Visilleras
de Complutum
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Imagino que os acordáis del verano de 2021 y del totalitarismo salvaje aplicado de forma machacona y constante contra aquellos que dudasen, aunque fuese un poco, de la efectividad de las banderillas
¿Verdad que lo recordamos perfectamente?
A todos los que no estaban convencidos de la efectividad de la banderilla se les etiquetaba de NEGACIONISTAS.
(Y ojo, no por NEGAR, si no por DUDAR)
El totalitarismo no permite LA DUDA.
Pues bien, ahora que hay mucha gente cada vez más joven que ve en su entorno todo eso que no sale en la tele (y por lo tanto DUDAN) son tildados de NEGACIONISTAS
El totalitarismo simplemente ha cambiado su tipo de ofensiva diaria y constante: Antes el negacionista, y por lo tanto el enemigo, era aquel que dudaba de la efectividad de la banderilla.
Hoy en día el negacionista es aquel que duda de la efectividad de las políticas y organismos destinados a luchar contra la violencia de género, y por lo tanto es el ENEMIGO.
La razón detrás de este fenómeno es muy simple, y similar a lo que sucedió con el cobi19: DINERO
Pfizer, Moderna, y demás han ganado DINERO vendiendo un mejunje de dudosa efectividad contra el famoso bichito.
¿Como han conseguido vender ese mejunje? CONVENCIENDO a gobiernos para que estos implementasen politicas de banderillación agresivas, que no sólo no solucionan el problema que se quiere combatir, si no que, además lo agravan.
Pero eso importa poco porque los laboratorios se llevan mucho dinero, y todavía hay gente convencida de que la banderilla es necesaria y buena.
En el caso de el tema Viogen sucede lo mismo, pero con un matiz... no sólo ganan dinero, sino también PODER.
¿Verdad que lo recordamos perfectamente?
A todos los que no estaban convencidos de la efectividad de la banderilla se les etiquetaba de NEGACIONISTAS.
(Y ojo, no por NEGAR, si no por DUDAR)
El totalitarismo no permite LA DUDA.
Pues bien, ahora que hay mucha gente cada vez más joven que ve en su entorno todo eso que no sale en la tele (y por lo tanto DUDAN) son tildados de NEGACIONISTAS
El totalitarismo simplemente ha cambiado su tipo de ofensiva diaria y constante: Antes el negacionista, y por lo tanto el enemigo, era aquel que dudaba de la efectividad de la banderilla.
Hoy en día el negacionista es aquel que duda de la efectividad de las políticas y organismos destinados a luchar contra la violencia de género, y por lo tanto es el ENEMIGO.
La razón detrás de este fenómeno es muy simple, y similar a lo que sucedió con el cobi19: DINERO
Pfizer, Moderna, y demás han ganado DINERO vendiendo un mejunje de dudosa efectividad contra el famoso bichito.
¿Como han conseguido vender ese mejunje? CONVENCIENDO a gobiernos para que estos implementasen politicas de banderillación agresivas, que no sólo no solucionan el problema que se quiere combatir, si no que, además lo agravan.
Pero eso importa poco porque los laboratorios se llevan mucho dinero, y todavía hay gente convencida de que la banderilla es necesaria y buena.
En el caso de el tema Viogen sucede lo mismo, pero con un matiz... no sólo ganan dinero, sino también PODER.
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