M. Priede
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Comparecencia en el Congreso: Comisión de Investigación sobre la crisis financiera de España
Extractos de la comparecencia de Jesús Fernández-Villaverde:
CAJA MADRID
¿Sí? ¿En el FMI son petulantes? O sea, como el Pentágono, que está en guerra permanente y todo le sale mal, a decir de los anglómanos, porque siempre se equivocan. Siempre se equivocan pero mira por dónde la estrategia es convertir estados-nación en territorios sin Estado. No, eso no, eso lo dicen los antiamericanos primarios y ****ófobos. En el caso del FMI nombran un director general que no tiene ni idea, y que se había doctorado en Economía siendo ministro de Economía. ¿Desconocían ese hecho? Lo conocían de sobra:
Vídeo: momento en el que Rodrigo Rato niega que en el año 2003 hubiese una burbuja inmobiliaria.
Rato fue premiado. ¿Por qué? Por poner los cimientos de la destrucción financiera de España que luego continuarían Zapatero y Solbes. Cuando la economía financiera mundial entró en crisis Rato volvió a Madrid y destruyó la caja de ahorros más antigua (tres siglos), destinada a dar préstamos a las personas con menos recursos para que accedieran a bienes que de otro modo no podrían acceder: vivienda barata en propiedad, préstamos al consumo y a la pequeña inversión, es decir, lo que hacían las cajas en tiempos del odioso franquismo y se cargaron los gloriosos demócratas. Por algo quieren dinamitar el Valle de los Caídos y se han dado tanta prisa en quitar de los inmuebles las placas con el yugo y las flechas de las viviendas de protección oficial que inundaban las calles y dejaban en evidencia el robo al que estamos siendo sometidos, donde los salarios no alcanzan ni para comprar ni para alquilar un perversos zulo.
Hay algo peor que mentir y es contar verdades a medias: Jaime Caruana se pasó años advirtiendo de la locura en la que estábamos: En defensa del que fue gobernador del BdE, Jaime Caruana . Cuando el PSOE llegó al poder tras la mayor matanza terrorista habida en Europa, donde dije digo digo Diego y continuó inflando esa burbuja, con todos ellos al frente: Fernández Ordóñez como gobernador del BdE y Miguel Sebastián como ministro de Industria y Comercio. Caruana guardó silencio; y entonces los inspectores del BdE tomaron el relevo y comenzaron a denunciar ese silencio cómplice de Caruana. ¿Incompetencia? Sí, mucha: va por el segundo mandato del puesto ejecutivo más importante del sistema bancario mundial, al menos el más visible: director del Banco de Pagos Internacionales, el banco coordinador de bancos centrales de más de 60 países. Su repentino silencio fue premiado, y éste sabe de banca, no como Rato.
Esto es cosa de conspiranoicos y gente enferma, no hagáis ni caso:
Extractos de la comparecencia de Jesús Fernández-Villaverde:
"La más importante de esas características fue el bucle diabólico creado, al amparo de una legislación inadecuada, entre partidos políticos, cajas de ahorros y constructores. Las cajas de ahorro se convirtieron en el centro de un caciquismo postmoderno: un instrumento controlado por los gobiernos autonómicos y locales para colocar a antiguos cargos públicos con retiros dorados, premiar a amigos y financiar proyectos, normalmente inmobiliarios, de dudosa rentabilidad que, sin embargo, cumplían objetivos electorales en el corto plazo".
"Contexto Histórico
El “pecado original” de nuestro sistema financiero fue la Ley 31/1985, de 2 de agosto, de Regulación de las Normas Básicas sobre Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros, aprobada por estas cortes cuando el Partido Socialista gozaba de mayoría absoluta.
Las cajas de ahorro habían sido creadas en décadas anteriores para suministrar servicios bancarios a las clases trabajadoras y medias. Los bancos tradicionales no veían, con las tecnologías de la información que existían en el momento, mucho beneficio en tener cuentas corrientes de pequeños ahorradores o en financiar hipotecas de pisos humildes. Las cajas de ahorro, como en otros países los bancos populares, las cooperativas de crédito o las sociedades hipotecarias cubrían un hueco de mercado.
La crisis bancaria que siguió al shock petrolífero de 1973 acrecentó el papel de las cajas en nuestro sector financiero. Como uno de los pocos segmentos saneados del sector, las cajas recibieron por parte del gobierno de España un impulso decisivo con el Real Decreto 2290/1977 y su fundamental artículo 20:
“A partir de la entrada en vigor de la presente disposición las Cajas de Ahorros podrán realizar las mismas operaciones que las autorizadas a la Banca privada...”
A pesar de este Real Decreto, a mediados de los años 80 del siglo pasado la gobernanza de estas cajas requería de una renovación para adecuarlas a las nuevas realidades económicas de una España a punto de integrarse en las aquel entonces Comunidades Europeas y de un negocio bancario tras*formado por la liberalización de los movimientos de capital y la llegada masiva de las tecnologías de la información.
La Ley 31/1985, como declara su exposición de motivos, tenía tres objetivos: democratizar los órganos de gobierno de las cajas, que los mismos se ajustaran a la nueva estructura territorial del Estado y garantizar una gestión profesional. El articulado de la ley, el desarrollo de la misma y la actuación posterior de las comunidades autónomas hicieron que la democratización se tras*formase en politización, la distribución territorial en creación de reinos de taifas financieros y la gestión profesional en una quimera. Sin posibilidad de emitir acciones para su recapitalización, sin la señal de precios de la cotización de tales acciones, con unos derechos de propiedad mal definidos y sin disciplina de mercado (las cajas podían adquirir bancos, pero los bancos no podían adquirir cajas), la tras*formación de las cajas era una bomba de relojería esperando el momento propicio para explotar. Y las desafortunadas sentencias del Tribunal Constitucional 48 y 49/1988 agravaron la situación al limitar los poderes del gobierno central en la supervisión de las cajas y permitir que la legislación autonómica pudiese facilitar aún más la captura del control de las asambleas generales por las élites políticas locales".
"Contexto Histórico
El “pecado original” de nuestro sistema financiero fue la Ley 31/1985, de 2 de agosto, de Regulación de las Normas Básicas sobre Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros, aprobada por estas cortes cuando el Partido Socialista gozaba de mayoría absoluta.
Las cajas de ahorro habían sido creadas en décadas anteriores para suministrar servicios bancarios a las clases trabajadoras y medias. Los bancos tradicionales no veían, con las tecnologías de la información que existían en el momento, mucho beneficio en tener cuentas corrientes de pequeños ahorradores o en financiar hipotecas de pisos humildes. Las cajas de ahorro, como en otros países los bancos populares, las cooperativas de crédito o las sociedades hipotecarias cubrían un hueco de mercado.
La crisis bancaria que siguió al shock petrolífero de 1973 acrecentó el papel de las cajas en nuestro sector financiero. Como uno de los pocos segmentos saneados del sector, las cajas recibieron por parte del gobierno de España un impulso decisivo con el Real Decreto 2290/1977 y su fundamental artículo 20:
“A partir de la entrada en vigor de la presente disposición las Cajas de Ahorros podrán realizar las mismas operaciones que las autorizadas a la Banca privada...”
A pesar de este Real Decreto, a mediados de los años 80 del siglo pasado la gobernanza de estas cajas requería de una renovación para adecuarlas a las nuevas realidades económicas de una España a punto de integrarse en las aquel entonces Comunidades Europeas y de un negocio bancario tras*formado por la liberalización de los movimientos de capital y la llegada masiva de las tecnologías de la información.
La Ley 31/1985, como declara su exposición de motivos, tenía tres objetivos: democratizar los órganos de gobierno de las cajas, que los mismos se ajustaran a la nueva estructura territorial del Estado y garantizar una gestión profesional. El articulado de la ley, el desarrollo de la misma y la actuación posterior de las comunidades autónomas hicieron que la democratización se tras*formase en politización, la distribución territorial en creación de reinos de taifas financieros y la gestión profesional en una quimera. Sin posibilidad de emitir acciones para su recapitalización, sin la señal de precios de la cotización de tales acciones, con unos derechos de propiedad mal definidos y sin disciplina de mercado (las cajas podían adquirir bancos, pero los bancos no podían adquirir cajas), la tras*formación de las cajas era una bomba de relojería esperando el momento propicio para explotar. Y las desafortunadas sentencias del Tribunal Constitucional 48 y 49/1988 agravaron la situación al limitar los poderes del gobierno central en la supervisión de las cajas y permitir que la legislación autonómica pudiese facilitar aún más la captura del control de las asambleas generales por las élites políticas locales".
CAJA MADRID
"Su captura comenzó con el pacto en septiembre de 1996 entre el Partido Popular con Comisiones Obreras e Izquierda Unida. Este pacto aupó a Miguel Blesa, compañero y amigo del aquel entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, al frente de Caja Madrid en sustitución de Jaime Terceiro, un gestor profesional y bien reconocido.
Pocos documentos existen en la historia financiera tan tremendos como los ocho folios firmados por el secretario general del Partido Popular de Madrid, Ricardo Romero de Tejada (que luego, como no debería sorprendernos, terminó de consejero de Caja Madrid y con una sentencia de la Audiencia Nacional de 1 año de guandoca y 3.600 euros de multa por el uso de las tarjetas “black”), con el secretario de Política Institucional de Comisiones Obreras-Madrid, Javier López. Sin recato alguno, los firmantes del pacto acordaban tomar el control de la institución, se repartían las rentas derivadas de tal conquista, concedían privilegios a Comisiones Obreras, fijaban prioridades políticas en el negocio (eufemísticamente llamados “una política de inversión en sectores estratégicos”), con un énfasis en el sector inmobiliario (“Préstamos hipotecarios. En este segmento tradicional de Caja Madrid hay que mantener el liderazgo adquirido apoyando las medidas recientemente adoptadas y una reactivación de las operaciones con promotores”) e impedían la creación de cualquier mecanismo de recapitalización de la caja. En 100 años, cuando el viento se haya llevado la memoria viva de los aquí presentes, los historiadores futuros lucharán para conseguir entender cómo nadie pudo nunca firmar tal pacto. La prensa, fallando en su papel como “cuarto poder” aplaudió el cambio de mando en Caja Madrid. El Mundo, en su edición de 20 de septiembre de 1996, afeaba la actitud “numantina” de Terceiro y resaltaba “la madurez democrática de Izquierda Unida” al apoyar a Blesa.
El Partido Socialista, aunque perdedor en 1996 de la lucha por el poder en Caja Madrid, aceptó plenamente la idea de que Caja Madrid era un instrumento político".
La historia subsiguiente de Caja Madrid no cambió mucho de tono, con un “Acuerdo por la estabilidad y desarrollo” de Caja Madrid firmado el 8 de junio de 2009 por el Partido Popular, Izquierda Unida de Madrid, Comfia-Comisiones Obreras y la Unión Independiente de Impositores y Consumidores y al que se sumaron, unas semanas más tarde, el Partido Socialista, Comisiones Obreras de Madrid y la Unión General de Trabajadores. Los tres partidos con representación en la asamblea de Madrid (Partido Popular, Partido Socialista e Izquierda Unida) y las dos centrales mayoritarias (Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores) estaban de acuerdo en lo fundamental: Caja Madrid estaba para ser explotada para sus intereses particulares, no para el bien común.
"Este pacto, sin embargo, fue desbordado por el rápido deterioro de la situación económica y los conflictos internos del Partido Popular. La situación culminó con la llegada de Rodrigo Rato. Sin experiencia de relevancia en el sector bancario (desde 1979 había participado en política y de 1982 a 2004 había sido diputado y miembro del gobierno) y después de una gestión desastrosa en el Fondo Monetario Internacional (existe un consenso generalizado entre los conocedores del Fondo que Rodrigo Rato ha sido, con diferencia, el peor Director Gerente que ha tenido este organismo internacional en toda su historia), Rato terminó en enero de 2010 siendo presidente de Caja Madrid con el único argumento en su favor que servía para solventar las disputas internas dentro del Partido Popular sobre quién debería de ocupar tan dulce golosina"
Pocos documentos existen en la historia financiera tan tremendos como los ocho folios firmados por el secretario general del Partido Popular de Madrid, Ricardo Romero de Tejada (que luego, como no debería sorprendernos, terminó de consejero de Caja Madrid y con una sentencia de la Audiencia Nacional de 1 año de guandoca y 3.600 euros de multa por el uso de las tarjetas “black”), con el secretario de Política Institucional de Comisiones Obreras-Madrid, Javier López. Sin recato alguno, los firmantes del pacto acordaban tomar el control de la institución, se repartían las rentas derivadas de tal conquista, concedían privilegios a Comisiones Obreras, fijaban prioridades políticas en el negocio (eufemísticamente llamados “una política de inversión en sectores estratégicos”), con un énfasis en el sector inmobiliario (“Préstamos hipotecarios. En este segmento tradicional de Caja Madrid hay que mantener el liderazgo adquirido apoyando las medidas recientemente adoptadas y una reactivación de las operaciones con promotores”) e impedían la creación de cualquier mecanismo de recapitalización de la caja. En 100 años, cuando el viento se haya llevado la memoria viva de los aquí presentes, los historiadores futuros lucharán para conseguir entender cómo nadie pudo nunca firmar tal pacto. La prensa, fallando en su papel como “cuarto poder” aplaudió el cambio de mando en Caja Madrid. El Mundo, en su edición de 20 de septiembre de 1996, afeaba la actitud “numantina” de Terceiro y resaltaba “la madurez democrática de Izquierda Unida” al apoyar a Blesa.
El Partido Socialista, aunque perdedor en 1996 de la lucha por el poder en Caja Madrid, aceptó plenamente la idea de que Caja Madrid era un instrumento político".
La historia subsiguiente de Caja Madrid no cambió mucho de tono, con un “Acuerdo por la estabilidad y desarrollo” de Caja Madrid firmado el 8 de junio de 2009 por el Partido Popular, Izquierda Unida de Madrid, Comfia-Comisiones Obreras y la Unión Independiente de Impositores y Consumidores y al que se sumaron, unas semanas más tarde, el Partido Socialista, Comisiones Obreras de Madrid y la Unión General de Trabajadores. Los tres partidos con representación en la asamblea de Madrid (Partido Popular, Partido Socialista e Izquierda Unida) y las dos centrales mayoritarias (Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores) estaban de acuerdo en lo fundamental: Caja Madrid estaba para ser explotada para sus intereses particulares, no para el bien común.
"Este pacto, sin embargo, fue desbordado por el rápido deterioro de la situación económica y los conflictos internos del Partido Popular. La situación culminó con la llegada de Rodrigo Rato. Sin experiencia de relevancia en el sector bancario (desde 1979 había participado en política y de 1982 a 2004 había sido diputado y miembro del gobierno) y después de una gestión desastrosa en el Fondo Monetario Internacional (existe un consenso generalizado entre los conocedores del Fondo que Rodrigo Rato ha sido, con diferencia, el peor Director Gerente que ha tenido este organismo internacional en toda su historia), Rato terminó en enero de 2010 siendo presidente de Caja Madrid con el único argumento en su favor que servía para solventar las disputas internas dentro del Partido Popular sobre quién debería de ocupar tan dulce golosina"
¿Sí? ¿En el FMI son petulantes? O sea, como el Pentágono, que está en guerra permanente y todo le sale mal, a decir de los anglómanos, porque siempre se equivocan. Siempre se equivocan pero mira por dónde la estrategia es convertir estados-nación en territorios sin Estado. No, eso no, eso lo dicen los antiamericanos primarios y ****ófobos. En el caso del FMI nombran un director general que no tiene ni idea, y que se había doctorado en Economía siendo ministro de Economía. ¿Desconocían ese hecho? Lo conocían de sobra:
Vídeo: momento en el que Rodrigo Rato niega que en el año 2003 hubiese una burbuja inmobiliaria.
Rato fue premiado. ¿Por qué? Por poner los cimientos de la destrucción financiera de España que luego continuarían Zapatero y Solbes. Cuando la economía financiera mundial entró en crisis Rato volvió a Madrid y destruyó la caja de ahorros más antigua (tres siglos), destinada a dar préstamos a las personas con menos recursos para que accedieran a bienes que de otro modo no podrían acceder: vivienda barata en propiedad, préstamos al consumo y a la pequeña inversión, es decir, lo que hacían las cajas en tiempos del odioso franquismo y se cargaron los gloriosos demócratas. Por algo quieren dinamitar el Valle de los Caídos y se han dado tanta prisa en quitar de los inmuebles las placas con el yugo y las flechas de las viviendas de protección oficial que inundaban las calles y dejaban en evidencia el robo al que estamos siendo sometidos, donde los salarios no alcanzan ni para comprar ni para alquilar un perversos zulo.
"El caso de Caja Madrid no fue el único. Caixa Catalunya, Bancaja, CCM y muchas otras instituciones forman una triste galería de casos en los que la gestión profesional fue sustituida por personas carentes de cualificación, donde la estrategia de préstamos e inversiones se convirtió en una extensión de la política que alentó la burbuja y donde la realidad, siempre tozuda, terminó revelando un gigantesco castillo de naipes que se desplomó sin remedio".
"Y tampoco fue la mala suerte de tener unos cuantos malos gestores puestos ahí por el azar. Parafraseando a Oscar Wilde, tener un Miguel Blesa puede considerarse mala fortuna, tener un Miguel Blesa, un Rodrigo Rato, un José Antonio jovenlandesal Santín, un José Luis Olivas (el de la ley valenciana de cajas, que luego encontró trabajo en el sector), un Narcís Serra y un Julio Fernández Gayoso es falta de cuidado. Más seriamente, la evidencia econométrica es concluyente: aquellas cajas manipuladas por los políticos fueron las cajas que se hundieron con más probabilidad. Cuanto más politizadas estaban las cajas y menos independencia de los órganos de gestión, más riesgos innecesarios asumieron, menos diversificación tuvieron en sus carteras de créditos, etc".
Y tampoco fue la ceguera de los expertos, excusa favorita de muchos. José García Montalvo, Catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra y uno de los mejores conocedores del sector en España advirtió una y otra vez sobre los peligrosos desequilibrios que se acumulaban en nuestro sector financiero. Personas tan destacadas como Miguel Sebastián o Miguel Ángel Fernández Ordoñez escribieron en la prensa sobre la existencia de una burbuja inmobiliaria (lean, por ejemplo, las columnas de opinión de este último en El País de 11 de septiembre de 2003: “El Legado de Rato” o, en Cinco Días de 27 de septiembre de 2003, “El Pinchazo de la burbuja de la construcción,”). Varios trabajos de investigación de economistas del Banco de España señalaron la existencia de una sobrevaloración de la vivienda de entre el 8% y el 20%. Finalmente, la Comisión Europea señaló en repetidas ocasiones que el mercado de la vivienda en España parecía recalentado y que un grave reajuste era posible. A la vez, algunos cargos de importancia, en particular el Gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, mantuvieron una actitud mucho más relajada al respecto, que en el caso de Caruana llevó a un notorio enfrentamiento con los inspectores del Banco de España en 2006, en especial con la carta que los mismos enviaron a Pedro Solbes, en aquel momento Ministro de Economía y Hacienda (aunque la misma no se hizo pública hasta 2011) y en la que señalaban
"Y tampoco fue la mala suerte de tener unos cuantos malos gestores puestos ahí por el azar. Parafraseando a Oscar Wilde, tener un Miguel Blesa puede considerarse mala fortuna, tener un Miguel Blesa, un Rodrigo Rato, un José Antonio jovenlandesal Santín, un José Luis Olivas (el de la ley valenciana de cajas, que luego encontró trabajo en el sector), un Narcís Serra y un Julio Fernández Gayoso es falta de cuidado. Más seriamente, la evidencia econométrica es concluyente: aquellas cajas manipuladas por los políticos fueron las cajas que se hundieron con más probabilidad. Cuanto más politizadas estaban las cajas y menos independencia de los órganos de gestión, más riesgos innecesarios asumieron, menos diversificación tuvieron en sus carteras de créditos, etc".
Y tampoco fue la ceguera de los expertos, excusa favorita de muchos. José García Montalvo, Catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra y uno de los mejores conocedores del sector en España advirtió una y otra vez sobre los peligrosos desequilibrios que se acumulaban en nuestro sector financiero. Personas tan destacadas como Miguel Sebastián o Miguel Ángel Fernández Ordoñez escribieron en la prensa sobre la existencia de una burbuja inmobiliaria (lean, por ejemplo, las columnas de opinión de este último en El País de 11 de septiembre de 2003: “El Legado de Rato” o, en Cinco Días de 27 de septiembre de 2003, “El Pinchazo de la burbuja de la construcción,”). Varios trabajos de investigación de economistas del Banco de España señalaron la existencia de una sobrevaloración de la vivienda de entre el 8% y el 20%. Finalmente, la Comisión Europea señaló en repetidas ocasiones que el mercado de la vivienda en España parecía recalentado y que un grave reajuste era posible. A la vez, algunos cargos de importancia, en particular el Gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, mantuvieron una actitud mucho más relajada al respecto, que en el caso de Caruana llevó a un notorio enfrentamiento con los inspectores del Banco de España en 2006, en especial con la carta que los mismos enviaron a Pedro Solbes, en aquel momento Ministro de Economía y Hacienda (aunque la misma no se hizo pública hasta 2011) y en la que señalaban
Hay algo peor que mentir y es contar verdades a medias: Jaime Caruana se pasó años advirtiendo de la locura en la que estábamos: En defensa del que fue gobernador del BdE, Jaime Caruana . Cuando el PSOE llegó al poder tras la mayor matanza terrorista habida en Europa, donde dije digo digo Diego y continuó inflando esa burbuja, con todos ellos al frente: Fernández Ordóñez como gobernador del BdE y Miguel Sebastián como ministro de Industria y Comercio. Caruana guardó silencio; y entonces los inspectores del BdE tomaron el relevo y comenzaron a denunciar ese silencio cómplice de Caruana. ¿Incompetencia? Sí, mucha: va por el segundo mandato del puesto ejecutivo más importante del sistema bancario mundial, al menos el más visible: director del Banco de Pagos Internacionales, el banco coordinador de bancos centrales de más de 60 países. Su repentino silencio fue premiado, y éste sabe de banca, no como Rato.
Esto es cosa de conspiranoicos y gente enferma, no hagáis ni caso:
Entro, digo que el Viruelas era consejero de Caja Madrid, y que firmó de su puño y letra la mayor emisión de Participaciones Preferentes jamás emitida, para encasquetarsela a pensionistas y gente humilde ahorradora, sabiendo que les estaban bombachando la pasta, y me voy.
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