Claro que se puede, pero hay que currárselo. Y si se cocina para una familia, es más fácil que para uno solo.
Hay que aprovechar los productos de temporada, que están más baratos (manzanas, naranjas, coles varias, calabacin y berenjenas, acelgas...)
Legumbres, arroz, patatas. De carnes: pollo, conejo, gorrino y ternera de piezas baratas pero no necesariamente malas ( morcillo, falda, lengua, higado)
Pescado: truchas, sardinas, caballa, lirios, chicharro, mejilones... o tirar de congelado de vez en cuando no está mal.
Los cigotos son proteinas baratas y una tortilla de patata es lo más barato del mundo.
Además, la cocina del reciclaje es fundamental: croquetas, ropa vieja con el resto del cocido, sopas de ajo con pan duro, purés con restos de verduras o guisos... Con harina, caldo, cigotos, por dos duros te inventas otra comida con cualquier cosa.
Vamos, lo que se ha hecho toda la vida para sacar adelante a una familia con un sueldo justito. Que se lo digan a nuestras madres. El milagro de los panes y los peces, a su lado, es algo de principiantes