François
Madmaxista
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No parece ser el típico nini que habita por el foro. Me ha sorprendido que el cuerpo humano sea capaz de aguantar tanta tralla.
edition.cnn.com
GOOGLE tras*LATOR
No es de extrañar que Gary McKee haya sido apodado "hombre de maratón". Corrió uno todos los días el año pasado.
Si McKee pasara por el proceso de ratificar su hazaña sobrehumana de resistencia y perseverancia, sería cómodamente un récord mundial Guinness. Eso actualmente es de 106 días consecutivos de maratón para mujeres y 62 para hombres.
Pero mucho antes de embarcarse en el desafío, completando la primera de sus 365 maratones el 1 de enero del año pasado, McKee nunca estuvo interesado en poner su nombre en los libros de récords.
“Siempre he dicho que los discos son para los DJ y yo no soy un DJ”, bromea.
En cambio, el hombre de 53 años buscó recaudar dinero para dos organizaciones benéficas: una que ofrece apoyo a pacientes con cáncer y sus familias y otra que brinda atención al final de la vida. Ha recaudado cerca de 1,5 millones de dólares hasta el momento, superando su objetivo inicial de 1 000 000 de libras esterlinas (1,24 millones de dólares).
“No necesito tener un registro, no es por lo que lo he hecho”, le dice McKee a CNN Sport. “Para hacer eso, habría significado que el desafío era sobre mí, y no sobre mí. Se trataba de ayudar a otras personas. No fue nada para beneficio personal”.
Tal vez no sea una ganancia personal, pero para aquellos en la ciudad natal de McKee, Cleator Moor, en el noroeste de Inglaterra, el desafío Three Six Five ayudó a energizar y unificar a la comunidad local
A finales de año, unas 200 personas habían corrido maratones completos con él y 70 lo habían acompañado en bicicleta. Otros ayudaron proporcionándole zapatillas, comidas, tazas de té y toallas mientras él corría 26,2 millas cada día.
Cuando completó su último maratón el 31 de diciembre, McKee tenía cientos de personas esperándolo, además de las decenas de personas que corrieron con él en el esfuerzo final.
“Siempre dije que era un rompecabezas de 365 piezas y colocamos una pieza todos los días”, dice McKee. “La gente comenzaba a ver una imagen a medida que más piezas encajaban”.
Habiendo corrido previamente 110 maratones en 110 días, McKee tenía una idea de lo que se necesitaría para completar el desafío Three Six Five.
El proceso de un año significó que estuvo expuesto a todas las condiciones climáticas, desde el día más caluroso registrado en el Reino Unido en el verano hasta -10 grados centígrados (14 grados Farenheit) en el invierno.
El noroeste de Inglaterra es también uno de los rincones más húmedos del país, lo que hace que la lluvia sea una característica recurrente del desafío.
Pero McKee encontró una manera de lidiar con eso, inspirándose en aquellos que se someten a un tratamiento contra el cáncer.
“Cuando alguien salía de una sala de cáncer, tocaba el timbre para indicar que había terminado el tratamiento, y si salía y estaba lloviendo, decía que era la lluvia más agradable que jamás había sentido”, dice. McKee.
"Dije: 'Eso es lo que estamos haciendo hoy'. Siempre buscamos lo positivo y funcionó para todos... Es posible que hayas estado mojado, pero tu espíritu nunca se apagó".
Sin embargo, quizás su momento más bajo llegó el día 288. Al tratar de controlar una lesión continua en el tendón de la corva, McKee tomó algunas tabletas que no le sentaron bien. Terminó abandonando su maratón después de 12 millas y yendo al hospital para hacerse escaneos y análisis de sangre.
“Querían que me detuviera”, recuerda McKee, “y yo estaba mirando el reloj en la pared y mi esposa estaba conmigo. La gente que corría conmigo ese día decía que era el peor día de la 365”.
Sin inmutarse, salió del hospital sintiéndose mejor y poco después se dirigió a la pista de atletismo. Con el apoyo de sus hijos y su hermano en bicicleta, corrió las millas restantes del maratón y terminó en la oscuridad a las 8 p.m. esa tarde.
Al día siguiente, se sintió “bien como la lluvia”.
A menudo, era la compañía de amigos y familiares, ya sea a pie o en bicicleta, lo que motivaba a McKee a levantarse de la cama y comenzar a correr todas las mañanas. Se acostumbró a abrir la puerta a las 6 de la mañana y encontrarse con un grupo de 10 personas esperándolo con faros.
Durante 360 de sus 365 maratones, McKee corrió exactamente la misma ruta alrededor de Cleator Moor, comenzando y terminando en su casa. Eso significaba que aquellos que querían unirse sabían dónde estaría y cuándo, entrando y saliendo del maratón como quisieran.
También significaba que podía presenciar el cambio de estaciones en el campo que lo rodeaba: los mismos árboles creciendo y perdiendo sus hojas, la nieve cayendo sobre las montañas y luego derritiéndose, y las mismas flores floreciendo y marchitándose durante todo el año.
“Te da la oportunidad de ver un ciclo de vida completo”, dice McKee. “Cuando miras las fotografías, puedes ver el cambio. Es increíble."
Se aventuró a salir de la misma ruta en cinco ocasiones: dos para correr en Londres alrededor del Estadio Olímpico, una vez en Manchester antes de la final de la Copa Mundial de la Liga de Rugby, una vez en la ciudad de Keswick después de una invitación del alcalde y una vez para abrir un nueva pista de atletismo para su trabajo en el sitio nuclear de Sellafield.
McKee, un líder de equipo de turno en Sellafield, cree que puede tener derecho a correr el primer maratón del mundo en un sitio nuclear.
Él dice que administrar el trabajo junto con un maratón diario fue un desafío, particularmente cuando se levantaba a las 4:45 a.m. para cubrir el turno temprano en la oficina, luego volvía a casa y tenía que correr un maratón.
Se las arregló con la ayuda de permisos adicionales, algunos de los cuales los tras*firió del año anterior, y poder trabajar desde casa.
Pero McKee admite que hubo momentos en que la fatiga de un maratón diario lo alcanzó y estima que perdió tres piedras (42 libras) de peso en el tras*curso del año.
Con ese fin, y habiendo corrido alrededor de 9,600 millas el año pasado, comenzó 2023 a un ritmo más fácil, principalmente corriendo distancias más cortas en casa en la cinta de correr.
Eso no quiere decir que no haya pensado en su próximo desafío. A McKee se le ha ofrecido la entrada para Grand to Grand en septiembre: una carrera de siete días y 171 millas, autosuficiente, desde el Gran Cañón en Arizona hasta la Gran Escalera en Utah.
Y a pesar de correr en un continente diferente, su objetivo principal seguirá siendo el mismo.
“La gente estará dispuesta a apoyarme y patrocinarme como lo han hecho en el pasado”, dice McKee. “Y de eso se trata la vida para mí. Se trata de ayudar a la gente”.
How Gary McKee overcame rain, injury, and a hospital visit to run a marathon every day of the year | CNN
It's little wonder Gary McKee has been nicknamed "marathon man." He ran one every day last year.
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No es de extrañar que Gary McKee haya sido apodado "hombre de maratón". Corrió uno todos los días el año pasado.
Si McKee pasara por el proceso de ratificar su hazaña sobrehumana de resistencia y perseverancia, sería cómodamente un récord mundial Guinness. Eso actualmente es de 106 días consecutivos de maratón para mujeres y 62 para hombres.
Pero mucho antes de embarcarse en el desafío, completando la primera de sus 365 maratones el 1 de enero del año pasado, McKee nunca estuvo interesado en poner su nombre en los libros de récords.
“Siempre he dicho que los discos son para los DJ y yo no soy un DJ”, bromea.
En cambio, el hombre de 53 años buscó recaudar dinero para dos organizaciones benéficas: una que ofrece apoyo a pacientes con cáncer y sus familias y otra que brinda atención al final de la vida. Ha recaudado cerca de 1,5 millones de dólares hasta el momento, superando su objetivo inicial de 1 000 000 de libras esterlinas (1,24 millones de dólares).
“No necesito tener un registro, no es por lo que lo he hecho”, le dice McKee a CNN Sport. “Para hacer eso, habría significado que el desafío era sobre mí, y no sobre mí. Se trataba de ayudar a otras personas. No fue nada para beneficio personal”.
Tal vez no sea una ganancia personal, pero para aquellos en la ciudad natal de McKee, Cleator Moor, en el noroeste de Inglaterra, el desafío Three Six Five ayudó a energizar y unificar a la comunidad local
A finales de año, unas 200 personas habían corrido maratones completos con él y 70 lo habían acompañado en bicicleta. Otros ayudaron proporcionándole zapatillas, comidas, tazas de té y toallas mientras él corría 26,2 millas cada día.
Cuando completó su último maratón el 31 de diciembre, McKee tenía cientos de personas esperándolo, además de las decenas de personas que corrieron con él en el esfuerzo final.
“Siempre dije que era un rompecabezas de 365 piezas y colocamos una pieza todos los días”, dice McKee. “La gente comenzaba a ver una imagen a medida que más piezas encajaban”.
Habiendo corrido previamente 110 maratones en 110 días, McKee tenía una idea de lo que se necesitaría para completar el desafío Three Six Five.
El proceso de un año significó que estuvo expuesto a todas las condiciones climáticas, desde el día más caluroso registrado en el Reino Unido en el verano hasta -10 grados centígrados (14 grados Farenheit) en el invierno.
El noroeste de Inglaterra es también uno de los rincones más húmedos del país, lo que hace que la lluvia sea una característica recurrente del desafío.
Pero McKee encontró una manera de lidiar con eso, inspirándose en aquellos que se someten a un tratamiento contra el cáncer.
“Cuando alguien salía de una sala de cáncer, tocaba el timbre para indicar que había terminado el tratamiento, y si salía y estaba lloviendo, decía que era la lluvia más agradable que jamás había sentido”, dice. McKee.
"Dije: 'Eso es lo que estamos haciendo hoy'. Siempre buscamos lo positivo y funcionó para todos... Es posible que hayas estado mojado, pero tu espíritu nunca se apagó".
Sin embargo, quizás su momento más bajo llegó el día 288. Al tratar de controlar una lesión continua en el tendón de la corva, McKee tomó algunas tabletas que no le sentaron bien. Terminó abandonando su maratón después de 12 millas y yendo al hospital para hacerse escaneos y análisis de sangre.
“Querían que me detuviera”, recuerda McKee, “y yo estaba mirando el reloj en la pared y mi esposa estaba conmigo. La gente que corría conmigo ese día decía que era el peor día de la 365”.
Sin inmutarse, salió del hospital sintiéndose mejor y poco después se dirigió a la pista de atletismo. Con el apoyo de sus hijos y su hermano en bicicleta, corrió las millas restantes del maratón y terminó en la oscuridad a las 8 p.m. esa tarde.
Al día siguiente, se sintió “bien como la lluvia”.
A menudo, era la compañía de amigos y familiares, ya sea a pie o en bicicleta, lo que motivaba a McKee a levantarse de la cama y comenzar a correr todas las mañanas. Se acostumbró a abrir la puerta a las 6 de la mañana y encontrarse con un grupo de 10 personas esperándolo con faros.
Durante 360 de sus 365 maratones, McKee corrió exactamente la misma ruta alrededor de Cleator Moor, comenzando y terminando en su casa. Eso significaba que aquellos que querían unirse sabían dónde estaría y cuándo, entrando y saliendo del maratón como quisieran.
También significaba que podía presenciar el cambio de estaciones en el campo que lo rodeaba: los mismos árboles creciendo y perdiendo sus hojas, la nieve cayendo sobre las montañas y luego derritiéndose, y las mismas flores floreciendo y marchitándose durante todo el año.
“Te da la oportunidad de ver un ciclo de vida completo”, dice McKee. “Cuando miras las fotografías, puedes ver el cambio. Es increíble."
Se aventuró a salir de la misma ruta en cinco ocasiones: dos para correr en Londres alrededor del Estadio Olímpico, una vez en Manchester antes de la final de la Copa Mundial de la Liga de Rugby, una vez en la ciudad de Keswick después de una invitación del alcalde y una vez para abrir un nueva pista de atletismo para su trabajo en el sitio nuclear de Sellafield.
McKee, un líder de equipo de turno en Sellafield, cree que puede tener derecho a correr el primer maratón del mundo en un sitio nuclear.
Él dice que administrar el trabajo junto con un maratón diario fue un desafío, particularmente cuando se levantaba a las 4:45 a.m. para cubrir el turno temprano en la oficina, luego volvía a casa y tenía que correr un maratón.
Se las arregló con la ayuda de permisos adicionales, algunos de los cuales los tras*firió del año anterior, y poder trabajar desde casa.
Pero McKee admite que hubo momentos en que la fatiga de un maratón diario lo alcanzó y estima que perdió tres piedras (42 libras) de peso en el tras*curso del año.
Con ese fin, y habiendo corrido alrededor de 9,600 millas el año pasado, comenzó 2023 a un ritmo más fácil, principalmente corriendo distancias más cortas en casa en la cinta de correr.
Eso no quiere decir que no haya pensado en su próximo desafío. A McKee se le ha ofrecido la entrada para Grand to Grand en septiembre: una carrera de siete días y 171 millas, autosuficiente, desde el Gran Cañón en Arizona hasta la Gran Escalera en Utah.
Y a pesar de correr en un continente diferente, su objetivo principal seguirá siendo el mismo.
“La gente estará dispuesta a apoyarme y patrocinarme como lo han hecho en el pasado”, dice McKee. “Y de eso se trata la vida para mí. Se trata de ayudar a la gente”.
