M. Priede
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Que la monarquía a sueldo de Rothschild y cuyo reino vive del robo (financiero desde hace más de dos siglos), llegue a expedir una orden de extradicción contra un rey de España por un lío con una cortesana, debería de ser razón suficiente para que nos demos cuenta de adonde llega la nula soberanía española, para gozo y disfrute de los pigs anglomaníacos de la derechita y la derechota que padecemos en España desde hace doscientos años. Alguno de ellos será capaz de decir que Gran Bretaña muestra una vez más su verdadera independencia judicial como reino modélico que es. Y eso teniendo en España el agujero neցro de Gibraltar integrado en una red de agujeros llamados paraísos fiscales que sólo pueden existir bajo el amparo de Inglaterra y EE.UU; ningún otro país los puede tener.
Pero es que nuestros anglómanos lo único que admiran, como buenos cafres, es la fuerza, por eso jamás escribieron una línea en contra de su amado íncubo inglés cuando liquidó a la princesa Diana de Gales por quedarse preñada de un árabe.
Que Suiza, esa próspera cueva de Alí Babá, persiga a Juan Carlos I por depositar dinero en su inmaculado sistema bancario tampoco dará que pensar a nuestros 'uropeos' celtibéricos, esos papanatas que descubren a Ortega ("España es el problema; Europa la solución") cada vez que nos acosan, porque es la continuidad de España como nación lo que está en juego desde la fin de Franco, incluso antes, por lo menos desde que Francia apadrinaba el terrorismo de ETA dándoles libertad para actuar en su país y EEUU exigió la entrada en la OTAN al anglófilo alopécico Sotelo, que fue muy diligente obedeciendo la orden tras el 23-f. Felipe González mantuvo la duda de si salir o quedar, pero el atentado 'islamista' en el restaurante El Descanso y los muertos españoles -oficialmente 18- le despejó las dudas. Y es que ya en los años 80 Al Qaeda son los padres actuaba impunemente en España. Qué decir del 11-m.
Hoy, nuestros amigos y aliados (Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Holanda, EE.UU, Israel y hasta Letonia) protegen a los secesionistas catalanes. En realidad buscan fracturar la nación y antes, durante o después de la fractura quedarse con lo que tenga algo de valor a precio de saldo.
Felipe VI sabe lo que hay en juego, por eso como buen Borbón se somete a la Reina de Inglaterra, lo mismo que sus antepasados hicieron con Napoleón y con cualquiera que pusiera en riesgo su trono.
SI INGLATERRA CURSA LA ORDEN DE EXTRADICCIÓN A SU COLONIA DE EMIRATOS ÁRABES Y FELIPE VI NO DEVUELVE LA ORDEN DE LA JARRETERA, LA CORONA ESPAÑOLA QUEDARÁ TOTALMENTE DESLEGITIMADA EN EL MUNDO, Y POR TANTO EN ESPAÑA. EL 'QUÉ DIRÁN POR AHÍ' ES EN EL ESPAÑOL LA MÁS ALTA INSTANCIA DE SU PROPIA EXISTENCIA, ESPECIALMENTE EN EL pueblerino COSMOPOLITA, EL COSMOPALETO.
Benedicto XVI: "El diablo quiere destruir España"
Pero en el país de los ceporros y huevonistas bocachanclas de derecha y de izquierda (uso su chusquería para que se entienda, porque el español ya no presta atención si no se le habla en el único lenguaje que respeta) estas cosas son reflexiones de conspiranoicos. El problema, según ellos, lo tenemos dentro, con nuestros "de derechass y gente de izquierdas"; pensar que 'estos gente de izquierdas y de derechass' no habrían llegado adonde están sin apoyo y permiso de las élites extranjeras es -según el progretario, el mongoliberal o chupacirios "****ocristiano" que tanto les gusta decir a ellos- propio de ignorantes o orates.
¿Cuál fue el pistoletazo de salida para el derribo del régimen del 78?
¿Por qué Suiza vulnera su secreto bancario para atacar la monarquía española?
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El Confidencial
Corinna cerca a Juan Carlos I en Reino Unido: se avecina una crisis diplomática
Los hechos que tendrá que valorar la Justicia británica afectan al emérito en primera persona cuando ha perdido la calidad de jefe de Estado y ha salido de España
El rey Juan Carlos y Corinna, en una imagen de archivo. (EFE)
Beatriz Parera
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24/08/2020 05:00
Los frentes legales de Juan Carlos I se multiplican y, tras el cuarto de ellos, la futura gestión judicial de la denuncia que Corinna Larsen cursa en Reino Unido contra el Rey emérito, se cocina una crisis diplomática que pondrá a prueba las relaciones entre los dos Estados. Mientras que las investigaciones abiertas en España y Suiza exploran por el momento los aledaños de su manejo del millonario 'regalo' saudí de 2008 y avanzan entre la protección de la inviolabilidad de la que gozaba hasta 2014 en el primer caso y la carencia —al menos por ahora— de indicios concretos y directos de blanqueo o evasión fiscal en el segundo, los hechos que tendrá que valorar la Justicia británica le afectan en primera persona y en un momento en que ha perdido la calidad de jefe de Estado e incluso la relativa protección con que contaba por su arraigo en el país en el que reinó durante 40 años.
La pelea legal de Reino Unido que va a emprender Corinna zu Sayn-Wittgenstein proporciona a la examante del Rey la oportunidad de pasar de acusada por una presunta cooperación como testaferro —en Suiza ha sido imputada por el fiscal Yves Bertossa, y en España, por la Audiencia Nacional, que investiga sus contactos con el comisario Villarejo— a acusadora. Podrá allí defender su versión. El núcleo de su discurso es que, en el resto del procedimiento, se la está colocando como "chivo expiatorio" de irregularidades que corresponden en realidad al Rey emérito. Y no piensa desaprovechar la oportunidad, como dejó claro en la entrevista concedida la pasada semana a la BBC. Acusa a Juan Carlos I de acoso y amenazas poniendo en bandeja que un juez de Londres le cite en territorio británico.
Ante la cadena británica, Larsen anticipó sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró haberse convertido en el centro de una perniciosa campaña de acoso, que aún sigue activa y que ha sido "parcialmente orquestada por el CNI español". Y enseñó pruebas. Suministró un listado "de números de informes policiales relacionados con los incidentes que alega que han ocurrido en Reino Unido en los últimos años" y que fue denunciando ante las autoridades. Todos ellos tuvieron lugar en territorio británico, por lo que la competencia para investigarlos es evidente
"El acoso nunca ha cesado, si acaso se ha intensificado", dijo y añadió: "Hablaremos de esto en los procesos que se celebrarán en Reino Unido. El caso tratará todos los elementos de la campaña de abuso. Juan Carlos será el acusado, pero quizá no sea el único". La empresaria hizo pública su intención de denunciar el pasado marzo, pero la esa época en el 2020 de la que yo le hablo mundial ha dilatado sus planes, que retomará en las próximas semanas.
Ante la cadena británica, Larsen anticipó sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró estar en el centro de una campaña de acoso
Su intención es denunciar a don Juan Carlos en los tribunales de Londres por amenazas y el acoso que dice sufrir desde 2012, cuando salió a la luz su relación después del viaje que realizaron juntos a Botsuana. La presión se dirige a tratar de acallarla —defiende— para que no revele secretos de Estado que, según ella, le acusan de tener en su poder. Implica también en los hechos al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán, de quien asegura que está detrás de la "campaña" en su contra y de amenazarla personalmente en Reino Unido.
Las pruebas, ante notario
Según la versión de Corinna, todo comenzó a raíz de que el Rey emérito tuviera el accidente en Botsuana. Semanas después, su casa y su oficina de Mónaco fueron "ocupadas" por personal de una empresa de seguridad del país. Días antes, había recibido un mensaje en el que le comunicaban que habían contactado con ella a través de sus "amigos de Madrid", por lo que ella interpretó que estaba relacionado con don Juan Carlos. Si bien desde la empresa de seguridad le trasladaron que se trataba de una misión de protección, ella sospechó que se trataba de una "tapadera" de los servicios secretos de España para llevarse documentos. Por eso, dice que pidió explicaciones al monarca y este le dijo que Sanz Roldán era quien estaba coordinando la operación.
Antes de formalizar la denuncia, Larsen aportó las pruebas que dice poseer a un notario. Adjuntó a una declaración jurada una serie de SMS intercambiados con el Rey emérito, cuyo número de teléfono guarda en su lista de contactos como 'John Smith', y una serie de correos electrónicos remitidos al exjefe de los servicios secretos que, según asegura, contienen amenazas.
Así las cosas, será un juez inglés el que tenga que valorar una denuncia en la que Juan Carlos figura como acusado directo y que se acompaña de una serie de pruebas documentales. El Rey emérito ya no es jefe de Estado y la figura que ostenta aún no lleva aparejada inmunidad internacional. Al perderla desde su abdicación, estaría obligado a declarar si es citado. El magistrado que decida tendrá que remitir una comisión rogatoria que, hasta hace poco, hubiera tramitado España pero que ahora dependerá de Emiratos Árabes, su nuevo lugar de residencia. Todo un Tetris diplomático con múltiples piezas que pondrá en jaque, sin duda, las relaciones internacionales hispano-británicas.
Pero es que nuestros anglómanos lo único que admiran, como buenos cafres, es la fuerza, por eso jamás escribieron una línea en contra de su amado íncubo inglés cuando liquidó a la princesa Diana de Gales por quedarse preñada de un árabe.
Que Suiza, esa próspera cueva de Alí Babá, persiga a Juan Carlos I por depositar dinero en su inmaculado sistema bancario tampoco dará que pensar a nuestros 'uropeos' celtibéricos, esos papanatas que descubren a Ortega ("España es el problema; Europa la solución") cada vez que nos acosan, porque es la continuidad de España como nación lo que está en juego desde la fin de Franco, incluso antes, por lo menos desde que Francia apadrinaba el terrorismo de ETA dándoles libertad para actuar en su país y EEUU exigió la entrada en la OTAN al anglófilo alopécico Sotelo, que fue muy diligente obedeciendo la orden tras el 23-f. Felipe González mantuvo la duda de si salir o quedar, pero el atentado 'islamista' en el restaurante El Descanso y los muertos españoles -oficialmente 18- le despejó las dudas. Y es que ya en los años 80 Al Qaeda son los padres actuaba impunemente en España. Qué decir del 11-m.
Hoy, nuestros amigos y aliados (Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Holanda, EE.UU, Israel y hasta Letonia) protegen a los secesionistas catalanes. En realidad buscan fracturar la nación y antes, durante o después de la fractura quedarse con lo que tenga algo de valor a precio de saldo.
Felipe VI sabe lo que hay en juego, por eso como buen Borbón se somete a la Reina de Inglaterra, lo mismo que sus antepasados hicieron con Napoleón y con cualquiera que pusiera en riesgo su trono.
SI INGLATERRA CURSA LA ORDEN DE EXTRADICCIÓN A SU COLONIA DE EMIRATOS ÁRABES Y FELIPE VI NO DEVUELVE LA ORDEN DE LA JARRETERA, LA CORONA ESPAÑOLA QUEDARÁ TOTALMENTE DESLEGITIMADA EN EL MUNDO, Y POR TANTO EN ESPAÑA. EL 'QUÉ DIRÁN POR AHÍ' ES EN EL ESPAÑOL LA MÁS ALTA INSTANCIA DE SU PROPIA EXISTENCIA, ESPECIALMENTE EN EL pueblerino COSMOPOLITA, EL COSMOPALETO.
Benedicto XVI: "El diablo quiere destruir España"
Pero en el país de los ceporros y huevonistas bocachanclas de derecha y de izquierda (uso su chusquería para que se entienda, porque el español ya no presta atención si no se le habla en el único lenguaje que respeta) estas cosas son reflexiones de conspiranoicos. El problema, según ellos, lo tenemos dentro, con nuestros "de derechass y gente de izquierdas"; pensar que 'estos gente de izquierdas y de derechass' no habrían llegado adonde están sin apoyo y permiso de las élites extranjeras es -según el progretario, el mongoliberal o chupacirios "****ocristiano" que tanto les gusta decir a ellos- propio de ignorantes o orates.
¿Cuál fue el pistoletazo de salida para el derribo del régimen del 78?
¿Por qué Suiza vulnera su secreto bancario para atacar la monarquía española?
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El Confidencial
Corinna cerca a Juan Carlos I en Reino Unido: se avecina una crisis diplomática
Los hechos que tendrá que valorar la Justicia británica afectan al emérito en primera persona cuando ha perdido la calidad de jefe de Estado y ha salido de España
Beatriz Parera
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- Familia Real Española
- Rey Don Juan Carlos
- Corinna zu Sayn-Wittgenstein
- Reino Unido
- Félix Sanz Roldán
24/08/2020 05:00
Los frentes legales de Juan Carlos I se multiplican y, tras el cuarto de ellos, la futura gestión judicial de la denuncia que Corinna Larsen cursa en Reino Unido contra el Rey emérito, se cocina una crisis diplomática que pondrá a prueba las relaciones entre los dos Estados. Mientras que las investigaciones abiertas en España y Suiza exploran por el momento los aledaños de su manejo del millonario 'regalo' saudí de 2008 y avanzan entre la protección de la inviolabilidad de la que gozaba hasta 2014 en el primer caso y la carencia —al menos por ahora— de indicios concretos y directos de blanqueo o evasión fiscal en el segundo, los hechos que tendrá que valorar la Justicia británica le afectan en primera persona y en un momento en que ha perdido la calidad de jefe de Estado e incluso la relativa protección con que contaba por su arraigo en el país en el que reinó durante 40 años.
La pelea legal de Reino Unido que va a emprender Corinna zu Sayn-Wittgenstein proporciona a la examante del Rey la oportunidad de pasar de acusada por una presunta cooperación como testaferro —en Suiza ha sido imputada por el fiscal Yves Bertossa, y en España, por la Audiencia Nacional, que investiga sus contactos con el comisario Villarejo— a acusadora. Podrá allí defender su versión. El núcleo de su discurso es que, en el resto del procedimiento, se la está colocando como "chivo expiatorio" de irregularidades que corresponden en realidad al Rey emérito. Y no piensa desaprovechar la oportunidad, como dejó claro en la entrevista concedida la pasada semana a la BBC. Acusa a Juan Carlos I de acoso y amenazas poniendo en bandeja que un juez de Londres le cite en territorio británico.
Ante la cadena británica, Larsen anticipó sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró haberse convertido en el centro de una perniciosa campaña de acoso, que aún sigue activa y que ha sido "parcialmente orquestada por el CNI español". Y enseñó pruebas. Suministró un listado "de números de informes policiales relacionados con los incidentes que alega que han ocurrido en Reino Unido en los últimos años" y que fue denunciando ante las autoridades. Todos ellos tuvieron lugar en territorio británico, por lo que la competencia para investigarlos es evidente
"El acoso nunca ha cesado, si acaso se ha intensificado", dijo y añadió: "Hablaremos de esto en los procesos que se celebrarán en Reino Unido. El caso tratará todos los elementos de la campaña de abuso. Juan Carlos será el acusado, pero quizá no sea el único". La empresaria hizo pública su intención de denunciar el pasado marzo, pero la esa época en el 2020 de la que yo le hablo mundial ha dilatado sus planes, que retomará en las próximas semanas.
Ante la cadena británica, Larsen anticipó sus intenciones y mostró, en parte, sus cartas. Aseguró estar en el centro de una campaña de acoso
Su intención es denunciar a don Juan Carlos en los tribunales de Londres por amenazas y el acoso que dice sufrir desde 2012, cuando salió a la luz su relación después del viaje que realizaron juntos a Botsuana. La presión se dirige a tratar de acallarla —defiende— para que no revele secretos de Estado que, según ella, le acusan de tener en su poder. Implica también en los hechos al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán, de quien asegura que está detrás de la "campaña" en su contra y de amenazarla personalmente en Reino Unido.
Las pruebas, ante notario
Según la versión de Corinna, todo comenzó a raíz de que el Rey emérito tuviera el accidente en Botsuana. Semanas después, su casa y su oficina de Mónaco fueron "ocupadas" por personal de una empresa de seguridad del país. Días antes, había recibido un mensaje en el que le comunicaban que habían contactado con ella a través de sus "amigos de Madrid", por lo que ella interpretó que estaba relacionado con don Juan Carlos. Si bien desde la empresa de seguridad le trasladaron que se trataba de una misión de protección, ella sospechó que se trataba de una "tapadera" de los servicios secretos de España para llevarse documentos. Por eso, dice que pidió explicaciones al monarca y este le dijo que Sanz Roldán era quien estaba coordinando la operación.
Antes de formalizar la denuncia, Larsen aportó las pruebas que dice poseer a un notario. Adjuntó a una declaración jurada una serie de SMS intercambiados con el Rey emérito, cuyo número de teléfono guarda en su lista de contactos como 'John Smith', y una serie de correos electrónicos remitidos al exjefe de los servicios secretos que, según asegura, contienen amenazas.
Así las cosas, será un juez inglés el que tenga que valorar una denuncia en la que Juan Carlos figura como acusado directo y que se acompaña de una serie de pruebas documentales. El Rey emérito ya no es jefe de Estado y la figura que ostenta aún no lleva aparejada inmunidad internacional. Al perderla desde su abdicación, estaría obligado a declarar si es citado. El magistrado que decida tendrá que remitir una comisión rogatoria que, hasta hace poco, hubiera tramitado España pero que ahora dependerá de Emiratos Árabes, su nuevo lugar de residencia. Todo un Tetris diplomático con múltiples piezas que pondrá en jaque, sin duda, las relaciones internacionales hispano-británicas.
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