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NANI F. CORES NOTICIA09.07.2022 - 07:00H
La periodista e influencer Daniela Requena.ENRIQUE LLORENS.
Hace ya cuatro años que Daniela Requena comenzó a contar su proceso de reasignación de sesso en redes sociales. Hoy por hoy la cuenta de TikTok de esta periodista valenciana - desde la que siempre ha intentado normalizar y explicar la realidad de las personas tras*-, tiene mas de 835 mil seguidores y ella misma se ha convertido en todo un referente para muchas personas del colectivo.
No extraña, por tanto, que su siguiente paso firme haya sido la publicación de Mamá, soy mujer. Diario de una chica tras* (Planeta, 2022), un libro en el que habla alto y claro para rememorar el largo viaje - con sus risas, sus llantos y sus muchas reinvindicaciones- hacia la tras*ición con la que siempre soñó. Un camino donde el lector se topará con mucho humor, también con muchos miedos y con algunos episodios homófobos y de tras*fobia que sufrió en sus propias carnes pero que, ante todo, quiere ser un ejemplo de vida de quien siempre ha querido defender su identidad por encima de todo. Porque como la propia Daniela dice: “Las personas tras* no estamos confundidas, ni perdidas, ni convencidas por agentes externos: sabemos perfectamente quiénes somos casi desde que nacemos. Primero, percibimos el malestar de que no estamos donde debemos estar y después ese malestar se va definiendo con muchísima claridad». De todo ello hablamos en esta entrevista exclusiva para 20Minutos.
Eres un persona muy positiva que no cuentas tu proceso desde el drama sino todo lo contrario. Sin embargo, imagino que recopilar todos esos recuerdos en un libro también ha removido partes más oscuras o que tenías olvidadas de este camino. ¿Cómo has vivido esta experiencia?La experiencia ha sido muy emocionante y muy bonita. Me he dado cuenta que soy más sensible de lo que pensaba porque recordando ciertas etapas de mi vida las miraba con cierta ternura. Recordaba a la Daniela que empezaba a tomarse la primera pastilla, a la que empezaba a descubrir su sexualidad… Pienso en esos momentos, por ponerte un ejemplo, en que todavía estaba sin operar del pecho siendo una persona muy insegura pero gracias esas etapas puedo ser lo que soy a día de hoy así que no puedo estar más que contenta.
¿Cuándo empiezas a darte cuenta, como bien reza el título del libro, que eras una mujer?Cuando tenía cuatro años, con la inocencia que caracteriza a una niña de esa edad y sin saber prácticamente nada de la vida yo ya manifestaba el querer ser una mujer. Conscientemente no fue hasta los 16 años cuando verbalicé por primera vez ‘oye, soy mujer’.
Hoy estás feliz y plena con tu tras*ición pero, ¿cuáles recuerdas como los momentos más duros?Yo siempre defino mi tras*ición como una tras*ición positiva a grandes rasgos. Si tuviera que definirla con una palabra sería ‘suerte’ porque he tenido la suerte de que todas las personas cerca de mí me han acompañado. Sí que es cierto que hay momentos en los que tienes miedos, inseguridades e incluso te puedes cruzar con alguna persona un poco desafortunada que no se porte bien. El momento más duro que yo recuerdo de toda mi tras*ición fue cuando yo tenía totalmente claro que era una mujer y que iba a empezar ese tratamiento y no sabía cómo decírselo a mis padres. No por miedo a que ellos no me aceptaran sino por miedo a que ellos lo pasaran mal por mí.
Dices que tú no eres ejemplo de nada porque alargaste mucho el proceso, ¿qué le recomendarías a los chicos y chicas que están pasando actualmente por una situación similar?Les diría que no se comparen con nadie, que cada persona es un mundo y que cada persona tenemos un contexto, un pensamiento y que no hay una edad dada en la que se tenga que empezar la tras*ición. Cada persona tiene que encontrar su momento, sentir la necesidad de dar el paso y ya está. A veces es a los cuatro años, a los cinco, a los diez, o a los 20 o a los 40. Simplemente que esa persona esté segura de lo que quiere hacer y sienta esa necesidad de querer dar el cambio.
Hay una frase tuya que es muy reveladora: “El problema de esta sociedad no es ser tras*exual, sino parecerlo”. Esto dice mucho de los problemas que sigue teniendo parte de la sociedad para aceptar la diferencia…Pues sí porque realmente para mí la sociedad te juzga si no entras dentro de los cánones de belleza establecidos por ella. En este caso si tu aspecto físico se aleja de lo que socialmente se concibe como mujer es cuando tienes más rechazo social, más discriminación laboral… y eso es lo que hay que cambiar: que haya diversidad de mujeres en todos los aspectos. Mujeres que se operan, que no se operan, altas, bajas, con el pelo corto, que tengan vello facial… Todas tienen que tener cabida no solo un prototipo. Y no lo digo por mí, porque más o menos encajo en lo que socialmente se conoce como mujer y honestamente no sufro un rechazo diario ni me siento juzgada pero conozco a personas que sí sufren discriminación y es precisamente por eso, porque no encajan en lo que se conoce como mujer socialmente hablando.
Has comentado que cuando tú eras una niña apenas tenías referentes tras*: la Veneno y Bibi Andersen y tampoco te sentías muy identificada con ellas. Con esas escasas referencias ¿cómo empezaste a descubrir quién eras verdaderamente y que podías hacer el cambio?Porque pese a no tener referencias vas creciendo. Tampoco tenía un referente gays tanto de chica como de chico y sabía lo que era la palabra gays. Empiezas a unir las cosas pese a no tener referentes. Poco a poco me doy cuenta que soy una mujer tras*. Aunque probablemente sea por esa falta de referentes por la que yo retrasé todo el proceso.
Daniela Requena
Siempre has tenido claro que querías visibilizar tu experiencia para aportar tu grano de arena en la normalización. ¿Nunca has tenido miedo o te has arrepentido?La verdad es que no, al contrario. Me siento super bien porque incluso laboralmente me ha beneficiado. Si no hubiera decidido compartir mi tras*ición en redes sociales mi editorial no se hubiera fijado en mí para escribir un libro, entre otras cosas.
Te lo pregunto porque al estar más expuesta también será más frecuente recibir mensajes o comentarios que a veces hacen daño.A mí los mensajes negativos no me afectan, la verdad. Desde luego cuanto más te expones más peligro tienes de sufrir pero eso le ocurre tanto a una persona tras* como no tras*. En estos momentos me encuentro en una etapa de paz interior donde soy consciente y realista con lo que me puede ofender y lo que no. Y los comentarios de gente que no conozco que encima intentan hacer daño no me ofenden.
Este año has dado también el salto a política y te has convertido en secretaria de LGTBI+ y diversidad del PSOE en Valencia. ¿Por qué derechos de la comunidad tras* te gustaría luchar desde este espacio?Yo voto a favor del cupo laboral tras* para que no haya discriminación, porque algunas empresas que superen los x empleados implemente ese cupo laboral tras*.
Este es un libro que puede ayudar a mucha gente que está viviendo lo que tú has vivido pero, ¿puede ayudar a una persona no tras* a abrir su mente?Desde luego. Yo siempre digo que el libro está enfocado para que personas tras* puedan encontrar un espejo en mí y sobre todo para que personas que no pertenezcan al colectivo LGTBI que sepan por las diferentes etapas que experimentamos las personas tras* o algunas personas tras*, que logren empatizar con nosotras y que a partir de mi historia puedan informarse y tener esa empatía a la hora a dirigirse a nosotras y saber qué preguntar y cómo preguntarlo. Es un libro divulgativo, informativo y, oye, simplemente también puede ser una historia de entretenimiento.
Portada de 'Mamá, soy mujer'.CORTESÍA PLANETA.
- La periodista y popular influencer Daniela Requena publica: 'Mamá, soy mujer. Diario de una chica tras*'.
- El desafío psicológico de las relaciones abiertas: "Las parejas sienten celos, pero se trabajan y se decide cómo vivirlos".
Hace ya cuatro años que Daniela Requena comenzó a contar su proceso de reasignación de sesso en redes sociales. Hoy por hoy la cuenta de TikTok de esta periodista valenciana - desde la que siempre ha intentado normalizar y explicar la realidad de las personas tras*-, tiene mas de 835 mil seguidores y ella misma se ha convertido en todo un referente para muchas personas del colectivo.
No extraña, por tanto, que su siguiente paso firme haya sido la publicación de Mamá, soy mujer. Diario de una chica tras* (Planeta, 2022), un libro en el que habla alto y claro para rememorar el largo viaje - con sus risas, sus llantos y sus muchas reinvindicaciones- hacia la tras*ición con la que siempre soñó. Un camino donde el lector se topará con mucho humor, también con muchos miedos y con algunos episodios homófobos y de tras*fobia que sufrió en sus propias carnes pero que, ante todo, quiere ser un ejemplo de vida de quien siempre ha querido defender su identidad por encima de todo. Porque como la propia Daniela dice: “Las personas tras* no estamos confundidas, ni perdidas, ni convencidas por agentes externos: sabemos perfectamente quiénes somos casi desde que nacemos. Primero, percibimos el malestar de que no estamos donde debemos estar y después ese malestar se va definiendo con muchísima claridad». De todo ello hablamos en esta entrevista exclusiva para 20Minutos.
Eres un persona muy positiva que no cuentas tu proceso desde el drama sino todo lo contrario. Sin embargo, imagino que recopilar todos esos recuerdos en un libro también ha removido partes más oscuras o que tenías olvidadas de este camino. ¿Cómo has vivido esta experiencia?La experiencia ha sido muy emocionante y muy bonita. Me he dado cuenta que soy más sensible de lo que pensaba porque recordando ciertas etapas de mi vida las miraba con cierta ternura. Recordaba a la Daniela que empezaba a tomarse la primera pastilla, a la que empezaba a descubrir su sexualidad… Pienso en esos momentos, por ponerte un ejemplo, en que todavía estaba sin operar del pecho siendo una persona muy insegura pero gracias esas etapas puedo ser lo que soy a día de hoy así que no puedo estar más que contenta.
Cuentas en el libro que tu familia, sin saber apenas nada de tras*exualidad y menos de reasignación de sesso siempre intuyó que algo de ocurría y su apoyo ha sido fundamental. ¿Qué le recomendarías a los padres que pueden estar viviendo ahora este mismo proceso con sus hijos o hijas?Lo que les recomiendo es que en todo momento apoyen. A día de hoy tenemos muchas herramientas, muchas redes sociales, muchos libros, mucha información en los medios… Hay herramientas suficientes para apoyarse si esos padres necesitan ayuda. Si ven ciertos indicios pues que escarben un poquito y que respeten en todo momento, que dejen libertad al niño o a la niña de mostrarse tal y como es y que apoyen. Que le acompañen en todo el camino porque eso es lo más bonito y muy necesario porque sobre todo cuando empezamos la tras*ición somos seres muy vulnerables y tener el apoyo cercano de tus familiares es algo maravilloso y fundamental.A los padres les recomendaría que dejen libertad al niño o a la niña para mostrarse tal y como es y que le apoyen siempre
¿Cuándo empiezas a darte cuenta, como bien reza el título del libro, que eras una mujer?Cuando tenía cuatro años, con la inocencia que caracteriza a una niña de esa edad y sin saber prácticamente nada de la vida yo ya manifestaba el querer ser una mujer. Conscientemente no fue hasta los 16 años cuando verbalicé por primera vez ‘oye, soy mujer’.
Cuando decides hacer la reasignación de sesso, ¿cómo vives este proceso físicamente y sobre todo mentalmente?La tras*ición la vivo al principio con muchos miedos porque cuando yo tenía 16 años había mucha desinformación, sentía la falta de referentes, entonces tenía muchos debates internos de si debía o no dar el paso por los miedos que tenía. Por eso hablo en el libro de una doble tras*ición: la física y la mental.He tenido una tras*ición positiva porque he tenido la suerte de que todas las personas cerca de mí me han acompañado
Hoy estás feliz y plena con tu tras*ición pero, ¿cuáles recuerdas como los momentos más duros?Yo siempre defino mi tras*ición como una tras*ición positiva a grandes rasgos. Si tuviera que definirla con una palabra sería ‘suerte’ porque he tenido la suerte de que todas las personas cerca de mí me han acompañado. Sí que es cierto que hay momentos en los que tienes miedos, inseguridades e incluso te puedes cruzar con alguna persona un poco desafortunada que no se porte bien. El momento más duro que yo recuerdo de toda mi tras*ición fue cuando yo tenía totalmente claro que era una mujer y que iba a empezar ese tratamiento y no sabía cómo decírselo a mis padres. No por miedo a que ellos no me aceptaran sino por miedo a que ellos lo pasaran mal por mí.
Dices que tú no eres ejemplo de nada porque alargaste mucho el proceso, ¿qué le recomendarías a los chicos y chicas que están pasando actualmente por una situación similar?Les diría que no se comparen con nadie, que cada persona es un mundo y que cada persona tenemos un contexto, un pensamiento y que no hay una edad dada en la que se tenga que empezar la tras*ición. Cada persona tiene que encontrar su momento, sentir la necesidad de dar el paso y ya está. A veces es a los cuatro años, a los cinco, a los diez, o a los 20 o a los 40. Simplemente que esa persona esté segura de lo que quiere hacer y sienta esa necesidad de querer dar el cambio.
Hay una frase tuya que es muy reveladora: “El problema de esta sociedad no es ser tras*exual, sino parecerlo”. Esto dice mucho de los problemas que sigue teniendo parte de la sociedad para aceptar la diferencia…Pues sí porque realmente para mí la sociedad te juzga si no entras dentro de los cánones de belleza establecidos por ella. En este caso si tu aspecto físico se aleja de lo que socialmente se concibe como mujer es cuando tienes más rechazo social, más discriminación laboral… y eso es lo que hay que cambiar: que haya diversidad de mujeres en todos los aspectos. Mujeres que se operan, que no se operan, altas, bajas, con el pelo corto, que tengan vello facial… Todas tienen que tener cabida no solo un prototipo. Y no lo digo por mí, porque más o menos encajo en lo que socialmente se conoce como mujer y honestamente no sufro un rechazo diario ni me siento juzgada pero conozco a personas que sí sufren discriminación y es precisamente por eso, porque no encajan en lo que se conoce como mujer socialmente hablando.
¿Qué tabúes te gustaría romper no solo con este libro sino con tu experiencia de vida?Lo que me gustaría romper es el tabú de que la tras*exualidad y las personas tras* tenemos que ir ligadas al drama y a lo turbio, que se puede ser tras* y tener una vida feliz, ir a la universidad, tener romances, tener historias bonitas y una vida completamente común y normal.La sociedad te juzga si no entras dentro de los cánones de belleza establecidos pero todas las mujeres tienen que tener cabida no solo un prototipo
Has comentado que cuando tú eras una niña apenas tenías referentes tras*: la Veneno y Bibi Andersen y tampoco te sentías muy identificada con ellas. Con esas escasas referencias ¿cómo empezaste a descubrir quién eras verdaderamente y que podías hacer el cambio?Porque pese a no tener referencias vas creciendo. Tampoco tenía un referente gays tanto de chica como de chico y sabía lo que era la palabra gays. Empiezas a unir las cosas pese a no tener referentes. Poco a poco me doy cuenta que soy una mujer tras*. Aunque probablemente sea por esa falta de referentes por la que yo retrasé todo el proceso.
Daniela Requena
- Periodista e influencer
Siempre has tenido claro que querías visibilizar tu experiencia para aportar tu grano de arena en la normalización. ¿Nunca has tenido miedo o te has arrepentido?La verdad es que no, al contrario. Me siento super bien porque incluso laboralmente me ha beneficiado. Si no hubiera decidido compartir mi tras*ición en redes sociales mi editorial no se hubiera fijado en mí para escribir un libro, entre otras cosas.
Te lo pregunto porque al estar más expuesta también será más frecuente recibir mensajes o comentarios que a veces hacen daño.A mí los mensajes negativos no me afectan, la verdad. Desde luego cuanto más te expones más peligro tienes de sufrir pero eso le ocurre tanto a una persona tras* como no tras*. En estos momentos me encuentro en una etapa de paz interior donde soy consciente y realista con lo que me puede ofender y lo que no. Y los comentarios de gente que no conozco que encima intentan hacer daño no me ofenden.
Desde que empezaste a contar tu proceso en redes sociales han conseguido arrasar con tus vídeos de TikTok. ¿Qué se siente al ser ahora tú el referente para tanta gente?Me he convertido en referente sin pretender serlo pero estoy muy contenta de poder ser el espejo que yo no tuve. A veces pienso ‘con lo loca que yo soy ¡y siendo referente para algunas personas!’ pero es muy gratificante que las personas te digan que gracias a ti pueden dar el paso, que gracias a ti encuentran información y que gracias a ti sienten que tienen un referente. Eso significa que estoy haciendo las cosas bien y es muy gratificante.Me he convertido en referente sin pretender serlo pero estoy muy contenta de poder ser el espejo que yo no tuve
Este año has dado también el salto a política y te has convertido en secretaria de LGTBI+ y diversidad del PSOE en Valencia. ¿Por qué derechos de la comunidad tras* te gustaría luchar desde este espacio?Yo voto a favor del cupo laboral tras* para que no haya discriminación, porque algunas empresas que superen los x empleados implemente ese cupo laboral tras*.
Este es un libro que puede ayudar a mucha gente que está viviendo lo que tú has vivido pero, ¿puede ayudar a una persona no tras* a abrir su mente?Desde luego. Yo siempre digo que el libro está enfocado para que personas tras* puedan encontrar un espejo en mí y sobre todo para que personas que no pertenezcan al colectivo LGTBI que sepan por las diferentes etapas que experimentamos las personas tras* o algunas personas tras*, que logren empatizar con nosotras y que a partir de mi historia puedan informarse y tener esa empatía a la hora a dirigirse a nosotras y saber qué preguntar y cómo preguntarlo. Es un libro divulgativo, informativo y, oye, simplemente también puede ser una historia de entretenimiento.
https://www.20minutos.es/salud/actu...s*exualidad-drama-feliz-salud-mental-5018749/