¿Cómo era la economía mundial en el siglo I?

Bartleby

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Prípiat
La economía global del siglo I, dominada por el Imperio Romano, tenía un sistema bancario, una moneda que se usaba tanto en Italia como en la península ibérica o Britania y un sistema legal unificado.
Los documentos históricos son escasos, pero un estudio del alemán Deutsche Bank calcula que Roma controlaba el 25% de la producción mundial y que su sombra imperial se extendía por gran parte del planeta.
Según el estudio, sus principales rivales eran Parthia –aproximadamente lo que hoy es Irán – y los bárbaros de Alemania, que apenas generaban un 2% y 1% de la producción mundial, respectivamente.
Peter Temin, economista emérito de la Universidad de Massachusetts y autor de The Roman Market Economy (La economía de mercado romana), opina que la economía del imperio romano en el siglo I era similar a la del siglo XVII y XVIII, justo antes de la gran revolución industrial.

“Desde luego que la industria y agricultura eran mucho más rudimentarias que lo que tenemos hoy, pero había una economía de mercado y una distribución del ingreso tan desigual como la actual en Estados Unidos”, indicó a BBC Mundo.
Y, según los expertos, el imperio era “la columna vertebral de esa economía”.
El imperio sin fin
En “La Eneida”, Virgilio caracteriza a Roma como el imperium sine fine.
Y es que, hasta donde daban los conocimientos de la época, el imperio abarcaba prácticamente el mundo entero: casi toda Europa Occidental, el norte de África, partes de Medio Oriente. Más allá, la barbarie o lo desconocido.
Si se suman tanto los miembros plenos como los estados tributarios, el cálculo del Deutsche Bank –en un estudio que no incluyó a China, India y América- es que el Imperio Romano representaba el 70% de la economía global.

Este imperium sine fine tenía entre 50 y 100 millones de habitantes y una red de carreteras tan avanzada que se siguió usando hasta el siglo XIX.
“El sistema bancario era mucho más rudimentario que el actual, pero servía para financiar el consumo y la producción. Los préstamos tenían tasas de interés y usaban colaterales para garantizarlos como, por ejemplo, la propiedad de los viñedos”, señaló a BBC Mundo Peter Temin.
Roma la esplendorosa
Durante mucho tiempo los historiadores caracterizaron a Roma como una economía que giraba en torno a una agricultura de subsistencia, con ínfima innovación tecnológica y un desarrollo que, para muchos, era un virtual estancamiento.
Sin embargo, según Willem M. Jongman, de la Universidad de Groningen, Holanda, y autor de The Economy and Society of Pompey (La economía y sociedad de Pompeya), el imperio fue una de las cimas del crecimiento pre-industrial.

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“El problema era que los ingeniosos cálculos que hacían los historiadores del PIB de Roma se basaban en muy pocos documentos. Era el equivalente a reconstruir el PIB de Estados Unidos con los recibos del precio de una hamburguesa en Kentucky en los años 30, de un coche en Virginia en los 60 y del salario de un electricista en San Luis en los 70”, señaló a BBC Mundo.
Con los avances de la investigación arqueológica, los historiadores pudieron superar este obstáculo al poder reconstruir la sociedad de una manera mucho más precisa a partir del análisis exhaustivo de la tierra, las ciudades, las ruinas, los utensilios y adornos.
“Esta nueva metodología nos ha permitido ver que el imperio romano tuvo un gran aumento poblacional y que experimentó un fuerte incremento del consumo y la producción. Desde ya que no era una economía como la moderna que crece a un 1,5% anual y tiene grandes avances tecnológicos, pero sí una economía que se expandió y permitió un mejoramiento sostenido del nivel de vida”, indicó Jongman a BBC Mundo.
Los hallazgos de osamenta animal y de criaderos de pesca han permitido constatar un aumento del consumo de carne y el pescado en una población en continuo aumento.
La existencia de viñedos y la comercialización del vino por buena parte del imperio es otra muestra de una importante industrialización agrícola.

“Roma era una ciudad de un millón de habitantes. Recién en el siglo XIX Londres llega a tener este volumen de gente. Como puede ver cualquier turista hoy en día, no se trataba de una ciudad de chozas construidas en medio del barro.
"El nivel de edificación era tan sofisticado que no sólo asombró al Renacimiento sino que nos sigue enmudeciendo hoy. En esta ciudad tan sofisticada las necesidades de sus consumidores eran atendidas por este continuo excedente de la producción agrícola o vitivinícola o ganadera”, indicó Jongman.
La pax romana
La mayor parte del comercio se hacía en el interior de este vasto imperio dividido en provincias, como se llamaba a los territorios conquistados que poseían un altísimo nivel de autonomía.
Pero a Roma llegaba arroz importado de India y seda de China.
El imperio usó más hierro y metales que todas las sociedades previas.
En España, Galia, Bretaña y las provincias del Danubio se abasteció de oro, plata, cobre, carbón y bronce usados en la construcción edilicia y en la fabricación de armas, llaves, sellos y carros de combate.

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“Había una pax romana. Roma proveía una seguridad que ninguna sociedad pre-industrial podía tener respecto al pillaje y la piratería. A cambio los países pagaban tributo. La conquista era cruel, pero una vez pasada esta etapa, los romanos mostraron un gran talento para el gobierno.
"Si Roma se beneficiaba, lo cierto es que también había progreso en las regiones que incorporaba como se veía en el aumento de la población, consumo y producción de esos territorios”, señala Jongman.
Una de las tres regiones en que estaba dividida la península ibérica, la hispania Baetica –actual Andalucía– se convirtió en una gran exportadora de aceite de oliva: su mayor cliente fue la misma Roma.
Las ánforas halladas en Monte Testacio, Roma, son uno de los “documentos arqueológicos” del volumen de esta exportación: contenían unos 580 mil metros cúbicos de aceite.
El cálculo es que solamente esa zona del Monte Testacio en Roma importaba más de 7 millones de litros anuales.
“El otro gran poder de la época, China, era un estado replegado sobre sí mismo. Es la gran diferencia con Roma, que era una potencia en permanente expansión.
"Por eso, en la medida en que se puede, si hablamos de la economía mundial del siglo I, estamos hablando del Imperio Romano”, destacó a BBC Mundo Peter Temin.

¿Cómo era la economía mundial en el siglo I? - BBC Mundo
 
Típico análisis liberaloide, con siglas y cifras que sirven de poco.

Mientras los romanos del Victus Tuscus estaban amargados de la cantidad de ruído, chinches y criminalidad de baja estopa que les rodeaba... los habitantes de la Polinesia estaban la mar de felices yendo en taparrabos y durmiendo en el suelo.
 
Era un sistema de produccion escalvista y extractivo, solo se alimentaban de conquistas militares con sus botines y exclavos.

Punto.

Las conquistas terminaron el 118. Y los últimos estados medianamente saqueables a mediados del siglo I DC con la absorción de algunos territorios de Asia Menor.

Los territorios realmente ricos como para potenciar la economía romana habían caído mucho antes. Entre el 200 y el 35 AC. Y opulentos solo eran Sicilia, Pérgamo y alguna otro ciudad de Asia Menor, Antioquía y Egigto.

En resumen el aporte del saqueo a gran escala acabó el 35 AC y duró a muchísima menor escala hasta el 118 junto a territorios más bien ruinosos como Britania, Iliria, Moesia, Norico , Dacia etc.

El imperio duro 300 años más en occidente y 1000 más en oriente o 500 si consideramos que la conquista árabe acaba con el viejo mundo.

Que el sistema romano era en muchos aspectos proto-capitalista no hace falta que lo digan los arqueólogos. Estos solo confirman lo que se sabía por la literatura.Es sabido, por ejemplo, desde siempre que los banqueros extendían cartas de crédito validas en lugares remotos del imperio. La imagen del ricachón portando cofres de oro en sus viajes, es puramente cinematográfica.

El salto a la sociedad industrial no se dio por dos razones fundamentales. Una la tendencia conservadora del mundo greco-romano donde la creencia de haber llegado a la sociedad definitiva estaba muy extendida. Y sobre todo la falta de la imprenta. La difusión de los conocimientos científicos era muy limitada debido al coste de los libros y la imposibilidad de reproducir mecánicamente esquemas y planos. En consecuencia la pérdida de conocimiento en poco tiempo era muy grande.

El hombre medieval tenía una mentalidad más abierta (los ilustrados obviamente) quizá porque las ruinas de la antigüedad les mostraban que el progreso técnico era posible. No en balde dos de los inventos principales de la historia (el reloj mecánico y la imprenta) son medievales. El mundo greco-romano tenía capacidad sobrada para inventarlos pero no lo hizo. O si lo hizo no pasaron de ser semi-juguetes como las máquinas de vapor.

En cualquier caso esto son reglas generales. En arquitectura el progreso fue continuo hasta al menos el 550 DC y es evidente que los arquitectos conservaban conocimientos a un nivel que otros en sectores se perdían. Quizá sea por la durabilidad de las obras arquitectónicas que eran un documento en si mismas.
 
Última edición:
No era nada malo aquello, ciertamente...

Cualquiera que viviera en ese época, deseaba ser ciudadanos romano, y cualquier tribu o pueblo, ser declarado "amigo y aliado del pueblo romano".

Era la "Civilización".
 
Típico análisis liberaloide, con siglas y cifras que sirven de poco.

Mientras los romanos del Victus Tuscus estaban amargados de la cantidad de ruído, chinches y criminalidad de baja estopa que les rodeaba... los habitantes de la Polinesia estaban la mar de felices yendo en taparrabos y durmiendo en el suelo.

Será el rato que no estaban guerreando.
 
Será el rato que no estaban guerreando.

Tienes razón. Pero, ¿te hace más feliz guerrear por César Augusto que por el jefe de tu tribu de 100 habitantes? O también, ¿te hace más feliz saber que la Tierra es redonda (como ya sabían por aquel entonces) que creer que es plana? Lo que quería decir es que no me gustan los análisis históricos "orwellianos" que sólo se basan en cifras. Y peor aún cuando éstas sólo describen objetos materiales.

Yo prefiero analizar un hecho histórico preguntándome por la calidad humana de la población: jovenlandesal firme, bienestar espiritual, etc. En este sentido... la Roma del siglo II AC era superior a la del I DC.
 
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