacíficas para que todos aquellos que se han marcado como objetivo de su vida alcanzar el poder, tengan opción de obtenerlo de una manera pacífica. Esta regla y no otra, ha hecho que las democracias puedan vivir unos años de prosperidad sin guerras entre ellas.
La dictadura clásica tendía a aumentar su poder iniciando guerras contra sus vecinos. En la democracia, el riesgo está en la división interna, personas que no pueden alcanzar el poder dentro de una nación buscan algún hecho diferencial para dividir y obtener el poder en un determinado territorio.
Para que la democracia tienda a dejar de ser un sistema dictatorial, en la que en cortos periodos de tiempo los dictadores se someten a la elección por los ciudadanos, habría que introducir novedades como las siguientes.
1) Con los medios informáticos que hay, el voto debía realizarse a través de una firma electrónica de manera que el ciudadano pueda retirar su voto cuando el partido a quien votó, actúa de manera contraria al compromiso que estableció en la campaña electoral. De esta manera , cualquier ciudadano, podría retirar su voto al gobierno y dárselo a la oposición, o bien hacerlo en sentido contrario, de manera que el gobierno, si lo hace bien, vaya incrementado el apoyo de la ciudadanía. Por debajo de un nivel de apoyo al gobierno, deberían convocarse nuevas elecciones.
2) Se debe tener en cuenta el NO VOTO. El sistema actual es perverso, porque el número de diputados es independientemente del apoyo de los ciudadanos. El número de diputados, o puestos a cubrir, son los mismos si vota un 10% de los convocados, como si vota un 90%. Deberían quedar escaños libres, de manera que los políticos luchasen por ganar esos puestos. Cuando el resultado es el mismo, independientemente que se haga bien o se haga mal, no motiva. De esta manera, al menos todos los políticos tendrían un objetivo común: que participase el mayor número de ciudadanos.