El mito de Jesucristo nos dice la tradición que resucita en la tumba. Pero en este este presente de este siglo XXI, además de comprender que no morimos, también entendemos que en el proceso de no fin sino de tras*cendemos se efectúa en segundos de nuestro desprendernos de la simbiosis entre nuestro ser humanoide y nuestro avatar homínido avatar... El comentario, que os comparto, desde esta teología laica metafísica ve plausible que Yeshua de Nazaret trasciende en el momento exacto de morir su homínido en la cruz... Aquí el por qué de mi comentario: Pero EL RABÍ no es suficiente mente consciente que ha resucitado, que ha tras*cendido, hasta en el momento que envuelto en LA SÁBANA SANTA... es el propio DIOS, IDAD HUMUS, el que su energía traspasa el sudario y se sitúa cara a cara con EL RABI y ese momento queda registrado en el movimiento sísmico, segundo, a igual que el primero en la cruz, en el sepulcro la energía que se genera y que queda plasmada en LA SÁBANA SANTA... es el momento exacto que YESHUÁ despierta su consciencia psíquica y siente la vida de nuevo... Este hecho queda plasmado de por vida en la irradiación que aún existe en LA SÁBANA SANTA y la verdadera tumba donde reposó el cuerpo... Fue tan grande e intensa la irradiación que desencarnó el cuerpo dejando sobre la piedra el esqueleto limpio... Literalmente cuando YESHUA resucita su consciencia psíquica su psique, pensamiento traspasó el sudario y esa impronta es la impregnación que ha quedado...
