Henry Rearden
Madmaxista
Bueno, es algo que muchas veces me he planteado y creo que podría ser de utilidad en caso de querer salir por patas de España y que no te busquen vía Interpol.
Habría que planificarlo con antelación: meses, incluso años. Primero me buscaría con un pasaporte extranjero en el mercado neցro, quizás en la Deep Web. Había pensado en uno ruso por el tema de que no extraditan a sus nacionales.
Y me preguntaréis: ¿Cómo te harías pasar por ruso si no tienes ni P.I. del idioma de Dostoyeski? Primero, lo aprendería un poco, lo suficiente para leerlo y entender algo. Después, me imprimiría una tarjeta donde pondría, en perfecto ruso, que soy sordomudo y que se me tiene que hablar muy despacio. Aprendería unas pocas palabras en ruso (sí, no, números, etc.) y practicaría el hablarlo con acento gangoso. Si me parase la policía intentaría dar mucha pena y pasar por medio orate.
Una vez conseguido el pasaporte ruso, invertiría unos pocos ahorros en comprar oro físico que pudiera ir cambiando por el camino en divisa local. Como el oro es maleable, se le puede dar una forma compacta y poder ser almacenado envuelto en plástico en ciertas cavidades corporales. Así evitas que te puedan robar dormido o mientras estás indefenso.
Finalmente, habría que fingir un suicidio. He pensado que lo mejor es esperar (si no te urge el tiempo porque te estén buscando los caballero caballero) a un día de mal tiempo: tormentas, inundaciones, galerna, etc. Te llevas el coche cerca de un río importante o de la costa y dejas dentro un sobre con una carta de despedida. Una vez pasado el mal tiempo, los buzos se tirarán semanas buscando tu cuerpo hasta que te den por desaparecido y, pasado un tiempo, un juez te declare muerto.
Para salir de España: carreteras secundarias y una bici eléctrica con un batería extraíble. Duermes en hostales, pagando en cash y enseñando un DNI de otra persona (por ejemplo, el de un yonki al que se lo hubieras comprado por cuatro euros) y te llevas la batería a la habitación para recargarla por la noche. Un móvil de segunda mano, sin tarjeta, que se pueda conectar a wifis abiertas para consultar Internet.
Siempre con gorra y gafas oscuras, barba, etc. para evitar que te graben el rostro las cámaras. Así, pedaleando y pedaleando te puedes plantar en Bielorrusia y después en Rusia. Intentar entrar por campo a través, por caminos poco tras*itados, y no pasar por controles fronterizos.
Lo ideal, para intentar no tener que sobrevivir con trabajos poco cualificados es tener algo ahorrado en criptos, en una wallet online y cambiarlo allí.
Ese sería mi plan.
Habría que planificarlo con antelación: meses, incluso años. Primero me buscaría con un pasaporte extranjero en el mercado neցro, quizás en la Deep Web. Había pensado en uno ruso por el tema de que no extraditan a sus nacionales.
Y me preguntaréis: ¿Cómo te harías pasar por ruso si no tienes ni P.I. del idioma de Dostoyeski? Primero, lo aprendería un poco, lo suficiente para leerlo y entender algo. Después, me imprimiría una tarjeta donde pondría, en perfecto ruso, que soy sordomudo y que se me tiene que hablar muy despacio. Aprendería unas pocas palabras en ruso (sí, no, números, etc.) y practicaría el hablarlo con acento gangoso. Si me parase la policía intentaría dar mucha pena y pasar por medio orate.
Una vez conseguido el pasaporte ruso, invertiría unos pocos ahorros en comprar oro físico que pudiera ir cambiando por el camino en divisa local. Como el oro es maleable, se le puede dar una forma compacta y poder ser almacenado envuelto en plástico en ciertas cavidades corporales. Así evitas que te puedan robar dormido o mientras estás indefenso.
Finalmente, habría que fingir un suicidio. He pensado que lo mejor es esperar (si no te urge el tiempo porque te estén buscando los caballero caballero) a un día de mal tiempo: tormentas, inundaciones, galerna, etc. Te llevas el coche cerca de un río importante o de la costa y dejas dentro un sobre con una carta de despedida. Una vez pasado el mal tiempo, los buzos se tirarán semanas buscando tu cuerpo hasta que te den por desaparecido y, pasado un tiempo, un juez te declare muerto.
Para salir de España: carreteras secundarias y una bici eléctrica con un batería extraíble. Duermes en hostales, pagando en cash y enseñando un DNI de otra persona (por ejemplo, el de un yonki al que se lo hubieras comprado por cuatro euros) y te llevas la batería a la habitación para recargarla por la noche. Un móvil de segunda mano, sin tarjeta, que se pueda conectar a wifis abiertas para consultar Internet.
Siempre con gorra y gafas oscuras, barba, etc. para evitar que te graben el rostro las cámaras. Así, pedaleando y pedaleando te puedes plantar en Bielorrusia y después en Rusia. Intentar entrar por campo a través, por caminos poco tras*itados, y no pasar por controles fronterizos.
Lo ideal, para intentar no tener que sobrevivir con trabajos poco cualificados es tener algo ahorrado en criptos, en una wallet online y cambiarlo allí.
Ese sería mi plan.
