magnus
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*** Hilo en honor a Saturnin ***
Según la Frikipedia, Rusia es “el país más ultrapetante del universo”, y no les falta razón en lo que a patrimonio magufo se refiere. Con sus grandes estepas, sus mujeres de acento misterioso, sus carreteras salidas de Mad Max y esas botellas de vokda que desaparecen de las alacenas como almas que lleva el diablo, en la exótica Rusia los supuestos extraterrestres nos han dejado algunos de los avistamientos más frikis que recordamos.
Los ufólogos rusos, aseguran que su país cuenta desde la época de Stalin de su versión del “Área 51” una base militar secreta (secreta dicen, ja, ja) desde la cual se habrían derribado varias naves espaciales alienígenas con forma cilíndrica. Y es que los rusos, ya se sabe, son casi vascos y más chulos que un ocho, así que no se limitan a recoger restillos de platillos volantes con proplemas en la junta de culata. No, directamente les disparan todo lo que tienen y llevan al laboratorio lo que quede churruscao sobre la nieve. Esta especie de radar de la guardia civil cósmico recibe el nombre Kapustin Yar.
Dicen los marcianólogos también que en 1968 los extraterrestres, hartos de recibir estopa, se ventilaron con rayos de la fin cuatro edificios de la base, pero que los Migs de la estrella roja los repelieron “a lo mero macho”. Si esto hubiese pasado en Estados Unidos, ya tendríamos serie de televisión, y de la HBO por lo menos. Pero claro ¿Interesa a los productores de Hollywood un simple ataque alienígena contra los viles comunistas? Naaaah.Curiosamente, el avistamiento más ultrapetante en la antigua URSS tuvo gran repercusión en España y hasta Informe Semanal le dedicó un reportaje.
Diario ABC. Madrid, 10 de octubre de 1989
Científicos soviéticos confirman el aterrizaje en la URSS de un «ovni» tripulado por gigantes. Moscú. Ap.
El aparato iba, al parecer, tripulado por tres seres gigantescos, pero con pequeñas cabezas. En el lugar en donde se instaló la nave se han hallado dos piedras cuya composición se desconoce en la Tierra. […] Genrikh Silanov, director del laboratorio de geofísica de Voronezh, manifestó a la agencia Tass que los investigadores del caso han afirmado que la nave no identificada había originado una depresión en el suelo de veinte metros de diámetro y cuatro [cm] de profundidad. En el lugar donde se posó el objeto, dos científicos, acompañados de un miembro de la Policía local, detectaron elevada radioactividad y guanos de un metal desconocido que no reacciona con ácido alguno. Testigos presenciales aseguran que los alienígenas dejaron dos piedras, que hasta el momento no han podido ser identificadas. Los científicos han señalado que están formadas de sustancias que no pueden ser encontradas en la Tierra. Tass recoge en un comunicado que la información facilitada por los testigos de este caso coincide básicamente con las conclusiones obtenidas por los científicos.
Sobre este caso, el periódico ruso en español Russia Beyond The Headlines entrevistaba hace unos meses al escritor, presentador y reportero José Manuel Frías.
“¿Qué tenía de especial el “encuentro de Vorónezh” para que produjese tanto interés en España y Latinoamérica?
Avistamientos OVNIs hay muchos, pero encuentros de “tercer tipo”, que implican el aterrizaje de un objeto de origen desconocido y la visión de las entidades que lo tripulan, son escasos. En la ciudad Vorónezh, al sureste de Moscú, ocurrió lo imposible. Aquel 27 de septiembre de 1989 se dieron circunstancias que son escasas en la casuística ufológica mundial: nave que aterriza a plena luz del día y en un parque público, observación por parte de numerosos testigos de seres de más de dos metros de altura, y la existencia de huellas físicas del suceso que pudieron ser analizadas por investigadores y científicos. Todo ello justifica el revuelo mediático que tuvo el singular encuentro.
Tú, eres un experto y has investigado casos similares. ¿Qué crees que ocurrió allí realmente?
Nadie es experto en estas materias, y muchas veces sólo podemos lanzar hipótesis al aire, lo que ya es mucho más de lo que hacen algunos científicos que miran a otro lado cuando suceden este tipo de fenómenos. En todo caso, nunca quedó claro lo que ocurrió. Sectores escépticos avalan la idea de que se trató de un montaje, de una estrategia soviética para desviar la atención de los problemas políticos del momento. La idea de engaños de este tipo es plausible, pero sobre todo cuando el montaje es de otro tipo, porque en éste implicaría el uso de una tecnología demasiado avanzada, no ya para 1989, sino para 2014. En principio tiendo a creer que se trataba de seres ajenos a nuestro planeta. El motivo, lo desconozco. La falta de discreción por parte de aquellas entidades en este caso, me abruma.
¿Hay algún otro avistamiento/encuentro destacado del que nos puedas hablar?
Ha habido muchos. No tenemos que irnos muy lejos. El 20 de febrero de 2013, a tan sólo cinco días de la impactante imagen de la caída de un meteorito en Rusia, seis objetos luminosos, de tonalidades rojizas, fueron vistos en la localidad de Barnaul. A muy baja altura, y en una formación más o menos rectangular, recorrieron el centro de la ciudad ante los ojos de numerosos testigos, algunos de los cuales pudieron grabarlo y fotografiarlo. Quedó claro que no se trataba de ningún globo sonda. Sorprendió, eso sí, que las fuerzas aéreas rusas no se implicaran en el caso.
¿Es Rusia un país de misterios?
Cuenta con un nutrido grupo de misterios, algunos pocos investigados. Sin ir más lejos, aún es un enigma el misterioso foso gigante aparecido en Siberia hace bien poco. O los enigmas que guarda el “valle de la fin”, también en Siberia, donde se han encontrado extraños objetos metálicos de origen desconocido. O las inexplicables muertes de nueve excursionistas en el Paso Diatlov, en 1959, en los montes Urales. La lista sería interminable.”
La periodista Svetalana Smetanina revelaba hace un par de años que a principios de la década de 1980, en un polígono militar de la región de Ástracan, se decidió llevar a cabo un experimento para convocar a ovnis, que por lo visto eran fans de las Fuerzas Armadas Soviéticas y acudían como moscas a la miel cada vez que se producía alguna concentración de tropas. Según Vasili Yeremenko, general de división retirado del Servicio Federal de Seguridad (FSB):
“Para conseguirlo, se incrementaba en gran medida el número de vuelos de las fuerzas aéreas y el movimiento de material militar. Entonces aparecían los ovnis con una probabilidad de casi el 100%. En tierra alguien agitaba los brazos, dos veces a la derecha y dos veces a la izquierda. La bola en el cielo reaccionaba moviéndose dos veces a la derecha y dos veces a la izquierda. No sabíamos cómo explicarlo”
Claro, claro, los platillos volantes iban a dar clases de Zumba con los militares rusos. ¡Lo que hacen algunos para añadirle un suplemento a la pensión! Aprovecho este inciso para recomendar que se crucen datos mundiales de consumo de alcohol y avistamientos de objetos volandores no identificados, por países, cuanto antes.
Una vez caída la URSS, el interés en Rusia por los fenómenos meteorológicos inexplicables se mantiene.
En 2013 una presentadora de televisión preguntó al Primer Ministro Dmitri Medvédev si, como expresidente del país, era cierto que al jefe del Estado se le entregaba, además de un maletín nuclear, una carpeta con material clasificado sobre ovnis. Medvédev respondió que estaba en lo correcto y que, además de la carpeta, al presidente se le entregaba un informe de la unidad especial de los servicios secretos rusos encargada de controlar la entrada de los extraterrestres a las fronteras de Rusia. La periodista, que ya se veía ganando el Pulitzer, preguntó entonces al político ruso si vivían muchos extraterrestres en el país. Medvédev contestó que no podía dar más detalles para que “no cundiera el pánico” y le aconsejó que, si quería saber más, no se perdiera el documental de investigación Men in Black.
Según la Frikipedia, Rusia es “el país más ultrapetante del universo”, y no les falta razón en lo que a patrimonio magufo se refiere. Con sus grandes estepas, sus mujeres de acento misterioso, sus carreteras salidas de Mad Max y esas botellas de vokda que desaparecen de las alacenas como almas que lleva el diablo, en la exótica Rusia los supuestos extraterrestres nos han dejado algunos de los avistamientos más frikis que recordamos.
Los ufólogos rusos, aseguran que su país cuenta desde la época de Stalin de su versión del “Área 51” una base militar secreta (secreta dicen, ja, ja) desde la cual se habrían derribado varias naves espaciales alienígenas con forma cilíndrica. Y es que los rusos, ya se sabe, son casi vascos y más chulos que un ocho, así que no se limitan a recoger restillos de platillos volantes con proplemas en la junta de culata. No, directamente les disparan todo lo que tienen y llevan al laboratorio lo que quede churruscao sobre la nieve. Esta especie de radar de la guardia civil cósmico recibe el nombre Kapustin Yar.
Dicen los marcianólogos también que en 1968 los extraterrestres, hartos de recibir estopa, se ventilaron con rayos de la fin cuatro edificios de la base, pero que los Migs de la estrella roja los repelieron “a lo mero macho”. Si esto hubiese pasado en Estados Unidos, ya tendríamos serie de televisión, y de la HBO por lo menos. Pero claro ¿Interesa a los productores de Hollywood un simple ataque alienígena contra los viles comunistas? Naaaah.Curiosamente, el avistamiento más ultrapetante en la antigua URSS tuvo gran repercusión en España y hasta Informe Semanal le dedicó un reportaje.
Diario ABC. Madrid, 10 de octubre de 1989
Científicos soviéticos confirman el aterrizaje en la URSS de un «ovni» tripulado por gigantes. Moscú. Ap.
El aparato iba, al parecer, tripulado por tres seres gigantescos, pero con pequeñas cabezas. En el lugar en donde se instaló la nave se han hallado dos piedras cuya composición se desconoce en la Tierra. […] Genrikh Silanov, director del laboratorio de geofísica de Voronezh, manifestó a la agencia Tass que los investigadores del caso han afirmado que la nave no identificada había originado una depresión en el suelo de veinte metros de diámetro y cuatro [cm] de profundidad. En el lugar donde se posó el objeto, dos científicos, acompañados de un miembro de la Policía local, detectaron elevada radioactividad y guanos de un metal desconocido que no reacciona con ácido alguno. Testigos presenciales aseguran que los alienígenas dejaron dos piedras, que hasta el momento no han podido ser identificadas. Los científicos han señalado que están formadas de sustancias que no pueden ser encontradas en la Tierra. Tass recoge en un comunicado que la información facilitada por los testigos de este caso coincide básicamente con las conclusiones obtenidas por los científicos.
Sobre este caso, el periódico ruso en español Russia Beyond The Headlines entrevistaba hace unos meses al escritor, presentador y reportero José Manuel Frías.
“¿Qué tenía de especial el “encuentro de Vorónezh” para que produjese tanto interés en España y Latinoamérica?
Avistamientos OVNIs hay muchos, pero encuentros de “tercer tipo”, que implican el aterrizaje de un objeto de origen desconocido y la visión de las entidades que lo tripulan, son escasos. En la ciudad Vorónezh, al sureste de Moscú, ocurrió lo imposible. Aquel 27 de septiembre de 1989 se dieron circunstancias que son escasas en la casuística ufológica mundial: nave que aterriza a plena luz del día y en un parque público, observación por parte de numerosos testigos de seres de más de dos metros de altura, y la existencia de huellas físicas del suceso que pudieron ser analizadas por investigadores y científicos. Todo ello justifica el revuelo mediático que tuvo el singular encuentro.
Tú, eres un experto y has investigado casos similares. ¿Qué crees que ocurrió allí realmente?
Nadie es experto en estas materias, y muchas veces sólo podemos lanzar hipótesis al aire, lo que ya es mucho más de lo que hacen algunos científicos que miran a otro lado cuando suceden este tipo de fenómenos. En todo caso, nunca quedó claro lo que ocurrió. Sectores escépticos avalan la idea de que se trató de un montaje, de una estrategia soviética para desviar la atención de los problemas políticos del momento. La idea de engaños de este tipo es plausible, pero sobre todo cuando el montaje es de otro tipo, porque en éste implicaría el uso de una tecnología demasiado avanzada, no ya para 1989, sino para 2014. En principio tiendo a creer que se trataba de seres ajenos a nuestro planeta. El motivo, lo desconozco. La falta de discreción por parte de aquellas entidades en este caso, me abruma.
¿Hay algún otro avistamiento/encuentro destacado del que nos puedas hablar?
Ha habido muchos. No tenemos que irnos muy lejos. El 20 de febrero de 2013, a tan sólo cinco días de la impactante imagen de la caída de un meteorito en Rusia, seis objetos luminosos, de tonalidades rojizas, fueron vistos en la localidad de Barnaul. A muy baja altura, y en una formación más o menos rectangular, recorrieron el centro de la ciudad ante los ojos de numerosos testigos, algunos de los cuales pudieron grabarlo y fotografiarlo. Quedó claro que no se trataba de ningún globo sonda. Sorprendió, eso sí, que las fuerzas aéreas rusas no se implicaran en el caso.
¿Es Rusia un país de misterios?
Cuenta con un nutrido grupo de misterios, algunos pocos investigados. Sin ir más lejos, aún es un enigma el misterioso foso gigante aparecido en Siberia hace bien poco. O los enigmas que guarda el “valle de la fin”, también en Siberia, donde se han encontrado extraños objetos metálicos de origen desconocido. O las inexplicables muertes de nueve excursionistas en el Paso Diatlov, en 1959, en los montes Urales. La lista sería interminable.”
La periodista Svetalana Smetanina revelaba hace un par de años que a principios de la década de 1980, en un polígono militar de la región de Ástracan, se decidió llevar a cabo un experimento para convocar a ovnis, que por lo visto eran fans de las Fuerzas Armadas Soviéticas y acudían como moscas a la miel cada vez que se producía alguna concentración de tropas. Según Vasili Yeremenko, general de división retirado del Servicio Federal de Seguridad (FSB):
“Para conseguirlo, se incrementaba en gran medida el número de vuelos de las fuerzas aéreas y el movimiento de material militar. Entonces aparecían los ovnis con una probabilidad de casi el 100%. En tierra alguien agitaba los brazos, dos veces a la derecha y dos veces a la izquierda. La bola en el cielo reaccionaba moviéndose dos veces a la derecha y dos veces a la izquierda. No sabíamos cómo explicarlo”
Claro, claro, los platillos volantes iban a dar clases de Zumba con los militares rusos. ¡Lo que hacen algunos para añadirle un suplemento a la pensión! Aprovecho este inciso para recomendar que se crucen datos mundiales de consumo de alcohol y avistamientos de objetos volandores no identificados, por países, cuanto antes.
Una vez caída la URSS, el interés en Rusia por los fenómenos meteorológicos inexplicables se mantiene.
En 2013 una presentadora de televisión preguntó al Primer Ministro Dmitri Medvédev si, como expresidente del país, era cierto que al jefe del Estado se le entregaba, además de un maletín nuclear, una carpeta con material clasificado sobre ovnis. Medvédev respondió que estaba en lo correcto y que, además de la carpeta, al presidente se le entregaba un informe de la unidad especial de los servicios secretos rusos encargada de controlar la entrada de los extraterrestres a las fronteras de Rusia. La periodista, que ya se veía ganando el Pulitzer, preguntó entonces al político ruso si vivían muchos extraterrestres en el país. Medvédev contestó que no podía dar más detalles para que “no cundiera el pánico” y le aconsejó que, si quería saber más, no se perdiera el documental de investigación Men in Black.