Feriri88
Madmaxista
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No son mías queridos
Son de filmaffinity
Por supuesto hay tres forzadores en nuestros días, en contraste con la bondad que anidaban los abuelos que murieron en la guerra civil. Al final se cuenta la historia de uno de ellos, uno que una noche cavó su propia tumba a punta de pistola y que no se escapó al día siguiente aún sabiendo que lo asesinarían (los orates que finalmente lo mataron le dieron un día para que escapara, como es lógico), "por dignidad, por orgullo, por no dejar a su mujer y a sus hijos, según nos cuentan". Qué diferencia entre las víctimas del alzamiento y los hombres del presente, salvo los que tienen memoria histórica, que esos son de otra pasta.
Del mismo modo, no se explica que conozcamos tan poco del pasado reciente de la protagonista, más allá de que murieron sus padres y de que es fotógrafa, que casi sepamos más de sus abuelos que de ella misma. Es como si en consonancia con la facción ideológica que Almodóvar defiende, estos últimos 40 años de democracia no signifiquen nada, como si el presente le hubiera robado vida, su sitio, al pasado. La guerra no se ha acabado, se afirma en un momento dado, no terminará hasta que se encuentren a todos los desaparecidos. Ese parece el sentir del director, lo que quiere dejar claro, que al menos él sigue en guerra. En ese sentido, la cinta parece un panfleto ideológico que bebe de un rencor que acaba menoscabando el talento cinematográfico de su autor. Y no me refiero a la memoria histórica, al hecho totalmente comprensible de que todavía haya personas que sufren porque no saben donde están enterrados sus antepasados, sino a la utilización política que el director perpetra con esta cinta, torticera por más que intente sumergirla en los sentimientos más nobles, como la maternidad.
Vamos con otra
Metemos también con calzador un personaje tras*? Venga, va. Total, ya puestos.
La historia de Aitana-Teresa es patética. E irritante. Pedro, mira, verás, en España hay ley de divorcio desde 1981. Toda vez que Ana-Milena nació en 2000 (año arriba, año abajo) la mención que hace Teresa al Tribunal de la Rota es, más que una inexactitud, una estupidez, y con mala leche además: el cine de Almodóvar se ve en el mundo, y no será que mi país tenga todos los problemas resueltos, pero de ahí a que España, entrado el nuevo milenio, sea un estado teocrático en el que el clero tenga decisión sobre relaciones personales y su legalidad... Así se construyen las leyendas negras, luego no nos quejemos.
Israel Elejalde no sale bien parado, le cuesta imprimir intensidad a su personaje, y termina siendo un pegote. Milena Smit tampoco se hace con el suyo. Despliega bien, pero en el momento de la verdad (la confesión de Penélope-Janis) se desploma cuando el director la hace víctima de una reacción a lo Tele5, y ya no remonta. Rossy de Palma y Julieta Serrano no pintan nada en esta película.
Por último, el final. Atolondrado y apresurado, resta mucho. Ese colegueo, ese buenismo (elijo conscientemente tan manido término), no cuadra para nada, remata mal el despliegue de intensidad con que nos ha obsequiado la película.
Resumen
Esta peli se ve en el extranjero
Almodovar, como todo rojo hispánico está obsesionado por una guerra que ni vivió
El tío vive en una mezcla de 1975 y 2003 (no a la guerra, nunca mais)
Plantea cosas absurdas como un problema con el tribunal de la rota y los divorcios cuando estamos en una España donde los primeros divorciados (mi padre) ya tiene hasta nietos
Una España donde los treintañeros se levantan sufriendo por las fosas de la guerra y no por empleos de cosa y un futuro neցro
Y como siempre
Una España donde los gente de izquierdas son el BIEN
Y la derecha el mal
Y 4 gatos
Recordemos que el bando franquista estaba compuesto por
Militares
Banqueros
Obispos
Arzobispos
Nobles
Monjas
Fascistas
Caciques rurales
Gente violenta que viola mujeres inocentes
Luego ya en el otro bando estaba el 95% del pueblo.
Aún no se como shishi no ganaron
Son de filmaffinity
Por supuesto hay tres forzadores en nuestros días, en contraste con la bondad que anidaban los abuelos que murieron en la guerra civil. Al final se cuenta la historia de uno de ellos, uno que una noche cavó su propia tumba a punta de pistola y que no se escapó al día siguiente aún sabiendo que lo asesinarían (los orates que finalmente lo mataron le dieron un día para que escapara, como es lógico), "por dignidad, por orgullo, por no dejar a su mujer y a sus hijos, según nos cuentan". Qué diferencia entre las víctimas del alzamiento y los hombres del presente, salvo los que tienen memoria histórica, que esos son de otra pasta.
Del mismo modo, no se explica que conozcamos tan poco del pasado reciente de la protagonista, más allá de que murieron sus padres y de que es fotógrafa, que casi sepamos más de sus abuelos que de ella misma. Es como si en consonancia con la facción ideológica que Almodóvar defiende, estos últimos 40 años de democracia no signifiquen nada, como si el presente le hubiera robado vida, su sitio, al pasado. La guerra no se ha acabado, se afirma en un momento dado, no terminará hasta que se encuentren a todos los desaparecidos. Ese parece el sentir del director, lo que quiere dejar claro, que al menos él sigue en guerra. En ese sentido, la cinta parece un panfleto ideológico que bebe de un rencor que acaba menoscabando el talento cinematográfico de su autor. Y no me refiero a la memoria histórica, al hecho totalmente comprensible de que todavía haya personas que sufren porque no saben donde están enterrados sus antepasados, sino a la utilización política que el director perpetra con esta cinta, torticera por más que intente sumergirla en los sentimientos más nobles, como la maternidad.
Vamos con otra
Metemos también con calzador un personaje tras*? Venga, va. Total, ya puestos.
La historia de Aitana-Teresa es patética. E irritante. Pedro, mira, verás, en España hay ley de divorcio desde 1981. Toda vez que Ana-Milena nació en 2000 (año arriba, año abajo) la mención que hace Teresa al Tribunal de la Rota es, más que una inexactitud, una estupidez, y con mala leche además: el cine de Almodóvar se ve en el mundo, y no será que mi país tenga todos los problemas resueltos, pero de ahí a que España, entrado el nuevo milenio, sea un estado teocrático en el que el clero tenga decisión sobre relaciones personales y su legalidad... Así se construyen las leyendas negras, luego no nos quejemos.
Israel Elejalde no sale bien parado, le cuesta imprimir intensidad a su personaje, y termina siendo un pegote. Milena Smit tampoco se hace con el suyo. Despliega bien, pero en el momento de la verdad (la confesión de Penélope-Janis) se desploma cuando el director la hace víctima de una reacción a lo Tele5, y ya no remonta. Rossy de Palma y Julieta Serrano no pintan nada en esta película.
Por último, el final. Atolondrado y apresurado, resta mucho. Ese colegueo, ese buenismo (elijo conscientemente tan manido término), no cuadra para nada, remata mal el despliegue de intensidad con que nos ha obsequiado la película.
Resumen
Esta peli se ve en el extranjero
Almodovar, como todo rojo hispánico está obsesionado por una guerra que ni vivió
El tío vive en una mezcla de 1975 y 2003 (no a la guerra, nunca mais)
Plantea cosas absurdas como un problema con el tribunal de la rota y los divorcios cuando estamos en una España donde los primeros divorciados (mi padre) ya tiene hasta nietos
Una España donde los treintañeros se levantan sufriendo por las fosas de la guerra y no por empleos de cosa y un futuro neցro
Y como siempre
Una España donde los gente de izquierdas son el BIEN
Y la derecha el mal
Y 4 gatos
Recordemos que el bando franquista estaba compuesto por
Militares
Banqueros
Obispos
Arzobispos
Nobles
Monjas
Fascistas
Caciques rurales
Gente violenta que viola mujeres inocentes
Luego ya en el otro bando estaba el 95% del pueblo.
Aún no se como shishi no ganaron