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Competencia pone en evidencia que los contadores de la luz digitales instalados no son 'inteligentes'
¿Contadores inteligentes? De momento, nada de nada. Uno de los principales argumentos de la factura de la luz que entró en vigor el 1 de abril –las eléctricas tienen hasta el 1 de julio para aplicarlo– es la facturación horaria. Ahora bien, el consumidor, a pesar de tener instalado ese aparatito en su casa (a finales de año deberán ser el 35% de los 16 millones de usuarios), no recibirá ninguna información. Las eléctricas, en cambio, sí que la tendrán.
De acuerdo con el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), "el sistema actual de medición no permite a los consumidores consultar sus datos en tiempo real, ni utilizar la información para hacer una gestión integral de su demanda a través de algún sistema domótico". Y dice más: "Si se quisieran aprovechar las funcionalidades de los sistemas de contador inteligente para mejorar la información de la que podrían disponer los consumidores en relación a su consumo eléctrico, sería necesario analizar los posibles métodos a adoptar para garantizar la comunicación usuario-equipo de medida".
LA CNMC, además, alerta del riesgo de fuga de información privada: "Deben adoptarse medidas para prevenir el acceso a la información de personas no autorizadas. Se considera indispensable la elaboración de una normativa específica que verse sobre la puesta a disposición y los intercambios de información entre los agentes, así como los aspectos relativos a la seguridad de la información de los consumidores conectados al sistema de telegestión".
Los contadores, si alguna vez llegan a funcionar a pleno rendimiento, podrían ser de gran utilidad para el usuario: sabría cuánto está consumiendo en cada momento, a qué precio y, en el caso del autoconsumo, se podría medir la energía aportada a la red para, posteriormente, descontarla del recibo final: "El consenso general es que los EM [equipos de medida] deben registrar la energía minorista / doméstica con el mismo intervalo que exista en el mercado mayorísta [sic]. En España este intervalo no es de 15 min, sino horario".
Eso sí, las eléctricas sí tienen activas la mayoría de las ventajas de los contadores: "Permitir la lectura de contadores a distancia por parte del operador; permitir la realización de lecturas con la frecuencia suficiente para que la información pueda utilizarse para la planificación de la red; aceptar sistemas de tarificación avanzados; permitir el control a distancia del encendido/apagado del suministro y/o la limitación del caudal de la potencia y prevenir y detectar fraudes".
El propio Gobierno reconoció hace un mes en un Real Decreto que, antes de que se pueda facturar por horas de manera personalizada, ha de establecerse un "procedimiento donde se regule la comprobación, validación y cierre de los datos procedentes de los equipos de medida", así como "los protocolos de intercambio de información, de seguridad y de confidencialidad".
Para ello, el Gobierno pide a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que remita "en el plazo máximo de dos meses desde la entrada en vigor de este real decreto", una propuesta de los procedimientos, "así como de cualquier otra disposición que fuese necesario desarrollar a efectos de la gestión de la medida horaria de los equipos de medida conectados al sistema de telegestión". Es decir, hoy por hoy, la facturación horaria no es viable, aunque se tenga contador inteligente. Y no lo será hasta dentro de meses.
Eso sí, hace semanas que Red Eléctrica Española puso en marcha una prolija web en la que se desgrana el precio horario de la luz, cuya utilidad es, hoy por hoy, nula para el consumidor –salvo por el mero placer del saber por el saber–. Entonces, si todo este sistema que se ha publicitado no es viable, ¿cómo se va a facturar la luz realmente? Pues con unos perfiles de consumo con los que se hará una media que se aplicará a la factura de cada cual.
Mientras tanto, el Ministerio de Industria y Energía, que dirige José Manuel Soria, gastará cuatro millones para explicar las virtudes del nuevo recibo de la luz.
La campaña de comunicación institucional se llamará "Ahorro de Energía y Nuevo Sistema de Facturación de la Energía Eléctrica". Ahorro, aunque la nueva factura limita al 14,8% el impacto del consumo –el resto son potencia contratada, peajes, costes fijos e impuestos–, por lo que cada vez es menos relevante cuánto se enciende o apaga la luz. El objetivo, según el Gobierno, "será informar sobre los nuevos mecanismos de facturación de los Precios Voluntarios al Pequeño Consumidor (PVPC) eléctricos y proporcionará información sobre medidas de ahorro y eficiencia energética".
"La campaña comenzará el 1 junio y durará hasta diciembre de 2014 y tiene un presupuesto neto de cuatro millones de euros", explica la referencia del Consejo de Ministros.
¿Contadores inteligentes? De momento, nada de nada. Uno de los principales argumentos de la factura de la luz que entró en vigor el 1 de abril –las eléctricas tienen hasta el 1 de julio para aplicarlo– es la facturación horaria. Ahora bien, el consumidor, a pesar de tener instalado ese aparatito en su casa (a finales de año deberán ser el 35% de los 16 millones de usuarios), no recibirá ninguna información. Las eléctricas, en cambio, sí que la tendrán.
De acuerdo con el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), "el sistema actual de medición no permite a los consumidores consultar sus datos en tiempo real, ni utilizar la información para hacer una gestión integral de su demanda a través de algún sistema domótico". Y dice más: "Si se quisieran aprovechar las funcionalidades de los sistemas de contador inteligente para mejorar la información de la que podrían disponer los consumidores en relación a su consumo eléctrico, sería necesario analizar los posibles métodos a adoptar para garantizar la comunicación usuario-equipo de medida".
LA CNMC, además, alerta del riesgo de fuga de información privada: "Deben adoptarse medidas para prevenir el acceso a la información de personas no autorizadas. Se considera indispensable la elaboración de una normativa específica que verse sobre la puesta a disposición y los intercambios de información entre los agentes, así como los aspectos relativos a la seguridad de la información de los consumidores conectados al sistema de telegestión".
Los contadores, si alguna vez llegan a funcionar a pleno rendimiento, podrían ser de gran utilidad para el usuario: sabría cuánto está consumiendo en cada momento, a qué precio y, en el caso del autoconsumo, se podría medir la energía aportada a la red para, posteriormente, descontarla del recibo final: "El consenso general es que los EM [equipos de medida] deben registrar la energía minorista / doméstica con el mismo intervalo que exista en el mercado mayorísta [sic]. En España este intervalo no es de 15 min, sino horario".
Eso sí, las eléctricas sí tienen activas la mayoría de las ventajas de los contadores: "Permitir la lectura de contadores a distancia por parte del operador; permitir la realización de lecturas con la frecuencia suficiente para que la información pueda utilizarse para la planificación de la red; aceptar sistemas de tarificación avanzados; permitir el control a distancia del encendido/apagado del suministro y/o la limitación del caudal de la potencia y prevenir y detectar fraudes".
El propio Gobierno reconoció hace un mes en un Real Decreto que, antes de que se pueda facturar por horas de manera personalizada, ha de establecerse un "procedimiento donde se regule la comprobación, validación y cierre de los datos procedentes de los equipos de medida", así como "los protocolos de intercambio de información, de seguridad y de confidencialidad".
Para ello, el Gobierno pide a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que remita "en el plazo máximo de dos meses desde la entrada en vigor de este real decreto", una propuesta de los procedimientos, "así como de cualquier otra disposición que fuese necesario desarrollar a efectos de la gestión de la medida horaria de los equipos de medida conectados al sistema de telegestión". Es decir, hoy por hoy, la facturación horaria no es viable, aunque se tenga contador inteligente. Y no lo será hasta dentro de meses.
Eso sí, hace semanas que Red Eléctrica Española puso en marcha una prolija web en la que se desgrana el precio horario de la luz, cuya utilidad es, hoy por hoy, nula para el consumidor –salvo por el mero placer del saber por el saber–. Entonces, si todo este sistema que se ha publicitado no es viable, ¿cómo se va a facturar la luz realmente? Pues con unos perfiles de consumo con los que se hará una media que se aplicará a la factura de cada cual.
Mientras tanto, el Ministerio de Industria y Energía, que dirige José Manuel Soria, gastará cuatro millones para explicar las virtudes del nuevo recibo de la luz.
La campaña de comunicación institucional se llamará "Ahorro de Energía y Nuevo Sistema de Facturación de la Energía Eléctrica". Ahorro, aunque la nueva factura limita al 14,8% el impacto del consumo –el resto son potencia contratada, peajes, costes fijos e impuestos–, por lo que cada vez es menos relevante cuánto se enciende o apaga la luz. El objetivo, según el Gobierno, "será informar sobre los nuevos mecanismos de facturación de los Precios Voluntarios al Pequeño Consumidor (PVPC) eléctricos y proporcionará información sobre medidas de ahorro y eficiencia energética".
"La campaña comenzará el 1 junio y durará hasta diciembre de 2014 y tiene un presupuesto neto de cuatro millones de euros", explica la referencia del Consejo de Ministros.