Clavisto
Será en Octubre
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- 10 Sep 2013
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Hace unos años estuve liado con una médica.
Una tarde llegó al bar con el notas que tenía por novio:
- "Dos cervezas" dijo ella.
Hay ocasiones en las que un simple cruce de miradas te dice mucho más que una noche entera de máscaras y cháchara de barra. Ésta fué una de ellas.
- "Puestas" le dije mirándola a los ojos.
Tenía una mirada extraña, animal, desequilibrada, como bien pude comprobar poco después; ésta clase de gente no mira por mirar, no, te taladra con sus ojos, no hay máscaras que valgan. Me gustó lo que ví, me puso cachondo.
Se hicieron clientes habituales; bebían mucho y siempre estaban discutiendo, aunque más que discutir era Luisa la que le decía de todo al notas. De todo y a voces. Éste, en una noche de borrachera, me dijo que era sobrino de un ministro:
- "¿No te lo grees, eh, mi-mira mi deneí tíiiooo...?"
El apellido coincidía y no era muy común, Luisa me lo confirmó...en fin, me sudaba la platano.
- "Vale, tío, me importa un güevo que seas sobrino de ese cosa. Me la rezuma"
- "Godé...Kufisto...no mme seas gabrón...g-golega"
- "Déjame en paz, shishi"
El notas tenía más o menos mi edad y Luisa estaría por los 45, podría ser nuestra progenitora, un poco precoz, pero podría haberlo sido.
Una noche la discusión fué algo más fuerte de lo habitual; Luisa lo mandó a tomar por ojo ciego, le dijo que no le quería ver más, que era una cosa de tío y así... el notas se fué llorando y ella se quedó conmigo a cerrar el bar. Cuando cerré me lié a beber con ella:
- "Sabía que iba a acabar liándome contigo. Desde que te ví."
- "Yo también, nena."
- "No me llames así."
- "Claro, nena"
- "macho cabríoazo..."
El primero lo echamos allí mismo, luego nos fuimos a mi casa y estuvimos dándole un buen rato. A la mañana siguiente preparó un arroz con bacalao que estaba de fin, medio vimos una peli y nos fuimos cada uno a nuestro trabajo.
El notas volvió con ella, pero seguíamos viéndonos de vez en cuando porque el sobrinito del ministro tenía que ir a la ciudad a pasar unos días con sus papis para pillar algo de pasta.
La conocí mejor. Una noche estábamos en su casa muy borrachos, ella estaba de bajada, depresiva, tomaba un montón de pastillas y tal...peligro, nunca mezcléis alcohol y pastillas. Me contó su vida: su marido se había apiolado en un accidente de coche, lo quería mucho, tengo una hija de 16 años que no sé dónde está, lo quería mucho, mi vida es una cosa, lo quería mucho...y así. Estuvo llorándome toda la noche, intenté calmarla, no llores nena, cálmate...No acabó demasiado mal la cosa para lo que podría haber sido.
Una tarde llegó muy contenta al bar:
- "Hola guapo"
- "Hola nena...¿y esa sonrisa?"
- "Me ha llamado mi hija...¡va a venir esta noche a pasar unos días conmigo!"
- "Me alegro Luisa"
Me había hablado de su niña, que andaba de okupa por ahí, pero que era una buena chica, sólo que estaba un poco despistada y tal, poco a poco, a ver si...en fin.
La chica llegó; y con ella una especie de fantasma lleno de cosa que tenía por novio o lo que fuera y un perro poco agradable lleno de pulgas y cocodrilos...cuando los ví pasar...:
- "El perro fuera, preciosa..."
Total, un cuadro, menos mal que era un día de diario, tarde y había poca gente. Al final cerré y nos quedamos los 5.
- "¿Puedo hacerme un canuto Kufisto?"
- "Si no le importa a tu progenitora..."
Se río. Se fumaron mil. Yo me puse a beber como un animal. Empezaron a hablar de la política de los huevones.
- "¿Tú de que eres Kufisto?"
- "De extrema derecha"
Todos reímos. Mejor así. Me lié a hablar con ella de música, La platano Records, Kortatu, M. C. D, el rock radikal vasko de los 80, y toda esa cosa. La hice reír un montón, la pobre olía que apestaba, 16 añitos y más acabada que la Falange...lástima.
La chiquilla se quedó más tiempo del deseable. La casa de Luisa estaba convirtiéndose en un verdadero foco de infección y de cosa, vinieron colegas con sus puñeteros bichos, sucios, llenos de cosa, drojados...un puñetero show, protestas de los vecinos, policía, denuncias, movidas...yo corté el rollo, no me va ese asunto. A la pobre Luisa la situación la estaba superando, no sabía como decirle a su hija que se fuera de una fruta vez de su casa con sus amigos, sus drojas, sus cosas y sus animales, empezó a fallar en el trabajo, a montar "pollos" fuertes, yo mismo le tuve que dar varias toques...estaba atrapada.
Terminaron por suspenderla de empleo temporalmente, la trasladaron.
- "Me voy de aquí, Kufisto"
- "Lo entiendo guapa, es lo mejor que puedes hacer"
- "No puedo con ella, Kufisto...no puedo..."
- "Todo se arreglará preciosa, ya verás"
Nos dimos un último beso.
Lo último que supe de ella es que su hija se había tirado de un cuarto piso y estaba hecha una cosa. No la llamé. No me llamó. No sé si seguirá viva. Ninguna de las dos. Lo dudo.
- "La vida es muy cortesana, nena"
- "Bésame, Kufisto..."
Una tarde llegó al bar con el notas que tenía por novio:
- "Dos cervezas" dijo ella.
Hay ocasiones en las que un simple cruce de miradas te dice mucho más que una noche entera de máscaras y cháchara de barra. Ésta fué una de ellas.
- "Puestas" le dije mirándola a los ojos.
Tenía una mirada extraña, animal, desequilibrada, como bien pude comprobar poco después; ésta clase de gente no mira por mirar, no, te taladra con sus ojos, no hay máscaras que valgan. Me gustó lo que ví, me puso cachondo.
Se hicieron clientes habituales; bebían mucho y siempre estaban discutiendo, aunque más que discutir era Luisa la que le decía de todo al notas. De todo y a voces. Éste, en una noche de borrachera, me dijo que era sobrino de un ministro:
- "¿No te lo grees, eh, mi-mira mi deneí tíiiooo...?"
El apellido coincidía y no era muy común, Luisa me lo confirmó...en fin, me sudaba la platano.
- "Vale, tío, me importa un güevo que seas sobrino de ese cosa. Me la rezuma"
- "Godé...Kufisto...no mme seas gabrón...g-golega"
- "Déjame en paz, shishi"
El notas tenía más o menos mi edad y Luisa estaría por los 45, podría ser nuestra progenitora, un poco precoz, pero podría haberlo sido.
Una noche la discusión fué algo más fuerte de lo habitual; Luisa lo mandó a tomar por ojo ciego, le dijo que no le quería ver más, que era una cosa de tío y así... el notas se fué llorando y ella se quedó conmigo a cerrar el bar. Cuando cerré me lié a beber con ella:
- "Sabía que iba a acabar liándome contigo. Desde que te ví."
- "Yo también, nena."
- "No me llames así."
- "Claro, nena"
- "macho cabríoazo..."
El primero lo echamos allí mismo, luego nos fuimos a mi casa y estuvimos dándole un buen rato. A la mañana siguiente preparó un arroz con bacalao que estaba de fin, medio vimos una peli y nos fuimos cada uno a nuestro trabajo.
El notas volvió con ella, pero seguíamos viéndonos de vez en cuando porque el sobrinito del ministro tenía que ir a la ciudad a pasar unos días con sus papis para pillar algo de pasta.
La conocí mejor. Una noche estábamos en su casa muy borrachos, ella estaba de bajada, depresiva, tomaba un montón de pastillas y tal...peligro, nunca mezcléis alcohol y pastillas. Me contó su vida: su marido se había apiolado en un accidente de coche, lo quería mucho, tengo una hija de 16 años que no sé dónde está, lo quería mucho, mi vida es una cosa, lo quería mucho...y así. Estuvo llorándome toda la noche, intenté calmarla, no llores nena, cálmate...No acabó demasiado mal la cosa para lo que podría haber sido.
Una tarde llegó muy contenta al bar:
- "Hola guapo"
- "Hola nena...¿y esa sonrisa?"
- "Me ha llamado mi hija...¡va a venir esta noche a pasar unos días conmigo!"
- "Me alegro Luisa"
Me había hablado de su niña, que andaba de okupa por ahí, pero que era una buena chica, sólo que estaba un poco despistada y tal, poco a poco, a ver si...en fin.
La chica llegó; y con ella una especie de fantasma lleno de cosa que tenía por novio o lo que fuera y un perro poco agradable lleno de pulgas y cocodrilos...cuando los ví pasar...:
- "El perro fuera, preciosa..."
Total, un cuadro, menos mal que era un día de diario, tarde y había poca gente. Al final cerré y nos quedamos los 5.
- "¿Puedo hacerme un canuto Kufisto?"
- "Si no le importa a tu progenitora..."
Se río. Se fumaron mil. Yo me puse a beber como un animal. Empezaron a hablar de la política de los huevones.
- "¿Tú de que eres Kufisto?"
- "De extrema derecha"
Todos reímos. Mejor así. Me lié a hablar con ella de música, La platano Records, Kortatu, M. C. D, el rock radikal vasko de los 80, y toda esa cosa. La hice reír un montón, la pobre olía que apestaba, 16 añitos y más acabada que la Falange...lástima.
La chiquilla se quedó más tiempo del deseable. La casa de Luisa estaba convirtiéndose en un verdadero foco de infección y de cosa, vinieron colegas con sus puñeteros bichos, sucios, llenos de cosa, drojados...un puñetero show, protestas de los vecinos, policía, denuncias, movidas...yo corté el rollo, no me va ese asunto. A la pobre Luisa la situación la estaba superando, no sabía como decirle a su hija que se fuera de una fruta vez de su casa con sus amigos, sus drojas, sus cosas y sus animales, empezó a fallar en el trabajo, a montar "pollos" fuertes, yo mismo le tuve que dar varias toques...estaba atrapada.
Terminaron por suspenderla de empleo temporalmente, la trasladaron.
- "Me voy de aquí, Kufisto"
- "Lo entiendo guapa, es lo mejor que puedes hacer"
- "No puedo con ella, Kufisto...no puedo..."
- "Todo se arreglará preciosa, ya verás"
Nos dimos un último beso.
Lo último que supe de ella es que su hija se había tirado de un cuarto piso y estaba hecha una cosa. No la llamé. No me llamó. No sé si seguirá viva. Ninguna de las dos. Lo dudo.
- "La vida es muy cortesana, nena"
- "Bésame, Kufisto..."