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Luisiana española - Wikipedia, la enciclopedia libre
La Luisiana con el gobierno español tuvo una verdadera revolución demográfica al facilitar las autoridades españolas una importantísima inmi gración europea o de origen europeo (cajuns, isleños, alsacianos, estadounidenses etc.) con lo cual la población de la Luisiana española aumentó un 500% entre 1763 y el 1800, llegando a estar habitada por 50 000 habitantes de linajes europeos, pero el monopolio español en el comercio significó un freno para la economía de tales pagapensiones.
Para consolidar el control en las fronteras hispanas o españolas en la Alta Luisiana, especialmente en la cuenca del Misuri desde Nueva Orleans partió una expedición militar española al mando del capitán Francisco Rui quien fundó varios fortines españoles en la Alta Luisiana; por otra parte los colonos de origen francés que antes de la ocupación inglesa vivián en la región al Este del río Misisipí prefirieron la soberanía española y por eso se pasaron a la banda occidental del mismo río quedando entonces Kaskasia ocupada por los ingleses mientras que los colonos de origen francés, protegidos de España, se ubicaron en Santa Genoveva del Misisipí, o en San Luis de Ilinueses, mientras los ingleses y luego los estadounidenses se aprovechaban de la antigua pirámide de tierra o mound de Cahokia para fundar un fuerte frente a a la capital española de la Alta Luisiana.
(Punto que divide la Baja Luisiana de la Alta Luisiana)
La figura más conocida del periodo español fue Bernardo de Gálvez, nombrado gobernador de Luisiana. Dictó la declaración de guerra de España contra Gran Bretaña el 8 de mayo de 1779. Derrotó a los ingleses en Baton Rouge («Bastón Rojo»), Naches (en varios documentos españoles de la época denominada Nechas), Mobile («Mabila») y Pensacola («Panzacola»), y recobró la Florida para España en 1781, reconocida por el Tratado de París (1783). Tiene una estatua en la calle Canal y la ciudad tejana o texana de Galveston se llama así en su honor. Un año antes en la Alta Luisiana española los españoles derrotaron a los ingleses en la Batalla de San Luis, la pequeña ciudad, ante la insistencia del capitán y teniente gobernador de la Alta Luisiana Fernando de Leyba, había sido fuertemente fortificada meses antes mediante anillos de trincheras y una torre de piedra a la que se llamó Fuerte San Carlos. En retaliación (represalia militar) al intento de ataque inglés a San Luis de Ilinues en enero de 1781 el gobernador español Francisco Cruzat envió a 65 integrantes de la Milicia de San Luis y algunos indígenas aliados al mando del español de origen francés Eugenio Purré (nacido Eugène Pouré), apodado “Beausoleil” (Bellosol); tal tropa tras remontar el Misisipi y el Illinois conquistó el 12 de febrero de 1782 al fuerte inglés de Saint Joseph (actualmente Niles) en Míchigan, tras hacer flamear el pabellón español en el mismo, el fuerte inglés fue destruido trayendo las fuerzas españolas banderas inglesas como trofeo (Véase: Expedición española a Fort St. Joseph (1781).
También en 1781 el matrimonio francés-occitano de Martin Lebleu y su esposa, Dela Marion procedente de la zona de Burdeos, aceptando la nacionalidad española inició el establecimiento (a unos 10 km al NE de su actual sitio) del poblado entonces llamado (en honor al rey español de entonces) Lago Carlos (actual Lake Charles).[2]
En 1788 con unos 2000 emigrantes anglosajones, se fundaba Nueva Madrid a orillas del curso medio del Misisipi, en esa misma época se consolidaba la inmi gración de cajuns (o cadiens) refugiados desde la Acadia y la llegada de colonos canarios llamados «isleños» principalmente a la zona del delta del Misisipi. Los «isleños» fueron uno de los núcleos poblacionales de Nueva Iberia, Barataria, Valenzuela, Villa Gálvez (hoy Galveztown que no debe confundirse con la Galveston tejana), Villa Española (hoy Spanish Town) y La Parroquia de San Bernardo, entre otras localidades.
Por otra parte, las autoridades españolas promovieron importantes exploraciones que abrieron nuevas rutas comerciales; las más célebres son la de Pedro Vial, que inauguró (siguiendo en parte los recorridos de Vázquez de Coronado dos siglos antes) entre otros el Camino de Santa Fe (que comunicaba Santa Fe del Yunque con San Luis), vinculando de este modo Nuevo México con la Alta Luisiana. Otro importante explorador español fue Manuel Lisa, quien partiendo desde San Luis se dirigió al noroeste hacia Montana inaugurando el Camino del Oregón. Otra de las expediciones oficiales españolas en esos años fue la del, entonces teniente, Facundo Melgares quien partiendo desde las nacientes del río Rojo hacia el este exploró el curso del río Rojo (también llamado entonces Colorado aunque no debe confundirse con el Colorado del Oeste) y luego tras avanzar al norte gran parte del curso del río entonces llamado Napede, Napeste o Nexpentle[3] (hoy río Arkansas) hasta luego volver rumbo al oeste arribando a Santa Fe del Yunque en Nuevo México tras haberse adentrado en gran parte de la Luisiana.
También durante la Guerra de Independencia Estadounidense, al apoyar España a los estadounidenses contra los ingleses, hubo una breve incorporación de territorios al este del río Misisipí y al norte de la Florida. En la zona entonces llamada «Riscos Chicazas» o «Barrancas de los Chicazas», los españoles fundaron en 1790 el Fuerte de San Fernando de las Barrancas,[n. 4] concretamente en el actual asiento de la ciudad de Memphis, y bastante más al sur, el Fuerte de Nogales (actual Vicksburg), reclamando España los territorios hoy correspondientes a Alabama, Kentucky, Misisipi y Tennesse; aunque al haber tras*ferido los ingleses durante el ya citado Tratado de París la zona al este del Misisipi a los recién surgidos Estados Unidos, España se vio forzada a retirar sus reclamaciones territoriales en la región al este del río Misisipi al sur del paralelo 32°N tras el Tratado de San Lorenzo (1795).
Bernardo de Gálvez tomó posesión de los cargos de alcalde de Nueva Orleans y gobernador interino de la Luisiana española,[6] que Francia había cedido a España en 1763 en compensación por la entrega de La Florida a Inglaterra tras la guerra de los Siete Años,[7] el 1 de enero de 1777.[8] [9] Su principal misión era estar al tanto de los acontecimientos en las colonias británicas en Norteamérica, inmersas en la guerra, y preparar el territorio para un posible conflicto con el Reino Unido.[10] [9] La región estaba poco poblada, tanto de habitantes de la colonia —libres y esclavos— como de indios.[11] Durante las primeras décadas de la dominación española, sin embargo, creció rápidamente: según el censo de tiempos del gobierno de O'Reilly (1769), había 13 513 habitantes —excluidos los indios— y veinte años después, la población había crecido hasta los 31 433.[12] A finales de siglo, empero, la población se estancó.[5] El porcentaje de población española era, además, muy bajo: al final del periodo español apenas alcanzaba el 15 %.[13]
Aunque la población libre no indígena suponía bastante menos de la mitad de la de la provincia, tenía un gran poder, y las medidas económicas de Gálvez permitieron la perpetuación del dominio de la oligarquía regional, compuesta principalmente por los criollos o creoles.[14] La colonia contaba también con una diminuta pero importante población de color libre.[15] Las medidas gubernamentales sobre la esclavitud, categoría a la pertenecía la mayoría de la población no indígena, tendieron a perpetuarla, pero permitieron el aumento de los esclavos que habían comprado su libertad.[16] Los deseos de fomentar la agricultura y de congraciarse a la oligarquía criolla fomentaron el crecimiento de la importación de esclavos jovenlandeses, que Gálvez autorizó en noviembre de 1777.[17]
Para reforzar la función defensiva del territorio, fronterizo, se decidió fomentar el aumento de población, en parte mediante la inmi gración, tanto de población española como de extranjeros, preferiblemente católicos.[18] [19] En las décadas anteriores, se habían instalado en la región colonos de cultura alemana y francesa —los acadianos—, que habían participado en la revuelta contra el gobernador Ulloa.[20] De los pagapensiones españoles, Gálvez favoreció el asentamiento de andaluces, aunque la mayoría provino de las islas Canarias y por lo mismo recibieron el nombre de isleños.[21]
Los gobernadores, especialmente Bernardo de Gálvez, se dedicaron a combatir el contrabando inglés y a fomentar el comercio monopólico entre la gran colonia y la metrópoli española y excepcionalmente con Francia.
Cómo España perdió la Luisiana?
Bonaparte ya había sometido el norte de Italia, y el rey Carlos IV de España quería salvaguardar los derechos de sus parientes de la Casa de Parma[4] con un territorio en Italia, aunque para ello tuviera que sacrificar el territorio salvaje[5] de Luisiana. Este territorio, cedido por Francia a España en el tratado de Fontainebleau (1762), estaba en el interés de Bonaparte para someter la revolución haitiana,[6] y las mismas autoridades españolas estaban interesadas en su cesión a Francia, en la creencia que la fortaleza militar francesa convertiría a Luisiana en un territorio tapón[7] [8] entre España y los Estados Unidos.
El 15 de octubre de 1802 Carlos IV publicó en Barcelona una Real Cédula por la que se hacía efectiva la cesión de la Luisiana a Francia, disponiendo la retirada de las tropas españolas en la región, a condición de que los religiosos españoles estarían autorizados a seguir en la zona y los habitantes de la colonia mantendrían la posesión de sus propiedades.[16] La colonia permanecería poco tiempo bajo soberanía francesa, pues al año siguiente Francia vendió Luisiana a los Estados Unidos, incumpliendo la promesa hecha a España en las conversaciones hechas en torno al tratado de 1801.
El propio Godoy achacaría el desequilibrio del intercambio territorial propuesto en 1800 a la inexperiencia de Urquijo, unida a la excesiva admiración de éste hacia el país francés, y al deseo de los reyes de España de favorecer a sus hijos (el infante Luis, propuesto para rey de Etruria, era yerno de los reyes, por su boda con la hija de éstos María Luisa).