M. Priede
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Edito en azul: Este hilo tiene 2.558 visitas, se apartó a Temas Calientes. Vuelve al lugar que le corresponde . Y si por este motivo quieren banearme de nuevo, tal y como hicieron la semana pasada, que lo hagan.
Glorificación de una venganza asesina con ecos del Viejo Testamento: Estatua a Hannah Duston, portando en la mano derecha el hacha homicida y en la mano izquierda la representación de los cueros cabelludos de los dos hombres, dos mujeres y seis niños indios que mató por venganza y dinero. El monumento se halla en Boscawen, Nueva Hampshire, por donde Hannah Duston asesinó a la familia de indios abenaki que la tenían cautiva y de donde se escapó.
Por su 'hazaña' que tan poco tiene de cristiana pero mucho del Viejo Testamento –no olvidemos que como cristianos fundamentalistas religiosos los puritanos prestaban más atención al Viejo Testamento que al Nuevo Testamento– a Hannah Duston se la ha celebrado como una "heroína popular" y "progenitora de la tradición americana de cacería de cueros cabelludos" de indios, siendo la primera mujer en los EE.UU. a la que se le erigió una estatua en monumento. No, no, no, los españoles no hicieron una cosa semejante, como el apiolar indios como costumbre y el pagar dinero por cada indio asesinado. Más bien, esto fue cosa de los ingleses y después de los angloamericanos estadounidenses, sus descendientes, como lo practicaron en California bajo la bandera de las barras y las estrellas y en donde se pagaron en el siglo XIX 25.000 dólares en recompensas por cueros cabelludos de indios de California, con diferencias en la cantidad a pagar dependiendo de si el cuero cabelludo era de un hombre, de una mujer o de niños indios, pagándose también más o menos dependiendo del tamaño de la cabellera y presumiblemente así de la edad del niño indio asesinado. Y los holandeses, al parecer, introdujeron la práctica de tomar como trofeos los cueros cabelludos de los vencidos entre los indios en Norteamérica. No olvidemos que los holandeses eran en su mayoría cristianos fundamentalistas al ser calvinistas –los puritanos eran los calvinistas ingleses– y por ello seguidores más del Viejo Testamento que del Nuevo Testamento. En el siglo XVII cuando existían asentamientos holandeses en Norteamérica como Nueva Amsterdam (el futuro Nueva York) y estaba Holanda en guerra con Francia, los holandeses le pagaban a los indios una recompensa por cada cuero cabelludo de piel blanca y pelo claro y rubio que les traían, como prueba que los indios habían apiolado colonos franceses del Canadá.
Ante el argumento hecho por el Sr. James P. Pinkerton, autor y comentador político de Fox News, en su artículo titulado 'Yesterday’s Spain, Today’s America' ('La España de ayer, la América [EE.UU.] de hoy') publicado en la revista estadounidense 'The American Conservative' ('El conservador americano'), de que “los españoles, víctimas de agresión en casa, se convirtieron en los victimarios (homicidas) en el extranjero”, con referencia al papel que España jugó en la conquista del Nuevo Mundo, deseo añadir otro punto más con respecto a las ideas religiosas que inspiraron a los anglosajones durante su conquista y ocupación de Norteamérica. En este sentido quiero enfatizar la influencia ejercida por el 'Viejo Testamento de la Biblia' tanto sobre los ingleses protestantes que colonizaron las Trece Colonias británicas de Norteamérica como sobre los estadounidenses angloamericanos que expandieron las fronteras de los EE.UU. hacia el oeste norteamericano. Esta influencia bíblica examinada influenció de manera negativa a los anglosajones tanto británicos como estadounidenses en sus tratos hacia los indios americanos, llevando a cabo una política de exterminio y expulsión contra los nativos en imitación de la forma como los antiguos israelitas exterminaron y destruyeron a aquellos pueblos cananeos y otros grupos semitas que ocupaban la tierra de Canaán, región que los israelitas consideraban su “tierra prometida” y que para tomarla la conquistaron a sangre y fuego a través de campañas militares genocidas.
La masacre del pueblo indio pequote del Río Místico se cometió presuntamente siguiendo el ejemplo bíblico de las guerras del Rey David y de las guerras de exterminio de los israelitas.
Debemos así ver las palabras del capitán inglés John Underhill que participó en la masacre del principal pueblo pequote cerca del actual Río Mystic (Místico) en Connecticut, el 26 de mayo de 1637. Underhill contó en su relación de la masacre cómo algunos jóvenes soldados ingleses que no habían estado en la guerra antes estaban impactados al ver a tantos indios pequotes muertos o moribundos en el suelo de su pueblo, tantos cuerpos unos encima de otros que según Underhill con dificultad se podía pasar. Los jóvenes soldados ingleses le preguntaban al capitán Underhill “¿por qué estaba tan furioso? ¿No deberían los cristianos tener más misericordia y compasión?”, según las palabras de Underhill. Ante lo cual Underhill respondió en su relación: “Pero yo les referiría a la guerra de David (el Rey David bíblico) cuando un pueblo se crece a tal altura de sangre, y peca contra Dios y el hombre, y todos se confederan en la acción, ahí Él no tiene respeto a las personas, pero las destroza, y las corta, y las pasa a cuchillo, y la más terrible fin que puede haber: a veces las Escrituras declaran que mujeres y niños deben morir con sus padres; a veces el caso cambia: pero no vamos a disputar esto ahora. Tenemos suficiente luz de la Palabra de Dios para nuestras acciones”.
Procedamos así a ver las acciones del Rey David israelita como están relatadas en el 'Viejo Testamento de la Biblia'. Recordemos que el Rey David es ante todo un personaje histórico, glorificado por la antigua religión hebrea cuyo texto sagrado fue escrito por los propios israelitas según su punto de vista parcializado y favorable a David, descrito como un hombre que fue el instrumento de Yavé, de Dios en la tierra. Sus actos, sin embargo, indican que David no hacía la voluntad de un Creador que según el Viejo Testamento escrito por los israelitas se comunicaba con él, sino más bien que hacía lo que a él le daba la gana para realizar sus ambiciones de poder y satisfacer sus bajas pasiones, utilizando el nombre de Dios y la entidad divina para justificar sus actos humanos. En esto David ha sido como muchos gobernantes de la historia.
Pero para aquellos angloamericanos estadounidenses fundamentalistas religiosos que denuncian las acciones de los conquistadores españoles en América, les recuerdo las prácticas de guerra de su ídolo bíblico David y del Rey Saúl israelita.
Comparando la España imperial con los EE.UU.: Una historia de dos Historias (Parte XI)
Glorificación de una venganza asesina con ecos del Viejo Testamento: Estatua a Hannah Duston, portando en la mano derecha el hacha homicida y en la mano izquierda la representación de los cueros cabelludos de los dos hombres, dos mujeres y seis niños indios que mató por venganza y dinero. El monumento se halla en Boscawen, Nueva Hampshire, por donde Hannah Duston asesinó a la familia de indios abenaki que la tenían cautiva y de donde se escapó.
Por su 'hazaña' que tan poco tiene de cristiana pero mucho del Viejo Testamento –no olvidemos que como cristianos fundamentalistas religiosos los puritanos prestaban más atención al Viejo Testamento que al Nuevo Testamento– a Hannah Duston se la ha celebrado como una "heroína popular" y "progenitora de la tradición americana de cacería de cueros cabelludos" de indios, siendo la primera mujer en los EE.UU. a la que se le erigió una estatua en monumento. No, no, no, los españoles no hicieron una cosa semejante, como el apiolar indios como costumbre y el pagar dinero por cada indio asesinado. Más bien, esto fue cosa de los ingleses y después de los angloamericanos estadounidenses, sus descendientes, como lo practicaron en California bajo la bandera de las barras y las estrellas y en donde se pagaron en el siglo XIX 25.000 dólares en recompensas por cueros cabelludos de indios de California, con diferencias en la cantidad a pagar dependiendo de si el cuero cabelludo era de un hombre, de una mujer o de niños indios, pagándose también más o menos dependiendo del tamaño de la cabellera y presumiblemente así de la edad del niño indio asesinado. Y los holandeses, al parecer, introdujeron la práctica de tomar como trofeos los cueros cabelludos de los vencidos entre los indios en Norteamérica. No olvidemos que los holandeses eran en su mayoría cristianos fundamentalistas al ser calvinistas –los puritanos eran los calvinistas ingleses– y por ello seguidores más del Viejo Testamento que del Nuevo Testamento. En el siglo XVII cuando existían asentamientos holandeses en Norteamérica como Nueva Amsterdam (el futuro Nueva York) y estaba Holanda en guerra con Francia, los holandeses le pagaban a los indios una recompensa por cada cuero cabelludo de piel blanca y pelo claro y rubio que les traían, como prueba que los indios habían apiolado colonos franceses del Canadá.
Ante el argumento hecho por el Sr. James P. Pinkerton, autor y comentador político de Fox News, en su artículo titulado 'Yesterday’s Spain, Today’s America' ('La España de ayer, la América [EE.UU.] de hoy') publicado en la revista estadounidense 'The American Conservative' ('El conservador americano'), de que “los españoles, víctimas de agresión en casa, se convirtieron en los victimarios (homicidas) en el extranjero”, con referencia al papel que España jugó en la conquista del Nuevo Mundo, deseo añadir otro punto más con respecto a las ideas religiosas que inspiraron a los anglosajones durante su conquista y ocupación de Norteamérica. En este sentido quiero enfatizar la influencia ejercida por el 'Viejo Testamento de la Biblia' tanto sobre los ingleses protestantes que colonizaron las Trece Colonias británicas de Norteamérica como sobre los estadounidenses angloamericanos que expandieron las fronteras de los EE.UU. hacia el oeste norteamericano. Esta influencia bíblica examinada influenció de manera negativa a los anglosajones tanto británicos como estadounidenses en sus tratos hacia los indios americanos, llevando a cabo una política de exterminio y expulsión contra los nativos en imitación de la forma como los antiguos israelitas exterminaron y destruyeron a aquellos pueblos cananeos y otros grupos semitas que ocupaban la tierra de Canaán, región que los israelitas consideraban su “tierra prometida” y que para tomarla la conquistaron a sangre y fuego a través de campañas militares genocidas.
La masacre del pueblo indio pequote del Río Místico se cometió presuntamente siguiendo el ejemplo bíblico de las guerras del Rey David y de las guerras de exterminio de los israelitas.
Debemos así ver las palabras del capitán inglés John Underhill que participó en la masacre del principal pueblo pequote cerca del actual Río Mystic (Místico) en Connecticut, el 26 de mayo de 1637. Underhill contó en su relación de la masacre cómo algunos jóvenes soldados ingleses que no habían estado en la guerra antes estaban impactados al ver a tantos indios pequotes muertos o moribundos en el suelo de su pueblo, tantos cuerpos unos encima de otros que según Underhill con dificultad se podía pasar. Los jóvenes soldados ingleses le preguntaban al capitán Underhill “¿por qué estaba tan furioso? ¿No deberían los cristianos tener más misericordia y compasión?”, según las palabras de Underhill. Ante lo cual Underhill respondió en su relación: “Pero yo les referiría a la guerra de David (el Rey David bíblico) cuando un pueblo se crece a tal altura de sangre, y peca contra Dios y el hombre, y todos se confederan en la acción, ahí Él no tiene respeto a las personas, pero las destroza, y las corta, y las pasa a cuchillo, y la más terrible fin que puede haber: a veces las Escrituras declaran que mujeres y niños deben morir con sus padres; a veces el caso cambia: pero no vamos a disputar esto ahora. Tenemos suficiente luz de la Palabra de Dios para nuestras acciones”.
Procedamos así a ver las acciones del Rey David israelita como están relatadas en el 'Viejo Testamento de la Biblia'. Recordemos que el Rey David es ante todo un personaje histórico, glorificado por la antigua religión hebrea cuyo texto sagrado fue escrito por los propios israelitas según su punto de vista parcializado y favorable a David, descrito como un hombre que fue el instrumento de Yavé, de Dios en la tierra. Sus actos, sin embargo, indican que David no hacía la voluntad de un Creador que según el Viejo Testamento escrito por los israelitas se comunicaba con él, sino más bien que hacía lo que a él le daba la gana para realizar sus ambiciones de poder y satisfacer sus bajas pasiones, utilizando el nombre de Dios y la entidad divina para justificar sus actos humanos. En esto David ha sido como muchos gobernantes de la historia.
Pero para aquellos angloamericanos estadounidenses fundamentalistas religiosos que denuncian las acciones de los conquistadores españoles en América, les recuerdo las prácticas de guerra de su ídolo bíblico David y del Rey Saúl israelita.
Comparando la España imperial con los EE.UU.: Una historia de dos Historias (Parte XI)
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