De vender leche por Facebook a recibirlo en el buzón: así funciona la inseminación casera

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"Soy donante de leche profesional, muy fértil, sano, experimentado y efectivo”. Así se presenta Donante de Vida, una cuenta de Facebook tras la que se encuentra Manuel Moriel, madrileño de 50 años, residente en Málaga y titular de un negocio unipersonal con el que dice ganar una media de 900 euros al mes. “Ahora no tengo trabajo y básicamente vivo de vender mi esperma".

Una vez establecido el contacto (solo acepta Whatsapp, no llamadas), Moriel organiza una cita durante la que detalla en qué consisten exactamente sus servicios. “Hay que conocerse para estar seguros de que no habrá problemas. Por ejemplo, yo no cobro por inseminación, sino por resultado. Pido 300 euros por embarazarlas y estoy abierto a hacerlo mediante relaciones sensuales o entregando botecitos con mi esperma. Las veces que haga falta. Si se programa bien, suele ser muy efectivo. Y es seguro porque hago un chequeo médico antes de la donación".

Pido 300 euros por embarazarlas y estoy abierto a hacerlo mediante relaciones sensuales o entregando botecitos con mi esperma

Moriel dice que lleva 30 años donando. “Empecé en clínicas, en Italia, donde fui a estudiar Bellas Artes, pero después me empecé a organizar por mi cuenta (la legislación española solo permite seis fecundaciones por donante, para evitar la deriva genética). Con las nuevas tecnologías, con internet, se ha hecho mucho más sencillo contactar conmigo. Y aunque ahora soy más mayor, hago una media de tres inseminaciones al mes. ¿En toda mi vida? No he llevado la cuenta exacta, pero haciendo cálculos diría que he engendrado cientos de niños, quizá hasta 1.000”, asegura.

Una búsqueda rápida en internet abre un amplio abanico de ofertas parecidas a las de Moriel. Y no todas exigen dinero. En Milanuncios.com, J., un joven que prefiere permanecer en el anonimato, se presenta con el siguiente perfil: “Ofrezco, de forma totalmente altruista, mi leche para aquellas mujeres o parejas que quieran tener niños y no puedan pagar una clínica. Soy un chico de Madrid, 1,78 cm, 70 kg, atlético y muy deportista. Analíticas ETS y semigrama recién hechos en hospital de Madrid. Pido seriedad, responsabilidad y discreción. Modo de inseminación preferible sin contacto físico. Solo quiero contribuir a crear vida. Solo para chicas o parejas con estabilidad emocional y económica. Contactar vía 'email'”.

"Solo quiero ayudar"

J. nos explica que ha recibido unas 20 llamadas en poco tiempo y que ha "ayudado" ya a cinco mujeres, "todas ellas con una estabilidad económica y emocional que pude comprobar cuando las conocí. Hay de todo: chicas sin pareja, maridos que no pueden tener hijos, también extranjeras. Nunca he cobrado ni pedido nada a cambio, ni tampoco mantengo relaciones sensuales con ellas. Lo hacemos con un kit de inseminación casera comprado en farmacias".

Su única motivación, subraya, es ayudar. "No he tenido hijos y quiero ayudar a tenerlos. Estamos a la cola en natalidad y seguimos permitiendo que las clínicas cobren un pastón a las chicas o parejas. Es una vergüenza. Doné a una clínica pero me arrepentí cuando me enteré de los precios que cobran. Me llaman algunas a las que han cebado a hormonas en las clínicas y les han cobrado una barbaridad. Otras llaman porque tienen amigos que han pasado por experiencias horribles y quieren probar esto".

La mayoría de los donantes establecen normas. J., por ejemplo, solo ayuda a una chica a la vez, hasta que se queda embarazada. Y nunca acepta a dos de una misma ciudad si es pequeña, de menos de 100.000 habitantes. "En dos ocasiones me he negado, en un caso porque no vi segura a la persona y otra porque me parecía inmadura. Además, a todos les muestro una analítica de ETS recién hecha y un estudio genético reciente de mi esperma".

Freelance' y empresas

¿Estamos ante algo muy marginal o hay realmente un mercado de esperma 'on-line'nbsp;Según Moriel, “hay mucha gente haciendo esto en España y una vez en el circuito te das cuenta de la necesidad. Es un trabajo fácil si no tienes pareja y eres fértil". "Hay mujeres", continúa, "que prefieren que se las insemine con una relación porque es más rápido y natural, pero a otras les doy el botecito con mi leche y ellas se lo introducen con una cánula en la vagina”. Entre sus clientas, detalla, se cuentan “muchas lesbianas, alguna soltera, mujeres que lo hacen a espaldas de maridos para poder cumplir su sueño y parejas heterosexuales con problemas de fertilidad que te reciben en la puerta y a veces incluso asisten a la inseminación directa...”.

En realidad, los “'freelance' del leche” como Moriel son el último eslabón, y el más descontrolado, de un universo amplio y en expansión, con varias empresas situadas entre la alegalidad y las diferencias normativas de otros países del entorno europeo. Es, además, un asunto que genera preocupación. En una nota informativa sobre la autoinseminación emitida el 11 de octubre, el Ministerio de Sanidad lanzaba una advertencia. “De entre todos los riesgos", señalaba el documento, "el más destacado es la posibilidad de que de tales prácticas se derive la generación de nacidos que sean sujeto de malformaciones, o incluso la tras*misión a aquellas de enfermedades infecciosas (...) como el sida, la hepatitis C o el zika”.
De entre todos los riesgos, el más destacado es la posibilidad de que de tales prácticas se derive la generación de malformaciones

En la parte alta de la cadena de la inseminación casera a la que hace referencia el Ministerio de Sanidad se sitúa Cryos, el mayor banco de esperma del mundo, una multinacional danesa con cientos de trabajadores que da servicio en 80 países y que permite elegir a la carta entre cientos de donantes de leche. El trámite se efectúa por internet y sin más controles que el de la tarjeta de crédito que se utilice para pagar.

En el catálogo no solo se pueden revisar fotografías de los donantes cuando eran bebés, sino que también hay una extensa ficha (como esta) de la mayoría de ellos en la que se incluyen multitud de datos personales, un breve 'curriculum vitae' profesional, una árbol genealógico con información sobre sus abuelos, padres y hermanos, además de una carta personal escrita a mano, e incluso una entrevista en la que se intenta reflejar su personalidad, sus gustos, opiniones sobre generalidades, etcétera.

ADN a la carta

Tras el proceso de pago, el leche se envía congelado al domicilio indicado, por correo, en una cajita con hielo seco (174 euros), o en un tanque de nitrógeno (219 euros), acompañado por un aplique para introducirlo en la vagina (ver vídeo) y completar la inseminación en casa. Desde Cryos aseguran que el proceso cumple con todas las normativas de la Unión Europea, que utilizan los protocolos de seguridad más estrictos del mercado y que cuando las autoridades españolas lo critican solo están intentando proteger el mercado nacional.

“Entiendo que se preocupen porque haya bancos de esperma sin autorización ofreciendo estos servicios. Pero es un enorme error que las autoridades españolas nos confundan a nosotros con estas iniciativas ilegales. No somos parte de eso. Nosotros tenemos todas las licencias posibles y funcionamos en todo el mundo. Los bancos de esperma 'online' autorizados llevan existiendo 10-20 años. ¡Si no lo saben es que no han seguido el desarrollo del mundo moderno en todo este tiempo!”, se queja por teléfono Ole Shou, fundador y CEO de la compañía.

En España nos sobra leche y no necesitamos utilizar bancos extranjeros. Si tienen clientela es porque se saltan las normas

Con cientos de envíos cada año, España es uno de los diez principales mercados para Cryos y uno de los que más rápido crece. La multinacional está intentando normalizar su imagen y, de hecho, ha decidido llevar a los tribunales a la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), a la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) y a la Asociación Española de Andrología (ASESA) en respuesta a un 'email' que estas organizaciones enviaron a sus asociados en 2015 cuestionando la legalidad de los bancos de leche que ofrecen sus servicios 'online'.

El presidente de la SEF, Agustín Ballesteros, insiste en que no tiene nada en contra de la empresa danesa y subraya que en España hay una legislación específica sobre reproducción asistida que “ninguna clínica o banco se puede saltar si quiere trabajar aquí, aunque esté en el extranjero”. "El único problema que tenemos con los bancos de esperma que venden 'on-line' —incide— es que no cumplen dicha normativa".

El anonimato y el precio, las claves

“En España nos sobra leche de calidad y no necesitamos utilizar bancos extranjeros. Si tienen clientela aquí es porque ofrecen algo distinto, saltándose las normas”, incide. La legislación española, por ejemplo, no permite que sean las familias las que escogen al donante, que ha de permanecer siempre en el anonimato. “En España la ley dice que es el doctor el que tiene que escoger al donante en base a las características físicas, intentando que se adecuen a las del receptor. Desde luego, no se puede elegir a la carta, ni mucho menos revelar su identidad”, insiste.

Estos envíos, argumenta Ballesteros, son menos seguros aunque en origen se cumplan todos los controles estipulados. “Al no haber un profesional en la última fase nadie certifica las condiciones en las que se ha hecho el traslado, tampoco se controla quién recibe el leche. Puede ser un menor de edad sin consentimiento paterno, por ejemplo, o una mujer con riesgo médico que en una clínica no podría inseminarse. Tampoco hay un seguimiento, ni una trazabilidad. En las clínicas españolas, por ejemplo, la calidad del esperma se vuelve a comprobar después de descongelarlo”, dice.

Shou contraataca denunciando que las asociaciones y autoridades españolas solo intentan “proteger su propio mercado” ya que “las normas españolas son muy estrictas y pasadas de moda, dejando a los clientes sin posibilidad de elegir donante. Por eso muchas mujeres españolas acuden a internet, a empresas como Cryos, y optan por la inseminación casera. En Dinamarca apenas existe el fenómeno porque la gente puede elegir al donante en la clínica”, insiste.

Problemas legales

Las autoridades españolas subrayan que pueden producirse también problemas legales, sobre todo cuando no existe la mediación de una empresa o una clínica. Al no haber anonimato, ni tampoco un contrato, tanto el donante como el receptor pueden exigir sus derechos de paternidad o maternidad, por ejemplo pidiendo la custodia compartida o reclamando manutención de hijos menores, algo que hasta ahora nunca ha ocurrido en España pero sí en otros países.

Moriel, el donante de Málaga, asegura que nunca ha tenido ningún problema. “Hablo un buen rato con las mujeres para asegurarme de que están bien de la cabeza y no me van a crear problemas. Una vez que las dejo embarazadas, desaparezco. Ofrezco total discreción, nunca se me ocurriría volver a llamarlas bajo ningún pretexto. Por nada del mundo”, asegura.

Las cosas se pueden complicar más en este campo cuando se opta por fórmulas como las que ofrece Co-Padres.net, una web con cerca de 2.000 usuarios en España donde se pone en contacto a donantes y receptoras que exploran abiertamente “modelos de paternidad alternativos”. “Es poco conocido en España pero consiste en un acuerdo entre dos o más personas que deciden tener un bebé juntos sin estar en pareja. La copaternidad consentida (no posdivorcio) se puede concebir como una donación de esperma a través de la cual el donante de leche juega cierto papel en la crianza del niño, definido de antemano por las personas implicadas”, aseguran en una entrevista por 'email' los responsables de la web.

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