Conflicto por la iluminación del Allianz Arena en el Alemania - Hungría: la bandera LGTBI no es hacer política

El Pionero

Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
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por Aleksander Ceferin, que se ha pronunciado en varias ocasiones contra la homofobia. Otra cosa es el debate político que genera su exhibición, como ya sucedió en los ayuntamientos españoles, las reacciones en las gradas, el temor de los futbolistas a declarar su gaysidad o la disconformidad de determinados dirigentes. Es el caso de Viktor Orban, primer ministro de Hungría, cuya selección jugará el miércoles en el Allianz de Múnich frente a Alemania. El consistorio de la ciudad bávara quiere que su de derechasda se ilumine con los colores arcoíris. Si la UEFA es consecuente, no se opondrá.

"Hace años, es seguro que la rodilla en tierra del Black Lives Matter hubiera provocado sanciones por entenderse como una manifestación política. Hoy, al menos en el fútbol, no es que esté tolerado, es que incluso se aplaude y fomenta por parte de UEFA o FIFA", dice un jurista deportivo vinculado en el pasado a las organizaciones deportivas. La lucha contra el racismo y la homofobia son causas tras*versales que se insertan entre las grandes reivindicaciones de los derechos humanos. Es evidente que las organizaciones siempre pueden hacer más, pero existe un mal cultural, casi sistémico, en el propio fútbol, catalizador de los mejores pero también los peores sentimientos del ser humano. A ello se refería Ceferin, tres años después de llegar a la presidencia de la UEFA, al decir: "Los jugadores no revelan su orientación sensual por miedo a la grada".

La homofobia, en cambio, se convierte en un problema político y jurídico cuando un régimen legisla o persigue a los gayses, como sucede en la Rusia de Vladimir pilinguin y la Hungría de Orban. A ellos enviaba también un mensaje Ceferin, durante su exposición en la Equal Game Conference: "Estoy avergonzado de que en 2019 tengamos que celebrar una conferencia para promover la diversidad. Es preocupante ver a los líderes mundiales y políticos quitar peso a los incidentes racistas y discriminatorios".

Bajo el mando de Ceferin, recién llegado al cargo, la UEFA modificó sus estatutos, después de que el Barcelona recurriera al TAS por la sanción que le impuso el organismo europeo a raíz de la aparición de 'estelades' en el Camp Nou. Los tribunales españoles habían avalado que su exhibición estaba amparada por la libertad de expresión. De ese modo lo admitió la propia UEFA antes de lo que podría haber sido un varapalo en su contra si el TAS se hubiera pronunciado. Entonces sí se trataba de un emblema político, aunque no, como señalaban los jueces españoles, de una bandera que incitara al repruebo.

MARTÍNEZ-ALMEIDA Y EL NO DEL SUPREMO
En la última Eurocopa prepandemia, en 2016 en Francia, la bandera arcoíris lució en la de derechasda del ayuntamiento de París durante el torneo sin generar controversia. En los consistorios españoles, en cambio, ha levantado el debate. El último de ellos, el de Madrid, acaba de decidir que no ondee en su de derechasda durante la semana del Orgullo lgtb, pese a tratarse de una de las capitales del mundo donde tiene mayor seguimiento. Se ampara el alcalde José LuisMartínez-Almeida en una sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe las banderas no oficiales en los edificios de las instituciones públicas, aunque el espíritu de esa sentencia, según parte de la doctrina, es ir contra las banderas de reivindicaciones territoriales, no contra causas como la de los derechos LGTBI. En Múnich lo tienen claro.

En un mes, cuando empiecen los Juegos de Tokio, sabremos si el Comité Olímpico Internacional (COI) ha evolucionado como lo han hecho FIFA y UEFA o lleva al extremo la regla 50 de la Carta Olímpica, que prohíbe manifestaciones de tipo político, religioso o racial. La utilizó para sancionar el Black Power, en 1968. Hacerlo hoy con el Black Lives Matter sería estar fuera de la realidad. Lo mismo sucede con las manifestaciones del colectivo LGTBI. La política oportunista que se haga con las causas, abundantes en España, no deben pervertir su sentido, que no es otro que el de defender los derechos más intrínsecos del ser humano.

 
La agenda tras* y de banderillas tras*,solo es una cortina de humo para tapar las mutaciones que la alimentación tras*génica está suponiendo en la población y las multimillonarias consecuencias económicas que supondrían de sancionar a imperios multinacionales como Monsanto y Bayer,u otras.
Aquí todo se mueve por la pasta,sino ver la película aguas oscuras y os ponéis al día de cómo funciona el mundo.
¿De quien shishi os creeis que se financian todas estas asociaciones?
Seguir la estela del dinero y sabréis quien os enferma y trafica con ello.
 
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