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Será en Octubre
Condenada en Pontevedra tras vaciar la cuenta con los ahorros que un amigo iba a destinar a tratar su enfermedad terminal
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ
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LÓPEZ PENIDE
La pontevedresa se hizo con 42.950 euros que tras*firió a una cuenta a su nombre
24 abr 2024. Actualizado a las 05:00 h.
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Como autora de un delito continuado de apropiación indebida ha sido condenada a dos años y tres meses de prisión una vecina de Cerdedo-Cotobade que se hizo con el dinero que un amigo guardaba en el banco para destinarlo a su asistencia médica. De igual modo, la sentencia del Juzgado de lo Penal número uno de Pontevedra, que es recurrible ante la Audiencia, le impone el pago a la acusada de 42.950 euros a modo de indemnización.
Esta condena es consecuencia de unos hechos que se produjeron a lo largo del 2021. Años antes, la acusada había entablado una relación de amistad con el pontevedrés, quien, al sobrevenirle una enfermedad incurable, convino con ella la apertura de una cuenta en una entidad bancaria de la que ambos serían cotitulares. Y todo ello con la finalidad de que la ahora condenada «dispusiera de las cantidades que fueran precisas para atender a las necesidades médicas y demás que fueran necesarias para atender a la enfermedad que padecía» su amigo.
Así, al abrir la cuenta el 16 de junio de 2021 se ingresaron 43.000 euros procedentes de otra cuenta de la que eran titulares el pontevedrés y su hermano. La sentencia añade que ya ese mismo día la encausada, «con el ánimo de hacer suyas las siguientes cantidades y sin intención de destinarlas a los gastos generados por la enfermedad», realizó una primera tras*ferencia de tres mil euros a una cuenta de la que era titular en solitario. Veinticuatro horas más tarde, llevó a cabo una segunda por importe de 38.500 euros, mientras que el 18 de junio, víspera del fallecimiento del pontevedrés, realizó una tercera por un total de 1.400 euros.
Fallecimiento del pontevedrés
Tras precisar que el 19 de junio murió el pontevedrés siendo su único heredero su hermano, refiere que la acusada llevó a cabo, apenas diez días más tarde, una última tras*ferencia de 50 euros a una cuenta a nombre, en esta ocasión, de su hija.
«La acusada hizo suya la totalidad de los 42.950 euros, que no fueron destinados a ningún cuidado médico ni atención», de su amigo, remarca la sentencia, que recoge sintetizadas las declaraciones de los testigos. Ente ellos, el hermano del fallecido, quien sostuvo que «habían hecho testamento, el que viviera, heredaba al otro», así como la empleada de una gestoría que reveló que el pontevedrés le dijo, poco antes de fallecer, que «le parecía que la estaba engañando», por lo que, al parecer, le comunicó que «la iba a denunciar».
Además, por la declaración del director de la entidad bancaria «queda acreditado que la finalidad de la apertura de la cuenta y la de hacer cotitular a la acusada era la de atender a las necesidades [del fallecido] fruto de su enfermedad y no la de donar, entregar o hacer propietaria del dinero a la acusada». Y es que esta mantuvo en el juicio que «se abrió la cuenta para que ese dinero fuera para la declarante, no solo era para gestionar los gastos que pudiera tener» el pontevedrés, sino que «le dijo que fueran para ella y que los dos pudieran tener derecho a esa cuenta».
Contradicciones
Sobre esta cuestión, el Juzgado de lo Penal alude a que la pontevedresa se contradijo con respecto a lo que manifestó en instrucción, toda vez que mantuvo entonces que el dinero era «para atender a los gastos del señor». Preguntada por tal contradicción, se limitó a señalar que en la declaración prestada en su día «estaba muy nerviosa, no sabe ni lo que dijo».
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La pontevedresa se hizo con 42.950 euros que tras*firió a una cuenta a su nombre
24 abr 2024. Actualizado a las 05:00 h.
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Como autora de un delito continuado de apropiación indebida ha sido condenada a dos años y tres meses de prisión una vecina de Cerdedo-Cotobade que se hizo con el dinero que un amigo guardaba en el banco para destinarlo a su asistencia médica. De igual modo, la sentencia del Juzgado de lo Penal número uno de Pontevedra, que es recurrible ante la Audiencia, le impone el pago a la acusada de 42.950 euros a modo de indemnización.
Esta condena es consecuencia de unos hechos que se produjeron a lo largo del 2021. Años antes, la acusada había entablado una relación de amistad con el pontevedrés, quien, al sobrevenirle una enfermedad incurable, convino con ella la apertura de una cuenta en una entidad bancaria de la que ambos serían cotitulares. Y todo ello con la finalidad de que la ahora condenada «dispusiera de las cantidades que fueran precisas para atender a las necesidades médicas y demás que fueran necesarias para atender a la enfermedad que padecía» su amigo.
Así, al abrir la cuenta el 16 de junio de 2021 se ingresaron 43.000 euros procedentes de otra cuenta de la que eran titulares el pontevedrés y su hermano. La sentencia añade que ya ese mismo día la encausada, «con el ánimo de hacer suyas las siguientes cantidades y sin intención de destinarlas a los gastos generados por la enfermedad», realizó una primera tras*ferencia de tres mil euros a una cuenta de la que era titular en solitario. Veinticuatro horas más tarde, llevó a cabo una segunda por importe de 38.500 euros, mientras que el 18 de junio, víspera del fallecimiento del pontevedrés, realizó una tercera por un total de 1.400 euros.
Fallecimiento del pontevedrés
Tras precisar que el 19 de junio murió el pontevedrés siendo su único heredero su hermano, refiere que la acusada llevó a cabo, apenas diez días más tarde, una última tras*ferencia de 50 euros a una cuenta a nombre, en esta ocasión, de su hija.
«La acusada hizo suya la totalidad de los 42.950 euros, que no fueron destinados a ningún cuidado médico ni atención», de su amigo, remarca la sentencia, que recoge sintetizadas las declaraciones de los testigos. Ente ellos, el hermano del fallecido, quien sostuvo que «habían hecho testamento, el que viviera, heredaba al otro», así como la empleada de una gestoría que reveló que el pontevedrés le dijo, poco antes de fallecer, que «le parecía que la estaba engañando», por lo que, al parecer, le comunicó que «la iba a denunciar».
Además, por la declaración del director de la entidad bancaria «queda acreditado que la finalidad de la apertura de la cuenta y la de hacer cotitular a la acusada era la de atender a las necesidades [del fallecido] fruto de su enfermedad y no la de donar, entregar o hacer propietaria del dinero a la acusada». Y es que esta mantuvo en el juicio que «se abrió la cuenta para que ese dinero fuera para la declarante, no solo era para gestionar los gastos que pudiera tener» el pontevedrés, sino que «le dijo que fueran para ella y que los dos pudieran tener derecho a esa cuenta».
Contradicciones
Sobre esta cuestión, el Juzgado de lo Penal alude a que la pontevedresa se contradijo con respecto a lo que manifestó en instrucción, toda vez que mantuvo entonces que el dinero era «para atender a los gastos del señor». Preguntada por tal contradicción, se limitó a señalar que en la declaración prestada en su día «estaba muy nerviosa, no sabe ni lo que dijo».
