Pantanito
Himbersor
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No se podía saber
Compra una PlayStation en Badalona y acaba en una estafa y una extorsión que le cuesta todos sus ahorros
Tenemos que remontarnos al 2 de octubre de este año, cuando ofreció la venta de una consola PlayStation por 250 euros a través de Wallapop. La oferta llamó la atención de un vecino de Santa Coloma de Gramenet, con quien pactó el precio y acordaron que la recogería y la pagaría en el barrio de Sant Roc, en Badalona. Cuando el comprador llegó a este barrio conflictivo, el vendedor subió al coche, cobró los 250 euros pactados y dijo que tenían que ir hacia la Mina, en Sant Adrià de Besòs, a buscar la consola.
Todo parecía ir sobre ruedas, pero aquí es donde nuestro protagonista comenzó su actuación. Cuando llegaron a la Mina, el estafador saltó del coche y entró en un piso. Al cabo de diez minutos, salió y explicó al comprador que algo había salido mal: los Mossos habían intervenido la consola, estaban registrando el local y habían detenido a dos familiares suyos. Para salir de aquel embrollo que hizo creer a la víctima, comenzó a extorsionar al joven, reclamándole el pago de 8.500 euros para afrontar los gastos de los abogados para liberar a su primo de comisaría. Lo acusaba de haber contado el negocio a alguien, que la policía los había seguido y que ahora él también era partícipe del caso y debía ayudarle, pagando a medias los gastos.
En un primer momento, el hombre sacó el dinero que tenía ahorrado con su pareja de la cuenta corriente e hizo un primer pago de 8.500 euros. Pero el estafador, al ver que podía seguir presionándolo, continuó extorsionándolo para pedirle más dinero. A través de WhatsApp, con mensajes y decenas de llamadas, sin amenazas directas, pero infundiéndole miedo, le reclamaba más dinero. Sin ahorros en el banco, el hombre, atemorizado, pidió dinero a su progenitora y también abrió microcréditos por internet para poder pagar al estafador. En total, según la investigación, llegó a entregar un total de 15.000 euros: los primeros 8.500 y dos pagos más de unos 3.000 euros, intimidado por las amenazas veladas. El estafador le recordaba que eran amigos, que podía ir a buscarlo a casa, pero que no quería hacerlo, para meterle miedo y conseguir más dinero. Cuando le pidió 11.000 euros más, la víctima, ya sin capacidad para conseguir más dinero, decidió ir a la comisaría de Santa Coloma de Gramenet y denunciar los hechos.
Tras comprobar los hechos y revisar todos los mensajes que el estafador enviaba a la víctima, aún reclamándole dinero, los investigadores de la Unidad de Investigación confirmaron que se trataba de un delito y orquestaron un plan para detenerlo. Por la idiosincrasia del barrio donde vive el estafador, y su red familiar, de etnia etniana, se decidió tenderle una trampa fuera de Sant Roc. Los agentes se hicieron pasar por la víctima y acordaron con él encontrarse frente a una tienda de segunda mano.
Compra una PlayStation en Badalona y acaba en una estafa y una extorsión que le cuesta todos sus ahorros
Tenemos que remontarnos al 2 de octubre de este año, cuando ofreció la venta de una consola PlayStation por 250 euros a través de Wallapop. La oferta llamó la atención de un vecino de Santa Coloma de Gramenet, con quien pactó el precio y acordaron que la recogería y la pagaría en el barrio de Sant Roc, en Badalona. Cuando el comprador llegó a este barrio conflictivo, el vendedor subió al coche, cobró los 250 euros pactados y dijo que tenían que ir hacia la Mina, en Sant Adrià de Besòs, a buscar la consola.
Todo parecía ir sobre ruedas, pero aquí es donde nuestro protagonista comenzó su actuación. Cuando llegaron a la Mina, el estafador saltó del coche y entró en un piso. Al cabo de diez minutos, salió y explicó al comprador que algo había salido mal: los Mossos habían intervenido la consola, estaban registrando el local y habían detenido a dos familiares suyos. Para salir de aquel embrollo que hizo creer a la víctima, comenzó a extorsionar al joven, reclamándole el pago de 8.500 euros para afrontar los gastos de los abogados para liberar a su primo de comisaría. Lo acusaba de haber contado el negocio a alguien, que la policía los había seguido y que ahora él también era partícipe del caso y debía ayudarle, pagando a medias los gastos.
En un primer momento, el hombre sacó el dinero que tenía ahorrado con su pareja de la cuenta corriente e hizo un primer pago de 8.500 euros. Pero el estafador, al ver que podía seguir presionándolo, continuó extorsionándolo para pedirle más dinero. A través de WhatsApp, con mensajes y decenas de llamadas, sin amenazas directas, pero infundiéndole miedo, le reclamaba más dinero. Sin ahorros en el banco, el hombre, atemorizado, pidió dinero a su progenitora y también abrió microcréditos por internet para poder pagar al estafador. En total, según la investigación, llegó a entregar un total de 15.000 euros: los primeros 8.500 y dos pagos más de unos 3.000 euros, intimidado por las amenazas veladas. El estafador le recordaba que eran amigos, que podía ir a buscarlo a casa, pero que no quería hacerlo, para meterle miedo y conseguir más dinero. Cuando le pidió 11.000 euros más, la víctima, ya sin capacidad para conseguir más dinero, decidió ir a la comisaría de Santa Coloma de Gramenet y denunciar los hechos.
Tras comprobar los hechos y revisar todos los mensajes que el estafador enviaba a la víctima, aún reclamándole dinero, los investigadores de la Unidad de Investigación confirmaron que se trataba de un delito y orquestaron un plan para detenerlo. Por la idiosincrasia del barrio donde vive el estafador, y su red familiar, de etnia etniana, se decidió tenderle una trampa fuera de Sant Roc. Los agentes se hicieron pasar por la víctima y acordaron con él encontrarse frente a una tienda de segunda mano.