estroboscopico
Estroboscopico
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Yo afortunadamente no, de hecho, tenía una especie de sexto sentido para la gente rara, de hecho, siempre fui muy desconfiado con los adultos, siempre pensé que todos escondían algo chungo y en mi adultez, esa sensación siempre me lo ha confirmado la realidad.
Bueno, ahora que recuerdo, una vez iba yo por la calle, tendría unos 10 u 11 años y delante mía se abrió la puerta de un coche y vi en el reflejo del cristal de la puerta, la cara de un tipo que iba tras de mi, y no me gustó nada. Seguí andando y la mosca se me puso tras la oreja, así que cambié de acera y de reojo observo que el tipo también se cambia de acera... ahí me empiezo a acojonar y me digo, bueno, será casualidad, así que nuevamente me cambié de acera, y al rato veo nuevamente de reojo que el tipo también lo hace y ahí me entró el acojone total y lo que hice fue meterme en un bar donde había más gente. El tipo se paró unos segundos y siguió andando y desapareció y jamás lo volví a ver.
No sé, como dije, siempre he tenido un sexto sentido para la gente chunga. Quizás el tipo ese sería un lgtb que intentaba amarse a algún nene desprevenido en un portal o no se qué, pero vamos, que tenía toda la pinta.
Curiosamente, algún tiempo después, desapareció el "Niño Pintor de Málaga" y bueno, vete tú a saber...
También recuerdo que en verano muchos compañeros querían irse de colonias, es decir, ir a una especie de campamento de verano y a mí eso de estar rodeado de adultos y gente extraña en un lugar con cero vigilancia, me daba bastante repelús y siempre que me preguntaba decía que ni de coña, porque siempre me pareció que algo turbio había en todo los royos esos de Boy Scouts y demás, cosa que después se confirmó, de hecho Boy Scouts of America, se declaró en quiebra, por tener que pagarle tropecientos millones de dólares a miles de niños que se los amaron en sus campamentos en los EEUU, pero vamos, que digo EEUU como puedo decir cualquier país, porque ese tipo de historias están siempre llenos de ******filos y ya no digamos, las excursiones que montaba la iglesia para los niños que hacíamos la catequesis, que eso todavía acojonaba más, por las pintas de los supuestos monitores, que cantaban a leguas.
Aparte de eso, algún tipo raro demasiado amistoso se me acercó y tal, pero yo en cuanto eso pasaba, salía por patas sin más.
Bueno, ahora que recuerdo, una vez iba yo por la calle, tendría unos 10 u 11 años y delante mía se abrió la puerta de un coche y vi en el reflejo del cristal de la puerta, la cara de un tipo que iba tras de mi, y no me gustó nada. Seguí andando y la mosca se me puso tras la oreja, así que cambié de acera y de reojo observo que el tipo también se cambia de acera... ahí me empiezo a acojonar y me digo, bueno, será casualidad, así que nuevamente me cambié de acera, y al rato veo nuevamente de reojo que el tipo también lo hace y ahí me entró el acojone total y lo que hice fue meterme en un bar donde había más gente. El tipo se paró unos segundos y siguió andando y desapareció y jamás lo volví a ver.
No sé, como dije, siempre he tenido un sexto sentido para la gente chunga. Quizás el tipo ese sería un lgtb que intentaba amarse a algún nene desprevenido en un portal o no se qué, pero vamos, que tenía toda la pinta.
Curiosamente, algún tiempo después, desapareció el "Niño Pintor de Málaga" y bueno, vete tú a saber...
También recuerdo que en verano muchos compañeros querían irse de colonias, es decir, ir a una especie de campamento de verano y a mí eso de estar rodeado de adultos y gente extraña en un lugar con cero vigilancia, me daba bastante repelús y siempre que me preguntaba decía que ni de coña, porque siempre me pareció que algo turbio había en todo los royos esos de Boy Scouts y demás, cosa que después se confirmó, de hecho Boy Scouts of America, se declaró en quiebra, por tener que pagarle tropecientos millones de dólares a miles de niños que se los amaron en sus campamentos en los EEUU, pero vamos, que digo EEUU como puedo decir cualquier país, porque ese tipo de historias están siempre llenos de ******filos y ya no digamos, las excursiones que montaba la iglesia para los niños que hacíamos la catequesis, que eso todavía acojonaba más, por las pintas de los supuestos monitores, que cantaban a leguas.
Aparte de eso, algún tipo raro demasiado amistoso se me acercó y tal, pero yo en cuanto eso pasaba, salía por patas sin más.
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