castguer
Madmaxista
El Reino de Juan Carlos poco tendría que envidiar al de Cthulhu, incluyendo el olor a pescado podrido, ese que delata la presencia del sobrenatural molusco como el de la corrupción sepulcral acompaña a la monarquía del fratricida capeto . El horror de Dunwich ya no ocurre en un pueblo de existencia literaria, la maldición tras*generacional va impresa en cada españolito, que cual cruce de calamar y homínido, rememora el legado de aquellos misteriosos antepasados padrinitos constitucionales, los venidos de las profundidades de la mar océana franquista, con una realidad de ritos cthulhuianos-borbónicos de arcano incomprensible para el que no mame del festín partitocrático.
Demos
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