comandante
Madmaxista
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La crisis aumenta la solicitud de cupones de alimentación en EEUU
La cantidad de cupones de alimentación distribuidos a los más pobres en Estados Unidos alcanzó un récord este verano y podría alcanzar un nuevo máximo con las repercusiones de la crisis financiera.
Unos 29 millones de estadounidenses recibieron cupones de alimentación en julio de 2008, un alza cercana a un millón de personas en tres meses, según las últimas cifras del ministerio de Agricultura, que suele distribuir esos tickets bajo la forma de tarjetas magnéticas de débito a las personas de muy bajos ingresos que las piden.
Es el nivel más alto desde finales de 2005 cuando, durante los tres meses que siguieron al huracán Katrina, cuatro millones de personas adicionales habían pedido tiquets para alimentarse, alcanzándose el nivel histórico de 29,85 millones.
Las estadísticas del ministerio de Agricultura no cuentan aún las peticiones de ayuda alimentaria realizados en septiembre, tras la debacle de las instituciones y los mercados financieros que provocó desempleo, redujo las posibilidades de crédito y aceleró los embargos inmobiliarios.
“El programa de los tiquets de alimentación es muy sensible a los cambios económicos. Su distribución seguirá en aumento durante un cierto tiempo”, afirma James Ziliak, director del Centro de Estudios sobre la Pobreza de la universidad de Kentucky. Ziliak mencionó como causas la conjunción del alza de los precios de los alimentos (+6,1% en un año), de la energía, la calefacción y también del paso del huracán Ike en septiembre.
“Los cupones de alimentación son el pilar de la red de seguridad social en Estados Unidos”, subraya el profesor sobre el programa institucionalizado en 1943 y que cuesta hoy unos 30.000 millones de dólares por año al Estado.
Para llamar la atención, Jennifer Granholm, gobernadora de Michigan (norte), uno de los estados más afectados por la crisis, decidió junto a otros 300 funcionarios, vivir durante una semana solamente con tiquets de alimentación, imponiéndose un gasto diario en alimentos no superior a los 5,87 dólares, según la oficina de la gobernadora. “Ya calculé que de aquí al jueves no tendré para comprar pan”, ha dicho el jefe de los servicios sociales del estado de Michigan, Ismael Ahmed, quien participa del desafío. “La buena noticia es que el sábado no dependeré más de los cupones de alimentación, pero millones de personas, sí”.
En el Congreso, los demócratas esperan que se apruebe tras las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, una medida de apoyo por 150.000 millones de dólares.
“De manera comprensible, todos miran hoy la crisis económica y financiera y la manera en que afecta a las familias humildes”, subraya Brendon Roberts, miembro de la organización The Working Poor Family Project. “Pero la realidad es que esas familias humildes estadounidenses sufren una crisis económica desde hace más de un año”.
Según la organización, unos 42 millones de adultos y niños, o sea una familia de cada cuatro, tiene ingresos “apenas suficientes para satisfacer sus necesidades”. Sin embargo, el 72% de esas familias tiene trabajo, pero el sueldo de uno de cada cinco empleos (22%) es inferior al umbral de pobreza.
En total, según el Census Bureau (Oficina de censo), más de 37 millones de estadounidenses viven por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 21.000 dólares por año para una familia de cuatro personas, una cifra calculada en los años 1960.
La crisis aumenta la solicitud de cupones de alimentación en EEUU : Actualidad
La cantidad de cupones de alimentación distribuidos a los más pobres en Estados Unidos alcanzó un récord este verano y podría alcanzar un nuevo máximo con las repercusiones de la crisis financiera.
Unos 29 millones de estadounidenses recibieron cupones de alimentación en julio de 2008, un alza cercana a un millón de personas en tres meses, según las últimas cifras del ministerio de Agricultura, que suele distribuir esos tickets bajo la forma de tarjetas magnéticas de débito a las personas de muy bajos ingresos que las piden.
Es el nivel más alto desde finales de 2005 cuando, durante los tres meses que siguieron al huracán Katrina, cuatro millones de personas adicionales habían pedido tiquets para alimentarse, alcanzándose el nivel histórico de 29,85 millones.
Las estadísticas del ministerio de Agricultura no cuentan aún las peticiones de ayuda alimentaria realizados en septiembre, tras la debacle de las instituciones y los mercados financieros que provocó desempleo, redujo las posibilidades de crédito y aceleró los embargos inmobiliarios.
“El programa de los tiquets de alimentación es muy sensible a los cambios económicos. Su distribución seguirá en aumento durante un cierto tiempo”, afirma James Ziliak, director del Centro de Estudios sobre la Pobreza de la universidad de Kentucky. Ziliak mencionó como causas la conjunción del alza de los precios de los alimentos (+6,1% en un año), de la energía, la calefacción y también del paso del huracán Ike en septiembre.
“Los cupones de alimentación son el pilar de la red de seguridad social en Estados Unidos”, subraya el profesor sobre el programa institucionalizado en 1943 y que cuesta hoy unos 30.000 millones de dólares por año al Estado.
Para llamar la atención, Jennifer Granholm, gobernadora de Michigan (norte), uno de los estados más afectados por la crisis, decidió junto a otros 300 funcionarios, vivir durante una semana solamente con tiquets de alimentación, imponiéndose un gasto diario en alimentos no superior a los 5,87 dólares, según la oficina de la gobernadora. “Ya calculé que de aquí al jueves no tendré para comprar pan”, ha dicho el jefe de los servicios sociales del estado de Michigan, Ismael Ahmed, quien participa del desafío. “La buena noticia es que el sábado no dependeré más de los cupones de alimentación, pero millones de personas, sí”.
En el Congreso, los demócratas esperan que se apruebe tras las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, una medida de apoyo por 150.000 millones de dólares.
“De manera comprensible, todos miran hoy la crisis económica y financiera y la manera en que afecta a las familias humildes”, subraya Brendon Roberts, miembro de la organización The Working Poor Family Project. “Pero la realidad es que esas familias humildes estadounidenses sufren una crisis económica desde hace más de un año”.
Según la organización, unos 42 millones de adultos y niños, o sea una familia de cada cuatro, tiene ingresos “apenas suficientes para satisfacer sus necesidades”. Sin embargo, el 72% de esas familias tiene trabajo, pero el sueldo de uno de cada cinco empleos (22%) es inferior al umbral de pobreza.
En total, según el Census Bureau (Oficina de censo), más de 37 millones de estadounidenses viven por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 21.000 dólares por año para una familia de cuatro personas, una cifra calculada en los años 1960.
La crisis aumenta la solicitud de cupones de alimentación en EEUU : Actualidad