Vlad_Empalador
Será en Octubre
Comunidades de vecinos asfixiadas por facturas energéticas que se triplican
S. CABRERO / C. DEVESA / A. VÁZQUEZ / L. REYREDACCIÓN / LA VOZ
ECONOMÍA · Exclusivo suscriptores
Muchas asumen que tendrán que aprobar derramas para afrontar los gastos de gas o luz
17 oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Comentar · 3
Las facturas energéticas no paran de crecer. Luz, gas o gasoil llegan cada mes a millones de hogares con cifras que quitan el hipo. Y las comunidades de propietarios se están topando con recibos que triplican los que llegaban a los buzones hace solo un año.
Así lo atestiguan desde el Colegio de Administración de Fincas de Galicia (Coafga), que tiran de cifras para dar muestra de la grave situación que atraviesan muchos de los vecinos. «Por ejemplo, tengo una comunidad pequeña en la que el año pasado, en septiembre, pagué 358 euros de gas. Este año, en el mismo mes tuvimos que pagar 1.150 euros. Y estamos en septiembre, que es un mes en el que no hay calefacción», resume Carmen Lavandeira, vicepresidenta de Coafga.
Pero el gas es solo la punta del iceberg. Lavandeira desliza otros dos ejemplos para demostrar que el esfuerzo emprendido por las familias para sufragar gastos de lo más básico no para de crecer: «Las facturas de un ascensor con 10 kilovatios de potencia ascendían a 675 euros en el 2019, escalaron hasta los 988 en el 2021 y este año se han disparado hasta los 1.505 euros». El gasoil, por su parte, ha pasado de costar 0,56 euros el litro hasta los 1,29 euros.
¿Qué puede hacer tu comunidad de vecinos para reducir las facturas energéticas?
SARA CABRERO
Presupuestos anuales
La vicepresidenta de Coafga reconoce que, ante este contexto tan turbulento, la confección de los presupuestos es un auténtico reto. «Las comunidades trabajan con presupuestos anuales. Hasta ahora, en mis presupuestos yo lo que hacía era aumentar un 3 % los gastos con respecto al presupuesto del año anterior. Íbamos ajustados, pero íbamos bien. El problema es que este año ya no sabes qué sumarles. Ahora llego a las juntas de propietarios y les digo que les he subido el doble del gas, el doble de la luz y en lo demás ya iremos viendo a ver qué pasa», resume Lavandeira, que reconoce que es posible que tengan que afrontar presupuestos anuales que se van a quedar cortos: «Igual tendremos que aprobar derramas o convocar juntas para poder pagar lo que no podemos hacer de otra manera».
Y son muchos los que creen que lo peor está por venir. Con la entrada de los meses más fríos es posible que muchos ciudadanos tengan que apretarse todavía más el cinturón para poder hacer frente a gastos tan básicos como el que exige no pasar frío.
El Gobierno creará una nueva tarifa regulada para estos consumidores
Parece que las comunidades de propietarios empiezan a vislumbrar algo de luz al final de este largo túnel que llega de la mano del invierno. La semana pasada, el Consejo de Ministros daba el visto bueno al famoso plan de contingencia, un documento que albergará las medidas que el Ejecutivo pondrá en marcha para reducir este invierno el consumo de energía. Pero también habrá otro importante paquete cuyo objetivo es echar una mano a los consumidores más vulnerables. Unos días después, Pedro Sánchez desvelaba en el Congreso de los Diputados algunas de las medidas concretas que conforman el documento. Y entre toda esta letra pequeña, una de las medidas que más ha llamado la atención está dirigida a las comunidades. Hasta ahora, estos consumidores no podían acogerse a la tarifa regulada. A pesar de que el gasto es doméstico e individualizado, en las comunidades con calderas comunitarias se tiene en cuenta el consumo global de todos los vecinos, una circunstancia que les lleva a superar ampliamente el límite de 50.000 kilovatios hora al año que venía establecido para poder acogerse a la tarifa regulada. Y, a día de hoy, esta ofrece precios mucho más económicos que los del mercado libre.
Pero a partir de mañana —fecha en la que se prevé que el Consejo de Ministros apruebe un nuevo paquete de ayudas— las cosas cambiarán. El Gobierno creará una nueva categoría de la tarifa de último recurso a la que llamará TUR Ahorro Vecinal. Esta tarifa podrá ser contratada por 1,7 millones de familias que viven en edificios con calefacciones centralizadas de gas. El objetivo que persiguen desde Moncloa es simple: reducir a la mitad los recibos que llegarán a los buzones de estas viviendas este invierno y también el próximo. Porque la TUR Ahorro Vecinal permanecerá vigente, por lo menos, hasta finales del 2023.
Ventajas
La principal ventaja de esta nueva tarifa es que estará regulada por el Gobierno, por lo que dependerá de ellos decidir hasta qué punto pueden subir los precios. De hecho, se revisan cada tres meses y las alzas se van limitando para evitar alzas tan vertiginosas como las que están experimentando con las tarifas del mercado libre.
Poder poner la calefacción pasa en muchos edificios por tener que subir las cuotas
Aquellas que consumen gasoil se quedan fuera de las ayudas
CESAR QUIAN
Tras el anuncio del Gobierno de la creación de una tarifa regulada para los edificios con calderas comunitarias de gas, la mayoría de residentes en inmuebles de este tipo en A Coruña se muestran expectantes, ya que no saben si realmente la medida les salvará del incremento de la factura o si tendrán igualmente que recortar las horas de calefacción.
«En breve las comunidades empezarán a poner la calefacción y todos están pensando qué hacer», señalan desde Castrelo Administración, donde gestionan varios inmuebles con este tipo de sistema. «Realmente no están haciendo obras para cambiar el tipo de caldera, de forma que los vecinos no tienen demasiadas opciones más allá de ponerse de acuerdo en cuántas horas encienden el sistema. Muchos están ya convocando juntas para decidir si suben la cuota comunitaria y anticiparse a la posible subida de gasto», apunta Pablo Fernández, desde la asesoría. En este sentido, señala que subir esa partida no es viable para muchos vecinos, «ya que en este tipo de edificios la media oscila entre los 130 y 150 euros, por lo que el incremento del coste, si no funciona la medida del Gobierno, será de entre un 30 y un 40 %»
De la teoría a la práctica
«Estamos evaluando poner aerotermia e intentaremos también cambiar las ventanas y revestir la de derechasda para aislarla, si nos dan subvenciones, que si no, nos será imposible». Así de tajante se muestra Julio Vázquez Turnes, presidente de la Comunidad de Propietarios Jardín del Temple, en Cambre. La mayoría de sus 72 vecinos secundan los cambios, pues la otra vía es fiarlo todo —tanto agua caliente como calefacción— a su vieja caldera de gasoil, «cuya última recarga nos costó 5.500 euros, cuando no solía rebasar los 3.000». Teniendo en cuenta, como dice, que en invierno se reposta cada mes, las facturas acumuladas llegado abril alcanzarían los 40.000 euros. Valora las ayudas para las rehabilitaciones energéticas, pero critica que los gobiernos no se esfuercen en abaratar verdaderamente las facturas: «Están bien los topes, pero si se revierten a la factura en forma de impuesto, poco se soluciona». Vázquez recuerda que se sigue pagando la energía renovable a precio de gas, dado el sistema europeo de pago de la energía, «cuando el gas representa una cantidad mínima del total producido y está más desligado que nunca con respecto al resto de la producción, sobre todo la renovable».
En esta comunidad, que se queda fuera de las ayudas prometidas por Pedro Sánchez al servirse de gasoil y no de gas, la directiva ya ha avisado a sus vecinos de que tendrá que subir las cuotas. No queda otra, asevera Julio Vázquez, «pues el precio de absolutamente todo se ha multiplicado». Sabe del difícil momento económico de muchos inquilinos y ve «hasta normal» que les cueste pagar. Él mismo reconoce haber perdido el sueño más de una vez ante los problemas invernales que ya sufren en octubre, «aunque cuando las cosas mejoran, es una satisfacción».
En situación similar está Carmen, trabajadora de María Corredoira Administración de Fincas, quien también relata que vive en un inmueble con caldera comunitaria de gasoil. «Tenemos previsto reunirnos para determinar cuánto subir la cuota comunitaria y hacer frente al incremento del precio. La previsión es que sean unos diez euros por piso». A simple vista el incremento no parece exagerado, pero la mujer aclara que «viendo que pagamos ya 140 euros, es escandaloso».
Gestoras de fincas viveirenses se muestran «desbordadas» ante facturas de gas de 3.000 euros
PEPA LOSADA
El abultado encarecimiento de la factura energética tiene «desbordadas» a las empresas que se ocupan de la gestión de comunidades de propietarios de Viveiro. «Temos algunha comunidade que antes pagaba 600 euros ó mes de gas para a calefacción e a auga quente e agora paga 3.000. Isto é unha loucura! Non hai quen o soporte porque non se trata de que un mes illado chegue un recibo descomunal, senón que é mes tras mes», explicaron esta semana en uno de los negocios de la ciudad del Landro que tiene previsto mantener reuniones con las comunidades para consensuar cómo abordar una situación que algunos empiezan a definir como «crítica».
Por tratar de causar las menos molestias posibles a las comunidades aboga otra de las empresas de administración de fincas de Viveiro, Félix, que gestiona alrededor de un centenar. «Pasamos el día cambiando contratos con comercializadoras de electricidad», relata María Novoa, administrativa, que coincide en destacar que el panorama energético es «una locura». «En cuanto llega un recibo desorbitado empezamos a hacer gestiones para agilizar el proceso, porque los presidentes de muchas de las comunidades que llevamos viven fuera y si empezamos a planificar reuniones el tiempo va pasando y las facturas siguen llegando», reflexiona la profesional.
Fincas Félix soporta esta temporada «un trabajo extra» descomunal que pasa desapercibido para muchos clientes. «Algunas comunidades han pasado de pagar alrededor de cien euros al mes por la luz del pasillo, las escaleras y los ascensores a pagar casi 600. Es una barbaridad que tenemos que gestionar con rapidez», indica Novoa, que negocia a diario con comerciales de Endesa, Iberdrola, Naturgy o Repsol, entre otros. Indica que el momento más problemático es cuando acaban los contratos y, en muchos casos, estos son renovados de forma casi automática. Es ahí, en ese tránsito, cuando muchos particulares se están llevando «el susto de su vida» al recibir facturas que duplican o incluso triplican las cantidades que estaban habituados a pagar. «Cambian las tarifas y la sorpresa es mayúscula», destacan en una empresa. Este invierno, advierten, habrá más ajustes. La calefacción será un lujo. Más que nunca.
S. CABRERO / C. DEVESA / A. VÁZQUEZ / L. REYREDACCIÓN / LA VOZ
ECONOMÍA · Exclusivo suscriptores
Muchas asumen que tendrán que aprobar derramas para afrontar los gastos de gas o luz
17 oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Comentar · 3
Las facturas energéticas no paran de crecer. Luz, gas o gasoil llegan cada mes a millones de hogares con cifras que quitan el hipo. Y las comunidades de propietarios se están topando con recibos que triplican los que llegaban a los buzones hace solo un año.
Así lo atestiguan desde el Colegio de Administración de Fincas de Galicia (Coafga), que tiran de cifras para dar muestra de la grave situación que atraviesan muchos de los vecinos. «Por ejemplo, tengo una comunidad pequeña en la que el año pasado, en septiembre, pagué 358 euros de gas. Este año, en el mismo mes tuvimos que pagar 1.150 euros. Y estamos en septiembre, que es un mes en el que no hay calefacción», resume Carmen Lavandeira, vicepresidenta de Coafga.
Pero el gas es solo la punta del iceberg. Lavandeira desliza otros dos ejemplos para demostrar que el esfuerzo emprendido por las familias para sufragar gastos de lo más básico no para de crecer: «Las facturas de un ascensor con 10 kilovatios de potencia ascendían a 675 euros en el 2019, escalaron hasta los 988 en el 2021 y este año se han disparado hasta los 1.505 euros». El gasoil, por su parte, ha pasado de costar 0,56 euros el litro hasta los 1,29 euros.
¿Qué puede hacer tu comunidad de vecinos para reducir las facturas energéticas?
SARA CABRERO
Presupuestos anuales
La vicepresidenta de Coafga reconoce que, ante este contexto tan turbulento, la confección de los presupuestos es un auténtico reto. «Las comunidades trabajan con presupuestos anuales. Hasta ahora, en mis presupuestos yo lo que hacía era aumentar un 3 % los gastos con respecto al presupuesto del año anterior. Íbamos ajustados, pero íbamos bien. El problema es que este año ya no sabes qué sumarles. Ahora llego a las juntas de propietarios y les digo que les he subido el doble del gas, el doble de la luz y en lo demás ya iremos viendo a ver qué pasa», resume Lavandeira, que reconoce que es posible que tengan que afrontar presupuestos anuales que se van a quedar cortos: «Igual tendremos que aprobar derramas o convocar juntas para poder pagar lo que no podemos hacer de otra manera».
Y son muchos los que creen que lo peor está por venir. Con la entrada de los meses más fríos es posible que muchos ciudadanos tengan que apretarse todavía más el cinturón para poder hacer frente a gastos tan básicos como el que exige no pasar frío.
El Gobierno creará una nueva tarifa regulada para estos consumidores
Parece que las comunidades de propietarios empiezan a vislumbrar algo de luz al final de este largo túnel que llega de la mano del invierno. La semana pasada, el Consejo de Ministros daba el visto bueno al famoso plan de contingencia, un documento que albergará las medidas que el Ejecutivo pondrá en marcha para reducir este invierno el consumo de energía. Pero también habrá otro importante paquete cuyo objetivo es echar una mano a los consumidores más vulnerables. Unos días después, Pedro Sánchez desvelaba en el Congreso de los Diputados algunas de las medidas concretas que conforman el documento. Y entre toda esta letra pequeña, una de las medidas que más ha llamado la atención está dirigida a las comunidades. Hasta ahora, estos consumidores no podían acogerse a la tarifa regulada. A pesar de que el gasto es doméstico e individualizado, en las comunidades con calderas comunitarias se tiene en cuenta el consumo global de todos los vecinos, una circunstancia que les lleva a superar ampliamente el límite de 50.000 kilovatios hora al año que venía establecido para poder acogerse a la tarifa regulada. Y, a día de hoy, esta ofrece precios mucho más económicos que los del mercado libre.
Pero a partir de mañana —fecha en la que se prevé que el Consejo de Ministros apruebe un nuevo paquete de ayudas— las cosas cambiarán. El Gobierno creará una nueva categoría de la tarifa de último recurso a la que llamará TUR Ahorro Vecinal. Esta tarifa podrá ser contratada por 1,7 millones de familias que viven en edificios con calefacciones centralizadas de gas. El objetivo que persiguen desde Moncloa es simple: reducir a la mitad los recibos que llegarán a los buzones de estas viviendas este invierno y también el próximo. Porque la TUR Ahorro Vecinal permanecerá vigente, por lo menos, hasta finales del 2023.
Ventajas
La principal ventaja de esta nueva tarifa es que estará regulada por el Gobierno, por lo que dependerá de ellos decidir hasta qué punto pueden subir los precios. De hecho, se revisan cada tres meses y las alzas se van limitando para evitar alzas tan vertiginosas como las que están experimentando con las tarifas del mercado libre.
Poder poner la calefacción pasa en muchos edificios por tener que subir las cuotas
Aquellas que consumen gasoil se quedan fuera de las ayudas
CESAR QUIAN
Tras el anuncio del Gobierno de la creación de una tarifa regulada para los edificios con calderas comunitarias de gas, la mayoría de residentes en inmuebles de este tipo en A Coruña se muestran expectantes, ya que no saben si realmente la medida les salvará del incremento de la factura o si tendrán igualmente que recortar las horas de calefacción.
«En breve las comunidades empezarán a poner la calefacción y todos están pensando qué hacer», señalan desde Castrelo Administración, donde gestionan varios inmuebles con este tipo de sistema. «Realmente no están haciendo obras para cambiar el tipo de caldera, de forma que los vecinos no tienen demasiadas opciones más allá de ponerse de acuerdo en cuántas horas encienden el sistema. Muchos están ya convocando juntas para decidir si suben la cuota comunitaria y anticiparse a la posible subida de gasto», apunta Pablo Fernández, desde la asesoría. En este sentido, señala que subir esa partida no es viable para muchos vecinos, «ya que en este tipo de edificios la media oscila entre los 130 y 150 euros, por lo que el incremento del coste, si no funciona la medida del Gobierno, será de entre un 30 y un 40 %»
De la teoría a la práctica
«Estamos evaluando poner aerotermia e intentaremos también cambiar las ventanas y revestir la de derechasda para aislarla, si nos dan subvenciones, que si no, nos será imposible». Así de tajante se muestra Julio Vázquez Turnes, presidente de la Comunidad de Propietarios Jardín del Temple, en Cambre. La mayoría de sus 72 vecinos secundan los cambios, pues la otra vía es fiarlo todo —tanto agua caliente como calefacción— a su vieja caldera de gasoil, «cuya última recarga nos costó 5.500 euros, cuando no solía rebasar los 3.000». Teniendo en cuenta, como dice, que en invierno se reposta cada mes, las facturas acumuladas llegado abril alcanzarían los 40.000 euros. Valora las ayudas para las rehabilitaciones energéticas, pero critica que los gobiernos no se esfuercen en abaratar verdaderamente las facturas: «Están bien los topes, pero si se revierten a la factura en forma de impuesto, poco se soluciona». Vázquez recuerda que se sigue pagando la energía renovable a precio de gas, dado el sistema europeo de pago de la energía, «cuando el gas representa una cantidad mínima del total producido y está más desligado que nunca con respecto al resto de la producción, sobre todo la renovable».
En esta comunidad, que se queda fuera de las ayudas prometidas por Pedro Sánchez al servirse de gasoil y no de gas, la directiva ya ha avisado a sus vecinos de que tendrá que subir las cuotas. No queda otra, asevera Julio Vázquez, «pues el precio de absolutamente todo se ha multiplicado». Sabe del difícil momento económico de muchos inquilinos y ve «hasta normal» que les cueste pagar. Él mismo reconoce haber perdido el sueño más de una vez ante los problemas invernales que ya sufren en octubre, «aunque cuando las cosas mejoran, es una satisfacción».
En situación similar está Carmen, trabajadora de María Corredoira Administración de Fincas, quien también relata que vive en un inmueble con caldera comunitaria de gasoil. «Tenemos previsto reunirnos para determinar cuánto subir la cuota comunitaria y hacer frente al incremento del precio. La previsión es que sean unos diez euros por piso». A simple vista el incremento no parece exagerado, pero la mujer aclara que «viendo que pagamos ya 140 euros, es escandaloso».
Gestoras de fincas viveirenses se muestran «desbordadas» ante facturas de gas de 3.000 euros
PEPA LOSADA
El abultado encarecimiento de la factura energética tiene «desbordadas» a las empresas que se ocupan de la gestión de comunidades de propietarios de Viveiro. «Temos algunha comunidade que antes pagaba 600 euros ó mes de gas para a calefacción e a auga quente e agora paga 3.000. Isto é unha loucura! Non hai quen o soporte porque non se trata de que un mes illado chegue un recibo descomunal, senón que é mes tras mes», explicaron esta semana en uno de los negocios de la ciudad del Landro que tiene previsto mantener reuniones con las comunidades para consensuar cómo abordar una situación que algunos empiezan a definir como «crítica».
Por tratar de causar las menos molestias posibles a las comunidades aboga otra de las empresas de administración de fincas de Viveiro, Félix, que gestiona alrededor de un centenar. «Pasamos el día cambiando contratos con comercializadoras de electricidad», relata María Novoa, administrativa, que coincide en destacar que el panorama energético es «una locura». «En cuanto llega un recibo desorbitado empezamos a hacer gestiones para agilizar el proceso, porque los presidentes de muchas de las comunidades que llevamos viven fuera y si empezamos a planificar reuniones el tiempo va pasando y las facturas siguen llegando», reflexiona la profesional.
Fincas Félix soporta esta temporada «un trabajo extra» descomunal que pasa desapercibido para muchos clientes. «Algunas comunidades han pasado de pagar alrededor de cien euros al mes por la luz del pasillo, las escaleras y los ascensores a pagar casi 600. Es una barbaridad que tenemos que gestionar con rapidez», indica Novoa, que negocia a diario con comerciales de Endesa, Iberdrola, Naturgy o Repsol, entre otros. Indica que el momento más problemático es cuando acaban los contratos y, en muchos casos, estos son renovados de forma casi automática. Es ahí, en ese tránsito, cuando muchos particulares se están llevando «el susto de su vida» al recibir facturas que duplican o incluso triplican las cantidades que estaban habituados a pagar. «Cambian las tarifas y la sorpresa es mayúscula», destacan en una empresa. Este invierno, advierten, habrá más ajustes. La calefacción será un lujo. Más que nunca.
