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Cuñado nija
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Pilar Carracelas
03/01/2025 19:28
Todo el mundo sabe que el conflicto entre el FC Barcelona y la Liga Española por la inscripción de Dani Olmo no es una cuestión deportiva, ni de gestión del club. La liga española no tendría ninguna relevancia sin el Barça, con el Madrid ganándolo todo, nadie pagaría ni un euro por verla y todo el chiringuito de Javier Tebas se iría a pique. No existe ningún producto futbolístico español internacionalmente vendible sin el Barça.
Sin embargo, el análisis que se está haciendo en las tertulias sobre la cuestión hace como si esta realidad tan relevante no existiera. De hecho, recuerda mucho el juicio del Proceso (y esto nos conciencia una vez más de la importancia política del Barça). Entonces se hablaba sobre si era necesaria una defensa "técnica" en vez de "política", lo que aplaudía al club de fans de Xavier Melero, muchos opinadores de sueldo de Godó, Mediaset y Atresmedia. Como si fuera posible defenderse "técnicamente" en un juicio que está hecho específicamente para que las cuestiones técnicas sean lo que menos cuenta.
A ese juicio sólo se podía ir a llamar fruta España en 25 idiomas diferentes, porque no existía ningún otro escenario en la condena, como no existe el escenario en el que el Barça podía hacer tal o cual trámite para poder inscribir Olmo , porque la estrategia de LaLiga está diseñada expresamente para dificultarlo y así menospreciar la jovenlandesal del club y su papel en la construcción nacional catalana.
Ahora bien, como ocurre en política institucional, el anticatalanismo estructural tiene límites, y Laporta les está explotando con más éxito que la clase política independentista : si bien el españolismo de derechas como el de Tebas prefiera honra sin barcos que barcos sin honra , acabará imponiéndose la realidad que España necesita Cataluña para su supervivencia. pactos posteriores de los partidos independentistas con los socialistas. Se trata, como siempre, de presionar, extorsionar y desgastar, pero sin llegar nunca a romper definitivamente la pelea de cartas. en segundo plano. Al fin y al cabo, es un hombre de negocios.
Laporta no está simplemente intentando inscribir a Dani Olmo; está forzando al sistema español hasta sus límites. No se trata de negociar las migajas que quieren darte, sino de crear las condiciones para que la otra parte no tenga más remedio que ceder. Y ésta es precisamente la clave que el movimiento independentista necesita reencontrar : la capacidad real de generar una amenaza creíble que fuerce a la otra parte a mover ficha. Si finalmente LaLiga cede, el Barça habrá ganado el relato y demostrará que ese régimen de excepción no es sostenible. Si no ceden, Laporta tendrá el argumento perfecto para explorar alternativas más radicales, como la famosa Superliga europea , donde el Barça podría escapar definitivamente de un sistema corrupto y diseñado para hundirlo, o participar en la liga de otro país como entidades privadas que son.
En cualquier caso, la partida es mayor que Dani Olmo. Es una cuestión de soberanía, dignidad y supervivencia. Y, como ha ocurrido históricamente, el Barça no solo juega por sí mismo, sino que juega para representar a una nación que todavía busca su lugar en el mundo. Esta vez el desenlace puede marcar un antes y un después para el club, para la liga y para el país.